Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 3 de abril de 2023

La relación entre la escasez y la envidia



La relación entre la escasez y la envidia

De entre todas las emociones que los seres humanos experimentamos, no existe algo tan mortificante y enfermizo como la envidia. 


Esto literalmente puede matar a una persona debido a las altas dosis de cortisol que genera en el cuerpo. 


Y como la medicina moderna nos ha dado a conocer, el cortisol es la hormona del estrés que puede llegar a afectar el sistema inmunológico. 


Y no solo eso; también afectar tanto nuestro metabolismo y elevar los niveles de azúcar en sangre y reducir la sensibilidad a la insulina. 


Afectar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, llevando a enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares. 


Y ni que decir de las afectaciones en el sueño y los cambios en el aumento de peso y pérdida de masa muscular. 


Y tal vez me digas en este momento: “Gabrielito lindo, tampoco exageres. Nadie se muere de envidia y si se siente es por poco tiempo”. 


Déjame decirte que de los sentimientos más persistentes que existen, a la envidia no le gana nadie. 


Porque a parte del cortisol, también tiene la capacidad de generar dopamina y oxitocina. 


Y estas son hormonas encargadas del placer y la felicidad. 


Así pues, no es tan fácil que tu cerebro sintiendo algo de “bienestar” vaya a soltarlo tan pronto. 


Es por eso que, en uno de los textos sagrados más conocidos acá en occidente, se puede leer que “la envidia corroe los huesos”. 


Un caso muy curioso que pude observar actualmente y que se viene gestando desde hace muchos años es el sentimiento que genera el fútbol. 


Uno podría pensar que es normal que en el fútbol exista la rivalidad entre los equipos mientras están en la cancha. 


Pero luego de eso vuelven a ser amiguitos pues son personas profesionales que viven de esto para sostener a sus familias. 


Pero el caso que ocurre con la selección de la Argentina es bastante interesante. 


Y con estos ojitos que tantas cositas bonitas han visto, he observado como la gente sufre porque ganan algo. 


Incluso desde los años 80 cuando comencé a observar este deporte. 


Por ejemplo, para el partido final, ese día tenía puesta mi camiseta de Argentina. 


Y el partido terminó tipo 1 pm en mi localidad. 


Después de eso salí a almorzar a un restaurante y cuando ingresé note que 2 personas que estaban hablando se quedaron callados al verme con mi camiseta. 


La señorita que me atendió me dijo que antes de que yo llegara, estaban hablando pestes del equipo argentino. 


A mí me dio risa y le dije “con razón se quedaron calladitos apenas entré”. 


Después de que salí de ese lugar, fui al parqueadero y en ese momento estaba un joven en una motocicleta dejando a una persona. 


Y noté que me miraba con cara amarga. 


Y como tengo la capacidad de detectar las emociones de las personas con simplemente observarlos, pude notar como este personaje estaba muerto de envidia por dentro. 


Supongo que no se atrevió a decirme nada pues soy un tipo de grandes dimensiones y a lo mejor se intimidó. 


Días después, la madre de mi hija me comentó que a pesar de que ese mundial había terminado, en la localidad donde vive, aun había gente peleando por ese tema. 


Imagínate, discutiendo y hasta agrediéndose por un equipo de fútbol que ni siquiera era de su país. 


Y hasta aquí no llega la cosa. 


Hace aproximadamente una semana se entregaron unos premios de parte de la organización mundial de este deporte a los mejores. 


Y para más dolor se lo ganan los argentinos. 


Y veo con asombro como periodistas deportivos, que se supone profesionales e imparciales, ahora arden y minimizan los logros alcanzados por estos deportistas. 


Mejor dicho, esa gente va a terminar con cáncer de tanto odio y resentimiento por que otra nación que no esperaban ganara. 


Y esto no es normal. 


Es un sentimiento de envidia bastante exagerado, yo diría que enfermizo. 


Pues por lo general la envidia al ser un sentimiento negativo, nos suele dar vergüenza y al menos lo disimulamos un poco. 


Pero estos periodistas deportivos, de frente y por el centro, le desean el mal y minimizan los logros de los argentinos. 


Y esto hace que nos preguntemos, ¿a qué se debe tanto rencor por alguien que en apariencia no te ha hecho nada? 


La respuesta a esto se encuentra en un sentimiento primario como la escasez. 


Mira, cuando tú envidias a una persona es porque te sientes inferior a ella. 


Y si te sientes inferior, es porque consideras que ella tiene algo que tú NUNCA podrás tener. 


Eso se llama carencia pues crees que para ti no resulta y por lo tanto tu modo de defensa ante esa “injusticia” de la vida es minimizar o menospreciar a esa persona. 


Esto con el fin de que la “ventaja” que piensas que tiene sobre ti, no sea tan grande. 


Es precisamente ese sentimiento de carencia el que tiene sumida a la humanidad en la inferioridad. 


