Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 22 de mayo de 2023

Utilizados y desechados: Cuando tratamos a las personas como servilletas



Utilizados y desechados: Cuando tratamos a las personas como servilletas

Absolutamente todos hemos llegado a sentirnos utilizados por las personas. 


Y el que diga que no, es porque no tuvo infancia. 


Y no solo eso, también hemos llegado a utilizar a las personas y desecharlos cual servilleta cuando nos limpiamos el pico. 


Y quizás podemos concluir en este momento que, así como me lo han hecho a mí, tengo todo el derecho de desquitarme. 


Pero lamentablemente esta vida da muchas vueltas y al parecer a la vida no le basta con eso. 


También puede llegar a ser bastante irónica y vengativa. 


Por ejemplo, hace varios años, un amigo me contó una historia que conoció de primera mano. 


Un grupo familiar había comprado una casa. 


Lamentablemente el cabeza de hogar perdió su trabajo y no pudo seguir pagando las cuotas. 


Y debido a sus intereses atrasados, cada mes eran más altas. 


Finalmente, el señor fue con toda su familia a rogarle al juez encargado de este caso. 


El cual, por supuesto, se pasó sus ruegos por el forro y finalmente les quitó la propiedad que no pudieron pagar. 


Sin embargo, la vida es tan irónica que uno de los hijos de este señor creció y con los años se hizo abogado. 


Y para mala suerte del juez que les quitó la casa, le tocó una situación similar, pero con unas propiedades heredadas. 


Y adivina que pasó. 


Efectivamente este niño, que creció y se encargó del caso de su verdugo en el pasado, no dejó pasar la oportunidad y se la aplicó. 


Que, si estuvo mal o no, eso no creo que nos corresponda a nosotros, pues no vivimos en carne propia esa experiencia. 


Dicen que los que somos de signo escorpión somos muy vengativos y te puedo asegurar que yo habría hecho exactamente lo mismo. 


Yo sé la regreso, y se la restriego en la cara. 


Ahora no vayas a ir corriendo de chismoso a decir que Gabrielito lindo está recomendando vengarse de todo y todos. 


Eso es asunto de cada uno, según las vivencias que ha tenido y no podemos juzgarlo hasta no estar en la misma piel. 


Pero el asunto sobre este tema va más allá de una simple venganza o desquite. 


Por ejemplo, hace ya muchos años antes de entrar a mi crisis financiera yo tenía un trabajo de M. 💩


No me malinterpretes. 


Quiero decir que a pesar de que mi trabajo era excelente, a mí no me gustaba desempeñarlo. 


Por eso tenía una errónea concepción mental de que era una M. 


Afortunadamente no me quedé allí, porque sentía que ese sentimiento de rencor y frustración me iba a matar. 


Y me dediqué a buscar uno diferente, acorde a lo que yo realmente deseaba hacer. 


Así que, finalmente me salió este nuevo y soñado trabajo. 


Cualquier hubiera ido a renunciar y a decirles a los del antiguo trabajo “hasta nunca, hpts”. 


Pero de alguna forma, este angelito lindo sentía que eso no era lo correcto, pues no era culpa de nadie la frustración que yo sentía. 


Entonces los últimos días que permanecí en dicho trabajo, traté de hacerlo de la manera más excelente que pudiera. 


Incluso en mi último día me despedí de todos con mucho amor y respeto. 


Cuando ya pasé mi crisis, que duró aproximadamente unos 3 años, ¿adivina quién me ayudó a ubicarme laboralmente? 


Exactamente las personas de ese trabajito de M con el cual yo estaba resentido. 


¿Te imaginas si me hubiera dejado llevar por el resentimiento y me hubiera ido de pelea con todos? 


Y tal vez me digas en este momento, “Gabrielito lindo, pero entonces ¿cómo actuar cuando estás en esa misma situación, pero hay gente que te hace la vida imposible?”. 


“Porque en tu caso, tú solito te hacías el infierno”. 


Mira yo sé exactamente lo que es tener problemas con los demás. 


A pesar de que uso mucho el carisma para conectar con las personas, no falta el pato problemático que no quiera llevar las cosas por las buenas. 


Yo he tenido problemas con vecinos, pero no por eso los considero mis enemigos y les deseo el mal. 


Simplemente con aquellos con que no he podido estar de acuerdo, cuando me los encuentro no los ignoro, sino que los saludo. 


