Una de las cosas que más nos suele generar malestar respecto al dinero es la palabra “presupuesto”.
No hay cosa que nos asuste, moleste o produzca pereza que escuchar esta palabra.
Es por eso que no planeamos como vamos a gastar el dinero o invertirlo.
Es más, ni siquiera tenemos idea de cómo hacer eso.
Respecto a esto, hace pocos días estaba hablando con un señor que trabaja en la empresa encargada del aseo de mi localidad.
Me contaba que hace poco hubo una feria en la ciudad.
Y que muchos de sus amigos estaban “ladrando” o llorando porque se gastaron el dinero en ese evento.
Así pues, varios de sus compañeros al ver que él no había asistido a esa feria, estaban esperanzados en que él les prestara el dinero para poder llegar a fin de mes.
Todo esto es consecuencia de no saber nuestro estado financiero antes de consumir algo.
¿Cómo rayos haces para recibir un dinero y gastarlo de forma irresponsable, aun conociendo que vienen otros gastos tan importantes?
Aquí es donde entra el concepto de presupuesto.
Es por eso que vamos y nos “deshacemos” del dinero que hemos ganado.
Y cuando menos pensamos nos gastamos el dinero del arriendo, alimentación, colegio, etc.
¿Y adivina cual es la solución que le damos a nuestra situación, causada por nosotros mismos?
Recurrimos al préstamo, con amigos o entidades financieras.
Y así entramos en la eterna carrera por trabajar sólo para pagar deudas y medio comer.
Llegando solo a fin de mes, mediante préstamos de dinero.
Haciendo que nuestra vida se convierta en una insoportable carga de infelicidad.
¿Pues quien en sus 5 sentidos puede vivir tranquilo conociendo que tiene compromisos financieros que cumplir?
Bueno, hay excepciones a esto y durante mi vida he conocido unos pacientes que no les importa que les pueda pasar.
Hasta les ha tocado esconderse de los deudores.
Y quizás en este momento me preguntes: “Gabrielito lindo, si estoy en una situación como esta, ¿cómo puedo solucionarla y salir de ese ciclo de deuda eterna?”.
Bueno, yo creo que la experiencia que tuvo mi nutricionista te puede dar una pequeña orientación.
Ella me contó que hace muchos años entró en el “privilegio” de tener deudas.
En mi localidad existen unas personas que viven de prestar dinero a otros, sin requisitos.
El único problema es que los intereses por el dinero prestado son bastante altos.
Y prácticamente le estás vendiendo tu alma a Satanás, pues donde no pagues, estas personas hasta pueden hacerte daño.
Esta es una actividad no muy legal que digamos.
Pero demasiada gente acude a ellos por la “facilidad” y es prácticamente imposible controlar eso.
Así pues, esta señorita comenzó a ponerle freso a sus compras.
Se limitó a comprar estrictamente lo necesario y con esto tuvo la disciplina para pagar a sus acreedores.
Lamentablemente nos toca dejar de comprar cosas para impresionar a otros.
Y esto es algo que nuestro ego no le gusta.
Por eso es tan difícil salir de las deudas y preferimos convertir nuestra vida en una carga insoportable de infelicidad.
El 99% de seres humanos en este planeta piensan que el trabajar duro, es el único camino para lograr la riqueza.
Y nada más alejado de la verdad que esta creencia, pues si eso fuera cierto, la gente que pasa más de 14 horas en un trabajo serían multimillonarios.
Incluso, al parecer entre más trabajo duro hagas, el resultado es que sigas obteniendo más trabajo duro y menos dinero.
Muchos ante esto, optan por comenzar a apostar su dinero en juegos de azar, lo cual aprieta cada día más su economía.
Yo he visto como personas cercanas juegan loterías de baja inversión y ganan periódicamente.
Incluso una vecina que tengo, en una oportunidad me llegó a comentar que, gracias a estas apuestas, le pudo dar estudio a sus hijas.
Sin embargo, estos son casos bastante excepcionales.
No podemos entusiasmarnos demasiado con esto porque el azar no es una constante.
No podemos confiar nuestras finanzas y prosperidad a algo tan inestable como esto.
Otras personas optan por la deuda para “salir” adelante en sus proyectos.
Y no hay peor maldición que esto, pues la deuda tiende a ser adictiva y generar más deudas para cubrir las anteriores.
