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domingo, 17 de noviembre de 2013
Entregando lo mejor de mí a la vida
Por Ingeniero Gabriel Salazar7:25:00 p.m.burocrácia, calidad, deshonesto, empresas, trabajador, Vida
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Hace algunos días me encontraba de cambio de domicilio y
me topé en mi nuevo hogar con un problema en el servicio de gas domiciliario, a lo cual decidí contactarlos para su restauración.
Sin embargo no se tuvo que llamar una sola vez, sino
muchas. Es decir, notaba como una especia de “aparato burócrata” no permitía
resolver un simple problema de conexión de un servicio público en una
edificación.
Como todo esto me pareció muy extraño, comencé a indagar
que era lo que estaba pasando para tener tantos problemas en una sencilla
solución, pues no me parecía una situación normal. Casi coincidencialmente,
llegó la respuesta a mis inquietudes. Como debía solicitar el translado de la
conexión de Internet del viejo al nuevo hogar, entonces me contactó el
departamento de servicio al cliente con unas preguntas muy extrañas, que
incluían si en fechas del año pasado yo había solicitado el soporte para fallas
en la conexión.
También me indagaban si el técnico me había visitado y le
había dado solución a los problemas. Como era de esperarse, pregunté por qué me
hacían esta clase de preguntas y me respondieron: “es para confirmar si
efectivamente fue un servicio válido o fue un servicio simulado”.
Bueno, recordé que hace algún tiempo, una persona que
trabaja para una compañía eléctrica, me comentó que algunos de sus compañeros
generaban falsas llamadas de clientes solicitando servicios inexistentes con el
objetivo de “trabajar” horas extras y cobrar más dinero en sus salarios.
Yo le pregunte, por qué hacían esto si era algo
deshonesto. A lo cual me respondió: “la empresa no permite que estés inactivo y
debes buscar servicios para justificar tu estancia y tu puesto de trabajo”. Me
pareció que la empresa para la que trabajan, tenía gran parte de culpa por este
tipo de presión, pues si no hay servicios que resolver y se presiona a un
trabajar que no es muy proactivo que digamos, por lo general se cae en este
tipo de situaciones deshonestas.
El problema de este tipo de situaciones deshonestas, es
que esto no termina en simples llamadas ficticias. Cuando el cerebro se
acostumbra a determinadas situaciones, se comienza a “buscar el progreso de
estas”. Con esto me refiero a que si me estoy arriesgando a robar en una
empresa algo pequeño, pronto estaré buscando hacerlo con algo más grande. De
allí el sabio dicho “el que es fiel en lo mínimo, es fiel en lo mucho”.
Bueno estas personas buscaron “progresar” en sus actividades
ilícitas y no solo reportaban llamadas falsas, sino que también se quedaban con
material “sobrante” de los trabajos que hacían para venderlos a negocios
pequeños o personas. Y como era de esperarse, fueron sorprendidos y expulsados
de la empresa, a cambio de que esta no perdiera el contrato con los clientes.
Después de esto comprendí por qué se presentan tantos
procesos burocráticos en las empresas de servicio público y que prácticamente
debe hace presencia con documentos para justificar dichos soportes, pues debido
a este tipo de situaciones, las empresas pierden la confianza en sus
trabajadores.
En la pobre educación y consciencia en la que hemos sido
sometidos casi todos los seres humanos, lo que hacían estos personajes es
considerado algo audaz, magnifico, pues he llegado a escuchar a muchos
trabajadores decir: “eso no pasada nada”, ”gaste que eso es de un rico” y cosas
por el estilo.
Es triste ver como las personas se van de este planeta
viviendo en “la ley del deshonesto”, pensando que esas acciones nunca los van a
afectar y que las consecuencias jamás se verán en sus vidas.
Bueno, asumamos que estamos justificando el hecho ilícito
y acallamos nuestra consciencia diciendo que está bien. Pero con lo que se
roban nunca hacen algo progresivo, es decir jamás lo invertirán en educación,
en un negocio u otra cosa que mejore su calidad de vida. Por el contrario y de
forma general, la mayoría lo “invierten” en adicciones como el juego, licor,
cigarrillo para ser optimistas.