Al principio no me respondían. 


Finalmente, en la actualidad lo hacen, así hayamos tenido nuestras diferencias. 


En definitiva, un saludo no se le niega a nadie. 


No podemos actuar como niños de 14 años o menos donde si no estamos de acuerdo con alguien le dejamos de hablar. 


Y hasta le PROHIBIMOS a las personas cercanas la junta con ellos. 


Mira la vida no es estable. 


Siempre puede cambiar y la gente que está arriba, se viene abajo y viceversa. 


No sabes en qué momento esa gente con la que has peleado te pueda tender la mano, o tu darles una ayuda. 


Así que quiero animarte, mediante esta información, a procurar tener buenas relaciones con todo tu entorno. 


Recuerda que, si hay diferencia con la gente, esto no debe ser excusa para ser mal educado o comportarte como un púber emocional. 


Esta vida es muy irónica y es mejor estar siempre un paso adelante.

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lunes, 10 de octubre de 2022

El problema del malgenio



El problema del malgenio

El malgenio es una de las emociones que todos los seres humanos hemos experimentado. 


El que diga que no, definitivamente no tuvo infancia. 


De hecho, la primera “escuela” de malgenio es nuestra propia madre. 


Si no puedes recordar cómo era tu infancia, intenta observar cómo se comportan los niños de tu entorno. 


En esa edad todos experimentamos una felicidad constante pues disfrutamos mucho de la vida. 


Por ejemplo, mi hija Isabellita cuando comenzó ya a caminar por si solita, se le notaba mucho el entusiasmo cuando paseábamos por la calle. 


Movía sus bracitos de un lado a otro como si estuviera bailando. 


Vaya a ver si hace eso ahora que es adolescente. 


De por si todos los adolescentes les da pereza caminar o hacer cositas que de niños disfrutaban. 


Esta comparación entre lo felices que éramos durante nuestra infancia y lo aburridos que nos volvemos en la adolescencia, hace que nos preguntemos “¿qué fue lo que nos pasó?” 


Pues finalmente cuando somos adultos añoramos ser niños de nuevo. 


Para volver a disfrutar al máximo toda esa infancia que poco a poco dimos por sentada. 


Que eso iba a estar allí eterno e inmutable para nosotros por siempre jamás, amén. 


Bueno resulta que toda esa felicidad fue poco a poco apagándose cuando nuestros padres nos regañaban. 


Incluso a algunos se les llegó a ir la mano con los castigos. 


Esto hizo que aprendiéramos la mecánica de obedecer para evitar un castigo. 


Y no estoy diciendo que esto fue malo. 


Al contrario, fue necesario pues en la actualidad vemos las consecuencias de las generaciones de los 90 y 2000 cuyos padres fueron bastante permisivos. 


Hay demasiado patán en la calle. 


Incluso hay total falta de respeto por las autoridades oficiales. 


Y finalmente hemos visto con nuestros propios ojitos como se ha cumplido el refrán, “quien no tiene padres en la casa, los consigue en la calle”. 


Para un agresivo, siempre existe otro más agresivo. 


Pero aquellos que aprendimos una disciplina en casa mediante los regaños, esto no terminó allí. 


Cuando somos adultos y vamos interactuando por ejemplo en un trabajo, mucha gente que sabe esta información la utiliza para que obedezcas ciega mente sus mandatos. 


O que los complazcas en sus caprichos así estés haciendo cositas que no disfrutes. 


Para que me puedas entender un poco mejor, ¿has notado como muchos jefes tratan a sus empleados? 


Siempre gritando como si fueran tus padres. 


¿Y Sabías que esto no lo hacen de casualidad? 


Ya sea que lo hayan descubierto por sí mismos o hayan sido instruidos en esto, los gritos y “malos tratos” a otros hace que obedezcan sin cuestionar. 


Y esto ocurre por el condicionamiento que aprendiste de niño con tus padres. 


Así pues, los adultos que de alguna u otra forma conocen esta información, actúan como tus padres para que sigas bajo control. 


Observa por ejemplo como un militar da una orden a un joven que acaba de ingresar a prestar su servicio obligatorio. 


Siempre da las órdenes gritando pues esta persona conoce como funciona el condicionamiento social. 


Y lo aprovecha a su favor para no perder la autoridad. 