Y añádele la ignorancia que tiene la persona sobre este tema. 


Y si tenemos gente “dándonos pedal” diciendo que ellos son los malos y nosotros los buenos y que nos están quitando algo, ya te imaginarás los resultados. 


A nivel personal yo sí que sufrí de esto casi toda mi vida. 


Cuando me sentía en inferioridad al ver que una persona podía hacer algo y yo no, de inmediato trataba de minimizar sus logros. 


Y cuando por fin entendí lo que pasaba y que el problema era mi sentimiento de carencia, fue cuando las cosas comenzaron a cambiar para mí. 


Fue entonces que al aceptar que me sentía inferior a otro, pude ver las cosas buenas que tenía a mi favor. 


Y al darme cuenta de que yo también era maravilloso, comencé a trabajar en aquello que me faltaba. 


Mira, a ti no te pusieron aquí para estarte comparando con otros. 


Cada uno tiene sus habilidades y desventajas. 


Pero si sigues mirando lo que otros tienen, nunca vas a conocer el propósito de tu vida.

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lunes, 30 de enero de 2023

CUIDADO con los consejos de terceros



CUIDADO con los consejos de terceros

Los seres humanos tenemos la bendita necesidad de ser aprobados por terceros. 


Y no solamente eso, sino que también nos gusta cuando recibimos la consideración de parte de ellos. 


Con esto me refiero que es muy agradable sentir cuando una persona se preocupa por nosotros y en ocasiones nos dice que no hagamos esto o lo otro para que podamos descansar y estar bien. 


¿Pero sabías que detrás de ese “mejor no hagas esto” para que puedas estar bien, muchas veces se esconde una oscura intención? 


Respecto a esto, he visto de primera mano el caso de un buen amigo mío que tiene un negocio que ha construido desde cero. 


Él me ha llegado a comentar que la gente a su alrededor le dice que no abra el local tan temprano para que no esfuerce tanto. 


O que no lo haga un día festivo, pues eso no es necesario. 


Afortunadamente mi amigo disfruta mucho de su negocio y simplemente sigue adelante incluso ante las “consideraciones” de personas muy cercanas a él. 


Y quizás me digas en este momento: “pero Gabrielito lindo, no hay nada de malo en procurar que una persona obtenga bienestar a través de los consejos de sus allegados”. 


Bueno, es aquí donde entran las intenciones de esas personas que se “preocupan” por ti. 


Para que me puedas entender un poco mejor, tenemos que ser conscientes que el ser humano padece de envidia por naturaleza. 


Y esto se debe a esa estructura mental que tanto hemos mencionado en este blog, conocida como Ego. 


Si eres nuevo por aquí, a manera de resumen, el Ego es aquello que impulsa al ser humano a avanzar siempre. 


Básicamente el Ego es el responsable de la evolución humana. 


Es lo que constantemente nos dice que queremos ser más y tener más. 


Pero si le permitimos a este dirigir nuestra vida, es cuando comienza nuestra caída hacia el fracaso en todas las áreas de nuestra vida. 


Para equilibrar esto, tenemos una segunda estructura que llamaremos el noble. 


Y esta es la que nos permite la empatía con otros seres humanos, ¿pues te imaginas que solo buscáramos ser más y tener más? 


Prácticamente la raza humana se hubiera auto aniquilado hace muchos años. 


Esta es la razón por la cual vivimos en una constante dualidad donde nos gusta ver a nuestros amiguitos bien, pero NUNCA mejor que nosotros. 


Con esto no quiero decir que todas las consideraciones que otras personas tengan con nosotros tengan sus intenciones malignas. 


Por ejemplo, en el caso del amigo que comenté hace un momento, es obvio que las personas que le dicen que no mueva su negocio, no desean que siga prosperando. 


O también si tú te estás ejercitando y constantemente te dicen que no lo hagas, que no seas exagerado, etc., es evidente que esa persona quizás no quiera verte bien para no sentirse con la obligación de trabajar en su físico. 


Sobre todo, en la actualidad donde se fomenta mucho la pereza y la aceptación de la mediocridad, invocando al amor propio. 


Que, si no te aceptas tal y como eres, así peses 200 Kg y tus rodillas estén a punto de reventarse, entonces no te “amas” a ti mismo(a). 


El punto clave para tener una idea sobre las intenciones de una persona contigo en sus consideraciones, es la insistencia. 


Sospecha de las personas que de forma constante te dicen que no hagas esto o lo otro, pero que en realidad tú interior te está diciendo que eso te va a beneficiar. 


Digamos que ser considerado con otros viene a ser el equivalente de la burla, o el negativismo cuando intentan iniciar o emprender algo en tu vida. 


Es una forma “elegante” o más bien disimulada de una persona, intentar que no avances más que ella. 


Así que quiero animarte, mediante esta información a tener mucho discernimiento con la gente que te rodea. 


