Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 13 de octubre de 2025

Cuando el miedo al desamor nos sabotea



Cuando el miedo al desamor nos sabotea

Todos hemos tenido malas experiencias en el amor. 


A muchos nos han engañado. 


A otros tal vez nos han mandado a la “friendzone”. 


En fin, aquí nadie se ha salvado de sufrir por amor. 


Así pues, a partir de estas experiencias, pensamos que todo el planeta está en nuestra contra. 


Y que todas las personas lo único que quieren es hacernos daño y jugar con nuestros sentimientos. 


Es por eso por lo que cuando conocemos a alguien que quiere en realidad compartir con nosotros su amor, le damos una patada y sin compasión. 


Pensamos que es otro más del montón que viene a hacernos daño tal como lo hizo ese tipo (o tipa) anterior. 


Es entonces cuando colocamos muros, barreras y todo ese tipo de cositas, simplemente para alejar a las personas. 


Pero detrás de todo eso, existe es terror a que nos vuelva a hacer daño. 


O mejor, a no sentir esa sensación tan dolorosa del desamor. 


Hoy en día, por ejemplo, existente muchas personas que piensan que, si alguien se les arrima, es para sanar o calmar su “jodidez” emocional. 


En otras palabras, quien se acerca a ti es porque tiene su raye y quiere sanar contigo y bla bla. 


Cuando lo único que quiere el otro (u otra) es simplemente compartir una compañía y disfrutar de la conexión. 


Aunque hay que reconocer que en muchos casos si hay gente jodida que quiere sanar con uno. 


De todo se ve en la viña del Señor. 


Pero bueno, no seamos tan pesimistas y demos el beneficio de la duda. 


¿Sabes que es lo que hay detrás de todo esto? 


En realidad, estamos ocultado el pensamiento de que no tenemos derecho a amar y ser amados. 


Y esto es muy normal, pues si alguien nos hizo daño también nos dejó nuestra rayadura en el subconsciente. 


Sin quererlo, al ser heridos por otros, pensamos que hicimos algo “malo”. 


Has notado que cuando te han engañado, la primera sensación que tienes es de ¿qué hice yo para que esto pasara? 


Inicialmente uno tiene la tendencia a sentirse culpable. 


Es por eso por lo que vemos personas que, aunque vean a la otra persona, con los pantalones abajo haciendo de las suyas, sienten que deben hablar o reconciliarse con la otra persona. 


Mira, con estos ojitos que tantas cositas lindas han visto, he observado como victimas engañadas, terminan en la cama con el infiel, intentando reconciliarse. 


Si observas, en este momento no es que la persona sea un tonto o un cornudo y que gusta “comer embolado” como dicen en mi ciudad natal. 


Simplemente es su forma de intentar reparar lo que “hizo” mal para que el otro u otra fueran infieles o los quieran fuera de sus vidas. 


Vas comprendiendo por qué, mucha gente a pesar de que llegan a su vida otros que pueden mejorarla, los espantan de inmediato. 


La pregunta importante que debemos hacernos es, ¿si el amor romántico es malo, porque la naturaleza insiste con esas emociones en nosotros? 


Para serte sincero no tengo la menor idea de porque esto ocurre. 


Muchos dicen que en realidad ese “amor” romántico es la forma en que la naturaleza nos obliga a reproducirnos para perpetuar la especie. 


Puede que tengan razón, pero para que insista la naturaleza con esas emociones bonitas, románticas si simplemente podemos sentir la excitación como los animales, y a lo que vinimos. 


¿Si la vida nos da la oportunidad, por qué simplemente no aprovecharla y disfrutarla mientras dure? 


No te estoy diciendo ahora que salgas corriendo a casarte, pero cuestiónate lo que ocurre en tu vida. 


Finalmente, la Naturaleza nos ha demostrado que es muy sabia y que todo lo que ha creado en nosotros tiene un propósito.