¿Has notado que hay parejas que también hacen esto mismo? 


De hecho, es muy común ver a las mujeres hacer esto con su macho. 


Incluso hay algunas que mantienen en estado de constante malgenio, pues esto les funciona. 


¿Vas comprendiendo por qué cuando somos adultos, mucha gente intenta hablarnos fuertecito para que obedezcamos? 


Y quizás en este punto me estés preguntando, “Gabrielito lindo ¿cómo haces tú cuando una persona se pasa de la raya contigo y te habla fuerte?”. 


Bueno primero que todo, con estas lindas manitos le haría la ortodoncia de forma gratuita. 


No, en realidad las pocas veces que alguien ha intentado hablarme como “golpeadito” de inmediato lo freno. 


Yo no le permito a nadie que me levante la voz, pues a todo el mundo siempre trato como mucho amor, respeto y consideración. 


¿Pero qué ocurre si llevas mucho tiempo permitiendo que tu pareja, jefe o cualquier persona en la calle te grite? 


Esto es algo un poco complicado de cambiar pues desafortunadamente tú mismo no te respetas y has permitido que otros te irrespeten. 


El primer paso sería comenzar a replantearte tu vida y como te faltas tú mismo al respeto. 


Por ejemplo, ¿te cumples tus palabras y haces lo que dices que vas a hacer? 


¿Sabías que procrastinar es una falta de respeto hacia ti mismo? 


Comienza entonces respetándote a ti mismo, al respetar tu palabra. 


¿Dices que te vas a poner en forma y has seguido cumpliendo esa meta? 


¿O que vas a ahorrar X cantidad mensual y sigues en ese propósito? 


Si tú no te tomas en serio, ¿cómo espera que otros te respeten? 


Ahora bien, conociendo todo esto de la manipulación que se puede hacer mediante el condicionamiento paterno, espero que no salgas corriendo a aprovecharte de esto. 


Esta información te la estoy dando para que vivas en bienestar y no permitas más malestar en tu vida. 


Tú puedes obligar a una persona a obedecer mediante tu actitud grosera y malgeniada. 


Pero todo en la vida tiene consecuencias y esto generará odio y resentimiento hacia ti. 


¿O acaso eso no es lo que has sentido frente a un jefe o tu pareja cuando haces cosas que no quieres simplemente para evitar el disgusto de ellos? 


De ti depende actuar con rabia para recibir rabia y desprecio. 


O actuar con amor para recibir igual sentimiento y respeto.

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lunes, 23 de noviembre de 2020

El problema de las exceptivas y los apegos



El problema de las exceptivas y los apegos

Una de las cosas más importantes que tiene el ser humano es la voluntad.


La voluntad humana ha sido capaz de mover el mundo, descubrir nuevas cosas y hasta mejorar la propia vida.


Una de las tantas definiciones que el RAE tiene sobre esta es la intención, ánimo o resolución de hacer algo.


Pero nota que se está hablando sobre el ánimo o resolución de hacer algo.


Aquí nos puede surgir la pregunta, ¿entonces dónde nace la voluntad para hacer las cosas?


Detrás de toda esa fuerza que nos impulsa a realizar algo está la esperanza.


Curiosamente la esperanza está asociada a las expectativas.


Algunas personas definen la esperanza como algo positivo en lo cual, estarías confiando en el proceso.


En cambio, la expectativa la perciben como algo negativo que solo se basa en resultados.


Un ejemplo de estas definiciones lo podríamos ver como la esperanza que tienes de que algo bueno suceda en el futuro.


Contrario, la expectativa sería intentar predecir ese futuro como bueno o malo para ti.


Podríamos decir que de aquí se desprende el concepto de esperanza como positiva y expectativa como negativa.


Pero si vamos a la definición de expectativa que tiene el RAE, la define como “esperanza de realizar o conseguir algo”.


En otras palabras, el RAE estaría conectando intrínsicamente estas dos palabras.


En este punto podría surgir una nueva pregunta, ¿qué son entonces los apegos y si de alguna forma están relacionados con las expectativas y esperanzas?


El apego se define como un vínculo afectivo intenso, duradero y singular.


Es decir que va específicamente a una persona y no a todas.


Se podría dar el caso, pero hasta la fecha no he visto el primer ser humano que tenga apegos por TODA la humanidad.