No se trata de que te vuelvas un “conspiranoico” y dudes de todo y todos los que te rodean. 


Pero no regales tu atención a alguien que con insistencia te dice que no vayas tras tus sueños. 


Solo eres responsable de ti mismo y de tus sueños. 


Si los demás no se preocupan por ellos o no quieren avanzar, eso ya no es tu problema, ni tu responsabilidad. 


No te hagas pequeño, simplemente para que otros no se sientan mal.

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lunes, 9 de mayo de 2022

El problema emocional de la envidia



El problema emocional de la envidia

La envidia se define como el sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no tener lo que otra persona ha conseguido. 


Ya sea que se trate de bienes tangibles como el dinero, etc. o intangibles como la inteligencia. 


Incluso algo tan subjetivo como la belleza, estatura, fuerza, puede llegar a ser un dolor de cabeza para muchos. 


Absolutamente TODOS los seres humanos, en algún momento sentimos envidia. 


Y por más que te empeñes en negarlo, tu ego se afana en contradecirte. 


Nuestro ego, al ser una estructura que nos impulsa siempre a avanzar, también es elemento evaluador del éxito ajeno. 


Es por eso que indefectiblemente comparamos lo que hemos hecho con lo que otros están haciendo y logrando. 


Así pues, esta es la razón por la cual, así te hagas el loco(a) e intentes mirar para otro lado, la envidia es un sentimiento que te acompaña constantemente. 


Ahora bien, una cosa es que el sentimiento sea más intenso en unas personas que en otras. 


De aquí es donde intentamos lavarle la cara a la envidia diciendo “es que siento envidia de la buena”. 


Mira, envidia es envidia por más que tratemos de disimularla. 


Al final, produce emociones que pueden perjudicar a la persona que está alcanzando el éxito. 


Si quieres profundizar en este tema, te recomiendo ver LA IMPORTANCIA DE LA DISCRECIÓN EN LAS METAS Y PROYECTOS PERSONALES


Y en este punto tal vez me estés preguntando “bueno Gabrielito lindo, ¿qué malo tiene sentir envidia por otros?” 


“¿De qué forma me puede perjudicar estas emociones?” 


Bueno, resumiendo el tema que te acabo de sugerir, si tú por ejemplo afirmas delante de mucha gente jodida que te está yendo bien, esto puede provocar que las emociones de ellos afecten tus resultados. 


Digamos que tú eres uno de esos jodidos envidiosos que inconscientemente se mortifican por el éxito ajeno. 


Después de un tiempo observas como esa persona se le dañaron sus planes y tu feliz. 


Y con descaro dices “que pesar lo que le ocurrió a esa persona”. 


Recuerda que la Vida no se queda con nada y siempre está buscando un equilibrio. 


Así que no se te haga extraño que te pase exactamente lo mismo con futuros proyectos que realices. 


A nivel emocional, la envidia es un sentimiento bastante parecido con los celos. 


Uno de los textos sagrados de la humanidad hace referencia a esto, comparándolo como podredumbre a los huesos. 


Los huesos son lo último que queda de nosotros, cuando nos dan la “visa” al otro lado. 


Así que es una linda referencia que es un sentimiento bastante perturbador que hasta el sueño te puede robar. 


Y quizás creas que estás en un entorno sano con gente “sana” que no sufre de esto. 


Pues te quiero ver diciéndole a tu entorno que obtuviste un aumento salarial en tu trabajo. 


O que tu hijo(a) obtiene buenas calificaciones en el colegio, etc. 


¿Qué podemos hacer entonces para solucionar este tipo de emociones si finalmente son naturales? 


Mira debido a que la envidia proviene de una comparación que hace nuestro ego con todo y todos, no se puede eliminar. 


Pero si se le puede restar importancia. 


Recuerdo que hace muchos años esto era algo que me mortificaba bastante. 


Ver que otros supieran o tuvieran más éxito que yo, era como si me halaran el bigote. 


En cierta oportunidad y de pura casualidad encontré un audio que me hizo tomar consciencia de eso. 


Decía literalmente que la envidia es un sentimiento que te impide ver tus propias oportunidades. 


El saber esto puso mi conciencia más atenta a lo que yo tenía y podía hacer. 


Y eso es exactamente lo que una persona envidiosa no puede realizar. 


Permite que sus emociones lo dirijan como un esclavo obediente y sumiso. 


Y esto no le permite ser consciente de sus habilidades y resultados. 


¿Y adivina cuando una persona haciendo todo lo que le digan sus emociones, va a salir adelante o a conseguir lo que desea? 


Y tal vez me estes preguntando en este momento “Gabrielito lindo, yo soy consciente de esto y he mejorado mucho, ¿cómo puedo entonces controlar la envidia de los demás sobre mí?” 


La respuesta es simple, no puedes hacer nada. 


Imagínate todo el sufrimiento por el que pasaste para soltar la envidia, y eso que son tus emociones. 


