Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 12 de septiembre de 2022

Cuando el duelo se convierte en patología



Cuando el duelo se convierte en patología

Absolutamente todos los seres humanos, hemos experimentado la trágica perdida de alguien importante para nosotros. 


Y quizás los únicos seres “inmunes” a este dolor son los más pequeños pues aún no tienen conciencia de muchos de los procesos de la vida. 


Es por eso que se ha llegado a afirmar popularmente que un niño pierde su inocencia en el momento en que es consciente de la muerte de sus padres. 


Por ejemplo, en cierta ocasión vi a una amiga subir un vídeo de su pequeña llorando porque fue consciente que sus padres en un futuro ya no estarían acompañándola. 


Y para no ir más lejos, mi hija Isabellita, tomaba la muerte de su señora madre como una broma. 


Pero a medida que fue creciendo, la llegue a ver en alguna oportunidad llorando por la pérdida de sus padres. 


Menos mal que tiene de padre a un angelito inmortal. 


Pero como reza el dicho popular, una cosa es invocar al diablo y otra verlo aparecer. 


Es muy diferente hablar de estos temas, a posteriormente experimentarlos en carne propia. 


Cada ser humano maneja el proceso de duelo de formas distintas. 


De hecho, conocí que, al sur de mi país, los seres queridos que se van, los despiden con música y fiesta. 


Y para no ir más lejos, algo similar realizan los mexicanos. 


La mayoría, por el contrario, terminan arrojándose a la tumba del ser que acaban de perder. 


Sus emociones son tan intensas en ese momento que se quisieran ir con esa persona, pues se sienten solos y devastados. 


A pesar de las diferentes manifestaciones del ser humano, este tiene unas etapas más o menos similares para todos. 


En su orden son la negación cuando pensamos que no es justo, o que es imposible que eso haya ocurrido. 


Finalmente, con esto tratamos de evitar el dolor al negarlo. 


Con el tiempo viene el enfado, pues una de las herramientas que utiliza nuestro cerebro es la rabia ante emociones de baja vibración como son la tristeza o el miedo. 


El ser humano no puede estar mucho tiempo bajo la influencia de emociones de baja vibración, debido a las fuertes dosis de cortisol, que estas producen. 


Luego viene la negociación, que es una forma de fantasear con la realidad que estamos viviendo y ver como revertirla. 


Posteriormente puede venir el miedo o depresión. 


Y finalmente viene la aceptación de la pérdida. 


Es como el punto donde hacemos consciencia que ya nada se puede hacer y no podemos desgastarnos en algo que se sale de nuestro control. 


Y quizás en este momento me digas: “pero Gabrielito lindo, yo conozco personas que llevan años, llorando la muerte de un ser querido”. 


Pues fíjate que yo también he visto este mismo tipo de comportamiento. 


Es en este punto donde la ciencia lo llama el duelo patológico o más bien enfermizo. 


Es cuando la persona se queda por mucho tiempo padeciendo por ejemplo la cuarta etapa que es el miedo o depresión. 


Aquí es cuando hemos escuchado de personas que fallecen de “pena moral”. 


Esto tiene que ver mucho con los apegos que desarrollamos en las interacciones con esa persona. 


Recuerda que esto es el resultado de no resolver muchas cosas que traemos desde la infancia, ahora que somos adultos y podemos hacernos cargo de nosotros. 


Lamentablemente es más fácil resolver esto mediante los apegos hacia otros que trabajar con nosotros mismos. 


Es más fácil recibir “el amor” y apapachos de terceros, que pasar por el dolor de enfrentar cosas dolorosas de nuestra infancia. 


Pero también existe otra forma más de duelo que es el postergado. 


Personalmente yo he sentido este tipo de duelo en el cual durante el evento de perdida a mí me vale. 


El dolor me lo he pasado por el forro mientras la gente a mi alrededor sufre. 


Con el paso de los años he llegado a sentir esa pérdida, no con la misma intensidad. 


Pero es como si tiempo después hiciera consciencia de esa persona y que ya no está, y la comienzo a extrañar. 