Siempre tenemos personas favoritas y por lo general el resto del mundo nos cae mal o es indiferente para nosotros.


Podríamos decir que las expectativas son una esperanza hacia algo, mientras que el apego vendría siendo la afirmación de que algo o alguien me pertenece o es mío.


Los apegos nacen en nuestra infancia.


Para que un ser vivo pueda tener un desarrollo medianamente normal necesita por lo menos de un cuidador.


Con este cuidador debe tener una relación o una conexión para poder llegar a tener una seguridad en el entorno que lo rodea.


De hecho, en los años 60, el doctor Harry Harlow realizó una serie de experimentos de dudosa ética que muchos profesionales llegaron a considerar crueles.


Por aquella época se discutía si los apegos nacían por el alimento o simplemente por la calidez de las relaciones.


Y también se pensaba que el contacto físico era una forma de malcriar a los hijos.


Este experimento consistía en separar crías de monos de su madre y ponerlos frente a dos muñecos.


Uno de estos muñecos era de felpa y el otro de alambre.


El de alambre tenía un biberón y los pequeños monos se apegaban más al muñeco recubierto de felpa y solo se acercaban al de alambre cuando necesitaban comer.


A partir de estos estudios, las cosas cambiaron bastante y vemos que se le dio más protagonismo a la relación padres e hijos.


Estos estudios reflejaron básicamente tres clases de apegos.


Si el cuidador de mostraba sensible, accesible y atento la persona desarrollaría un apego seguro.


Si la atención del cuidador era errática el individuo pasaría a ser una persona ansiosa.


Y por último si el cuidador era distante, rígido y desapegado, el adulto sería una persona evasiva.


A título personal yo pienso que con esta situación ocurre lo mismo que con los complejos de Edipo y Electra.


Son cosas que nos sirven en determinado momento, pero que, al nunca resolverse, cuando somos adultos pueden aflorar y perjudicarnos.


Para poder entenderlo mejor, intenta recordar las parejas que has tenido.


Si eres mujer, recuerda cómo las personalidades y hasta el físico de las personas que han compartido la vida contigo hasta la fecha se parecen.


Lo mismo si eres hombre, vas a notar que ocurre lo mismo con las personas con las cuales han compartido.


Y si eres bastante detallista, notarás que estás personas a la final son bastante parecidas a tu figura materna o paterna según tu caso.


Notarás que has estado buscando a tu madre o padre en tu pareja por el complejo de Edipo o Electra según tu caso.


Si eres mujer y tuviste un padre maltratador, ¿adivina con qué tipo de personas has estado compartiendo?


Hace algún tiempo compartí la experiencia de una gran amiga que tuvo un padre estricto.


Ella conoció a un hombre maravilloso, pero por extrañas razones lo abandonó.


¿Puedes ver porque haría algo como esto?


Simplemente su figura paterna estricta no coincidía con la de una persona flexible.


Lo mismo ocurre con nuestros apegos y expectativas.


El apego a un cuidador o cuidadores nos sirvió en su momento para sentir seguridad de nuestro entorno.


Pero son situaciones que quedaron allí en el olvido, en nuestro sistema nervioso.


Y es por eso que ahora que somos adultos sentimos la necesidad de apegarnos a esa figura que consideramos importante.


Si esa otra persona es tan “necesitada” de ti, podríamos decir que tienes buena suerte.


¿Pero qué pasa cuando esa otra persona toma decisiones diferentes y prefiere estar con otras personas?


Es por eso que los apegos nos representan un problema.


Cuando iniciamos una relación siempre llegan nuestras expectativas.


A medida que vamos conociendo a una persona le podemos ver errores y problemas potenciales a futuro.


Pero nuestras expectativas nos hacen creer que con “nuestro amor” las podemos llegar a cambiar.


Y no solo eso, nos imaginamos un ideal del amor, es decir, tenemos la expectativa de que sea romántico(a), detallista, de buen humor y que comparta con nosotros todo momento.


Cuando esto no se cumple, sufrimos y le reclamamos a la otra persona de que no nos ama.


Lógicamente la otra persona con sus propios problemas se va a sentir aburrido(a) por esto, pues ve que sus esfuerzos de amor no son suficientes.


Comienzan los resentimientos porque creo que la otra persona no me está dando lo que merezco.


Los que han podido traspasar sus apegos, rápidamente dejan esa relación y consiguen una nueva, repitiendo este ciclo casi infinitamente.


