Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 2 de noviembre de 2020

Viviendo con honor



Viviendo con honor

El honor se considera como una cualidad moral que impulsa a una persona a actuar rectamente.


Al ser una cualidad esto nos indica que es algo que debe cultivarse.


No es algo que se nazca con ello y está allí para toda la vida, pues de lo contrario viviríamos en un mundo sin cobardes.


Sin embargo, esta cualidad se ha ido perdiendo con el tiempo.


Y esto ha hecho que la humanidad con cada generación vaya en mayor decadencia.


Recuerdo que cuando era aún niño, se hablaba mucho del honor, de tener palabra y cumplirla.


En esto, nuestros abuelos eran personas bastante llenas de honor.


Se atrevían a realizar negocios solo de palabra y esto era una ley que no se podía romper.


Hoy en día, para hacer un negocio, no solo se necesita la firma de una persona ante notario, sino que involucran terceras personas como codeudores.


A pesar de todas estas precauciones no falta el cobarde que se retracte del negocio que hizo con firma y todo.


Así pues, acuden a los codeudores para hacer valer el trato.


Esto no ocurre porque las personas sean malas.


Básicamente es porque tuvieron unos padres bastante deficientes durante su etapa educativa.


Y no debemos olvidar que la economía de la actualidad no funciona como en la época de nuestros abuelos.


El mundo va demasiado rápido y así como puedes llegar a tener una economía bastante fuerte en poco tiempo, de la noche a la mañana esta puede desaparecer.


Esto hace que muchas personas, aparte de no haber tenido unos padres de honor, opten por salir corriendo ante sus compromisos.


Sin embargo, el tener honor va más allá de simplemente tener palabra y cumplirla.


Actuar con honor es la honestidad contigo mismo y con los demás.


Por ejemplo, en mi país no hay mucho honor que digamos.


Es triste tener que decirlo, pero gran parte de la población actúa con picardía y aplaude al más pícaro.


Un clásico es cuando una persona va en su vehículo y no se coloca en cinturón de seguridad porque considera que el sí sabe manejar y no lo necesita.


Mas adelante lo para el agente de tránsito o el patrullero de la policía y se gana una multa.


El conductor que “sabe tanto” comienza a lloriquear y a decirle al representante que lo ayude, que él le da para la “gaseosa” o refresco.


Muchos de estos representantes, también sin honor, reciben el soborno y dejan ir sin inconveniente al infractor.


Se alaba y admira a la gente que miente, que roban a otros sin que estos se puedan dar cuenta.


A estos individuos se les conoce como “los vivos” o “los vivarachos”.


Lamentablemente este fenómeno es parte de toda América latina.


Nos han educado con una conciencia de cobardes, donde prevalecen primero los intereses propios que el bien común.


Es por eso que elegimos como nuestros representantes de gobierno a ladrones, corruptos, gente sin valor ni honor que se dedican cual muerto de hambre, a acabar con los dineros públicos.


Esto me hace recordar lo que se escribió en uno de los textos sagrados de la humanidad: “Todo pueblo tiene el gobierno que se merece”.


Pero también soy consciente que existen personas con bastante honor.


Pero son tan pocas que cuando vemos a alguien actuando con honor, nos admiramos porque no es común que veamos esto.


Un ejemplo es las pocas personas que se han encontrado grandes cantidades de dinero y lo entregan.


Si miramos un país como Japón, su cultura está basada en el honor.


Es algo que les inculcan desde niños y hacen valer durante toda su vida.


Debido a esto avanzan muy rápido en la construcción de edificaciones, o también en la tecnología.


Pensamos que son muy inteligentes, pero en realidad lo que tienen es una vida basada en el honor.


Nunca roban el tiempo de las personas y son muy puntuales.


Y aunque no son seres de luz porque cometen equivocaciones, se esmeran por trabajar hacia el bien común y el respeto.


Existe una estrecha relación entre el honor y nuestra conciencia.


Con esto quiero decir que una persona de honor tendrá una conciencia tranquila.


