Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 22 de enero de 2024

Disciplina con Amor: El Equilibrio Entre Corrección y Crianza Respetuosa



Disciplina con Amor: El Equilibrio Entre Corrección y Crianza Respetuosa

Muchas veces nos preguntamos si el castigo que le damos a los hijos los afectará o no en su vida adulta. 


La mayoría de los padres en la actualidad somos conscientes de la responsabilidad que tenemos en la forma de transmitir valores. 


Y por esta razón tomamos con pinzas la disciplina que tenemos para ellos. 


Muchos optan por tratar suavemente las indisciplinas de los hijos y hasta las faltas de respeto. 


Por ejemplo, en mi caso, cuando me di cuenta de que iba a ser padre, siempre tenía claro que a mi hijo(a) le iba a alcahuetear todo. 


Salvo una cosa y es que nunca le perdonaría las faltas de respeto. 


Y todo porque si yo le permitía ser grosero, en la calle no iban a tener la tolerancia o permisividad que yo tenía. 


Así que prefería disciplinarlo que otro fuera a hacerle daño por mi culpa. 


Y como todos sabemos, los padres solemos ser más condescendientes con las hijas. 


Así que en mi caso lo que dijera la muchachita se le complacía. 


Pero en cierta oportunidad y como a la edad de 3 años una vez que le advertí que no hiciera algo, me respondió: “no me regañe que usted no es mi papá”. 


Yo quedé asombrado, pero supuse que lo había escuchado esta frase en su jardín infantil. 


Entonces la llamé y le dije: “mira mi amor, yo soy tu papá”. 


“No soy tu amigo, ni tu compañerito del salón. Así que a mí me respetas. Soy tu papá y eso no te lo voy a volver a permitir. ¿Te quedó claro mi amor?”. 


Ella me respondió: “Si papi”. 


Bueno, meses después yo estaba hablando con mi señora madre y la niña llegó a jugar con su primito a mi escritorio. 


Entonces le dije: “mi amor por favor no juegues allí con tu primo que puedes dañar mi computador”. 


¿Y adivina que me dijo la muchachita? 


“No me regañe que usted no es mi papá”. 


Bueno, seguí usando mi hemisferio izquierdo para hablar con mi mamá, pero con el derecho se la tenía guardada a mi hija. 


Entonces cuando terminé la llamada, la busqué y le di un par de nalgadas que, hasta el día de hoy, aún se está sobando. 


Como que todavía tiene mis huellas digitales en la colita. 


Ella se quedó como sin aire, miró a su mamá, buscando la aprobación y ella solo le dijo: “mamita, ya su papá se lo había advertido”. 


Esa fue la última vez que la muchachita se atrevió a hacer el chistecito. 


Ahora que es una adolescente se acuerda y le da risa. 


¿Pero será que dañé de alguna forma a mi hija por corregirla con ese castigo? 


Mira, todo el mundo que conoce a Isabellita siempre dicen: “esa niña es una dama”. 


“Es muy educada y muy respetuosa”. 


Y a pesar de que va para su cuarto año practicando artes marciales y podría hacerle daño a los demás, es una persona muy cordial y educada con todos. 


¿Sabes que hubiera pasado si yo no hubiera castigado a mi hija en ese tiempo? 


Lo más seguro es que nunca hubiera sido la persona amorosa y cariñosa que todo el mundo conoce en la actualidad. 


No disciplinarla hubiera sido una falta de amor de mi parte. 


Mira hasta la fecha yo soy muy alcahueta con mi hija. 


Hablo mucho con ella y cuando es momento de aconsejarla, lo hago. 


Y cuando es momento de complacerla también. 


Pero siempre me baso en el amor y en todo lo que traiga para ella bienestar. 


También llegué a conocer el caso de una niña que se crio con su abuela. 


En cierta oportunidad la niña fue muy grosera con su abuela hasta el grado de casi agredirla. 


Entonces la señora llamó al padre y le dijo lo que había hecho la niña. 


El padre que estaba lejos la llamó y le dijo que respetara a la abuela que ella hacia todo. 


A lo cual la muchachita le dijo que lo iba a denunciar por maltrato a los hijos. 


El señor dejó de hacer lo que estaba haciendo y salió de inmediato para donde su hija y le dio garrote. 


Después le dijo “mamita bien pueda y me denuncia, pero su pela se la ganó”. 