Al parecer esto está muy relacionado con los conceptos que adquirí durante mi infancia acerca de lo malo que era la tristeza o el llanto. 


En mi circulo de amiguitos llorar era de hembritas delicadas. 


Un macho no se queja ni llora por nada, sino que sigue adelante. 


Recuerdo que si algún amiguito lo sorprendían llorando así tuviera una fractura, la ridiculización era tan grande que uno se aguantaba. 


Cuando yo me solté la mano del cúbito y el radio, jugando fútbol, me fui calladito y entré a mi casa. 


Me hice el que tenía sueño y ya vine a llorar debajo de la cobija. 


Pero delante de mis amiguitos quedé como un varón guerrero. 


Pero sabías que, en la antigüedad, el procedo de duelo solamente lo realizaban durante 3 días. 


Mira que hace poco mi hija se trasladó a otra localidad. 


A pesar que su nueva casa no está tan lejos de la mía, al llegar en la noche sentí esa desolación tan horrible al no verla conmigo. 


Aproximadamente durante 3 días tuve esa sensación. 


Y exactamente lo mismo me pasó cuando llevé a Lila, su mascotica a estar con ella. 


Y quizás me digas de nuevo, “Gabrielito lindo pero una cosa es la muerte y otra la distancia”. 


Mira en términos técnicos, tienes toda la razón. 


Pero en términos emocionales, tienen muchas similitudes. 


¿Cuál es el problema por el cual la gente se queda dándole con toda al dolor sin poder salir de esa depresión? 


Pues que la gente se queda en los recuerdos y en lo que pudo ser y nunca fue. 


¿Cuántas de las personas que llevan año tras año sufriendo por la pérdida de su ser querido le dijeron en vida “te amo”? 


Y no es que hayan sido malas personas con sus seres fallecidos. 


Lamentablemente a todos nos pasa que subestimamos la vida. 


Estamos aquí dialogando, bueno tú conmigo porque yo debo en este momento estar haciendo ejercicio, pues este video lo grabé hace 3 semanas. 


Pero pensamos que la vida es eterna, y nunca nos va a faltar nadie, ni le vamos a faltar al resto. 


Como reza el dicho popular, “para morirse, sólo se necesita estar vivo”. 


Y quizás me preguntes en este punto, “Gabrielito lindo, ¿existe alguna técnica para salir de ese duelo y seguir viviendo con calidad?”. 


Pues la ciencia ha avanzado tanto que en la actualidad se viene utilizando la técnica EMDR. 


Por sus siglas en inglés es Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares. 


Es una terapia que hacen los profesionales en psicología, para atenuar los efectos negativos de eventos traumáticos. 


Esta técnica la descubrieron de pura casualidad la doctora norteamericana Francine Shapiro. 


Ella observó que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia producida por pensamientos negativos. 


Esto lo probaron con excombatientes que ya estaban “rayados” de la guerra del Vietnam. 


Y como les fue muy bien, pues el método lo utilizan actualmente para todo tipo de traumas, incluyendo un duelo patológico. 


O si eres un varón de guerra como este angelito, puedes utilizar el método de tener consciencia de la muerte. 


Solo así vas a tener consciencia de vida, pues no la vas a dar por sentada, sino que la vas a disfrutar. 


Vas a dejar el miedo de decir te amo, a los que amas. 


Así que te quiero animar mediante esta información, a sacarte esa idea que entre más muestres tu dolor, más pensarán que amabas a esa persona fallecida. 


Estoy completamente seguro que si pudieras hablar con tu ser fallecido, lo único que te pediría es que vivas con intensidad y aproveches tu tiempo en hacer tu vida algo grande y maravilloso.

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lunes, 13 de diciembre de 2021

Cómo dejar los apegos



Cómo dejar los apegos

En la etología, un apego es una vinculación afectiva intensa, duradera y única que se desarrolla entre dos seres vivos. 


Esta condición no solo es posible entre los seres humanos, sino también entre los animales. 


Y podríamos decir que también se presenta entre razas. 


Tal es el vínculo que se puede llegar a desarrollar con las mascotas, que muchos los tratan como sus hijos. 