Y esto es bastante importante pues como vimos en temas anteriores, una buena o mala conciencia participa en la creación de nuestra realidad.


Tu conciencia te puede premiar o castigar.


Es por eso que muchas veces hemos escuchado hablar de la Ley del Karma.


Personalmente puedo dar fe de esto, pues cuando he actuado mal con otras personas, la vida me ha llegado a pasar la factura con el tiempo.


De hecho, he visto como el actuar bien o mal entre las personas que conozco o he llegado a admirar, les ha traído como resultado lo que entregaron inicialmente.


Por ejemplo, yo admiraba mucho a un gran empresario de mi país, hasta este año.


Pensaba que era una persona con mentalidad de millonario.


Lamentablemente con la cuarentena que vivimos este personaje mostró que aún tiene hambre, que tiene mentalidad de pobre.


Trato de aprovecharse de la situación y no le importó que la mayoría estuvieran pasando necesidades.


Por mucho papel moneda que piense que tiene, esto no es suficiente porque en su interior sigue siendo pobre, tiene hambre y mucho deseo de aceptación.


En otras palabras, sigue siendo una persona carente o necesitada.


Una persona que actúa sin honor, nunca tendrá su conciencia tranquila y puedes apostar que con el tiempo la Vida le pasará su factura si es que no la está pagando en este momento.


Actuar con honor te permite estar en paz contigo mismo.


La paz mental es la principal fuente de bienestar en tu vida.


El honor te da valor y si te sientes valioso, también te sentirás merecedor de las cosas buenas de la vida.


Así pues, quiero animarte a través de esta información a vivir con honor de aquí en adelante.


No lo hagas por complacer a nadie o parecer correcto.


Simplemente recuerda que la vida es un espejo y cualquier cosa que hagas frente a ella, te estará regresando la misma imagen.

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lunes, 21 de septiembre de 2020

Viviendo con justicia



Viviendo con justicia

Con cada generación llegan nuevas cosas y se pierden otras.


Esto puede ser una ventaja para las nuevas generaciones o también puede llegar a ser su caída en el futuro.


Por ejemplo, hoy en día se presta más atención al bullying cuando en décadas anteriores cada persona se debía defender de esto como pudiera.


Otro caso es el de las palabras de cortesía y las buenas costumbres.


Tristemente esto, que nunca debió perderse, hoy en día está totalmente olvidado.


Los jovencitos de hoy en día no saludan, no piden el favor y el que llegue a decir gracias es un ser humano en vía de extinción.


La verdad es que no solo se le ha perdido la autoridad y respeto a los padres, sino también a los agentes de la ley que tiene que recurrir a la violencia para hacer respetar la institución.


Por ejemplo, llegué a escuchar a mis padres hablar de una tal “urbanidad de Carreño”.


Este era un documento escrito por el venezolano Manuel Antonio Carreño por allá en el año 1853.


Contenía consejos e instrucciones sobre cómo comportarse en lugares públicos y en el hogar.


Sin embargo, para la época en que yo estudié la educación básica primaria, ya no se enseñaba esto.


Lo que aprendí de buenas costumbres, comportamiento y respeto por los demás fue gracias a mis padres.


Lamentablemente como vimos en el tema sobre LA PERMISIVIDAD EN LA EDUCACIÓN, muy pocos de los que están comenzando a ser padres hoy en día conocen que esta información existe.


Así pues, te imaginaras la clase de hijos que están educando para enfrentar la sociedad.


Es así como los futuros hombres y mujeres que se estaría potencialmente formando lo van a querer todo de inmediato, fácil y sin ninguna clase de esfuerzo.


De hecho, los valores actuales del respeto que le debemos a los demás está basado en su poder adquisitivo.


Muchas personas hoy en día le agachan la cabeza a otro simplemente por los números que tiene en su cuenta bancaria.


En cambio, si consideran que la persona que tienen al frente es humilde y debe trabajar para medio comer, simplemente la tratan con desprecio y hasta la humillan.