Los que no pueden con sus apegos prefieren seguir adelante, así su “amorcito” no les esté complaciendo lo que ellos esperan.


Ahora bien, siendo conscientes de todo esto, nos puede surgir la pregunta, ¿cómo puedo dejar los apegos y las expectativas?


La respuesta es tan simple como vivir tu vida y dejársela vivir a los demás.


Con esto me refiero a que tú mismo te tienes que convertir en la persona más importante de tu vida.


Puede que suene a egoísmo, pero ¿si tú estás enfermo, crees que puedes ayudar a los que también están enfermos?


Cuando las personas abordan un avión, una persona de la tripulación les da instrucciones sobre estados de emergencia.


Por ejemplo, que ocurre si tienes que evacuar y las salidas de emergencia.


Dónde están los chalecos salvavidas y las mascarillas en caso de despresurización de la cabina.


Hay un hecho curioso sobre esto último y es que, si caen las mascarillas arriba de tu asiento, y ves que tienes niños a tu lado, nunca debes ponerles la mascarilla a ellos primero.


Primero debes ponértela tú y luego si auxiliar a los pequeños.


Esto puede sonar egoísta, pero si tu pierdes el conocimiento, ambos van a morir.


Así que quiero animarte mediante esta información a que te conviertas en el ser más importante de tu universo.


La única manera que puedes ayudar a los que amas es cambiando tu propio destino.


Automáticamente notarás que sus vidas cambiarán sin que se los digas.

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lunes, 7 de agosto de 2017

Búsqueda y reencuentro con el niño interior


Búsqueda y reencuentro con el niño interior

Durante mi proceso de búsqueda de información sobre control emocional, me di cuenta que interiormente me encontraba devastado. Hoy en día veo personas a mi alrededor que honestamente no sé cómo hacen para soportarse ellos mismos. Con esto me refiero a que su calidad de vida es demasiado pobre emocionalmente. Viven constantemente sufriendo y quejándose del destino que les tocó y sobre todo intentando olvidar dichas penas en diferentes adicciones.

Con adicciones no solo me refiero a las conocidas como alcohol, cigarrillo, drogas, sino a entretenimiento, trabajo, deporte, sexo, etc. Por eso, los seres humanos, debido a nuestro descontrol emocional buscamos como disipar la mente de nuestros demonios interiores. Es por eso que si estamos solos, entramos en pánico y debemos prender la TV o escuchar música, normalmente a alto volumen. Pero siendo honestos, y haciendo el ejercicio, nos atreveríamos a quedarnos solos sin estas cosas y únicamente con nuestros pensamientos?

En mi caso, tuve la oportunidad de conversar con mi amigo y mentor Victor Giordani sobre estos temas y me comentó que en cierta ocasión mediante Skype le hizo una hipnosis a una amiga en Italia. Ella con los días comenzó a llamarlo para agradecerle lo bien que se sentía y los cambios que había tenido en su vida.

Pues de igual forma yo me atreví a pedirle a Victor que me ayudar en esto pues quería probarlo. Así que una noche nos pusimos de acuerdo por Skype, ya que no estamos en la misma localidad, nos dimos a la tarea de realizar este procedimiento. Como no quería ser interrumpido, abrí en mi laptop un documento con tipo de letra al máximo tamaño explicando que no me interrumpieran pues me encontraba en proceso de hipnosis.

Recuerdo que Victor me dijo que no forzara ningún pensamiento sino que dejara mi mente fluir y que fuera narrando lo que visualizaba. Te soy honesto, yo pensaba que uno se quedaba dormido y que el profesional inducia en la mente del paciente ideas nuevas. No, definitivamente eso se hace conscientemente.

Estuve recordando una casa en la que viví en mi infancia, a la edad de 5 a 6 años. Vi los muebles, las escaleras hacia el segundo piso. El patio, cocina, sala, etc. También recuerdo detalles como cuadros, reloj de pared, jarrones, que supongo mi imaginación tal vez estaría construyendo o improvisando en ese momento.

Finalmente Victor me pregunto con quién estaba y vi a mi señora madre y me pregunto que me decía. Yo recordé algunas palabras de mi madre como por ejemplo que en la calle no había nada bueno sino problemas. Y en eso me preguntó que donde estaba mi padre. Y adivina? En la calle trabajando. Así que fui descubriendo poco a poco ciertos conflictos como que la calle es mala y me está robando a mi padre.