Bueno, después de eso la niña se volvió super educada que hasta comenzó a saludar a todos los vecinos. 


Antes de eso, la niña era muy descortés con todos. 


Ahora era toda una dama. 


Y hasta se volvió la mejor estudiante de su salón. 


Muchos profesionales de la salud mental dicen que castigarlos lo traumatiza y bla bla. 


Lamentablemente tenemos que ser conscientes que siempre nos vamos a los extremos. 


O somos muy permisivos o somos muy tiranos. 


Muchos padres que tienen sus hijos en la actualidad en la etapa de adolescencia se están dando cuenta del error tan grande que cometieron al no corregirlos. 


Todos los extremos son malos en cualquier cosa que hagamos. 


Lo único cierto es que si tu no corriges a un ser humano cuando esta pequeño, no lo vas a poder hacer cuando crezca. 


No se trata de estarlos amenazando que les vas a pegar. 


Mira un error muy común que tienen las madres es amenazar con el “te voy a pegar”. 


O con el famoso “le voy a decir a tu padre cuando venga”. 


En ambos casos le estás sub comunicando al niño que no tienes autoridad y que cualquier orden tuya se la puede pasar por el forro. 


Hay que hablar con ellos, jugar con ellos y preguntarles siempre como se sienten. 


Más que comida y juguetes, un niño necesita atención. 


Ellos suelen hacer cosas para llamar tu atención, como por ejemplo ser indisciplinados. 


Hay que tener disciplina, pero con amor. 


Y tengas los problemas que tengas, recuerda que ellos no tienen la culpa. 


Solo quieren tu amor y atención.

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lunes, 31 de agosto de 2020

El problema de la permisividad en la educación



El problema de la permisividad en la educación Debido a que pertenezco a la generación de 1971, mi educación y respeto por las demás personas es bastante considerable.


En aquella época no se toleraba ni siquiera que uno mirara mal a los padres.


Y hay de aquel que les respondiera de forma agresiva.


De hecho, con una sola mirada que nos diera nuestra madre, de inmediato obedecíamos porque cada uno sabía lo que le esperaba en la casa.


Como quien dice, si naciste en aquellos años y no tienes cicatrices de castigos, no tuviste infancia.


Con los años, aproximadamente en la década de los 90, los modelos de disciplina en casa fueron cuestionados por los psicólogos y expertos en la educación.


Se decía que, por culpa de los castigos de nuestros padres, a muchos se les vio truncado su éxito personal.


Quizás porque con tanto castigo los niños crecían tímidos, temerosos o retraídos.


Esto obviamente iba a afectar su desempeño en todas las áreas de su vida.


Y aquí hay que hacer una aclaración respecto a los castigos.


Es evidente que los seres humanos al ser víctimas de otras víctimas, se puede presentar abuso de autoridad.


Es decir que en el caso de nuestros abuelos ellos fueron muy maltratados por sus padres, que, a su vez, fueron de forma más cruel maltratados.


Personalmente llegué a conocer a alguien que estando muy niño le pegaban con lo que encontraran a mano, debido a sus travesuras.


Pero indagando la violencia del padre de este niño pude saber que esta persona también fue maltratada de forma más cruel.


Así que podemos decir que, en medio de todo el salvajismo humano, ha existido una evolución donde la nueva generación es más permisiva que la anterior.


Esto ocurre porque si yo sufrí castigos que considero fuertes, existen altas probabilidades que al experimentar esto, los castigos a mis hijos sean menos fuertes, gracias a la empatía.


En mi caso, mi madre me llegó a decir que yo era bastante travieso y que llevé mucho garrote de parte de ella.


La verdad yo no puedo recordar mucho esto, pero me parece cuestionable por mi naturaleza angelical.


Los padres de hoy en día somos bastante permisivos, a tal grado que parece que nosotros fuéramos los hijos.


He visto en la calle como papá o mamá llegan a hacer la voluntad de un pequeño solo para evitar que este haga berrinche.


También he visto muchos de los niños que fueron creciendo bajo estos parámetros de permisividad, como le faltan al respeto a sus padres, ahora que son adolescentes.


Lo más increíble es que los padres se quejan por qué el niño les “salió” así.


En otras palabras, los humanos siempre nos vamos a los extremos y esta no ha sido la excepción.