A título personal yo a todo el mundo le doy el mismo trato.


Para mi no interesa si está en una posición social altísima o si ese día no ha podido comer, siempre será digno de respeto.


Yo no le agacho la cabeza a nadie, pero tampoco me siento por encima de los demás.


Todo esto tiene que ver con una frase que escuché hace varios años de una persona que admiré mucho cuando la conocí.


Lamentablemente perdí contacto con esa persona y a la fecha no se en realidad como se encuentra.


Pero una vez dialogando con este señor, le pregunté si su riqueza provenía de cuna, o si se la había ganado con su propio esfuerzo.


Él me dijo que, al ser hijo de inmigrantes italianos, su abuelo le toco pasar bastante necesidades al llegar a mi país.


Su padre que en ese momento era un bebé lógicamente también pasó por esto, así que él decidió darle un rumbo diferente a su vida.


Se volvió empresario y trabajo muy duro.


Cuando menos pensó su vida había cambiado y ahora era una persona bastante poderosa.


Sin embargo, recuerdo que su secreto no fue tanto su dedicación al trabajo sino algo más simple.


Este señor me dijo “Gabo, si usted quiere que le vaya bien, intente ser lo más justo posible con la vida.”


A partir de ese momento y cada día intento no solo recordar esas palabras sino llevarlas a la práctica.


Es por eso que para mi no existe diferencia en el trato hacia ningún ser humano y todo lo hago equitativamente.


Y puede que en este momento te surja la pregunta, si para ser “justo”, ¿debe uno tolerar el daño o el mal que te hagan otras personas?


Mira, las personas a veces pueden dañarte no solo física sino emocionalmente.


Esto lo pueden hacer deliberadamente o de forma inconsciente.


Personalmente lo que hago en estos casos si considero que la persona persiste en ello aun después de hablar con ella es apartarme.


Sin embargo, existen personas que por diferentes motivos esto les puede arder y se dedican a hablar mal de ti o a expresar indirectas.


Esto ya lo vimos en el tema COMO MANEJAR LAS CRITICAS EN EL CAMINO AL ÉXITO PERSONAL.


A manera de resumen, prestar atención a esto es desgastarte.


Intentar convencer a otra persona de lo que tú eres es perder el tiempo.


Estas personas ya tienen una idea sobre ti y no la van a cambiar así les muestres tu mejor versión.


A veces la intención es simplemente polemizar contigo.


Y por lo general cuando una persona hace esto, es porque se siente sola y requiere de tu atención.


A parte, si tú no aceptas ese “regalo”, que las personas mal intencionadas te están haciendo, esa energía regresa a quién pertenece.


Simplemente es ignorar todo lo que consideres nocivo para tu vida y esto irá desapareciendo pues no tendrá tu atención.


Muchas veces pensamos que vivir con justicia es hacer obras sociales y ayudar a otros.


En realidad, eso no es justicia sino caridad.


Yo pienso que esto se resume en el título de unos de los libros mas reconocidos del Doctor Luis Fernando Hoyos Aristizábal, Vive tu vida y déjasela vivir a los demás.


La mayor muestra de respeto que puedes tener por alguien es su libertad.


Se que a veces te puedes afanar por ayudarlo a tus personas más cercanas.


Sin embargo, tu ejemplo de una vida llena de bienestar les puede ayudar más que intentar cambiar sus pensamientos y emociones.


Como puedes ver, ser justo con las personas y tratarlas bien es en realidad un pacto que estás haciendo con la vida para que te vaya bien.


Siempre actúa de esta manera, cotidianamente para que el bien te alcance todos los días de tu vida.

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lunes, 19 de agosto de 2019

Viviendo conforme a tus objetivos



Viviendo conforme a tus objetivos Hace algunos meses, un gran amigo me contó una historia, la cual refleja los resultados que esperamos y las creencias que tenemos.

Él decía que iba camino a un local donde venden lotería y otros juegos de apuestas.