Incluso, uno puede observar como las mascotas se comportan como niños mimados y caprichosos. 


Pero hay que aclarar que este tipo de vinculación afectiva se forma por la reciprocidad. 


Para nada me parece negativo, sino por el contrario, es algo muy natural que tú al sentir mi amor, también me respondas con ese mismo amor. 


Esto es similar cuando estoy en un sitio público y deseo ser atendido rápidamente. 


Trato a toda persona que me encuentre con mucho amor y respeto y exactamente eso recibo de ellos. 


Desde mi punto de vista a través de estos años de observatorios e investigaciones sobre este tema, los apegos son más bien algo negativo. 


Su origen no tiene que ver con la reciprocidad, sino con la negación de las realidades. 


Por ejemplo, hay realidades bastante impactantes e inevitables como la muerte. 


De hecho, siempre he visto como las personas intentan “chantajear” la Vida diciendo cosas como “si a mi ser querido le pasa algo, yo me voy con él”, etc. 


Mira por más que llores, pelees o patalees, la muerte es algo que a todos nos va a alcanzar en algún momento. 


Entre más niegues este proceso, más apego se va a generar sobre esa persona, animal o cosa que no quieras perder. 


Y finalmente cuando esto ocurra, ¿adivina quién va a ser el perjudicado por el dolor emocional? 


Y atención, no te estoy diciendo que actúes como una persona incendiaria que se recrea pensando en la muerte de un ser querido. 


Eso es de masoquistas. 


Lo que yo hago referencia es que, al tener una consciencia de muerte, automáticamente tu conciencia de vida será más latente. 


Con esto quiero decir que, si aceptas que tienes poco tiempo, vas a vivir diferente porque intentarás aprovechar al máximo ese poco tiempo. 


Vas a vivir con mejor calidad para poder aprovechar al máximo tu tiempo con esa persona que te importa tanto. 


Te quiero hacer una pregunta. Por ejemplo, ¿cuántas veces has dejado de usar un perfume, ponerte un traje o vestido, guardándolo para una ocasión especial? 


¿Y qué pasa si esa ocasión especial nunca llega porque partiste antes? 


Este mismo punto de vista ocurre con el dinero. 


Acumulamos por años y no lo gastamos esperando un futuro que no sabemos si vamos a tener. 


Y nuevamente no mal interpretes mis palabras. 


No te estoy diciendo que seas irresponsable y salgas desesperado a comprar de todo. 


Desde niño he escuchado un dicho popular que reza “ni tanto que queme al santo, ni tampoco que no lo alumbre”. 


Esto quiere decir que todos los extremos son negativos para nosotros. 


En realidad, actuar de esta forma, tiene que ver con la mentalidad de abundancia. 


Mira, nosotros actuamos o dejamos de actuar basados en el temor. 


En el caso de acumular para el futuro, estamos basándonos en el miedo que en un posible futuro no tendremos y esto nos ayudará. 


En el caso de la vida, no sabemos cuánto tiempo tenemos por delante y por miedo respondemos con apegos emocionales. 


Una mentalidad de abundancia incluye confiar en los procesos de la Vida. 


Vivir cada día al máximo, cosa que al terminar la noche diga “valió la pena este día y me lo disfruté”. 


Así que quiero animarte, mediante esta información a aceptar las cosas como son para que aprendas a disfrutar la vida. 


Recuerda que entre más neguemos algo, más disfuncional nos volvemos y, por lo tanto, mayor sufrimiento tendremos.

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lunes, 10 de mayo de 2021

La importancia de la preparación ante lo inevitable



La importancia de la preparación ante lo inevitable

Como mencioné unas semanas atrás, las consecuencias de enfocarse en algo, es que lo seguiremos viviendo una y otra vez, nos guste o no. 


 


Sin embargo, ¿qué pasa con situaciones o eventos que se nos escapan de las manos? 


 


Con esto me refiero a cosas que por más que quieras controlar es imposible hacerlo. 


 


Por ejemplo, la lluvia, el calor, los cambios, la estatura que te tocó, la crítica e incluso la muerte. 


 


En especial, esta última por más que queramos evitarla es una realidad para todos nosotros. 