En mi país existe un dicho acerca de las personas que hacen esto y es que están destapando un hueco para cerrar otro.
Respecto a esto, hace mucho tiempo tuve la oportunidad de conocer a una gran amiga que me contó su historia con las deudas y apuestas.
Provenía de una familia muy humilde que apenas pudo darles estudio a sus hijos.
Prácticamente iba a estudiar descalza pues, sus zapatos del colegio ya no tenían suela de lo desgastados que estaban.
Finalmente, cuando terminó se buscó un trabajo de auxiliar de secretaria y también comenzó a estudiar eso mismo.
Pero su economía nada que mejoraba y decidió comenzar a participar en juegos de apuestas de dinero.
Cada vez que apostaba, era una nueva ilusión de ganar y conseguir dinero para mejorar su vida.
Pero al otro día al ver que no ganaba nada, regresaba de nuevo a esa desilusión de su realidad escaza.
Hasta que un día a la muchachita se le iluminó el pensamiento y se dijo “esto no es por aquí”.
Por cosas del destino se le ocurrió comenzar a guardar más bien ese dinero en una cajita y probar con el ahorro.
Pues era una de las cosas que sus profesores llegaron a mencionar cuando estudiaba.
Ella con algo de dinero ahorrado de algunos meses, se le ocurrió comprar bisutería y vender a sus compañeras de trabajo.
El caso fue que tuvo bastante éxito.
Pero lo más importante es que dejó la tentación de gastarse el extra que ganó.
Más bien lo invirtió en mejorar su surtido de bisutería.
Poco a poco fue ganando y tuvo el suficiente dinero para poner un pequeño almacén en su casa y no solo vender a sus compañeros, sino en el barrio.
Con el paso de los años, esta señorita, pudo construir un apartamento en la segunda planta de su casa.
Y para no hacer el cuento más largo, esto fue el inicio de su pasión por la propiedad raíz.
Cuando yo la conocí ya tenía bastantes años negociando casas y apartamentos.
Y tenía una confianza tal en este tema, que en una oportunidad visitándola en su casa, la llamó uno de sus clientes.
Ella le contestó y el cliente al parecer le ofrecía un apartamento en 18 mil dólares.
Ella le dijo, en un rato le confirmo. Y de inmediato llamó a otro señor y le dijo, mire ya le tengo el apartamento y le cuesta 20 mil dólares.
En otras palabras, no habían pasado ni 5 minutos y esta señorita ganaba unos 2 mil dólares aproximadamente.
Ella me contó que trabajaba 3 horas diarias en su negocio, y el resto se la pasaba en el spa.
Y hace como unos 2 años, me contacté con ella y me dijo que se había retirado del negocio y solamente vivía del alquiler de sus propiedades.
¿Puedes comprender la magnitud del poder que tiene el ahorro en el tiempo?
Muchas personas que me han preguntado sobre el tema de cómo mejorar sus finanzas, se les percibe el malestar cuando les pregunto, ¿ahorras?
Las respuestas son “es que no me queda parar ahorrar porque tengo muchos gastos”, o también “tengo muchas deudas”.
En fin, la respuesta es cualquier pretexto para sacarle el cuerpo al ahorro.
Incluso, he llegado a escuchar que, si ahorraron, pero les tocó gastárselo por una “emergencia”.
Lamentablemente la mayoría de nosotros no ahorramos porque subestimamos el poder del ahorro en el tiempo.
Digamos que te pones una meta de 5 dólares al mes.
Nosotros vemos el numero 5 y eso nos desamina, pero nunca pensamos cuánto dinero puede llegar a ser eso en un año, en 5 años o en 10 años.
En el libro, el hombre más rico de Babilonia, el autor George Clason nos dice que sólo las personas que tienen la voluntad de apartar un 10% de lo que ganan, están en camino a convertirse en ricos.
Si ganas 1000 dólares la idea es guardar 100 de ahorro.
Esto representaría en un año 1.200 dólares, lo cual no está nada mal.
Pero aun sabiendo esto ¿por qué no lo hacemos?
Porque cuando recibimos nuestro pago, lo primero que hacemos es salir corriendo a pagar nuestras deudas.
Pensamos en la señora de la tienda, en el señor del préstamo que hicimos de 200 dólares a 36 meses, etc.
Pensamos en todos, menos en nosotros mismos.