¿Ahora qué podrás hacer por las emociones de terceros que no son tuyas? 


De cierta forma la envidia de otros es una forma de admiración. 


Enfermiza, pero es admiración, al fin y al cabo. 


Simplemente toma eso no como envidia sino como que esa persona quiere ser como tú. 


Mira, en mi caso casi toda la vida he tenido que lidiar con esta “admiración”. 


No creas que ser atractivo, alto, musculoso y adinerado es fácil. 


A nivel personal siempre he podido percibir las emociones de la gente con la que tengo contacto. 


Incluso así estemos hablando por teléfono. 


Y como soy perverso, pero adorable, honestamente siento placer cuando alguien se está mortificando por mi causa. 


No te estoy diciendo que hagas lo mismo que yo, pero aprende a disfrutar de esa “admiración” de tu entorno. 


Así que quiero animarte, mediante esta información a controlar un sentimiento tan destructivo como la envidia. 


Si quieres que tu vida prospere, enfócate solo en tus oportunidades y habilidades.

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lunes, 16 de agosto de 2021

La envidia como instrumento de infelicidad



La envidia como instrumento de infelicidad

El RAE define la envidia como tristeza o pesar por el bien ajeno. 


En esto, la doctora Melanie Klein hizo un aporte bastante importante en la definición de esto. 


Ella definía la envidia como un sentimiento destructivo, en el cual, si la persona que envidia no puede poseer, entonces va a destruir. 


Esto es muy común verlo en el ámbito de la política. 


Digamos que un personaje de estos está trabajando por la comunidad y ha estado haciendo las cosas bien. 


Su contrincante que siente envidia por el poder, va a hacer todo lo posible por dañar su imagen, destruirla. 


Así esto implique dañar el bien que se ha hecho a muchas personas favorecidas. 


En otras palabras, la envidia es un sentimiento enajenador. 


Es decir que puede provocar hasta la locura por querer quedarse con eso que tiene la otra persona. 


Esto hace que nos surja la pregunta, si los celos y la envía vendrían siendo lo mismo. 


Podemos decir que los celos los padece la persona que los siente. 


La persona que es objeto de celos puede ignorar los sentimientos del celoso. 


Quizás ni se dé cuenta que la otra persona le está ardiendo su comportamiento. 


En cambio, la persona que envidia, puede llegar a obsesionarse con hacerte daño. 


Recuerda que el objetivo de una persona envidiosa es destruir sino puede obtener algo que tú has hecho. 


Para hacer un resumen, si tuvieras que elegir entre tener una persona al lado envidiosa o celosa, definitivamente es preferible aguantarse a un cansón(a) celosa. 


También se podría decir que la envidia en cierto punto es una admiración, pero enfermiza. 


Finalmente, por algo el envidioso, desea conseguir o hacer lo que su objetivo ha realizado. 


¿Y adivina con que estructura mental tiene que ver con la envidia? 


Si tu respuesta es el Ego, estás totalmente en lo correcto. 


Recuerda que el Ego es la estructura que nos mueve hacia el merecimiento. 


Ver que una persona logra lo que tú aun no has podido hace que te salten emociones negativas en tu cuerpo. 


Ante este sentimiento de pérdida insoportable, desarrollamos mecanismos como infravalorar la ventaja de otros. 


Mentalmente decimos eso no es para tanto, o se cree la gran cosa, etc. 


Otro mecanismo es intentar “triunfar” en otra área donde esa persona no ha tenido éxito. 


Y finalmente podemos llegar a la agresión física o psicológica. 


Incluso hay una anécdota cuando Edison dio por vez primera una demostración de su fonógrafo. 


Cuanto terminó la presentación, el académico francés, Jean Bouillaud, de 82 años salto de su asiento al cuello de la persona que lo estaba manipulando. 


Diciendo que eso era falso, un truco de ventriloquía, etc. 


Solo le faltó decir que eso era del demonio. 


Respecto a esto, hace más de 20 años conocí a un par de hermanas bastante atractivas. 


Yo me conocí primero con la hermana menor de estas. 


Nos gustamos y después de un par de semanas comenzamos a salir. 


Pasado un tiempo, esta señorita me invitó a su casa a conocer a sus parientes. 


Allí fue cuando conocí a la hermana mayor, la cual definitivamente me encantó. 


Y pues supongo que yo también le gusté pues notaba que me miraba de forma muy especial. 


En cierta oportunidad en que por un instante me quedé solo con la mayor, esta se me acercó a hablar amablemente. 


Y casi que, a la velocidad de la luz, la hermana menor llegó a “marcar territorio”. 


Es como si no quisiera que su hermana le fuera a quitar a su “nuevo amigo”. 


Yo me sentía fatal, pues ¿cómo era posible que fuera de visita a la casa de la chica que me gustaba y terminara encantado con su hermana? 


Tampoco puedo acabar con la familia. 


Pasado un tiempo, finalmente no se dio ninguna relación seria con la hermana menor. 