Cuando estaba comprando el billete de la lotería principal le consultó a la chica que lo atendía que posibilidades le daría a ella de ganar entre el 1 al 10.

Siendo 1 la total incredulidad de ganar y 10 la total confianza de ganar el premio mayor.

Ella le dijo que consideraba que estaría entre 6 sus aspiraciones de ganar el premio.

Mi amigo, de forma silenciosa reconoció que a lo mucho sus aspiraciones de ganar llegarían a un 3.

Así que él mismo desistió de comprarlo pues que objetivo tendría jugar algo que no crees que puedas tener la posibilidad de ganar.

Si observamos nuestras decisiones y lo que hacemos, estamos haciendo exactamente esto.

Es decir, compramos un billete de “suerte” para ver si nos ganamos los favores de la vida, cuando en realidad nuestra perspectiva de triunfar está entre poca y completamente nula.

Por ejemplo, en mi caso, antes de entrar en mi crisis financiera aposté por un negocio, el cual en definitiva yo no creía.

Tenía “fe” de que funcionaría, pero en realidad era más mi desespero porque si fallaba sabía que sería el final de la vida que tenía en ese momento.

Los seres humanos en realidad deseamos cumplir nuestros sueños, pero inconscientemente y a veces hasta de forma consciente, dudamos que vayamos a tener éxito.

¿Honestamente crees qué, si hay una contradicción en tu interior o dudas sobre tu éxito personal, lo vas a poder alcanzar?

¿Puede que te preguntes, si no me enseñaron a tener fe en mis capacidades, como puedo contrarrestar esto?

Soy un creyente que todo proceso debe ir desde lo más fácil y así avanzando hasta llegar a lo que actualmente se considera más complicado.

Por ejemplo, dentro de la ingeniería de sistemas, existe algo conocido como código “hola mundo”.

Cuando un ingeniero o algún programador comienza a utilizar un lenguaje de programación la primera vez, se acostumbra a usar un pequeño fragmento de código que se conoce con este nombre.

Es un código simple que consiste en imprimir un texto en la pantalla con la expresión “hola mundo”.

A partir de allí y con el uso del manual se comienza a investigar como se declaran variables, como es el uso de estructuras de control, métodos y por último el manejo de objetos.

Así pues, de esta forma y poco a poco se va dominando algo que al principio era bastante complejo y que al final se va dando uno cuenta que es una herramienta maravillosa.

Esto es exactamente lo que debemos hacer con los objetivos que nos proponemos.

Si por ejemplo tu meta es iniciar un negocio, comienza obteniendo un poco de capital.

Si el único método seguro que conoces es mediante el ahorro pues comienza por eso.

Lamentablemente los seres humanos nos angustian los procesos lentos.

Pensamos que todo se puede obtener de la nada y sin esfuerzo.

Mira todo lo que no pase el proceso del tiempo te aseguro que no será persistente.

Durante los procesos vamos madurando, es por eso que todos hemos conocido de personas que ganan la lotería y terminan peor que antes de tener dinero.

Y todo esto ocurre porque de la nada y sin esfuerzo jamás aprendieron a valorar y a entender cómo funciona el dinero.

Su inexperiencia los lleva a gastar y mas temprano que tarde terminan despilfarrando todo.

A medida que vamos sufriendo las caídas es cuando vamos aprendiendo a cuidar y a conservar aquello que nos ha costado.

Es por eso que los procesos lentos siempre darán resultados persistentes.

Así que te animo mediante esta información a vivir conforme a tus objetivos de forma consciente.

Si anhelas algo, asegúrate que realmente crees en tus capacidades de alcanzarlo.
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lunes, 9 de julio de 2018

Viviendo en el lado luminoso de la vida



Viviendo en el lado luminoso de la vida Al igual que la mayor parte de la humanidad, el algún momento de mi vida, también llegué a vivir en el lado oscuro de esta, es decir en problemas, angustias, depresiones y estancamientos. Odiando incluso la Vida y la gente que la compone.

