Una de las herramientas más importantes y asombrosas que tiene el ser humano es la capacidad de hablar.
Este nos permite poder comunicar nuestras ideas y unirlas a las de otros para construir cosas.
De hecho, eso es lo que nos ha permitido llegar hasta este punto en la historia.
Anteriormente se veían muchos inventos que provenían de una sola persona.
Hoy en día los grandes avances los hemos logrado gracias al lenguaje.
Sin embargo, esto no es lo único que nos permite el lenguaje.
Con este también podemos manipular a otros.
Por ejemplo, cuando una persona se hace la indefensa para que la protejan y/o cuiden de ella.
Mediante su lenguaje puede expresar esa sensación de “pobrecito” para que le ayudemos.
La mendicidad funciona mediante esta manipulación.
Y tú muchas veces sales corriendo a regalar tu dinero a personas que se burlan a tus espaldas por tus “buenas” acciones.
Otra forma muy común de manipulación es el enojo.
¿Cuántas veces no hemos visto personas que mantienen expresando su enojo porque se dan cuenta que esto les funciona para que los demás hagan su voluntad?
En la milicia se suele ver mucho esto.
Por eso es por lo que no permiten el ingreso a personas mayores, ya que los jóvenes son muy maleables ante esto.
Pero existe una parte muy importante del lenguaje que pocos hablas y la mayoría desconocen.
Siempre se nos ha enseñado que la comunicación es externa.
Con esto quiero decir que se usa con otros solamente.
Pero esto no es cierto, pues la comunicación intrapersonal, la que sostenemos con nosotros mismos, es más poderosa de lo que piensas.
Y esto es porque se trata de lo que te dices a ti mismo, constantemente, y por muchos años.
Esto es lo que determina la calidad de tu salud, como te relacionas con los demás y por supuesto cuanta cantidad de dinero tienes en este momento a tu disposición.
Para que puedas entenderme un poco mejor, intenta ser consciente de que estás sintiendo en este momento.
Sientes frio, temor, malestar, rabia, felicidad, tristeza, ¿o exactamente qué?
Pues todas esas emociones, ya sean positivas o negativas provienen de tu dialogo interno.
Digamos que tenías que pagar la factura del Internet y lo olvidaste.
Te cortaron el servicio y en ese momento, ¿qué te dices a ti mismo?
En general, te llenas de rabia y te repites palabras como “que tonto”, “dormido”, “estúpido”.
Y todas esas cositas bonitas que decimos cuando nos enojamos por un error que cometimos.
O te dices: “ánimo triunfador, que esto fue solo una pequeña falla y ya vamos a solucionarlo”.
La verdad muy poquita gente en este planeta se dicen ese tipo de cosas positivas.
¿Vas comprendiendo la importancia de la comunicación intrapersonal?
Y tal vez en este momento me digas: “bueno Gabrielito lindo, soy muy mayor y llevo años teniendo estás lindas conversaciones conmigo, ¿se puede hacer algo?”.
La respuesta a esto es un SI enorme.
Simplemente es comenzar a analizar tus sentimientos cuando ocurren eventos en tu vida.
Si te sientes mal, ¿adivina que te estás diciendo a ti mismo?
Comienza a prestar atención a tus sentimientos pues estos contienen más información sobre ti de lo que piensas.
Es solo cuestión de practicar esto durante un tiempo para que te vuelvas experto en cambiar tu dialogo interior a tu antojo.