La pregunta importante que nos viene en este momento es, ¿cuál debería ser el punto de equilibrio en la disciplina de nuestros hijos?


Primero que todo, cuando se le pregunta a uno de los padres de hoy en día por qué no disciplina a su angelito, de inmediato contesta que lo ama y que por eso NUNCA le hará daño.


Debemos aclarar que el amor no significa que nuestros hijos hagan lo que ellos quieran.


Al contrario, esto es abandonar a un hijo a la suerte del destino.


No hay nada de amor en dejar que tu hijo(a) haga su voluntad, pues no vas a estar todo el tiempo allí para protegerlo.


En algún momento vas a faltar y solo les quedará las cosas, buenas y malas, que aprendieron de ti.


Existe un dicho que vengo escuchando desde que era un niño sobre esto.


Literalmente reza, “el que no tiene padres en la casa, pronto los conseguirá en la calle”.


Tristemente la gente en la calle no es tolerante como tu “amor de padre” permisivo.


Ten por seguro que si acostumbras a tu hijo(a) a pasar por encima de ti, alguien en la calle le romperá la boca.


Y puede que digas “es que yo a mi hijo(a) le voy a enseñar a defenderse”.


Recuerda que, para un fuerte, siempre hay otro más fuerte.


Yo creo firmemente que el punto de equilibrio en la disciplina está en darle conocimientos a tus hijos.


Con esto me refiero que en vez de darle las cosas simplemente porque sí, ¿por qué no le enseñas a ganárselas?


Automáticamente estarás enseñándole el valor de las cosas, que con su inteligencia puede ganar y también le estará enseñando a trabajar.


Al fin y al cabo, eso va a tener que hacer en algún momento futuro.


Si quieres conocer más información sobre estos métodos te invito a ver LA MEJOR EDUCACIÓN PARA NUESTROS HIJOS.


Nuestros hijos son bastante listos y no hay necesidad de maltratarlos para que entiendan.


Pero hay que ser firme y aprender a decir la palabra NO con ellos.


Enseñarles que hay una autoridad, pues cuando crezcan se van a enfrentar a que deben seguir una autoridad y unas leyes o de lo contrario tendrán que ser delincuentes y prófugos de la Ley.


Otra cosa que les estás quitando a tus hijos si eres permisivo es la fortaleza mental.


Normalmente cuando un niño crece sin reglas básicas o autoridad, se convierte en un adulto frágil mentalmente.


Es decir que nunca aprendió a resolver, a enfrentar las cosas y por lo tanto tendrá la tendencia a ser derrotista.


Hoy en día vemos como nuevas generaciones les ofende todo, se quejan por todo y quieren obtener de la vida bienestar sin esfuerzo.


Debemos ser conscientes que el mundo de cierta forma es un lugar implacable.


Y cuando nos creemos víctimas, siempre vamos a encontrar un abusador.


Al doctor Guillermo Villa Ríos, le aprendí la siguiente frase: “Se duro con la vida, para que la vida sea blanda contigo”.


Pues cuando uno “es blando con la vida, esta es dura con uno.”


Esto quiere decir que cuando tú te esfuerzas por ejemplo estudiando, eso va a ser bastante duro para ti.


Pero con el tiempo, debido a esta dureza, la vida se volverá blanda contigo, pues tus conocimientos te abrirán puertas.


En cambio, si eres blando con tu vida, es decir eres indiferente al esfuerzo o solo te importa divertirte, la vida será bastante dura contigo en el futuro.


Así pues, quiero animarte mediante esta información a darle verdadero amor a tus hijos interesándote por su avance diario.


No hagas como la mayoría que debido a su fracaso disciplinario entregan a sus hijos al sistema educativo que no necesariamente le puede estar enseñando a triunfar.

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lunes, 29 de junio de 2020

El auto castigo como método de sanación



El auto castigo como método de sanación Aunque todos deseamos vivir en bienestar es un hecho que muchos buscamos el dolor antes que el placer.

Esto lo podemos ver en nuestros pequeños actos de cada día con la pareja que estamos, el trabajo que tenemos y no queremos, y el poco cuidado que dedicamos a nosotros mismos.

Y aunque te parezca ilógico que algunas personas prefieran seguir viviendo mal, pregúntate ¿por qué sigues viviendo eso que no te gusta y no has alcanzado esa vida que piensas que te mereces?

