Creo que todos hemos sentido en algún momento esa sensación de estancamiento donde parece que camináramos en circulo.
Nos vemos haciendo lo mismo todos los días, como en una especie de rutina que nos hace pensar, ¿bueno y que ha pasado con mi vida?
¿A esto fue a lo que vine al mundo?
¿A trabajar, hacer aseo y pagar cuentas?
¿Y para cuando esas cositas que tanto nos gustan?
Por ejemplo, por allá aproximadamente en el año 2006, un domingo al medio dia, acostado en mi cama me llegué a cuestionar todo esto.
Puedo decir que mi vida cambio a partir de preguntarme si eso era todo a lo que uno venía a este mundo.
Comenzó a llegar a mi vida información muy diferente y también comenzaron a ocurrir cosas muy diferentes.
Algunas de esas cosas me gustaron y otras para nada.
Pero si no hubiera sido por esa serie de eventos, no estaría en este punto de mi vida que tanto disfruto.
Y con esto no te quiero decir que todos los días haga algo diferente.
Al igual que tú también hago tareas rutinarias, pero el enfoque es que esas tareas las disfruto mucho y las hago con mucho amor.
Si observas, la mayoría de gente odia lo que hace.
Hacen su trabajo de mala gana, como por cumplir.
Asean su hogar hasta con desprecio y rápidamente porque necesitan tiempo para poder cumplir con el resto de la “amada” rutina.
Se han vuelto tan rutinarios que hasta la “diversión” se les vuelve predecible.
Viajar al mismo lugar, escuchar la misma música, etc.
En fin, cosas que ya se sabe cómo van a terminar.
Y si algún “colaborambon” se atreve a decirles, “hey, y ¿por qué no intentas ir a otro sitio o divertirte de otra forma?”.
De inmediato le responden: “no se meta, deje de ser sapo, es mi vida y yo veré lo que hago” y todas esas cositas bonitas que la frustración saca a flote en ese momento.
Bueno, sí observas en esa respuesta está precisamente la clave del porque nuestras vidas se convierten en un círculo infinito de rutina y sufrimiento.
Quien está “respondiendo” en ese momento no eres tú sino tu ego.
Por si eres nuevo, en este blog hemos definido el ego como la estructura mental del merecimiento.
Es eso que siempre te ha llevado a ser más y tener más.
Y eso está muy bien porque a quien no le sirve el progreso, de eso se trata la evolución humana y el juego de la vida.
Pero, lamentablemente hemos permitido que todo en la vida, incluso nuestras emociones sean dominadas por el ego.
Por eso es por lo que somos los más lindos, los más fuertes, los más inteligentes, bla bla, así estemos bajo un mar de lodo por nuestras acciones.
Nunca nos equivocamos, nuestro camino es el correcto, así estemos parados en el mismo punto desde hace años.
Es por es que debemos aprender a escuchar lo que dicen otros, o lo que nos dice esa situación que tanto nos molesta.
Y no te estoy diciendo que actúes como una vaca obediente caminando hacia el matadero y le digas amén a todo lo que otros te dicen.
Recuerda que el mundo está rodeando de intenciones que desconocemos y potencialmente nos estarían perjudicando.
Toda una vida es mejor equivocarse por las decisiones que uno mismo toma y no sentir ese dolor de equivocarse porque le hiciste caso a otro.
Pero si al menos pregúntate si esa información que te dan te puede servir para algo, al menos en parte.
Muchas veces la solución a tu vida estancada puede ser simplemente cambiar un pequeño detalle, conservando el resto de las cosas que haces.
Si no escuchas a tu entorno te puedes estar perdiendo de una mejor vida.