Increíblemente, este tipo de temas, olvidados por nosotros y jamás dialogados o confrontados, nos pueden perjudicar durante toda la vida. Después de terminado el proceso le comentaba a Victor que me sentía como ese niño en esa casa, pero muy fuerte emocionalmente, como libre de todo. Él me explicaba que cuando uno es niño nada es imposible. Lamentablemente crecemos y olvidamos todos esos sueños, metas y nos dedicamos a sobrevivir y a ganar el “pan de cada día”.

A partir de ese día, comencé a sentir más ganas de vivir, de hacer cosas. Me sentí muy cercano a mí mismo y comencé a recordar aquella alegría de los años de la infancia. Quizás por eso escucho a muchos decir que la mejor época de sus vidas fue esa. Donde todo era juego y no tenían responsabilidades. Yo creo que uno no recuerda esta época por eso. Más bien creo que uno tiene buenos recuerdos por los sentimientos de poder, grandeza, pasión, amor y ganas de realizar todo, ya que para un niño la palabra imposible no existe.

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martes, 12 de octubre de 2010

Enfrentando el Enojo

Según el RAE el enojo es un movimiento del estado de ánimo que suscita ira contra un semejante. Normalmente dicho semejante es ajeno a la causa del enojo. ¿Por qué sentimos enojo? ¿Es normal sentir enojo? ¿Se puede eliminar o controlar el enojo de nuestras vidas? ¿Es algo grave o es algo con lo que puedo vivir a diario?

Para llegar a las respuestas de estas preguntas, analicemos lo que ocurre en nuestra llegada a este mundo. Ningún ser humano llega con enojo, pues todos somos como una hoja en blanco, dispuestos a recibir información que nos permite adaptarnos a un medio y sentirnos parte de un grupo. El secreto está en la aprobación. Buscamos aprobación y por eso imitamos emociones, pues la emoción es el lenguaje de comunicación de nuestra alma, nuestra esencia con el mundo físico.

Si tienes la oportunidad de observar niños pequeños, notarás que estos no hacen lo que se les dice, sino lo que ven a los adultos hacer. Siempre les estamos inculcando cuando vemos destellos de independencia palabras tales como “tú no puedes hacer eso”, “deja que un adulto lo haga”, etc., y ellos pronto se dan cuenta que los adultos son el modelo a seguir. ¿Recuerdas cuando eras un niño o niña y deseabas crecer para hacer todo lo que no podías por ser niña o niño?

Ese sentimiento fue una creencia en su momento en ti, en la cual anhelabas ser “grande” para salir y disfrutar el mundo. Y ahora que eres grande ¿disfrutas el mundo? Ahora comienzas a mirar el pasado y recuerdas que de niño todo era más simple y te divertías más. Alguien te dijo que debías ser responsable, dejar de jugar, dejar de divertirte y poner cara larga y también preocuparte muchísimo pues eso era “ser responsable”.

Todo eso que has estado evitando enfrentar ha ido acumulando una serie de emociones conocida como Enojo. Esta emoción hace parte de nuestra neurosis. El Enojo llega a tal grado que nos irritamos por cosas que aparentemente no tienen importancia. Por ejemplo si realizamos una tarea en un computador y esta toma más tiempo del que estamos acostumbrados, toda nuestra frustración cargada de años, nos invade con emociones destructivas que disparan el Enojo. Entonces nuestra reacción es maldecir un aparato electrónico que ni siquiera es consciente de su existencia.

Mira he visto personas pelear con los semáforos, con el calor, con la lluvia, con el gobierno, con los políticos, con sus hijos, con sus parejas, con sus padres y hermanos, con la Biblia, con el Corán, con el Diablo, con Dios (como me pasaba a mí anteriormente).

Una vez iba en un taxi entre norte a sur de la ciudad. Subiéndome al taxi, una persona se atravesó al iniciar la marcha el conductor y este frenó de inmediato. Se levantó de su asiento y comenzó a amenazar al peatón. Espere 1 minuto, pues también sentí Enojo, pues pensaba “como dos estúpidos que nada les pasó se ponen a discutir y hacerme perder el tiempo” pero también disfrutaba el “chisme” y me quedé hasta que le hable al conductor “¿señor, cuánto tiempo más espero? ¿O elijo otro medio?”