Cuando analizamos todo esto, con honestidad, podemos concluir que hay algo que está interfiriendo nuestro andar hacia donde realmente queremos.

Es como si una fuerza invisible dentro de nosotros no quisiera que alcanzáramos nuestros sueños.

Y en realidad no estamos muy lejos al afirmar esta expresión, pues esa “fuerza” invisible que te ataca se llama programación mental.

Ya hemos visto que esta se formó entre los primeros 5 a 8 años de vida.

Quizás nos creemos muy grandecitos para no dejar dominar nuestra vida por las creencias pasadas y arraigadas en el subconsciente.

Sin embargo, es un hecho que por más fuertes que nos sintamos, no es fácil tomar el control total de nuestras vidas.

De lo contrario estaríamos en total felicidad con la vida actual que llevamos.

Pero vemos que nos castigamos por todo, así no tengamos nada que ver con lo que esté en nuestro entorno.

Por ejemplo, cuantos de nosotros hemos llegado a sentir culpa por la situación de emergencia a nivel mundial.

Y no solo eso, pensamos que hemos estado haciendo algo tan malo que por eso Dios, la Vida o el Universo nos está castigando con una pandemia.

Puede sonar ridículo, pero he visto en las calles, gente arrodillada orándole a Dios para que nos perdone y acabe con la situación.

Lamentablemente, nos han programado para sentirnos de esta manera desde que éramos muy niños.

Intenta recordar lo que sucedía cuando las personas a tu alrededor te estaban evitando hacerte daño.

O quizás no querían que hicieras tan maniobra que pudiera arriesgar tu vida.

¿Verdad que las expresiones de “cuidado con eso”, “hay donde se entere tu papá”, etc., eran el común denominador en tu niñez?

Por ejemplo, en mi caso, cuando estaba ingresando a la pubertad, en mi país llegó de moda un baile muy “peligroso”.

Era el famoso Break Dance.

Prácticamente el que se atrevía a esto tenia genes de malabarista y contorsionista, pues se bailaba de pie, en el suelo y hasta en la cabeza.

Recuerdo que las personas a mi alrededor decían que eso era muy peligroso y que tuviera cuidado porque podría partirme el cuello.

Cuando uno se encuentra en la pubertad, siente que es inmortal. Que nada le va a pasar por tanta energía que tiene en su cuerpo.

A medida que pasan los años y uno va envejeciendo, comienza a ver lo que hacen los jóvenes como algo peligroso.

Y esto ocurre porque uno ya no tiene la misma energía y es por eso que los miedos que uno aprendió y adquirió intenta transmitírselo a los más jóvenes para que no se hagan daño.

Es aquí donde nos volvemos unos bien intencionados, pero mal informados consejeros.

Tristemente nuestros miedos tratamos de imponérselos a los que amamos con el fin de protegerlos.

Pero en realidad lo que les estamos haciendo con esto es un gran daño, pues estaríamos frenando sus intereses y sueños.

Y atención, con esto no estoy diciendo que deba importarnos poco el bienestar de los que nos rodean.

Pero una cosa es aconsejar en determinado tema y otra muy diferente meterles miedo y culpa a las personas para conseguir lo que queremos.

Así que te animo mediante esta información a que no te sigas auto castigando para sanar las heridas que tengas del pasado.

La Vida quiere darte todo, pero debes permitírselo con tu propio perdón.
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miércoles, 14 de marzo de 2012

La transición de víctima a verdugo


ADVERTENCIA: Antes de iniciar esta entrada, deseo advertir que si te consideras una persona sensible o emocionalmente no te interesa progresar, es mejor que no leas esta entrada, pues quizás resulte un poco ofensiva y mi deseo no es ofender a nadie, y mucho menos que alguien se sienta aludido con los temas aquí tratados. Mi único objetivo como dice la sección “Por qué fue escrito este blog” es despertar tu inteligencia emocional a través de mis investigaciones, observatorios, laboratorios y experiencias personales con el único fin de que retornes al camino del bienestar. Hecha esta advertencia, entonces ingresemos al tema.

victima
Como todos sabemos este mes de marzo ha sido denominado el mes de la mujer. Recuerdo que hace muchos años se le dedicaba sólo el día 8 de marzo para esta celebración. En aquella época había todavía una gran discriminación hacia la mujer e incluso yo mismo llegué a participar de burlas y comentarios sarcásticos sobre el tema.