Y pues me quedó el camino libre para caerle a la mayor. 


No en realidad muchos años después, me contacté por redes sociales con la mayor. 


Me dijo que le enviara una foto de cómo estaba en la actualidad y se la envié. 


No sabía que las hermanas estaban reunidas en la misma casa, pues se suponía que la menor ya estaba casada y tenía una vida muy exitosa. 


Esta hermana mayor me confesó días después que su hermanita al ver que yo tenía contacto con ella, le “restregó” que años atrás cuando salíamos yo estaba super enamorado de ella. 


Por supuesto, esto hizo que la mayor se sintiera fatal, pero me hizo entender que la menor, había estado envidiosa del “éxito” de su hermana. 


Muchos años después de este evento, tuve la oportunidad de reencontrarme cara a cara con la mayor. 


Y me atreví a decirle algo sobre este evento y lo que había notado de su hermanita. 


Intenté ser muy discreto al decírselo, pero para sorpresa mía, me confesó que no era la única persona que se lo había dicho. 


Otras personas muy cercanas ya le habían mencionado este tema. 


Mi amiga me preguntaba que como era posible si su hermanita era hermosa, tenía un hogar ejemplar y una economía bastante fuerte. 


Le dije que lo más probable era que su hermanita no era feliz, a pesar de todo “eso” que tenía. 


A manera de resumen, mi amiga es una persona muy táctica para vivir. 


Es organizada, trabaja por lo que quiere conseguir y sobre todo es feliz con lo que tiene. 


Exactamente esa capacidad de ser feliz con lo que tiene es lo que su hermanita tristemente siente envidia. 


Y no se trata de una enemistad entre hermanas. 


Puedo dar fe plena que ambas se aman con todo el corazón. 


Pero lamentablemente la menor no es consciente de sus emociones y no sabe cómo procesar de forma óptima eso que siente. 


Lamentablemente esto es el común denominador en la humanidad. 


Los seres humanos no sentimos tanta envidia por lo que otros tienen y nosotros no hemos podido tener. 


Sino por la felicidad que vemos en ellos, sea cual sea lo que la esté provocando. 


Mira, yo he visto como despotrican de una pareja, aunque no tengan sino lo básico, simplemente porque son felices caminando de la mano en la calle. 


Hay que ser sinceros con nosotros y aceptar que el 99.999999999% de la humanidad es infeliz. 


No estamos conformes con nuestra vida. 


Es por eso que anhelamos o más bien envidiamos cualquier atisbo de felicidad en alguien. 


Así pues, quiero animarte mediante esta información a prestar mucha atención a la felicidad que tienes al frente y no en la felicidad de terceros. 


Probablemente en un futuro, miraremos este instante y nos daremos cuenta que en realidad lo teníamos todo y no supimos disfrutarlo.

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lunes, 24 de mayo de 2021

El problema de las inseguridades en las relaciones



El problema de las inseguridades en las relaciones

El ser humano definitivamente no fue diseñado para estar solo. 


Esto lo podemos ver en los textos sagrados de la humanidad cuando mencionan que al hombre se le creó una compañera para que no estuviera solito. 


Y tal vez me estés diciendo en este momento, pero Gabrielito lindo, eso son tonterías y yo decidí estar sin pareja porque la gente jode mucho. 


Bueno, debes ser consciente que esa decisión que tomaste de estar solo o sola se basó en una mala experiencia con ex parejas. 


O peor aún, de escuchar la voz de otros que les fue mal y que las personas son malas y bla bla bla... 


El caso es que no puedes prescindir de otros seres humanos o de lo contrario tu existencia estaría en juego. 


Todos necesitamos de todos para poder tener la vida cómoda que experimentamos en la actualidad. 


La gente es la que hace posible tu bienestar así te haya ido mal en la vida con los hombres o las mujeres, según tu caso. 


Sin embargo, los seres humanos somos famosos por hacer el papel de víctima cuando se trata de las relaciones de pareja. 


Desde tu punto de vista, todos son malos, menos tú. 


Eres perfecto y jamás te vas a equivocar y si lo haces es por culpa de terceros que “te hicieron” equivocar. 


Y aunque suene ridículo esto es como culpar a otros de que yo me coma las uñas. 


O peor, decir que otros se me las comieron. 


Pero cuando logramos finalmente tener una relación es cuando vienen los verdaderos problemas. 


Lo curioso de esto es que cuando estamos solos, anhelamos una pareja. 


Pero cuando ya tenemos tiempo con ella extrañamos nuestra “soledad”. 


Estos problemas se derivan básicamente de las inseguridades que traemos desde nuestro hogar. 


Por ejemplo, a los niños se les dijo que llorar era de nenitas y así aprendimos a reprimir nuestras emociones. 


Las niñas observaron como la madre se la pasaba dando cantaleta y aprendieron que este patrón servía para “dialogar” y “arreglar” problemas de pareja. 