 


Imagínate que, hasta nuestro Sol, en algún momento va a desaparecer y si en dicho momento el ser humano aún se encuentra en este planeta pues ya te imaginarás. 


 


Respecto a esto, ya hace algunas semanas vivencie la lamentable pérdida de una gran amiga. 


 


A pesar de tener 74 años cumplidos y haber sufrido 3 infartos, esta señorita aparentaba unos 20 años menos. 


 


Y es por eso que aquellos quienes la conocieron, no podían creer que esta persona tan jovial no pudiera resistir su cuarto infarto. 


 


De hecho, hace poco estaba hablando con una chica que tiene un negocio en el barrio y conocía a esta amiga. 


 


Todos los días temprano en la mañana conversaban y me preguntó qué opinaba yo de esa lamentable perdida. 


 


Le respondí que era el proceso normal por el cual pasaríamos todos y de inmediato me dijo que no me expresara de esa manera. 


 


Le dije que a pesar que la vida nadie la tiene comprada en este planeta, la mayoría nos negamos a aceptar la realidad que nos espera. 


 


En eso me confesó que su señor padre ha estado últimamente delicado de salud y sus hermanos se niegan rotundamente a aceptar el hecho que fallezca. 


 


Me contó que, si ella se niega a aceptar estas cosas, sus hermanos creen que es “imposible” que esto vaya a ocurrir. 


 


Y a nivel biológico, intentamos “escapar” de esto con la negación, pues nuestro cerebro está diseñado para evitar el dolor. 


 


Aquí es donde nosotros SI debemos echar mano a la preparación estoica. 


 


En resumen, los estoicos eran personas que se anticipaban a las emociones que no les gustaban y las aceptaban. 


 


Esto les permitía o más bien permite a la persona que practique esta filosofía permanecer casi que impávido ante cualquier situación. 


 


Y no te estoy diciendo que te “martirices” o te complazcas en visualizar la pérdida de un ser querido. 


 


Lo que te quiero decir es que es muy importante aceptar esto o hacer conciencia de la muerte. 


 


Esto nos permitirá poner los pies sobre la tierra, cuidarnos más, alimentarnos mejor y disfrutar cada momento que tenemos. 


 


En realidad, el mensaje que nos está dando la Vida, mediante la muerte es vivir feliz y disfrutar lo que tenemos, mientras podemos. 


 


Estoy completamente seguro que cualquier persona que acabamos de perder, nos pudiera hablar, lo primero y único que nos diría es que seamos felices y hagamos lo que está en nuestro corazón. 


 


Para vivir feliz lo único que debemos hacer es escuchar nuestra voz interior. 


 


Es por eso que me gusta tanto el primer mandamiento del escritor indio Osho que dice “No escuches ningún mandato, a no ser que sea un mandato desde tu interior”. 


 


Y puede que tú me preguntes en este momento ¿pero Gabrielito lindo, yo muchas veces he hecho lo que siento y antes he cometido más errores? 


 


Aquí es donde entra la sabiduría. 


 


Recuerda que tenemos por decirlo de una manera la voz interior y la voz del ego. 


 


La voz del ego se ha estado alimentado de la voz de terceros y su percepción sobre nosotros. 


 


Por lo general, el promedio de los seres humanos solo escucha la voz del ego. 


 


Esa que nos dice yo valgo, yo merezco, me hizo, me ofendió, etc. 


 


Pero la voz interior es algo bastante sutil, como una especie de emoción muy suave, pero es persistente y te dice el camino a seguir. 


 


El ego es más impulsivo, y por hacerlo más semejante a la definición anterior, es una voz más fuerte e impositiva. 


 


Y como es una voz que te llama al merecimiento siempre vas a sentir miedo a la pérdida. 


 


Esta es precisamente la razón por la cual nos da miedo aceptar la pérdida de nuestros seres amados. 


 


¿Pero qué podemos hacer si eso es inevitable? 


 


¿No sería más sabio aceptar las cosas que no podemos cambiar y así evitarnos sufrimientos absurdos e innecesarios? 


