Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 12 de febrero de 2024

El Asombroso Secreto de la Palabra: Cómo Transformar tu vida con un Simple Cambio Lingüístico



El Asombroso Secreto de la Palabra: Cómo Transformar tu vida con un Simple Cambio Lingüístico

Hace algunos días, en la hora del almuerzo, se dio la oportunidad de hablar sobre los deseos que la gente pide en navidad. 


Por ejemplo, una amiga me decía que su deseo para el “Niño Dios” o la Navidad era la salud. 


Y así cada uno fue diciendo sus diferentes regalos que esperaba para esta fecha, de parte de la vida. 


Finalmente llegaron a mí con la pregunta, qué le pedía yo a la vida, en esta Navidad. 


La verdad me quedé pensando porque tengo ahora todo lo que le he pedido a la vida. 


Simplemente dije que agradecía a la vida por todo lo que me daba en cada instante. 


Como es lógico, los que estaban presentes me preguntaron cómo era posible que eso me ocurriera a mí y no a ellos. 


Esto me hizo recordar un evento que ocurrió durante mi adolescencia. 


En aquellos tiempos, cuando éramos tan inocentes, mi salud no era tan buena como en la actualidad. 


Yo sufría mucho de amigdalitis y hubo un momento en que mi garganta se vio tan afectada por esto que me salió una bola al lado. 


Recuerdo que el médico recomendó una inyección que hasta la fecha me dan escalofríos de recordarlo para combatir la infección. 


Cuando llegué a la casa, ya me quedé sentado esperando a que me pasara el dolor que tenía en la pierna. 


En eso mi señor padre entró en esa habitación y me dijo jocosamente “¿a usted todavía le da eso?”. 


Yo me quedé pensando: “bueno, ¿por qué mi papá me dice eso?”. 


“¿Acaso uno puede controlar la salud?”. 


Pero la verdad noté que mi señor padre en ese momento no le daba ni siquiera una gripa. 


Y lo curioso es que él siempre decía: “tengo un cuerpo perfecto, así que mi salud es perfecta”. 


Bueno, yo dije: “no pierdo nada con intentarlo”. 


Desde ese momento me dediqué a expresar lo mismo. 


A repetir constantemente que mi cuerpo es perfecto y mi salud es perfecta. 


Te confieso que al principio sentía que le estaba hablando a la pared y que esto era otra linda forma de perder el tiempo. 


Como yo soy bastante persistente y me he caracterizado por tener una voluntad de acero, solo seguí adelante. 


Y así fue pasando el tiempo y con los años noté que mi salud mejoró notablemente, hasta el grado de ser como la de mi padre. 


Ni siquiera un resfrío me volvió a dar. 


Por eso cuando me percaté que mi hija ya estaba en la pancita de la mamá, le comencé a repetir las mismas palabras. 


Isabellita tiene en la actualidad una salud, incluso mejor que la mía. 


Y eso que yo nunca me enfermo. 


Si buscas pruebas del poder de las palabras en tu vida, te recomiendo que empieces desde hoy a realizar este ejercicio. 


Es gratis y solo te costará dejar la pereza. 


Porque te aseguro que tu programación mental de fracaso que has tenido desde la infancia te intentará sabotear. 


Y tal vez en este punto me estés preguntando: “Gabrielito lindo, ¿esto solo sirve para tener una salud perfecta?”. 


¿Se podría por ejemplo usar para mejorar la economía o tener una pareja? 


La respuesta a tu pregunta es totalmente afirmativa. 


De hecho, mi economía comenzó a mejorar cuanto puse en práctica este mismo principio. 


¿Por ejemplo que sueles responder cuando haces algo por una persona y esta te dice “gracias”? 


En general todos decimos “de nada”. 


Hace mucho tiempo me di cuenta de que sea lo que haya hecho es algo, no es “nada”. 


Ha sido importante para esa persona, así que comencé a cambiar esa expresión por: “con mucho gusto, para eso estamos los amigos multimillonarios”. 


Esto puede parecer gracioso a la vista de las personas, pero para tu subconsciente que razona, ni piensa, sino que todo lo tomar literal, lo va a ejecutar en tu vida. 


Si constantemente repites esto puede que te conviertas en un amigo multimillonario o puede que no. 


La sabiduría popular reza: “es mejor apuntar al sol y dar a un águila que apuntar al águila y dar a una piedra”. 


Lo importante es que tu economía comenzará a mejorar poco a poco. 


Es como si constantemente repitieras la frase: “soy amor y tengo a la persona ideal a mi lado”. 


Como estamos hablando de la complejidad mental del ser humano y no de un producto, puede que la conozcas o al menos similar. 