Recuerdo que con mis compañeros de estudio de aquella época, hacíamos bromas muy crueles hacia nuestras compañeras y a pesar de que estudié en un colegio comercial donde la mayoría del personal estudiantil era femenino todas pasaban por alto estas bromas, aunque no fueran de su agrado. Llegó a ser tan tormentosa la situación que hasta las mismas compañeras hacían chistes sexistas sobre ellas mismas y por supuesto, los hombres nos burlábamos con mayor crueldad.

En cierta ocasión hasta se me acercó una compañera a quien todavía recuerdo por su ternura y me dijo “Gabriel, ¿por qué será que las mujeres somos tan brutas?”. La verdad sentí lástima por la pregunta y le dije “mira, ustedes no son brutas, solo que nosotros las hemos convencido tanto de eso que ustedes ya están actuando como tal.”

broma
A pesar de esta situación yo era muy apegado a mis compañeras de estudio, e incluso las más grandes amistades confidentes y cómplices que he tenido en mi vida han sido mujeres. De allí que he podido aprender ciertas técnicas de manejo emocional que los hombres por naturaleza desconocemos. Como vimos en la entrada anterior, podemos decir que las mujeres tienen cierta ventaja en la inteligencia emocional, con respecto al hombre y por eso estadísticamente viven más que nosotros.

Con los años he visto que esta situación ha cambiado. Incluso, gracias a las campañas en medios de comunicación la violencia contra la mujer ya se ha calmado un poco y las mujeres tienen más participación en los puestos públicos y promueven la creación de nuevos conocimientos. Creo que esto jamás se hubiera imaginado ningún hombre en la época que describo anteriormente.

Lamentablemente cuando uno ha sido víctima y deja de serlo, ocurre un fenómeno emocional que le podríamos llamar “re-sentimiento”, el cual viene acompañado de un deseo de venganza y justicia por la situación vivida con anterioridad. En la entrada Como puedo ser feliz en mis relaciones, menciono una situación similar que me ocurrió a mí y fue pasar de víctima a verdugo.

castigo
Esto es lo que está ocurriendo actualmente con el respeto que se le ha dado a la mujer. Si observas cuidadosamente tu entorno, las mujeres hacen comentarios anti-hombre y ridiculizan una persona simplemente por pertenecer a un género que le tocó aleatoriamente. Y no solo eso, también se está presentando el fenómeno del maltrato masculino.

Quizás tu me digas “¿maltrato masculino?”. Y es lógico pues a veces pensamos que maltrato es solo golpes y/o heridas físicas. Si eres una mujer que maltrata a tu pareja por ejemplo, intenta responder con honestidad las siguientes preguntas:

1. Es tu pareja primero, a pesar de que tienen hijos o más bien están tus hijos primero?
2. Respetas la opinión de tu pareja, o discutes y ridiculizas sus creencias u opiniones en algún tema?
3. Respetas a tu pareja sólo cuando te provee el dinero para el hogar?
4. Cuál consideras es tu familia, padres, hermanos, sobrinos, tíos? O tu pareja e hijos?
5. Le criticas o peor aún, le prohíbes a tu pareja realizar cierta actividad?
6. Le criticas o peor aún, le prohíbes a tu pareja frecuentar algunas personas?
7. Le gritas delante de otros o en soledad?
8. Le insultas delante de otros o en soledad?
9. Le dices que no sirve para nada o le dices a tus hijos que no sirve para nada?
10. Te consideras superior a él?
11. Controlas a tu pareja con el sexo?
12. Controlas a tu pareja con tus hijos?

Normalmente, cuando enfrentamos estas preguntas, inicialmente pensamos que eso no es con nosotros a pesar de estar cumpliendo completamente la lista y esto se debe a la negación que mencioné en la entrada La negación como causa de infelicidad, y otra causa, quizás el motivo más importante por el cual se niega esto es porque te sirve para controlar.

sirviente
Mira, seamos honestos, tener un pend… digo, una víctima controlada para que haga lo que a nosotros nos conviene es muy divertido, a parte de útil. Esto es similar al malgenio. Mucha gente lo padece pero no hacen nada porque se han dado cuenta de que otros sienten temor y hacen lo que ellos quieren.