Como era obvio el taxista no quería perder su carrera, se subió al vehículo nuevamente y TODO el trayecto se fue hablando del evento diciendo que la gente era muy desgraciada, que eran dormidos, que tenían la culpa y bla bla bla.

Otro caso similar me lo contó una buena amiga mía. Ella tiene varias hermanas y vino una de las menores diciéndole que jamás le perdonaría a la mayor que la hubiera dejado en la calle, pues le cerró con seguro la puerta de su casa ¡hace 24 años!

Los grados de Enojo son tan altos que no permiten a las personas ver la ridiculez de sus acciones. Si racionalizamos las situaciones comenzaremos a despertar nuestra inteligencia emocional. En el caso de la mujer que no le iba a perdonar a su hermana un evento de hace más de 20 años, podemos llegar a las siguientes conclusiones:

Cuanto tiempo duro la señora en la calle. Supongamos que 6 horas. Digamos que 10 para ser “bondadosos”. ¿Cuánto tiempo ha durado la señora re-sentida por el evento? 20 años o más. Entonces ¿qué le ha hecho más daño a la señora algo que ocurrió 10 horas o lo que ha estado ocurriendo hace más de 20 años?

Es evidente que los más de 20 años que lleva dicha persona resentida hacen que su vida sea una desgracia. ¿Pero quien tiene la culpa? Mira, todos en este planeta hemos vivido situaciones lamentables, pero seguimos yendo al baño, seguimos comiendo, seguimos jugando, etc. es decir que nuestras funciones vitales y corporales no se han interrumpido por estos eventos.

Después de aprender a racionalizar los eventos con los que estaba resentido en el pasado, llegué a una conclusión muy importante que quizás te va a ayudar a ser muy feliz. De niño si uno sufre, no es culpa de uno, no tenemos poder de elección sino de sometimiento. Pero un adulto sufre por P__DEJO.

Lamentablemente nosotros no conocemos la gravedad de nuestra neurosis. Como lo mencioné en entradas anteriores, el odio, el enojo y el resentimiento, son disparadores de enfermedades terminales. Están no ocurren por casualidad sino que es el resultado de nuestro bombardeo emocional a nuestra células.

¿Por qué sufres? ¿Qué intentas demostrar con él sufrimiento? ¿Por qué sigues castigándote y castigando a los demás?

Mira, cuando yo estaba tan metido en mi neurosis crónica, y me enojaba por ejemplo con algún amigo o compañero, dejaba de almorzar ¿Te imaginas? ¿Qué culpa tiene mi estómago por un evento que no cumplía mis expectativas sobre la realidad? ¿Te ha pasado alguna vez que te enojes con una persona que para “castigarla” dejas de comer?

Eso se observa en las mentes infantiles de niños de 2 a 8 años donde “castigan” a sus padres con pucheros o tirándose en el suelo haciendo pataletas. Y así seguimos actuando después de adultos, como niños atrapados en un cuerpo grande.

Incluso mi neurosis llegó a “matarme”. Me enviaban a hacer algo en la tienda. Salía enojado y pensaba en cómo me atropellaba un vehículo y los que me enviaron les dolería por haberme enviado a hacer la diligencia. ¿Te ha pasado lo mismo o algo similar en que tu mente te suicide por enojo? ¿O eso solo ocurre en Europa, una de las lunas que tiene el planeta Júpiter? ¿Supongo que a ti no te pasa, cierto?

Como podemos ver, el Enojo es una enfermedad progresiva y degenerativa a nivel celular. Si tú quieres vivir una vida optima, tendrás que aprender a dominar tus emociones destructivas. Te sugiero que repases una entrada en la cual propongo un ejercicio de control para este padecimiento en la entrada ¿PENSAMOS O REACCIONAMOS?

No te pases la vida alimentando el Enojo. En realidad según el Investigador del Pensamiento Humano Víctor Giordani, el Enojo es el viejo miedo de siempre disfrazado. Es algo que si no enfrentas te perseguirá por el resto de tu vida. Dirás, puedo vivir con miedo o enojo y seguir normal. Eso es tu problema, pero en la próxima entrada trataré el tema sobre la conciencia de la existencia y espero puedas conocer lo importante que es tomar acción aquí y ahora.
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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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