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lunes, 4 de agosto de 2025

El precio de buscar aprobación



El precio de buscar aprobación

Hace muchos años, cuando nació mi hija, mi suegra vino a ayudarnos con el cuidado de mi esposa.  


Es una costumbre muy arraigada en esta región que, durante aproximadamente 40 días, algún familiar acompañe y cuide a la madre reciente, lo que comúnmente llamamos "cuidar la dieta".  


Un día, mi suegra me dijo que necesitábamos comprar algunos ingredientes para ese proceso, así que fuimos juntos a un supermercado cercano.  


Al llegar a la sección de carnes, se nos acercaron un par de señoritas ofreciéndonos un pollo.  


Aunque no estaba muy barato, decidí comprarlo porque, de todas formas, lo necesitábamos.  


Unos pasos más adelante, me topé con otra señorita que también ofrecía pollo, así que le pregunté el precio.  


Para mi sorpresa, era menos de la mitad del anterior.  


Sin pensarlo mucho, regresé a las primeras vendedoras, les devolví amablemente el pollo y les di las gracias.  


Pero en ese momento, noté cómo los rostros de mi suegra y el de la señorita se pusieron rojos de vergüenza.  


Solo repetían: “Qué vergüenza…”.  


Yo, sin dudar, les respondí: “¿Vergüenza por qué? Es mi dinero, y con él hago lo que se me dé la gran bendita voluntad. No tengo contrato de exclusividad con nadie.”  


Esta historia puede parecer graciosa, pero en realidad ilustra un problema muy común: la dificultad de decir “no” cuando algo no nos conviene, simplemente por el temor a lo que otros puedan pensar.  


Ese miedo al juicio ajeno impide que muchas personas vivan la vida que realmente desean.  


El doctor Luis Fernando Hoyos Aristizábal llamaba a ese fenómeno la “bobo fobia”.  


Esa sensación de tener que actuar para complacer a otros, por temor a parecer maleducado, desconsiderado o simplemente diferente.  


Por ejemplo, en el lugar donde entreno, muchas personas se preocupan más por estrenar ropa deportiva o tener los audífonos de moda que por el entrenamiento en sí.  


Yo, en cambio, voy con la ropa más vieja que tengo.  


Llevo una toalla pequeña, ya gastada, pero limpia, y un tarro con agua.  


Nada más. Voy a entrenar, no a desfilar ni a compararme con nadie.  


Recuerdo que una vez visité otro gimnasio y saludé a un señor que estaba allí.  


Apenas me vio, me escaneó de pies a cabeza y al rato se me acercó diciendo:  


— “A todos nos falta algo, pero veo que casi no tienes espalda.”  


Yo simplemente sonreí. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo: intentando desvalorizarme para sentirse superior.  


Insistió en que me grababa un video para que viera “la verdad”.  


Le respondí que no perdía mi energía en ese tipo de cosas y seguí entrenando.  


Al no obtener de mí la reacción que esperaba, el señor comenzó a sentirse incómodo.  


Durante la siguiente hora intentó acercarse varias veces, hacerme preguntas sin sentido, como buscando redimirse.  


Yo me despedí con cortesía, como si nada.  


Y es que lamentablemente, el mundo está lleno de personas así.  


Personas que sienten envidia y usan la “bobo fobia” para manipular, esperando que los demás actúen según sus deseos.  


Por eso quiero invitarte a que dejes de buscar la validación de otros.  


La única aprobación que realmente necesitas para vivir la vida que quieres es la tuya.  


Sé que no es fácil, sobre todo si has pasado años intentando complacer a los demás.  


Al principio puede parecer grosero o incómodo.  


Pero el truco está en dejar que tu ego fracase un poco.  


Sí, duele. Pero con práctica, te aseguro que vas a vivir con la libertad de ser tú mismo y hacer lo que realmente deseas.