 


Así que quiero animarte, mediante esta información, que comiences a hacer frente a las cosas inevitables de la vida. 


 


Indefectiblemente tendremos cambios que no necesariamente nos van a gustar, pero recuerda que es cuestión de tiempo para que nuestro cerebro se adapte a esta nueva información.

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lunes, 5 de noviembre de 2018

Aprendiendo a sobrellevar la pérdida de un ser querido



Aprendiendo a sobrellevar la pérdida de un ser querido A pesar que tenemos “conciencia” sobre la muerte, aceptar la perdida de una persona cercana puede ser una de las cosas más difíciles que podamos enfrentar.

Con esto quiero decir que a pesar de ser conscientes de la vida y la muerte desde que nacemos, al momento de afrontar esta, se nos puede hacer casi imposible de aceptar.

Para entenderlo un poco mejor, hagamos un laboratorio mental. Tú comprendes perfectamente que tienes un origen, correcto? Ahora intenta pensar en NO SER.

Es decir en la inexistencia tuya. Si logras poner tu atención en esto, notarás que hay algo en ti que niega tu inexistencia.

Te parece imposible no existir, a pesar de que eres consciente que naciste. De allí es que se originan muchas teorías acerca de que estuvimos anteriormente aquí, que tenemos otras vidas, etc.

Si has estado siguiendo este blog, al menos en el último año, ya podrás ir adivinando que es eso que niega nuestra inexistencia.

Si tu respuesta es el Ego, adivinaste! Como hemos visto anteriormente, el Ego es la estructura mental que está indicando constantemente YO MEREZCO, YO VALGO, YO TENGO, YO SOY .

Es por esta razón que se nos hace tan difícil aceptar nuestra propia inexistencia. Y de hecho esta es la explicación por la cual vivimos como si nunca fuéramos a morir.

Para serte honesto no existe una fórmula mágica para sanar una pérdida.

Algunas personas se aferran a sus creencias religiosas o sobre el tema de la vida y la muerte para poder pasar estos momentos tan dolorosos.

Personalmente para mí, ha sido muy difícil aceptar la muerte de una persona que conocí en la Universidad. A pesar de que esto ocurrió ya casi 2 años, aun en mi mente existe algo que se niega a reconocerlo.

Algo curioso del duelo es que algunas personas pueden aprender a superarlo en un promedio de 10 a 15 años.

Sin embargo hay casos en los cuales la perdida no se supera nunca.

Entre más pequeños somos, más rápidamente somos capaces de superar o más bien aceptar un duelo.

Los niños entre 4 y 5 años piensan que la muerte es temporal, que es un sueño.

Quizás en este momento te puedas estar preguntando, cual es la perdida más dolorosa que pueda tener un ser humano?

Uno a ciegas podría decir, la muerte de un hijo, los padres, hermanos, abuelos, etc. Pero no.

La pérdida más grande y la más complicada de aceptar es la del cónyuge.

La respuesta puede ser muy simple pero bastante lógica. A los parientes que tienes, te los escogió la ruleta de la vida.

Tu cónyuge lo escogiste tú. Así que puedes estar de pelea con él o ella, pero el momento de su perdida significará para ti más de lo que crees.

Como mencioné hace un rato, las creencias religiosas nos afectan grandemente en el tiempo del duelo, ya que es una forma de conseguir alivio en ellas.

Hablar de estos temas es muy complicado para no decir imposible, pues nadie que se haya muerto ha regresado para hablar de ello.

Así que respecto a esto estaríamos especulando sobre el tema.

Puede ser el fin, como también puede ser un paso a una nueva realidad. Al fin y al cabo, por más que lo neguemos, todos vamos a vivir ese proceso y nos daremos cuenta.

Sin embargo en el Universo existe un principio, una ley que se conoce como el principio de conservación de la energía, el cual afirma que “la energía no se crea, ni se destruye. Solo se transforma”.

De hecho los científicos Mijail Lomonósov y Antoine Lavoisier determinaron esto mismo pero para la materia o masa en el espacio.

Si observamos detenidamente nosotros somos energía, nuestras emociones, pensamientos, etc.