Lo importante es que a partir de este momento te dediques a utilizar tu lenguaje para tu beneficio y de los que te rodean. 


Entre más pulcro sea el lenguaje de una persona, más éxito va a tener en su vida.

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lunes, 15 de enero de 2024

Cómo superar la programación mental del fracaso



Cómo superar la programación mental del fracaso

Por naturaleza, todos los seres vivos en este planeta deseamos estar siempre bien. 


Hay excepciones, pero recuerda que la excepción no hace la regla. 


Sin embargo, una cosa es lo que decimos querer, y otra muy contraria lo que hacemos para ello. 


Por ejemplo, queremos tener el suficiente dinero para poder conocer lugares, probar alimentos, comprar cosas, ayudar a personas que nos importan, etc. 


Y si sabemos que para tener suficiente dinero debemos trabajar, muchas veces no lo hacemos, esperando a que venga el angelito con el traje y la maleta del millón de dólares a solucionarnos la vida. 


Por ejemplo, con estos ojitos que tantas cositas lindas han visto, puedo observar constantemente la historia de un buen amigo. 


Él inicio un negocio en compañía de un socio que es su pariente. 


Desde el inicio del negocio se notaba quien le ponía ganas y quien no. 


Pues los mismo clientes se quejaban de la cara de “limón”, o cara de amargado del socio. 


Incluso ellos mismos le decían a este joven que apenas tuviera la oportunidad, comprar la parte de su socio y así administrar su negocio con su empuje y energía positiva. 


Efectivamente cuando se dio la oportunidad, le dijo al pariente “cara de limón”, que le compraba su parte. 


A lo cual él dijo que no le quería vender. 


Claro el otro haciendo todo, colocando su energía y entusiasmo y él recibiendo la mitad de los dividendos sin hacer nada, ¿cómo iba a estar de acuerdo? 


Así pues, este bueno amigo le dijo, entonces cómpreme mi parte que yo sigo solo. 


No le quedó más remedio entonces que venderle, pero le pidió el favor de que le permitiera seguir como empleado del negocio. 


Bueno, el cambio se notó tanto que el negocio de este buen amigo se ha crecido exponencialmente. 


Pero todo se debe a que el disfruta tanto lo que hace, que incluso abre su negocio los días festivos. 


Y aquí es donde comienza un problema con su nuevo “empleado”. 


Yo vivo en el país con más días festivos del planeta. 


Mucha gente ve el trabajo en los días festivos como una maldición. 


Van, pero lo hacen de mala gana y odiando lo que tienen que hacer para poder comer. 


Y no estoy diciendo que el 100% de las personas hagan esto, pero si la mayoría lo hacen disconformes. 


Así que el ex socio de mi amigo se la pasa preguntándole que por qué mejor no cierran y descansan que el cómo dueño se lo “merece”. 


¿Tan amable no? 


Y el dueño simplemente le responde que no venga que el sí va a abrir. 


Lógicamente si no va, pues no le pagará ese día de trabajo. 


Y le “toca” ir para poder seguir comiendo y maldiciendo el destino que le tocó. 


Todo esto hace que nos surja la pregunta del por qué si sabemos que algo nos conviene, no lo hacemos o lo detestamos. 


Bueno, en esto influye poderosamente el programa mental de fracasados que a todos nos han estado inculcando desde pequeños. 


Cuanto somos pequeños y tomamos la iniciativa de hacer algo, pero nos queda mal, muchas veces nuestros padres o personas cercanas nos dicen “mijo esto se hace es así”. 


Qué crees que le estamos sub comunicando a un pequeño que intenta hacer algo por vez primera y no le sale “perfecto” como nos saldría a nosotros los “iluminados”. 


Que su esfuerzo no lo vale y que otros si saben porque merecen. 


Bueno, esto pasaba en mis épocas, cuando “éramos tan inocentes”. 


Hoy en día si un niño comete un error no se le castiga, sino que por el contrario se le aplaude y se le pone todo fácil ya que no quiero que mis hijos pases por lo que pasé yo. 


En este caso le estamos sub comunicando a nuestros pequeños la mediocridad. 


No importa si está bien o mal, un aplauso para ti papito que te lo mereces todo. 


Pero cuando ese niño crece y se encuentra con que en la vida nadie le va a alcahuetear y que, si no hace su labor excelente, lo mandan a la calle, es cuando piensa que el mundo está en su contra. 


Que no lo tratan bien y que solo lo quieren ver sufrir. 


Retomando el caso del “empleado” de mi amigo, esté nunca analiza que la gente paga o compra un servicio para ser utilizado. 


En este caso es un gimnasio. 