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lunes, 16 de octubre de 2017

Aprendiendo a escuchar los mensajes de la Vida

Aprendiendo a escuchar los mensajes de la Vida


Normalmente cuando alcanzamos una meta o un objetivo, pronto nos acostumbramos a esta y casi que instantáneamente llegamos a olvidar nuestros éxitos personales. Por ejemplo, cuando una persona decide realizar un cambio corporal en su estética, los primeros meses comienza rápidamente a ver resultados. Incluso las personas que lo rodean comienzan a felicitarlo o a notar sus nuevos logros.

La persona inicialmente los acepta, pero con el paso de los días se presenta este fenómeno, en el cual se observa en un espejo y nota que cada día, por más que se esfuerce, le falta mucho para llegar a su nueva meta, aunque los demás se asombren de lo que ha logrado hasta el momento.

Este fenómeno en parte nos puede perjudicar, como también nos puede ayudar. Todo depende del punto de vista que tengamos. Esto no sólo ocurre en un área como el ejemplo anterior. También ocurre en todos los ámbitos de nuestra vida.

De acuerdo a mis investigaciones, observaciones y laboratorios sobre el tema, esto tiene que ver con el incremento que constantemente busca la Vida en nosotros. De lo contrario el ser humano jamás avanzaría o se quedaría simplemente donde está y nunca veríamos los avances que tenemos actualmente.

Si observas este u otros ejemplos, la gente que te rodea puede ver constantemente tus avances aunque tú no puedas hacerlo. Pero qué pasa cuando tocamos el tema de nuestras fallas o errores? Esto representa un problema en nosotros. Con esto me refiero que cuando tenemos una falla o una falencia en nosotros, por lo general no la vamos a ver porque constantemente estamos mirando hacia afuera y no hacia adentro de nosotros.

Respecto a esto, años atrás cuando conocía a algunas personas de inmediato sentía mucho rechazo hacia ellos sin aparente razón. Honestamente yo había tomado la postura general que traducido en palabras más simples puede ser “es que la energía que emana esa persona es mala. O es que esa persona te envidia” o cosas similares.

Especialmente conocí a una persona que me molestaba incluso verla comer, verla conversar, etc. Por aquella época ya me había dedicado al hobby de investigar el pensamiento humano y la conexión que este tiene con las emociones, así que decidí salirme de la opinión popular e indagar sobre este tema.

Me comencé a preguntar por qué esa persona me produce dicha emoción de rechazo? Será que le tengo envidia? pero de qué? Odio? Pero no tengo razones para ello! Celos? Tampoco tengo razones para ello. Así que me vino una idea sobre esto que me pareció bastante lógica y que tiene que ver mucho con estar mirando constantemente hacia afuera de nosotros.

Me di cuenta que esa persona era un espejo mío. Que las cosas que hacía y que me molestaban eran exactamente cosas que yo mismo hacía y que no me gustaban de mí, pero por estar mirando hacia mi exterior, no las podía ver claramente. En otras palabras por estar buscando problemas y soluciones en la vida de los demás, no solucionaba mi vida.

Tristemente esta es la situación de casi el 99% de la población mundial (para ser optimistas). Somos expertos ayudando a otros pero jamás nos ayudamos a nosotros mismos. Te confieso que darme cuenta de esto me entristeció mucho al principio, porque no sabía lo mal que estaba, pero con los días me ayudo a caminar por otro sendero emocional.

Decidí tomar acción respecto a estas emociones que me producían las personas y comencé a corregir en mi lo que me fastidiaba de otros. Incluso hasta el día de hoy sigo practicando este “deporte”, que te recomiendo tu comiences a realizar desde este mismo instante.

Así que te animo a través de esta información a que la próxima vez que veas alguien que te “cae mal” o te produce emociones de rechazo, desdén, celos, odio o cualquier emoción que te pueda robar tu paz mental lo veas como algo a mejorar y no como alguien a quien rechazar. Recuerda que debemos ser sabios y escuchar los mensajes que la Vida nos está entregando para nuestra constante evolución y progreso.
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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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