Si llegamos a morir, donde queda toda esa energía? En que se transforma todo eso que fuimos?

Bueno esto ya son planos muy avanzados en los cuales no me quiero meter pues solo conozco la vida, pero soy consciente de que algún día todos lo sabremos.

Muchas veces la vida nos puede sorprender e impedirnos una despedida de las personas que amamos.

Esto nos puede perturbar bastante y llevarnos a la depresión. Pero antes de hacer eso pregúntate, si tuvieras una última oportunidad de hablar con esa persona amada, qué crees que te diría? Cómo espera esa persona que vivas tu vida de aquí en adelante?

Yo creo firmemente que esa persona te diría que te ama mucho y que espera que desde hoy vivas tu vida con pasión y amor. Que aproveches cada instante que tienes para ser feliz.

Así que te hago la invitación mediante esta información para que hagas consciencia de la muerte.

Hasta donde hemos visto, en algún momento ya no escucharás los pájaros, ni podrás mirar el sol o sentir su calor.

Tampoco la lluvia o el frio, ni mirar a tus hijos a los ojos, ni a los de tu pareja.

Aprovecha estos instantes de vida, para vivir con pasión y decirles a las personas que amas que los amas.
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viernes, 29 de octubre de 2010

Consciencia de la Vida

En esta entrada hablaremos sobre la Muerte para poder llegar a una consciencia de Vida. Tú te estarás preguntando, ¿y este por qué me habla de la Muerte si es algo horrible? Muy simple y te tengo una noticia. Te vas a morir. Algún día. Y no solo tú, tu familia, tus amigos. Todos vamos a pasar por ese proceso porque es un ciclo natural y no debemos ahora llenarnos de temor pues si tomamos en cuenta lo que dijo el sabio filósofo Sócrates, “aquella persona que le tiene miedo a la muerte debe ser una persona sabia, pues conoce y habla de algo que jamás ha vivido”.

Y esto es muy interesante, pues en realidad ¿cómo alguien que jamás ha muerto te puede hablar de la Muerte? En realidad a lo que le tenemos miedo es a lo que nos han dicho, pues nuestra mente recrea las palabras que llega a decir una persona sobre cualquier tema como lo explicaba en la entrada, MOVIENDO MONTAÑAS.

Lo único cierto que podemos tratar sobre el tema, de acuerdo a nuestra experiencia es: la vida como tú la vives en el estado sólido en el que te encuentras actualmente como tú, no lo volverás a vivir. No te puedo decir que ocurrirá o si no ocurrirá nada. Solamente podemos por nuestra experiencia conocer que el que se va, si regresa, (asumiendo que lo hace) no regresa en su estado de partida es decir en el mismo cuerpo físico.

Pero de que nos sirve tener esta consciencia sobre la Muerte. Muy simple, este día es uno más que te acerca a ese momento. Entonces ¿por qué perder el tiempo en enojo y castigos contra otras personas o castigándote a ti mismo?

Mira yo conozco personas que se enojan hasta 15 días con su pareja porque esta no “adivinó” que el café no le gustaba con azúcar blanca, sino morena. Y dicen “pero si tú me conoces, deberías saber que me gusta con azúcar morena!” y dicha persona “castiga” a otro ser durante 15 días sin hablarle o sin prestarle atención con el fin de que sienta la falta que ha hecho y la corrija, pues ese es el fin de todo castigo.

¿Y qué genera todo este enojo? Que pierdas la razón de ser. Que no puedas vivir la vida y que la dejes pasar detrás de ti.

Algunas personas que se han encontrado cercanos al final de sus días han documentado que durante esos instantes ocurre un fenómeno que podríamos definir como una regresión. Es aquí en este proceso donde nuestra mente comienza a depurar lo que ha estado ocurriendo durante la vida y a sacar conclusiones sobre esta. Supongo que es un inventario final de nuestra consciencia sobre nuestros hechos y experiencias. Esto lo puedes comprobar claramente en el poema de Jorge Luis Borges titulado “Instantes”.