Pero siendo honestos y pensando más allá de lo que pueda
pasar con nuestras acciones, ¿te imaginas que en la historia de los hombres
sorprendidos robando material “sobrante” de su empresa, les hubieran cancelado
el contrato?
Esto no solo hubiera afectado a las 2 o 3 personas que lo
hacían y sus parientes, sino también a los cientos de trabajadores que laboran allí
y a las personas que tienen a cargo. Esto hubiera sido una desgracia no solo
para ellos sino también con las respectivas consecuencias sociales, pues ¿qué
sería de la vida de estas personas y cuántos de ellos incluso terminarían en la
delincuencia?
A veces pensamos que nuestras pequeñas acciones del día a
día en el sitio de nuestro trabajo no afectarán para nada el curso de la vida.
Muchas veces pensamos que robar o ser
deshonestos con los demás solo hace referencia a objetos físicos. Pero ¿qué tal
el tiempo? ¿Le robamos tiempo a la empresa para la cual trabajamos?
¿Cumplimos con nuestros objetivos con honestidad y
servimos de la mejor manera posible? ¿Qué hay de los lapiceros, lápices,
memorias, cd/dvd, papel, etc, etc, etc…..? En ocasiones escucho a muchas
personas decir que odian los lunes y que se emocionan cuando el fin de semana
llega. Esto muestra claramente un descontento hacia lo que hacen y se muestra
la tendencia a realizar las actividades laborales a como salgan o solo por
cumplir.
Y estas mismas personas, ruegan a Dios por un cambio en
sus vidas, e incluso por milagros económicos, lo que también incluye ganarse la
lotería o algún juego de azar que les aporte una cantidad importante para estar
más tranquilos y vivir felices.
Te voy a ser muy honesto y te confieso que yo vivía en
ese lado de la vida, esperando con mi trabajo mediocre que viniera un ángel
vestido de traje con un millón de dólares para que pudiera comprar la “paz de
mi alma”. Cuando me canse de esperar al “angelito trajeado”, decidí hacer las
cosas de diferente manera. Comencé primero a levantarme con entusiasmo aunque
no lo sintiera, pues entendía que mi cerebro por la práctica de un entusiasmo,
generaría finalmente dichas emociones.
Lo sorprendente de esto fue que en mi caso no tardo
muchos días en sentir entusiasmo por ir a trabajar. Este entusiasmo hizo que
comenzara a sentir ganas de hacer las cosas lo mejor que podía, y cuando me
equivocaba, las rehacía nuevamente y mucho mejor.
Esto hizo que en mi vida se fueran abriendo nuevos
caminos y que mi calidad de vida fuera mejorando. Y sobre todo que aprendiera a
valorar el trabajo que hace cada día, cada ser humano que me traen bienestar
desde que me levanto, hasta que me acuesto. Esto me ha permitido ver a las
personas de diferente manera y no como enemigos o prescindibles, y sobre todo a
darles lo mejor de mi experiencia y conocimiento.
Si tú actualmente vives esa clase de emociones de
desespero, derrota, angustia, etc. por la labor que haces cada día, de todo
corazón te animo a que comiences simulando entusiasmo al levantarte y dar
gracias por otro día de oportunidad.
No pienses que es la repetición del mismo día aburrido de
ayer. Sino que hoy tienes la oportunidad de cambiar todo. Recuerda que la vida
se cambia con tus actitudes y tus intenciones. Eso es lo que va generando
oportunidades para que tomes decisiones y finalmente acciones que te lleven a
lo que deseas. Este es la misma mecánica que has estado empleando pero de forma
destructiva y por eso es que no te gusta lo que ves. Este tipo de emociones negativas
se presentan en tu vida, no para que sigas en ese camino, sino para que lo desvíes.
Es por eso que los grandes sabios de la humanidad han
dicho que sigas a tu corazón, pues él te llevará por el camino de tu verdadero
ser. No es muy complicado. Como ves es solo cambiar actitudes y practicarlas a
diario para que se conviertan en parte de ti y te apoyen a vivir una vida de
bienestar total, y si las oportunidades no se te dan donde estás, te por seguro que la vida te abrirá nuevos caminos donde puedas crecer.