Cuantas veces las preocupaciones por el dinero, no solo nos quitan el sueño, sino que hasta el cabello.
Y te lo digo yo que hasta el pelo se me cayó de tanto preocuparme por dinero durante toda mi vida.
Sin embargo, ¿sabías que nosotros en realidad no estamos buscando el dinero?
Yo diría que el dinero es la parte superficial de lo que realmente queremos en la vida.
En realidad, el verdadero objetivo de este es lo que queremos experimentar con él.
Para que me puedas comprender un poco mejor, tengo una amiga que desde que nació no la pasó nada bien la vida.
Vivió en una pobreza que hasta asusta.
En realidad, cuando ella me contó su historia, en mis adentros me decía que yo no sabría cómo vivir de esa forma.
Y aunque ella era consciente que el dinero era el monstruo que todo lo negaba, había algo muy curioso en su imaginación.
Siempre se imaginaba que estaba en un sitio con una ventana grande viendo pasar autos.
Mira, la vida es tan increíble, que esta señorita a la fecha vive en un sitio similar al que imaginaba cuando era niña.
Con una ventana grande donde puede ver pasar automóviles.
Y como mencioné anteriormente, a pesar de sus limitaciones y experiencias negativas que vivó en ciertos momentos de su vida, respecto al dinero, nunca se desesperó por ir detrás de él.
De cierta forma siempre confió en que el dinero iba y venía.
Esto me hace recordar un tema anterior, en el cual un amigo de esta localidad me dijo sobre la confianza en la vida y el dinero.
Lamentablemente la mayoría vemos el dinero como un objetivo.
No lo vemos como una herramienta para experimentar cosas.
Siempre lo andamos persiguiendo hasta el grado que muchos venden su dignidad por él o hasta hace peores cosas.
Ahora bien, no te estoy diciendo que te sientes a esperar a que te llueva del cielo.
Simplemente tu labor es definir qué es lo que quieres de tu vida.
Qué es exactamente lo que quieres que pase con ella.
Entre más tiempo pases visualizando eso que quieres y le pongas tus sentidos y atención, hay más posibilidades de que eso ocurra.
Le estarás dando a tu mente un “mapa” para que vaya por ese camino de bienestar.
Mira lo que has estado haciendo toda tu vida.
Visualizando desastres, carencias, enfermedad, vejez y por último la muerte.
Y adivina que clase de mapa le estás dando a tu cerebro y en donde vas a terminar si sigues con esa metodología.
Una de las formas en que acostumbramos a escapar de nuestros problemas es mediante la fantasía mental.
Digamos que esta es nuestra ventaja con el resto de las especies, pues la fantasía nos permite crear cosas que antes no existían.
Todo lo que vez en tu entorno es el resultado de alguien que alguna vez dijo: “¿y si hacemos esto?”.
Y como puedes ver esto está muy bien, pero desafortunadamente siempre nos vamos a los extremos.
Fantasear produce dopamina.
Y como hemos aprendido en este canal, este neurotransmisor asociado al placer, nos puede llevar por caminos oscuros, al igual que cualquier otra adicción.
Por ejemplo, nos puede llevar a desconectarnos de la realidad, llevándonos a perder el enfoque en nuestras responsabilidades y metas reales.
Sobre todo, si tenemos problemas, fantasear nos puede mantener sin salida, cuando en realidad de los problemas se sale enfrentándolo sin miedo, de frente y por el centro.
Indefectiblemente esto último nos puede llevar a procrastinar.
Y recuerda que, si no has solucionado una tarea, lo más seguro es que pronto vienen otras que te van a robar la paz mental.
Aumentando tu sufrimiento y metiéndote en un ciclo infinito de volver a fantasear para escapar de tu dolorosa realidad.
Imagina por un momento que te gusta demasiado una persona.
Constantemente fantaseas con ella, ya sea por miedo o por timidez.
En ambos casos estás evitando conocer o hablar con esa persona.
Y en estos casos existen dos posibilidades.
La persona está interesada en ti o no quiere ni tocarte con la sombra de un palo.
Pero es tanto nuestro temor a ser rechazados por esa persona de nuestro interés romántico, que preferimos quedarnos con la duda o verla con alguien más.
Todo lo anterior nos puede llevar a trastornos mentales más delicados.
Mira, una de las cosas que más nos suele mantener en bienestar es el cumplimiento de nuestras metas.
Por culpa de las fantasías descontroladas nunca vamos a actuar.
Y así se nos va a ir pasando la vida, sin cumplir nuestros deseos, llevando una insoportable carga de infelicidad.
En el mundo hedonista en el que vivimos actualmente, donde el placer está un solo clic, la gente acude mucho a la “noporgrafia” para aliviar su estrés y preocupaciones.
Esto hace que la gente mantenga drenada su energía vital y mental.
Así que por eso nunca van a tener tiempo ni mucho menos ganas de hacer cosas.
Dejar esto es muy complicado.
Así que te recomiendo cambiar una fantasía “destructiva” por otra que apoye tus metas.
Por ejemplo, en vez de estar fantaseando con que cada hombre o mujer está detrás tuyo, más bien usa esa imaginación para visualizar que inicias un negocio y cada día acuden más clientes a él.
En este caso estarías gastando esa energía mental en algo de tu interés.
Es por eso que quiero animarte a que cada vez que te sorprendas fantaseando con cosas inútiles, cambia esa visualización por cosas que apoyen tus proyectos.
Las herramientas que la vida nos dio no son malas.
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.