Tu mente comienza a “despertar” y comienzas a darte cuenta que si hubieras hecho esto mejor, o aquello, o si hubieras dicho o no dicho, etc. Pero de acuerdo a mis investigaciones los complejos de culpa no son nada ante esta pregunta: ¿Pudiera haber vivido mejor y disfrutar la vida si no hubiera perdido el tiempo en enojos o castigos hacia mí o hacia otras personas?

Mucho se ha hablado que la pornografía destruye la percepción sobre la sexualidad humana. Esta misma destrucción de la percepción sana de la vida ocurre a través de las telenovelas, música que yo denomino "el yo me mato" y las películas de dramas. Aunque nosotros pensemos que es un juego, dentro de nosotros hay un ser emocional que nos ha acompañado toda la vida y el cual no funciona o responde por lógica, sino por emociones. Es como un niño que obedece al pie de la letra lo que le estamos transmitiendo a través de nuestro sistema emocional. Las novelas son dramas de 100% sufrimiento, dolor, envidia, celos, enojo, desconfianza, pobreza, angustia y eso es exactamente lo que tu ser emocional capta. ¿Te ha pasado que sientes “bronca” con el “villano” de alguna novela que veas seguido? ¿Y sientas alegría cuando al protagonista le sale por fin bien algo de lo intenta?

Entre más dolor conozca tu cerebro, más dolor te traerá a tu vida este. No te acostumbres al malestar pues más malestar traerá a tu vida tu ser emocional. Aprende a escuchar tus emociones. Entra en contacto con ellas y acéptalas. Según Carl G. Jung cuando negamos una parte nuestra, esa parte se desintegra y nos volvemos más disfuncionales.

Si sientes enojo aprende a aceptarlo y a expresarlo sanamente. Si no quieres hablar, no hagas daño a las personas que amas. Simplemente diles que estás enojado y no deseas hablar en ese momento. ¿Te imaginas cuanto dolor puedes evitar a otros y a ti mismo si te sinceras y expresas con tiempo lo que sientes?

No esperes a estallar en ira. No solo perjudicarás a otras personas sino que perjudicarás tu sistema nervioso con las fatales consecuencias de generación de químicos en tu cuerpo que gestarán enfermedades en el futuro.

Es precisamente este tipo de estados los que nos hacen percibir la vida como algo que no nos pertenece, que no somos parte de ella y que solo otros tienen derecho a vivir y a disfrutar. Es por eso que en estos estados te sientes mal. Sientes malestar y te has acostumbrado tanto a esto que piensas que es normal. Y como es “normal” no escuchas al ser más importante en tu vida, tu Ser Interior o Ser Emocional.

Las emociones son formas de comunicación con nuestro interior donde se encuentra la solución a todas nuestras situaciones dramáticas. Presta atención. El mensaje es simple y claro “quiero vivir bien, en abundancia y en bienestar. Quiero amar y ser amado. Quiero vivir en paz y compartiendo mi decisión de ser feliz con los que me rodean.”

Hace poco, me encontré una buena amiga de hace muchos años. Yo sabía que hace menos de un mes se había casado y le pregunte como iba. Ella me respondió que bien, pero por su tono de voz y su cara, le dije: “si estás bien, deberías decírselo a tu cara porque todavía no lo sabe”. Esto es un ejemplo clásico de una mente acostumbrada al malestar. “Se supone” que cuando una persona está recién casada está súper feliz, pero si el cerebro de esa persona está acostumbrado al enojo, a la desconfianza, al dolor, pues va a buscar los pequeños detalles para seguir en ese estado emocional.

Mira, yo sé que conscientemente nadie se levanta en las mañanas y dice “HOY VOY A JODERME LA EXISTENCIA Y JODERSELA A LOS DEMAS”. Nadie hace eso porque detrás de lo que buscamos está el vivir en paz y en armonía y amor con los demás y consigo mismo.

No. Conscientemente no te levantas a sufrir, pero inconscientemente SI. Y lo haces porque te levantas pensando en angustia. Te acuestas pensando en angustia y lo que tienes que hacer dentro de algunos días. Es normal sentir angustia si algo te amenaza de inmediato. Pero sentir angustia y dolor por algo que ya paso o que no sabes si pasará en el futuro es locura.