Él se excusa que por ser temporada de fin de año la gente casi no va y bla bla. 


Si alguien paga un servicio es su problema si deja vencer la membresía sin ir o no. 


La responsabilidad de un negocio es prestar el servicio pues para eso lo está ofreciendo. 


Pero en su programación mental de pobreza y fracaso este otro muchacho siente que no merece ganar, sino seguir a la sombra de su patrón, esperando que este lo deje descansar algunos días. 


Mira, todos tenemos este tipo de pensamientos pues como mencioné anteriormente es lo que nos sub comunicaron las personas de nuestro entorno. 


Esa gente ya no está con nosotros, ni dependemos de ellos. 


¿Entonces para qué prestarles atención a palabras que no nos convienen?

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lunes, 25 de septiembre de 2023

Pobreza: ¿Elección o Circunstancia? Comprendiendo la Pobreza en un Mundo de Oportunidades



Pobreza: ¿Elección o Circunstancia? Comprendiendo la Pobreza en un Mundo de Oportunidades

Mucho se ha escrito y dicho sobre la pobreza. 


El caso es que se ha concluido que este es un tema muy complejo el cual incluye múltiples variables. 


Por ejemplo, la desigualdad estructural. 


En muchos casos, la pobreza está arraigada en sistemas económicos y sociales que perpetúan la desigualdad. 


La falta de acceso a oportunidades, recursos y servicios básicos puede dificultar la posibilidad de salir de la pobreza, incluso para aquellos que se esfuerzan. 


Mira yo he observado con estos ojitos que tantas cositas lindas han visto, como hay personas que afirman que las personas son pobres porque quieren. 


Esto puede ser cierto bajo algunas circunstancias. 


Si tú has crecido en un hogar con muchas facilidades económicas, prácticamente ser pobre va a ser tu propia elección. 


Pero si vienes de lo más bajo, es posible que las cosas no vayan a ser tan fáciles y rápidas para ti. 


El caso es que nosotros somos muy varoncitos y valientes en estos temas cuando tenemos la barriguita llena y el millón de dólares en el banco. 


Y créeme que estoy cansado de ver estos “valientes” enfrentarse a crisis y solo limitarse a llorar porque las puertas se le cerraron. 


Otra cosa que suele contribuir a la pobreza en el mundo son los sistemas políticos y económicos. 


Estos pueden crear barreras para que las personas superen la pobreza. 


Desafortunadamente la riqueza es un estado mental. 


Tener dinero no te garantiza ese estado. 


Es por eso que mucha gente con dinero tiene miedo de que otros también lo alcancen, porque piensa que se les va a acabar. 


Hay demasiada mentalidad de carencia en este planeta. 


Si bien muchas personas luchan constantemente para superar la pobreza, es importante reconocer que las circunstancias individuales varían ampliamente. 


No se puede generalizar que todas las personas pobres no se esfuerzan. 


Algunas personas pueden enfrentar desafíos más abrumadores debido a situaciones personales, condiciones de salud mental u otras dificultades. 


Respecto a esto, hace algunas semanas estuve reunido con mis compañeros de oficina. 


Hasta donde he podido observar, estos ingenieros manejan muy bien sus economías. 


Y me di a la tarea de preguntarles cómo fue su infancia respecto al factor económico. 


Todos coincidieron en que tuvieron lo básico, es decir un techo, y alimentación. 


En otras palabras, ninguno inicio en cuna de oro. 


Y curiosamente cuando les pregunté sobre su interés en salir adelante y aprender a manejar la economía, indicaron que no se sentían bien con su estado actual. 


Y a pesar de tener lo básico necesario, deseaban ganar más dinero para ayudar en la casa con los gastos. 


Podemos concluir de esta información que las circunstancias de cada individuo pueden variar y demorar o agilizar el proceso de salir de la pobreza. 


Pero lo más importante es el primer paso, que consiste en ser conscientes de mejorar la vida. 


En el caso de mis compañeros de oficina ellos me comentaron que vendían cosas, tales como chatarra. 


O arreglaban los jardines de los vecinos y hasta les hacían mandados a cambio de dinero. 


Lo interesante es que ellos aprendieron mediante su trabajo el poder del ahorro. 


Si observas, en la actualidad los niños tienen muchas comodidades a nivel general. 


Y es por eso que no les estamos enseñando la cultura del trabajo y el ahorro. 


Mira es URGENTE enseñarle esto a las nuevas generaciones, porque de lo contrario la corrupción y la mentalidad de carencia general se los van a comer vivos.