Así pues, cuando somos adultos, la mujer cuando no le gusta algo de su hombre se dedica a secarlo a punta de discusiones. 


Y el hombre, como aprendió a reprimir sus emociones, permanece callado pues no es capaz de procesar ni lo que está pasando, ni mucho menos lo que está sintiendo. 


Debido a esto, es que pensamos que las mujeres joden mucho y que nadie las entiende. 


Pero en realidad lo que aquí está pasando, es que ninguno de los dos tiene el conocimiento suficiente como para entender que ocurre en su relación. 


Y lo peor, como hemos visto toda la vida estos ejemplos en nuestro entorno, los aceptamos como si fueran “normales”. 


Por lo tanto, no hacemos absolutamente nada por cambiar esto, mejorarlo. 


Y aquí es donde debes estarme preguntado, pero Gabrielito lindo, ¿cómo se puede mejorar una relación si esta es un total conflicto? 


El problema es que pensamos que el otro u otra debe cambiar. 


Hay que dejar de estarle echando la culpa a otros por nuestras desdichas. 


Si yo me metí con una mujer que me golpea, me trata mal y hasta me ridiculiza enfrente de mis amigos, ¿de quién es la culpa? 


¿Quién la escogió como pareja? 


Y esta misma pregunta va para las mujeres. 


Por lo general los hombres seleccionamos pareja por su físico. 


Yo diría que el 1% de hombres escogen su pareja por un motivo diferente a este. 


Por eso es que cuando llegamos a una edad madura, consideramos a las jovencitas más interesantes, pues nos atrae su físico. 


Respecto a esto, no sé cómo le hacen las mujeres para soportar tanto hostigamiento, y cada día de parte de los hombres. 


Yo no me imagino cuanta barbaridad le deben decir a una mujer bonita en la calle. 


Y quizás me estés diciendo en este momento, pero Gabrielito lindo y ¿es que tú nunca dices nada en la calle a una mujer que te parezca atractiva? 


La verdad no. Nunca me he sentido cómodo haciendo esto, ni nadie puede decir que yo soy hostigoso con las personas. 


Pienso que esto tiene que ver más con lo que observé siempre en mi señor padre, pues jamás y hasta la fecha lo he visto hacer algo como esto. 


La mujer en cambio se identifica más con el hombre que la pueda proteger en todo sentido. 


Sin embargo, algunas mujeres se van al extremo de la hipergamia. 


Y estos “gustos”, tanto de hombre como de mujeres, no son malos, sino que tienen que ver más con nuestra biología. 


Pero esto es un tema muy vasto como para tratarlo en este video. 


Cuando ya convivimos con esa pareja, tristemente nuestra inseguridad nos lleva a sentirla como una propiedad más. 


Nos enojamos si tiene amigos o amigas con los cuales conversa. 


Y que decir cuando intenta salir con ellos. 


Honestamente yo he conocido de mujeres que le piden permiso a su hombre para cortarse el cabello. 


Increíblemente la mayoría de hombres percibimos esto como algo normal. 


El hombre viene a reemplazar, literalmente la figura paterna de la mujer. 


Y lo mismo para el caso contrario. 


Pero entonces ¿es posible cortar con todo esto y tener relaciones más sanas para ser feliz? 


La respuesta a esto es totalmente afirmativa. 


Pero si y solo si haces un trabajo emocional contigo mismo y no esperar que el otro u otra cambie sus emociones para que satisfagan las tuyas. 


Entiendo que hay casos donde definitivamente no se puede convivir más con esa pareja. 


Pero si vas a una nueva relación por lo menos preocúpate por crecer emocionalmente para que no cometas los mismos errores. 


Lee, investiga y documéntate sobre cómo manejar tus emociones. 


Si consideras que tienes un problema grande entonces acude a un profesional en psicología, pero has algo para mejorar. 


Te aseguro que cuando tú cambias, todo a tu alrededor cambiará. 


Posiblemente ese cambio no te guste, pero quizás sea el principio de algo mucho mejor.

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lunes, 19 de octubre de 2020

El problema de los consejos de terceros



El problema de los consejos de terceros

Todos hemos escuchado en algún momento de nuestras vidas consejos de terceras personas y nos ha ido bien.


Sin embargo, no hay nada más triste que recibir un consejo y posteriormente te vaya mal, cuando lo acertado era lo que tu corazón te estaba diciendo.


En realidad, el problema de los consejos no es su fuente, sino la duda que nos ocasiona entre un tercero y la propia voz interior.


Desde niños nos enseñaron a dudar de nuestra propia sabiduría.


Los que ya no somos tan jóvenes, podemos recordar cuántas veces no nos mandaron a callar por meter la “cucharada” en las conversaciones de adultos.


Poco a poco fuimos comprendiendo que los adultos sabían más, así estuvieran diciendo burradas.