Y si haces una encuesta de quien quiere seguir como está actualmente yo creo que no llegamos al 1% de aquellos que digan que están satisfechos con su vida actual. Pero esa gran mayoría inconforme tampoco hace nada por mejorar su situación. Si yo te pregunto si quieres tener una mejor vida, te aseguro que me dirías sin pensarlo que SI. Pero te pregunto, ¿qué estás haciendo para tener esa mejor vida?

Si eres sincera, sincero contigo misma o mismo, tal vez me digas que no estás haciendo nada. Tal vez estés esperando que las cosas cambien de repente y mejore tu situación automáticamente. Te tengo dos noticias y te las digo para que reacciones. La primera es que tienes poco tiempo. Recuerda lo que hablamos al principio de esta entrada. Y la segunda es que tu vida se mueve por tus emociones y si estas no comienzan a cambiar, pues tu vida jamás va a cambiar.

No esperes a llegar al final de tus días y decir lo que expresa el poema de Jorge Luis Borges sobre el final de la vida. No esperes a que todo esté bien para vivir en bienestar. Tienes todo en tu interior para hacerlo pero debes darte una oportunidad.

Mira, mi interés no es que vivas la vida como yo lo hago. Eso es un problema que tú debes resolver y es cómo debes vivir. Tomar tus propias elecciones en la vida para lograrlo porque se trata de tu existencia. Pero si te puedo decir cómo me levanto hoy en día, con el mismo entusiasmo de cuando estaba pequeño. Lo primero que hago es ponerme de pie y abrir mis manos. Lo hago como un símbolo que ese día estoy abierto y receptivo a todo lo bueno. Y segundo para agradecer este maravilloso día porque aunque no lo creas, para mí la vida es maravillosa. Una maravillosa aventura que está lista para ser vivida, experimentada. Y ese día me trazo lo que tengo que hacer para avanzar un paso más en no solo vivir en bienestar sino en cumplir lo que tengo que hacer para escalar un paso más hacia la grandeza.

Esto que te cuento no fue cosa de un día. Ha sido el producto de varios meses, quizás años en enseñarle a mi cerebro y a mi ser emocional que existen otros caminos. Que la “verdad” que me enseñaron me sirvió en el pasado pero ahora esos conceptos y emociones son inútiles en mi vida de bienestar actual. También tuve que pasar por el proceso de aceptar mis emociones que incluyen culpa, vergüenza, dolor, angustia, etc. y te digo de todo corazón que vale la pena invertir tiempo, dinero y disciplina en cambiar tus emociones.

Te deseo lo mejor y espero que tomes acción a partir de este instante de vivir una vida de éxito.

INSTANTES
Si pudiera vivir nuevamente mi vida, 

en la próxima trataría de cometer más errores. 

No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. 

Sería más tonto de lo que he sido, 

de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. 
Sería menos higiénico. 
Correría más riesgos, 
haría más viajes, 
contemplaría más atardeceres, 
subiría más montañas, nadaría más ríos. 
Iría a más lugares a donde nunca he ido, 
comería más helados y menos habas, 
tendría más problemas reales y menos imaginarios. 



Yo fui una de esas personas que vivió sensata 

y prolíficamente cada minuto de su vida; 

claro que tuve momentos de alegría. 

Pero si pudiera volver atrás trataría 
de tener solamente buenos momentos. 



Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, 

sólo de momentos; no te pierdas el ahora. 



Yo era uno de esos que nunca 

iban a ninguna parte sin un termómetro, 

una bolsa de agua caliente, 

un paraguas y un paracaídas; 
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. 



Si pudiera volver a vivir 

comenzaría a andar descalzo a principios 

de la primavera 

y seguiría descalzo hasta concluir el otoño. 
Daría más vueltas en calesita, 
contemplaría más amaneceres, 
y jugaría con más niños, 
si tuviera otra vez vida por delante. 



Pero ya ven, tengo 85 años... 

y sé que me estoy muriendo.


Poema atribuido a Borges, pero cuyo real autor sería Don Herold o Nadine Stair.
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