El miedo es una de las emociones más básicas que nos ha acompañado siempre.
Por ejemplo, gracias a este, estamos contando el cuento en la actualidad.
El miedo ayudó a nuestros ancestros a sobrevivir a los peligros.
He incluso, hoy en día también nos ayuda, pues si vamos por la calle y nos encontramos un callejón vacío y oscuro, no creo que vayas a seguir por ese sendero.
A no ser que te guste el maltrato, pues no sabemos con qué animal o potencial ladrón nos encontremos.
Así que el miedo nos dice con ese vacío en el estómago o ese mal presentimiento para que nos sirven las paticas y en este caso es para correr.
Pero si comparamos los peligros que tenían que enfrentar nuestros ancestros a los que tenemos nosotros en la actualidad, concluiríamos que muchas veces esta emoción es absurda.
Imagínate por ejemplo que nosotros le tenemos miedo hasta el amor.
¿Le dices a las personas que amas, padres, hermanos, tíos, etc., que los amas, mirándolos a los ojos, sin miedo, de frente y por el centro?
¿O se te hace muy difícil hacerlo?
Intenta hacerlo y me cuentas como te sientes.
Qué sentiste exactamente y en que parte de tu cuerpo.
Sin embargo, ¿sabías que todo el tiempo no puedes sentir miedo?
Y esto es porque el sistema nervioso simpático se activa.
Se aumenta el ritmo cardiaco, la respiración y nuestros músculos se ponen tensos.
Nuestro cuerpo libera hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol.
En este “estado” de alerta máxima se consume mucha energía.
Así pues, si esta emoción durara por mucho tiempo, nuestro cuerpo se agotaría, se dañarían tejidos y muy seguramente colapsaríamos.
La buena noticia es que después de un rato, cuando sentimos que no podemos protegernos del miedo, el sistema nervioso activa otra emoción.
Es lo que conocemos como la rabia o ira y esto moviliza nuestra energía para enfrentar, atacar o poner límites.
Hace muchos años conocí el caso de una señorita que estaba demasiado presionada en su trabajo.
Ella decía que sentía como intentaban hacerle la vida imposible.
Bueno, llegó el momento en que los mandó a todos a recoger café.
No le importó que iba a pasar con su vida, sino que simplemente dijo hasta aquí, presentó su renuncia inmediata, y veremos que hacemos después.
Eso es en lo que termina el miedo, a movernos a tomar acción.
Es por eso por lo que a nivel de neuroquímica el miedo y la rabia están conectado por la amígdala y el hipotálamo.
Ambos liberan adrenalina y cortisol.
La diferencia es que en el caso del miedo la energía se dirige a retraerse o protegerse.
En el caso de la rabia se redirige a expandirse o enfrentar.
Ambos son mecanismos de supervivencia.
O huimos o enfrentamos. Pero que salimos de esa, salimos.
Ahora viene lo interesante y es ¿qué pasaría si usamos estos mecanismos para nuestro beneficio?
Porque actualmente nosotros sentimos miedo hasta para tener éxito.
Por ejemplo, si tienes una idea en tu mente que puede llegar a convertirte en una persona rica, es muy probable que tengas pensamientos de miedo.
Aquí es cuando vienen los “y si”.
Y si fracaso, y si no funciona, y si tengo éxito y me secuestran o tengo que pagar dinero al fisco, y bla bla.
Desafortunadamente este tipo de “y sis” nos impiden avanzar en la vida, pues cuantos proyectos o ideas hemos dejado de construir simplemente por estos miedos.
En realidad, esos miedos provienen de las creencias fundamentales en tu infancia tales como los ricos son malos, los ricos tienen mala salud.
El amor no es para mí, cuando estaba niño me enfermaba mucho y bla bla.
Todo esto tipo de tonterías son las que se disfrazan en la actualidad como los “y si”.
¿Bueno “y si” usamos la rabia para lanzarnos y desarrollar esos proyectos?
Eso sí, con precaución, pues no se trata de poner “toda la carne en el asador”.
Hay que tener valiente, no estúpido.
En mi caso, hace poco realicé algo que en verdad le estaba sacando el cuerpo, pero por miedo.
No tuve los resultados ideales inicialmente, pero lo bueno fue que no me lancé con uñas y dientes a cometer errores.
Sin embargo, perdí el miedo al fracaso en eso y ahora me siento más confiado y sé que puedo ir ganando terreno en mis proyectos.