Podía observar como otras personas a mi alrededor parecía que disfrutaban mucho de sus vidas y que todo les acontecía de forma fácil y rápida. En otras palabras sentía celos de que otros estuvieran mejor que yo.

Este tipo de situaciones hacen que uno piense en el destino, la suerte o el karma para poder explicar por qué la vida no está funcionando para nosotros como debería.

Sin embargo el mayor malestar que sentimos constantemente es a la rutina laboral. Lo que hacemos a diario y que muchas personas llaman “ganarse la vida”.

La mayoría hemos aprendido sobre el trabajo que es una carga que debemos llevar hasta que podamos cumplir cierta edad, y así dedicarnos a “descansar”, “disfrutar” de nuestra “familia” y ser “felices”.

Lamentablemente ninguna de esas aspiraciones hoy en día es posible, salvo en contadas excepciones, pues nunca vamos a descansar de las enfermedades de la vejez ganadas por el trabajo, o quizás no vamos a disfrutar nuestra familia porque ya la perdimos y por el contrario nos vamos a volver muy amargados e infelices.

Estas creencias sobre el trabajo las aprendimos en todos los ámbitos de nuestra vida, mediante conversaciones de los adultos en nuestra casa, amigos, inclusive la música, etc.

Respeto a esto, hace algunos años le escuché decir a un amigo sobre este tema que uno debería morirse trabajando. La verdad cuando escuché esto, inicialmente me pareció un concepto terrible y esclavista.

Tiempo después entendí que una persona que pasa toda su vida trabajando y de un momento a otro ingresa a un estado de inactividad, puede sufrir episodios de depresión que acortan notablemente su tiempo y calidad de vida.

Anteriormente en el tema titulado COMO GANAR DINERO SIN TRABAJAR mencionamos que la fórmula era trabajar en lo que más nos apasiona. Pero qué ocurre si por alguna razón no podemos llegar a esto, sino que toca realizar otra actividad la cual no es de nuestro agrado?

Quiero que intentes recordar por unos instantes alguna experiencia desagradable de tener que pasar buen tiempo haciendo fila en alguna entidad, para luego ser mal atendido.

Verdad que no te gustó para nada? Incluso me atrevo a decir que de tu mente han salido los mil insultos para esta persona que no supo hacer bien su trabajo.

Ahora quiero que pienses en tu trabajo actual. Ese por el cual te quejas y que te hace desear los fines de semana para “descansar”. Quieres seguirte pareciendo a ese mediocre que en alguna oportunidad insultaste por su ineptitud?

Es por eso que no concuerdo con la expresión general del trabajo como “ganarse la vida”. Esto más bien representa en nuestra mente una constante de lucha y sacrificio para vivir. La vida ya te la ganaste. Estás aquí cada día para hacer de ella algo maravilloso o terrible. Tú tienes la última palabra con tus decisiones.

Así que mediante esta información quiero animarte a cambiar tu aptitud hacia la vida, pues eso que estás haciendo es más importante de lo que crees, ya que ayuda a la Vida misma a avanzar en el objetivo general que es el bienestar.

Recuerda siempre que lo que haces no es insignificante, sino que es un bloque importante en la construcción de algo mejor. Sin tu aporte no solo se atrasan los objetivos de otros, sino los tuyos, ya que todos somos uno aunque nos veamos separados.
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miércoles, 15 de febrero de 2012

La soledad que produce la falta de Amor


Todos en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado el dolor amargo de la soledad, a pesar de estar rodeados de millones de personas en este planeta, pues la tecnología hoy en día nos permite conectarnos de una forma que jamás llegamos a imaginar.

Sin embargo, este fenómeno de soledad se presenta no sólo en solteros, sino también en personas casadas, que aunque tengan su pareja al lado, sienten un absoluto abandono de la otra parte. Pero ¿por qué ocurre este fenómeno mundial?