Y que nuestra voz interior o nuestra intuición tenían menos peso que la voz de estos expertos.


Por supuesto, no creo que eso ocurra con los niños de hoy en día.


Y tal vez por eso los jovencitos en la actualidad se atreven a más y realizan cosas que para nosotros a esa edad, eran imposibles.


Claro está que hoy en día también se ve de todo y muchas personas a pesar de lo avanzados que estamos no están teniendo una comunicación intrapersonal buena.


Esta situación hace que muchas personas por malas decisiones hayan arruinado sus vidas.


Y no conformes con esto, he visto cómo han colaborado a la ruina de otros, por medio de sus consejos malintencionados.


Vamos a ser totalmente sinceros, pero el ser humano por la naturaleza de su ego, no quiere que otros estén mejor que él.


A lo mucho que a sus amigos les vaya bien, pero no tanto que opaquen sus triunfos.


Es por eso que de cierta forma se puede ver guerras en redes sociales, batallando por quien tiene más o viaja más o se puede comprar más.


Personalmente he visto como entre amigas se dan “buenos consejos” y esto ha afectado posteriormente su relación de pareja.


Y esto no solo se ve entre mujeres.


Conocí el caso de dos amigos que se querían mucho.


Secretamente uno de ellos le gustaba mucho la chica del otro.


Cada vez que ella lo llamaba o le preguntaba cómo estaba, el otro amigo le decía que no se dejara manipular, que no fuera bobo, etc.


En todo caso su “amigo” buscaba que entraran en conflicto para que esta relación se fuera al tarro de la basura.


Posteriormente aprovechar la soledad de la chica y allí caerle con toda en su conquista.


Si tomamos en cuenta esta pequeña historia, ¿puedes ver la magnitud del riesgo que puedes estar corriendo al seguir consejos de terceros?


En realidad, por muy bueno amigo(a) que te parezca una persona, no tienes como comprobar sus intenciones al darte un consejo.


Y no te estoy diciendo que vivas tu vida en desconfianza con todo y todos en el planeta.


Pero tampoco debes ser tan crédulo y servirte en bandeja de plata a los deseos de terceros.


Yo creo que el punto de equilibrio de todo está en evaluar tanta información como te sea posible.


Con esto quiero decir que primero debes escuchar tu voz interior.


Posteriormente evaluar los consejos que te están dando terceros.


Finalmente comparar si tu voz interior concuerda con lo que te pueda estar aconsejando alguna persona.


La mayoría pensamos que la voz interior es similar a como me estuvieras escuchando en este momento.


Ojalá fuera de esa forma tan clara, pero esto es algo más sutil.


Se le dice voz interior, comunicación intrapersonal, pero en realidad se trata de las emociones que te produce algo en lo que estás centrando tu atención.


Todo produce emociones. El problema es que estamos tan acostumbrados a ignorar nuestras emociones porque eso nos enseñaron.


¿A cuántos de nosotros nos enseñaron a no llorar?


¿O también a ocultar nuestro llanto por miedo a que nos vean como débiles?


¿Sientes vergüenza cuando tus lágrimas salen viendo una película que ha tocado tu corazón y prefieres que nadie te vea haciéndolo?

Esto prueba el condicionamiento al que has estado sometido por parte de las personas que te rodean.


Y no te estoy diciendo que las personas que te enseñaron esto sean malas.


Al contrario, son personas bien intencionadas, pero mal informadas que intentan “protegerte” y que no te veas débil mentalmente.


¿Quieres escuchar tu voz interior?


Aprende a aceptar todas tus emociones siempre que interactúes con cualquier persona o cosa.


Quizás me digas en este momento que no sientes nada.


En realidad, eso que llamas nada, es paz mental.


Aprende a disfrutar eso y buscar que cosas te producen esa paz mental para que puedas repetirlo constantemente en tu vida.


Si algo te produce enojo, aprende a reconocer también.


Reconocer emociones como el enojo, la envidia, los celos, la venganza, así te hayan enseñado que es incorrecto, en realidad en muy beneficioso.


Entre más niegues o intentes ocultar algo, más disfuncional te vuelves pues esas emociones que no te gustan van agarrando mucha fuerza en ti.


Por ejemplo, en mi caso, habrás notado que en videos anteriores he dicho que soy egoísta, envidioso, celoso, vengativo, etc.


Entre más negara esto, más fuerza puede llegar a tener en mi interior y perjudicarme.


De hecho, en cierta oportunidad una persona me llegó a decir que yo no era egoísta porque compartía esta información que le estaba ayudando.


Si yo negara esto constantemente, de seguro no estarías viéndome hablar aquí.


Así que quiero animarte mediante esta información a encontrar el equilibro entre los consejos de terceros y tu comunicación intrapersonal.


Solo de esta forma puedes seguir tu verdadero camino que es el bienestar y la felicidad.


Con el tiempo, te darás cuenta que ya no necesitarás los consejos externos, sino que toda la sabiduría se encuentra en tu interior.

