Hace algún tiempo ocurrió en mi país una especie de alerta por el caso de una señora que cometió suicidio.
Y no solo esto, sino que se llevó con ella a su pequeño hijo de aproximadamente unos 10 años de edad.
Esta no ha sido por decirlo de esta forma, la única noticia “popular” en mi país.
En el año 2010 ocurrió algo similar pero en esa ocasión fue con una persona de la farándula.
Al parecer ambas situaciones tuvieron que ver con lo mismo, es decir con el dinero.
Yo pienso que todos en algún momento nos hemos preguntado, si el suicidio es una condición de valentía o de cobardía.
La respuesta a esto depende del punto de vista en que lo estemos mirando.
Por ejemplo, podemos concluir que una situación de estas es cobardía si en nuestro bolsillo tenemos 3 mil dólares y estamos recién almorzados.
Cuando tenemos todo resuelto en nuestra vida, jamás vemos dificultades, sino soluciones.
Pero si lo miramos desde el punto de vista de la biología podemos llegar a la conclusión de que dicha persona es valiente.
Has pensado en alguna ocasión sobre la prioridad que tiene el instinto de conservación en nuestras vidas?
Incluso este instinto es más poderoso que nuestras necesidades fisiológicas.
Por colocar un ejemplo, imagina que tienes la urgencia de entrar al baño.
Si en ese mismo instante, tu vida se pone en peligro, tu cerebro es capaz de bloquear la señal de tu necesidad.
Y de inmediato todo tu organismo se pone alerta con el fin de preservar tu vida.
Vas comprendiendo lo que tiene que pasar en el cerebro de una persona que toma la determinación de acabar con su vida?
Tiene que existir mucho caos, miedo y confusión para que una cosa así pueda ocurrir.
Hace algunos años tuve la oportunidad de conversar sobre estos temas con mi gran amigo y mentor Víctor Giordani.
Yo le expresaba que uno tenía que sacar toda su fortaleza para seguir adelante en la vida a pesar de las dificultades.
El simplemente sonrió y dijo “Gabriel, el cerebro es una cosa muy compleja y delicada que en cualquier momento califica por si mismo y toma decisiones que pueden ser lamentables.”
Es por eso que nunca debemos realizar juicios sobre una persona que tome dichas “decisiones”.
Posiblemente el caos emocional la llevan a hacer cosas que no desea por voluntad propia.
Por ejemplo cuando comencé a estudiar mi carrera, tuve una compañera cuyo hermano se suicidó.
Ella me contó que él comenzó a regalar todo y a alejarse de todos.
Cuando lo encontraron, vieron una nota que dejó en la cual expresaba que se arrepentía de haberlo hecho, pero que ya era demasiado tarde.
Así que debemos estar siempre atentos a nuestras emociones, pues estás nos pueden llevar a realizar actos lamentables.
Desde que inicié este blog siempre he hecho énfasis en aprender a trabajar con las emociones.
Es decir conocerlas, aceptarlas y al final cambiarlas por lo que nos sirva y controlar las que no queremos experimentar.
En esto influye mucho la información que consumimos, el entretenimiento y sobre todo la música que escuchamos.
Lamentablemente nosotros siempre pensamos que eso nunca nos va a pasar a nosotros.
Pero los que han sufrido este tipo de situación también pensaban lo mismo.
Así que te animo mediante esta información a dar lo mejor que tengas a las personas que te rodean.
Dar no es solamente dinero, es una sonrisa, un consejo, un hasta un abrazo.
No te alcanzas a imaginar todo el apoyo que le puedes dar a las personas que se cruzan en tu camino tan solo siendo amable.