Para poder entenderlo, analicemos la forma en que iniciamos nuestras relaciones. El escritor estadounidense Neale Donald Walsch, en su libro Conversaciones con Dios, describe la forma disfuncional en que nosotros iniciamos nuestras relaciones al basarlas en el temor y no en el Amor.

Allí se expresa que iniciamos sintiendo temor al decirle a una persona “te amo”, pues pensamos inmediatamente si a cambio vamos a recibir la misma expresión de “yo también te amo” y lo que es peor, cuando la escuchamos de vuelta, sentimos un nuevo temor y es, por cuánto tiempo vamos a conservar ese amor.

¿Qué clase de amor, puede ser uno basado en el temor?

Lamentablemente esta es la forma en que abordamos este tema tan importante en nuestras vidas, pues ese sentimiento nos acompaña desde nuestra concepción y nos acompañará hasta el último día que estemos en este planeta, pues se ha podido comprobar que al final de sus días una persona no está pensando en las cosas que adquirió, o donde viajó o cuantos títulos logró. Está pensando en el Amor, en las personas que dejará y que están a su lado.

Son varios errores los que nos permiten seguir viviendo de esta forma y reafirmando aun más la creencia en que el Amor es algo doloroso. El primer error es pensar que yo no me equivoco y que soy libre, pero libre para seguir siendo un pendejo(a), y que me las sé ya todas en el amor. El segundo error es pensar que soy un adulto y que puedo perfectamente manejar cualquier situación de forma madura.

Aquí tenemos un verdadero problema, pues nuestras decisiones en cualquier tema de nuestras vidas, principalmente un tema emocional como el Amor, no dependen de la lógica o la inteligencia, sino de lo que aprendimos cuando éramos niños. En otras palabras son reacciones condicionadas por lo que le aprendimos a nuestros padres, profesores, parientes y personas influyentes en nuestra niñez.

Si nuestros padres, sufrieron por Amor, adivina quien estará copiando su forma de vida. Y en este punto hay que tener cuidado, pues inconscientemente es incorrecto ser mejor que nuestros padres. Los amamos tanto que “superarlos” o vivir mejor que ellos, podría llegar a ser una traición de nuestra parte.

Aquí alguien puede decir, “mi padre no tuvo automóvil a mi edad, pero yo si lo tengo y eso prueba que lo superé”. Pero en realidad lo ¿superaste emocionalmente? ¿Vives mejor que él como persona? ¿O también te has frenado al igual que él a expresar todo el amor que sientes en tu interior? ¿Tratas a los demás como él lo hacia contigo? Obsérvalo a tu edad y observarte, ¿se trata de una continuación emocional?

En realidad la mente inmadura, es un remedo o copia de sus padres. Y si estos sufrieron, pues ya entenderás por que la vida de una persona se basa en el sufrimiento, el dolor y la desdicha.

Conociendo todo esto, ya sabemos que estamos jodidos en esa área, pero entonces ¿cómo se puede cambiar todo esto? Como en todas las recuperaciones, lo más importante es aceptar el daño. Si aceptamos que tenemos un problema, es más fácil hacer algo por la situación. Seguido de esto debo hacerme cargo de mi mismo. De mis emociones. Aquí muchos fallamos, pues nuestro interior está lleno de tanto dolor que jamás entramos en contacto con nosotros mismos.

Es por eso que le huimos a la soledad, al silencio a través de la música disfuncional, la televisión, el entretenimiento (así sea de baja calidad), pero que me permita distraer mis momentos de dolor. ¿Recuerdas cuando eras un niño y te golpeabas? La madre (por lo general), intentaba desviar tu atención del dolor mostrándote otras cosas o cantando. Así fuiste aprendiendo a no sentirlo y expresarlo, sino a distraerlo. Y si observas, eso has estado haciendo toda la vida. Distrayendo el dolor o el miedo hacia otras cosas.

Esta es una salida muy inteligente, pero enferma, pues al final no soluciona nada, sino que cada vez te hace más dependiente de las distracciones, provocando cada vez más vacío en tu interior produciéndote aburrimiento y más dolor, y luego le reclamas a Dios, al Universo, la Vida o a cualquier Santo de tu devoción, por qué te está pasando eso a ti… Suspiro.