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lunes, 23 de marzo de 2020

Qué es lo que le ocurre al amor



Qué es lo que le ocurre al amor Así lo aceptemos o no, el amor en pareja es tan necesario como el dinero.

Es una necesidad en nuestras vidas ya que somos seres sociables por naturaleza.

Ninguna persona es capaz de estar mucho tiempo en soledad.

Y si logra estarlo, con el tiempo va a tener la tendencia a deprimirse o sufrir un sentimiento de dolor, amargura y derrotismo.

He tenido la oportunidad de conocer personas bastante espirituales, pero de la misma forma solitarias.

Me he dado cuenta que estas personas intentan ser agresivas con todo y todos los que los rodean.

Se sienten “autosuficientes” y siempre “tienen” la razón en todo lo que enfoquen su mente.

Sin embargo, son capaces de hablarte con mucha dulzura y mirarte con compasión debido a su alto gran de espiritualidad y conexión con la vida.

Lamentablemente carecen de algo tan importante como es el amor de una pareja.

Recuerdo que cuando era un niño el romanticismo era muy común en aquellos años.

Las personas no solo se regalaban flores o chocolates, sino que también se escribían cartas.

Las parejas se casaban muy pronto y los matrimonios duraban mucho más de lo que hoy podemos ver en los que logran casarse.

Con el auge de la tecnología entraron las redes sociales.

Dejamos de escribir en papel y comenzamos a escribir en medios digitales.

Nos hemos vuelto tan desconfiados que hasta reclamamos que nuestra pareja indique que le gusta una foto de otra persona.

En otras palabras, cambiamos el romanticismo por la inseguridad.

Primero nos da pánico expresar nuestros sentimientos a alguien pues no queremos caer en la friendzone.

Queremos escuchar un te quiero de regreso si es que nos atrevemos a expresarlo.
Y si lo llegamos a escuchar de inmediato entra en nuestro corazón un nuevo miedo y es por cuanto tiempo durará ese amor.

Y así nos la pasamos en relaciones llenos de desconfianza, inseguridad, celos, enojo, tristeza y amargura.

En realidad, volvemos una experiencia tan maravillosa como lo es el amor, en una lucha constante por no ser engañado o abandonado por nuestra pareja.

A muchas personas las he escuchado decir que entre más frio el corazón viven más “felices” y tranquilos.

Pero en realidad lo único que le da sentido a la Vida es el amor en todas sus manifestaciones, especialmente el amor de pareja.

Pero en vista que todos hemos pasado por experiencias amargas en este sentido, elegimos ser fríos y calculadores a la hora de “amar” a un desconocido(a) que dejamos entrar en nuestra vida.

Otros por el contrario eligen no comprometerse con ninguna persona y en cambio “disfrutan” del cariño de múltiples besos y abrazos.

En ambos casos, nos estamos engañando pues con la mano en el corazón, ¿quién no desea estar al lado de esa persona especial que se ama y sentir que eres amado(a)?

Es por eso que podríamos concluir que las personas más “frías”, en realidad son las más necesitadas de amor.

Lo único que ocurre es que han sido lastimadas y por eso forman una coraza de protección, mostrando que son inalcanzables.

Así pues, tenemos dos caminos a seguir que son “vivir” el amor de forma sistemática para sentirnos seguros en caso de que nos intenten hacer daño.

O podemos vivir el amor sin miedo a dar ni recibir nada a cambio.

Lamentablemente el amor de pareja lo vemos como una especie de trueque donde tú me das y yo te regreso, ya sean cosas positivas o negativas.

Si me das una caricia, yo te doy otra o si me engañas, yo también te engaño.

Y puede que en este momento te estés preguntando ¿cómo dar amor sin esperar nada a cambio?

Si observas la Vida, Dios, el Universo o como quieras llamar esa presencia Divina, para todos hace salir el sol.

Lo mismo la lluvia, el alimento, el aire, etc. No se detiene a ver si le dan las gracias, o si le dan amor, etc.

Simplemente da con todo el amor pues eso es la felicidad.

El amor es buscar la felicidad y el bien de la persona amada.

¿Que cómo se podría llegar a un estado de amor tan desprendido con nuestra pareja?

Aquí es donde entra el amor propio.

Todos buscamos que nos den seguridad, felicidad y amor mediante nuestras relaciones.

Es por eso que hemos convertido el amor en un negocio o trueque donde siempre esperamos algo a cambio.

Todo eso que buscamos en otra persona nos lo podemos dar nosotros mismos.

Te aseguro que cuando lo hagas, vas a ser tan feliz que con tu pareja solo buscarás compartir ese sentimiento buscando que se sienta de la misma forma.

Así que te animo mediante esta información a retomar el camino del amor propio para expresarlo con tu pareja.

El amor, el respeto y la lealtad solo se logran cuando han sido experimentados desde tu interior.
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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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