Son salidas inteligentes de nuestro sistema enfermo de pensar, pero muy disfuncionales, pues yo te aseguro que ningún ser humano vino a obedecer a otro, o sino ¿por qué crees que ocurren las guerras? Y a la final esto se vendrá en contra tuya y luego dirás con una dulce y tierna voz “¿Dios mio, por qué a mí?”. SUSPIRO…

Muchas veces he escuchado decir que las relaciones del tipo eros o de pareja se complican y terminan por dos motivos. El primero es la falta de dinero y el segundo es que jamás se piensa que se ha formado un nuevo hogar y se sigue viviendo mentalmente en el hogar paterno-materno. Yo comparto estas afirmaciones y también le agregaría a esta lista la neurosis pues finalmente ambos se van con muchas ilusiones y expectativas. Y cuando estas no se cumplen entonces mi mente inmadura comienza a dejar de hacer cosas porque el otro o la otra no cumple lo que yo deseo y allí comienza la ruptura inicial del pseudo-amor que se profesaban.

Mira, lamentablemente todos cometemos estos errores, pues no existe una escuela o universidad para ser pareja. A todos nos toca la gran tarea de improvisar y lo que es peor, como no tenemos experiencia, ¿adivina de donde sacamos la información para crear nuestra nueva experiencia? Por supuesto, de la televisión o de los chismes de otros o de lo mal que le fue a x o y persona. Luego, cuando fracasamos, decimos que Dios se equivocó o que el amor duele o que no es para mi y toda esa gran cantidad de pende… digo de cosas que decimos para culpar a otros y no a nuestra inmadurez emocional.

amor
¿Te gustaría dejar de vivir de ilusiones y amores que solo se muestran en las películas y vivenciarlo tu misma? Entonces tienes que comenzar a hacer lo que he repetido varias veces en este blog y es hazte cargo de ti misma. ¿Y eso como se hace? Muy simple, viviendo tu vida, dejando de meterte en la vida de los demás, de tus hijos, pareja, padres, hermanos, tíos, sobrinos, primos, abuelos, vecinos, ídolos, etc. y preocupándote únicamente por tu vida.

Mucha gente me ha preguntado al leer esto “¿pero que cambio?” y yo veo que no son capaces de controlar la angustia que sienten por los problemas. También veo que les controlan el horario y las actividades a otros. También veo que dudan de las intenciones de Dios para con ellos, etc. pero no hay nada que cambiar, ni nada que evaluar. El jodido o jodida emocional, siempre piensa que él o ella están bien y que el mundo es el malo e injusto con ellos, y que las guerras, hambre, dolor y sufrimiento son causas directas de Dios y que él debe tener un motivo justo para que la gente sufra.

Si realmente quieres dejar de ser una víctima y no convertirte en un verdugo, sino en una persona de éxito, entonces hay que evaluar tu vida, tus cosas, tus situaciones. No te quejes de tu “destino”. Evalúa si tú no lo estás provocando. Arregla tu vida, vívela y deja de los demás sigan y vivan la suya. Si quieres ayudarlos, enséñales con tu ejemplo que se puede vivir con calidad.
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jueves, 20 de mayo de 2010

El Monstruo del Castigo

Año tras año, desde que llegamos a esta existencia, vamos alimentando una “Mascota”, o Monstruo que lo podríamos denominar como Monstruo del Castigo. Esta criatura que habita en nuestra imaginación, aunque seamos muy adultos, nació desde el mismo momento en que nos dijeron frases como “no tocar”, “no puedes”, “no hagas”, “no saltes”, “no hagas ruido”, “no juegues” e incluso “no pienses”.

Como hemos estado analizando, La Vida (que es Dios en acción), nos ha entregado todo para disfrutar y vivir en armonía con todo y todos. Esto lo podemos experimentar a través de los sentidos, pues no es necesario ver en colores para vivir y ¿por qué nos fue dado ese don de esa manera? No es necesario disfrutar de la música y otros sonidos para vivir, pero nos fue dado de esa forma. Entonces ese simple hecho nos demuestra que el Poder que nos ha colocado aquí desea nuestro bien y nuestro bienestar.