Por eso muchas personas sufren de insomnio. En la noche, como no pueden hacer ruido para distraerse, su cerebro comienza a generar voces e imágenes mentales, más emociones que te acosan y no te dejan dormir. Entras en modo “solucionar problemas” y por eso al otro día estás cansado(a) y por falta de concentración haces las cosas mal y esos errores te llevan en un ciclo infinito de desdicha.

Hacerse cargo de ti mismo significa aceptar tus emociones, no escapar de ellas. Escribirlas para aprender a conocer que nos dicen. Meditar en ellas y conocer su significado. Sentirlas y llorarlas y sobre todo comenzar a decirte a ti mismo que a pesar de sentir todo eso y vivir cosas que no te gustaron, te amas y te aceptas completa y profundamente a ti mismo. Y que siempre te acompañarás tú mismo, pase lo que pase o sientas lo que sientas. Esto es lo que se conoce como integración emocional.

Cuando comienzas a hacerte cargo de ti mismo, ocurre un fenómeno asombroso que consiste en dejar de meterte en la vida de los demás, pues pasas a solucionar tu vida y dejar de meterte en la vida de los demás a opinar, solucionar e intermediar. Dice una frase popular que el 90% de los problemas del ser humano son por meterse en lo que no le importa. Este fenómeno produce una sensación de libertad, pues sientes que te has quitado el peso de cargar con las emociones de otros que no te corresponden, pues al fin y al cabo tu Creador no te envío aquí a cuidar a nadie, salvo a ti mismo(a).

Después de esta libertad, viene lo que llamo punto de peligro emocional, pues como ya te comienzas a sentir bien, quieres que todo el mundo este bien y vuelves a pasar en convertirte en el solucionador oficial de los problemas ajenos, lo cual te llevará nuevamente al malestar.

Mira, es muy noble ayudar a los demás y correcto. Pero meterse en sus vidas no es ayudar. Es complicar. La mejor ayuda que le puedes dar a las personas es mostrándoles con tu ejemplo que se puede vivir con calidad. Esto hará que otros quieran seguir tu ejemplo y solitos buscarán el modo de vivir bien. Es similar a dar limosna. La limosna a los pobres no les soluciona el problema. Les ayuda unos minutos a calmar el hambre pero de allí no pasarán, pues lo que aprendieron es que hay muchos pendejos que les dan y esto los lleva a una zona cómoda donde se quedan esperando que les sigan dando. Si quieres ayudar a los pobres, lo mejor que puedes hacer es convertirte en una persona rica, pues esto les dará un modelo y un ejemplo a seguir. Y eso si es ayudar, pues como dice la frase popular, es mejor enseñar a pescar que dar un pescado.

Cuando uno sana emocionalmente sus heridas, todo alrededor se transforma. Comienzas a ver el Amor de la vida por ti. Comienzas a sentirte enamorado de ti. De tu cuerpo, de tu vida y comienzas a disfrutar de los pequeños detalles de la vida, comer, oler, escuchar, dormir, de los animales, del silencio, de la belleza, de tu energía, del sexo y un sinfín de cosas que pasan por nuestros ojos y no las vemos por estar ocupados sufriendo y metiéndonos en lo que no nos importa.

Y al final cuando das amor, ya no te da miedo que te lastimen, pues te das cuenta que la única persona que puede lastimarte eres tú misma(o), lo das sin reserva y sobre todo no permitirás las cosas que permites hoy por temor al abandono, desprotección, que produce la dependencia emocional de otro guey.

Lucha por tu libertad. No permitas que tu vida pase en vano. Vive de tal forma que tu Creador se incline ante tu valor y amor por la vida. Te aseguro que la vida vale la pena vivirla de esa forma. Te deseo lo mismo que yo deseo para mi y que puedas rencontrarte con el amor de tu vida que eres tu misma, tu mismo.
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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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