Es un hecho que nuestros amigos, e incluso nuestra pareja, vienen a ser personas que incluimos en nuestra vida por elección propia.
Cosa que no ocurre con nuestros parientes.
Por ejemplo, tus padres, hermanos y demás parientes cercanos, no fueron tu elección.
Estos te tocaron contra tu voluntad, y de malas si no te gustan, pues debido a su parentesco, no puedes quitarles el título de padres, hermanos, etc.
Nadie te preguntó si querías ser hijo de X persona o tener a Y hermano.
También es cierto que a pesar de esta “imposición”, los llegamos a amar con todo nuestro corazón.
Y dentro de ese gran amor que les llegamos a sentir, existe una imperiosa preocupación por que les vaya bien en todo lo que hagan.
Y es aquí donde rayamos en el límite de querer controlar TODO lo que hagan.
Y quizás en este punto me estés preguntado: “pero Gabrielito lindo, ¿qué hay de malo en sentirse preocupado y querer lo mejor para mi familia?”.
Bueno, ¿sabías que detrás de esta “preocupación”, tienen su origen en la falta de confianza hacia ti mismo?
Para poder entenderlo mejor, cambiemos la palabra preocupación por manipulación.
Y básicamente existen 4 razones por la cuales uno se preocupa o manipula a los demás para que les “vaya” bien en sus vidas.
La primera de estas razones es la inseguridad.
A veces las personas se pueden llegar a sentir tan inseguras o incómodas con su propia situación que intentan controlar a los demás para sentirse con poder o auto controlados.
Otra de las razones por las cuales se puede llegar a hacer esto es por egoísmo.
Sobre todo, en la actualidad, la gente quiere para ellos la exclusividad de la vida.
Por lo tanto, no les “conviene” que otros logren o consigan lo que ellos han estado persiguiendo.
Así pues, intentan manipular para obtener lo que quieren o no dejar que los demás avancen más que ellos.
Y con estos ojitos que tantas cositas bonitas han visto, sí que he podido observar este tipo de casos.
La inseguridad emocional puede llegar a ser una de las razones más poderosas para intentar manipular a otros.
Pues las personas que tienen problemas emocionales intentan controlar a los demás, como una forma de compensar sus propias inseguridades.
Por ejemplo, si una mujer no se siente segura de su belleza y ve a otra más linda, ¿adivina que va a ocurrir?
Lo mismo puede ocurrir si un hombre inseguro va a comprar un vehículo y otro a su lado compra uno mejor, lo más seguro es que va a intentar convencerlo que no es bueno, que no lo merece y bla bla bla.
Y como 4ta razón estaría la necesidad de aprobación.
Es una razón que se ve muy poco, pero una persona puede manipular a otra con el fin de sentirse más valorada.
Pero como puedes apreciar, todas las razones anteriores, tienen como fundamento la falta de confianza en uno mismo para sentirse más poderoso y en control de los demás.
Ya que su vida no la tiene bajo control, un manipulador va intentar controlar la vida de los demás.
Es por eso que las consecuencias de intentar manipular a otros siempre caen en conflictos con las personas.
¿Ahora comprendes porque cuando intentas “ayudar” a un pariente terminas en peleas con él?
No es porque seas un metido en vidas ajenas, sino porque el ser humano no está hecho para obedecer a otros.
Y cuando lo hace, en su interior nace un sentimiento de culpa, vergüenza y desolación que lo pueden destruir.
Y quizás me estés preguntando en este momento: “Gabrielito lindo, ¿qué puede hacer uno si alguien intenta manipularlo?”
Muy simple, mándalo a la V....
Hablando en serio, todos tenemos la capacidad de detectar cuando alguien nos intenta manipular.
Que nos hagamos los locos y que el cuento no es con nosotros es otra cosa.
¿Has notado que cuando alguien te dice algo o hace algo, en ese momento te sientes incómodo?
Bueno esa es la capacidad de nuestra intuición que nos está información que algo no anda bien.
Que esa persona está haciendo algo que no es correcto.
Bueno la solución a esto, es definir tus límites, lo que quieres y te conviene y aprender a decir NO, paso, con firmeza.
No hay necesidad de ser un patán o irse a los golpes con la gente para dejar en claro tu postura.
Es simplemente no aceptar cosas que sabes que luego te harán sentir mal.
No eres responsable de las emociones de nadie.
Así que, si la gente se enoja porque tú no quieres dejarte manipular, no es problema tuyo.