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lunes, 4 de abril de 2022

Cómo cambiar la mentalidad de carencia a mentalidad de abundancia



Cómo cambiar la mentalidad de carencia a mentalidad de abundancia

Hace ya muchos años, cuando me encontraba en medio de mi crisis financiera, mi señor padre me dijo: “Gabrielito lindo, si quieres tener dinero, NUNCA trabajes para gente pobre”. 


Y este consejo, a su vez él lo recibió de un gran amigo y compañero de trabajo. 


Y podría decir que es uno de los más grandes consejos que he escuchado. 


Quizás pueda resultar ofensivo para algunas personas porque la palabra pobreza siempre la hemos asociado con el dinero. 


Y no hay nada que le llegue a doler tanto a nuestro ego como que nos identifiquemos con la pobreza. 


Pero en realidad este consejo no tiene mucho que ver con la pobreza económica, sino más bien con la mental. 


Mira la gente o las empresas no son ricas porque tengan dinero. 


En mi país he conocido empresarios que por más dinero que tengan, en su mente siguen siendo pobres. 


Siguen pasando hambre y necesidades. 


Tanto que pueden llegar a pasar por encima de los demás. 


También pueden llegar a ser implacables con la competencia. 


Y hasta hablar mal de ellos, hacerles competencia desleal y difamarlos. 


Por ejemplo, he conocido empresas “prosperas” que en su fuerza de ventas inculcan a sus trabajadores que la “prosperidad” es algo que deben mostrar. 


Ah, eso sí, dicha prosperidad debe salir del bolsillo de sus trabajadores. 


Esto con el fin que personas externas puedan apreciar lo bien que les va por trabajar en dicha compañía. 


Y gran parte de lo que ganas, debes gastarlo en aparentar una prosperidad imaginaria. 


Y esto genera un ciclo de deuda y trabajo que en el ambiente laboral se respira más estrés que bienestar. 


Pero los grandes empresarios no son los únicos que sufren carencias mentales y emocionales. 


Me atrevería a decir que el 99% de la humanidad padecemos de esto. 


No es casualidad que solo el 1% maneja la riqueza del planeta. 


Y el resto se mantienen haciendo “malabares” para llegar a fin de mes. 


Y tal vez me estés diciendo en este momento, “Gabrielito lindo, allí te equivocas porque yo vivo muy bien”. 


“Tengo mi negocio, paseo, disfruto y celebro la vida”. 


De nuevo, no debes mezclar tener dinero con carencias emocionales y mentales. 


Por ejemplo, al manejar tu vehículo estás mostrando mentalidad de abundancia o carencia. 


Una persona “pobre” percibe que otros se le están metiendo a su vía. 


Si alguien no hizo el pare o no respetó el semáforo y se te metió delante, ¿qué haces? 


Lo “castigas” pitándole para que se “sienta mal”. 


Y por lo general, sacas a relucir tu carencia tratándolo con un lenguaje soez. 


Mira, la mentalidad es tan poderosa que cuando comienzas a practicar algo, se va extendiendo a todo lo que tocas. 


Digamos que no tienes dinero. Y la mejor forma de tener abundancia para ti, es concedérsela a los demás. 


Y aquí entramos en un dilema, pues si no tengo dinero ¿cómo voy a concederle abundancia al resto? 


¡Entonces comienza a dar de lo que tienes! 


En mi caso una de las cosas que más comparto es mi sonrisa. 


Le sonrío a todos en la calle y es una forma de concederles abundancia. 


En ocasiones, esto no funciona, porque tienes problemas con otras personas y te van a juzgar de falso porque no eres “amable”. 


Mira a mí me suele pasar mucho que la gente que ha tenido contacto toda la vida conmigo me dicen que yo no soy amable. 


Gran parte de mi vida yo era considerado una persona noble, pero en realidad yo siempre agachaba la cabecita y a todo le decía “amén”. 


Pero el Gabrielito lindo que estás viendo en la actualidad tiene más poder que nobleza. 


Quizás esas personas se acostumbraron a verme como una persona “noble”. 


Pero hoy en día yo expongo y digo lo que me sale del forro así se enoje su Santidad Bergoglio. 


Yo era una persona que por evitar problemas cedía demasiado. 


Hoy en día defiendo mi postura sin agredir a nadie. 


Y como no evito la confrontación y eso es lo que puede asustar a las personas que desde hace años me vienen conociendo. 


Pero a pesar de lo que las personas puedan opinar de ti, NUNCA dejes de manifestar tu abundancia en la forma en que hayas decidido hacerlo. 


Automáticamente con el tiempo, dicha mentalidad irá permeando poco a poco el resto de situaciones en tu vida. 


Recuerda siempre que los esclavos son los que mantienen con prisa, estrés y pelean por migajas. 


Los reyes no le corren a nadie y disfrutan de la vida.

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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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