No entraremos en detalles filosóficos o teosóficos sobre qué pasa en nuestras vidas que no están en armonía con esas evidencias pues ya sabemos que nuestro descontrol emocional nos ha traído hasta donde estamos. Lo que vamos a analizar en esta entrada es por qué nos castigamos y castigamos a otros.

Desde niños hemos sido condicionados a desear cosas y luego nos enseñan que no podemos tenerlas. Esto, sumado a experiencias similares mientras vamos creciendo, va creando frustración, ira, venganza, odio y se ha estado acumulando vez tras vez pues no hemos sabido cómo enfrentarlo.

Es por eso que cuando todo nos está saliendo bien, nos llega una extraña sensación de temor y nos preguntamos internamente ¿por cuánto tiempo vamos a estar bien? Y nos llegan pensamientos pesimistas tales como “no me puedo sentir muy feliz, pues quizás el mundo se de cuenta y me traiga catástrofes o enfermedades a mi o a mis parientes”, entonces decido vivir a medias, medio feliz, medio sano, con más o menos dinero suficiente para vivir “tranquilo”.

Mira, nuestro cerebro es como un niño que se va conduciendo obedientemente con lo que le digas si tú muestras autoridad. Nuestros pensamientos producen emociones que finalmente nos llevan a acciones.

Por eso si constantemente le sigues enseñando a tu cerebro que lo que te ocurre es un castigo por x o y motivo, que si alguien no hizo lo que tú crees que debería hacer entonces lo castigas con palabras o ideas, estarás conduciendo tu cerebro a seguir alimentando ese Monstruo que te atormenta día y noche y que no solo recibirás castigo en esta vida, NO. También te espera un infierno o un lago de fuego, etc. ¿Te parece que a eso viniste aquí? ¿Es ese el objetivo de un Creador “justo” que te puso todo para disfrutar pero que si no haces lo que dicen sus “puentes” serás castigado en esta y la otra vida?

No estoy criticando tus creencias o diciendo que las mías son mejores y que tengo la verdad. Eso es asunto tuyo seguir las ideas que quieras. Pero si de verdad deseas cambiar a una mejor vida, tu concepto de Dios debe apoyarte. No animo a nadie a pasarse o cambiarse a otra religión, pero si sería bueno que viviéramos como Buda o como vivió Jesucristo u otros tantos maestros espirituales que han pasado por este planeta, es decir viviendo con pasión, alegría, amor, paz, abundancia, bienestar, aunque fueran criticados por vivir de esa forma maravillosa.

Tampoco te exhorto a que no te responsabilices de la educación de tus hijos si los tienes y permitas que ellos hagan lo que quieran hasta el punto de hacerse daño. Recuerda que los extremos son nocivos. Una cosa es castigar y otra cosa muy diferente y positiva es educar.

Recuerda, lo que te sirvió en tu educación de niño fue perfecto mientras vivías esos momentos. Te ayudo a vivir y ahora estás aquí, pero muchas de esas situaciones y personas ya no están, y si seguimos enfrentando la vida como lo hacíamos en el pasado no va a funcionar, pues ahora hay otra información, personas y nuevas situaciones.

Lo ideal con los hijos es explicarles que uno le enseña normas para su protección ahora y en el futuro, pero que ellos mismos en el futuro vivirán nuevas situaciones que deberán enfrentar con inteligencia. Y para enseñarles a ser inteligentes primero debes volverte tu inteligente de forma emocional, pues ya lo eres intelectualmente y así ellos podrán copiar tu ejemplo.

¿Alguna vez te ha pasado que escuchas una frase de alguien y te gustó tanto que la comienzas a decir a otros y la haces parte tuya? Eso que te acabo de describir es lo que hemos estado haciendo siempre con otros. Buscamos aceptación en otros, tener un punto de referencia nuestro en otros. Es decir ser aceptados, por eso imitamos y hemos venido imitando no muy bueno ejemplos de carencia, enfermedad, odio, venganza, dolor, tristeza y sufrimiento.

Es hora de comenzar a imitar a Dios que es abundancia, luz, paz, amor, creatividad, pasión, dulzura, alegría, verdad, bienestar, fuerza, pureza, belleza, armonía, bendición, poder, salud, amistad, entrega, libertad y una gran larga lista de buenas cualidades. Tú ya eres uno con el Creador, ya estás protegido, todo lo que existe es para ti y tu bienestar y para que compartas con otros tu Poder Interior.
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