Y atención, con esto no te estoy diciendo que seas irresponsable y no te hagas cargo de tus obligaciones económicas.
Lo que te estoy diciendo es que inmediatamente recibas tu dinero, debes sacar la cantidad que has acordado.
Después de esto, hazte cargo de tus obligaciones.
Debido a tus errores financieros, tal vez no puedas pagarte el 10% de tus ingresos.
Entonces comienza con algo más pequeño de forma estricta.
Y poco a poco, a medida que dejas de comprar cosas que realmente no necesitas, ve aumentando tu ahorro hasta llegar a un 10% mensual de tus ingresos.
Existe algo muy interesante y misterioso con el dinero ahorrado y es que el dinero atrae más dinero.
Con esto me refiero a las inversiones, pero es un tema que vamos a tocar en el próximo.
Pero atención, si y solo si compartes esta información con tus conocidos y este vídeo obtiene las suficientes vistas y likes.
Esto me sirve a mi para darme cuenta si debo priorizar el tema o sigo con otros de interés general.
Y en este punto debes plantearte algo importante.
Si te estás dando cuenta que tu dinero no alcanza, ¿por qué no comienzas a planear alguna actividad que signifique una nueva fuente de ingresos para ti?
Esto puede ser el principio de un gran negocio o de una oportunidad para ti.
Mira, los grandes empresarios pasaron por esto mismo.
Dificultades económicas, deudas y problemas para ahorrar.
Esto los llevó a pensar en incrementar sus ingresos para poder cumplir con su ahorro personal.
Muchas veces tenemos talentos que no explotamos por el miedo al qué dirán o por miedo al fracaso.
No te preocupe lo que vayan a pensar tus amiguitos.
Esos muchas veces tienen dificultades hasta para comer.
Y esto debido a las deudas que se han metido para que tú veas que SI tienen “dinero” y SI pueden comprar cosas.
He conocido personas que saben de música, saben cantar, tienen conocimientos en dietas, etc.
Y prefieren guardarse esto para ellos debido a la pena que les da ofrecer sus servicios.
Es la misma situación de cuando comencé a publicar esta información en esta plataforma.
Este canal por lo pronto es pequeño, y ¿crees que eso me importa?
Mi único interés real es transmitir mis experiencias a las personas para que no cometan los mismos errores que yo tuve.
Y si los han cometido, que al menos tengan ideas para poder salir de esas situaciones.
Que tal que yo me hubiera puesto a comprar el cuento de ¿“que dirán mis vecinos, mis padres, mis amigos”?
De hecho, las personas cercanas a mí son las que más disfrutan y aprovechan estos contenidos.
Nunca permitas que comentarios de terceros pasando necesidades, dirijan tu destino económico.
Todos estamos equipados en este mundo con talentos.
No te vayas de esta experiencia privando a los demás del aporte que les puedas entregar.
Así que quiero animarte, mediante esta información, a dar el primer paso hacia la riqueza con el ahorro.
No subestimes el poder del dinero en el tiempo y comienza a partir de este día a mejorar tu economía.
La mayoría de nuestros sueños tienen que ver con el dinero.
Hasta la fecha no he conocido el primer ser humano que tenga como meta pasar necesidades y vivir sufriendo.
Nuestras metas tienen que ver más con el progreso y esto es porque la Vida que impulsa a todo a avanzar también está en nosotros.
Así pues, lo mismo que hace crecer una planta, es lo mismo que hace que queramos ser más y tener más.
De forma peligrosa, cuando nuestro ego se une a esta capacidad de ser más, pasamos a cometer los errores más básicos que nos mantienen en la carencia.
La mayoría de personas en este planeta relacionamos el éxito con la cantidad de lujos que tengamos.
Para muy poca gente piensa, por ejemplo, que tener éxito es ser amado por las personas que lo rodean.
En un alto porcentaje nos inclinamos más por pensar que el éxito financiero es lo más importante.
Y por encima de esto, creo que estaría mostrar ese logro financiero a otros.
Y aquí es donde se une el ego y la fuerza de la Vida que nos impulsa a mejorar.
Es aquí donde hacemos todo lo posible e imposible para que otros sepan que hemos alcanzado nuestros sueños.
Que somos los especiales o los favoritos de Dios y que por eso nos va bien.
Lamentablemente para lograr esto de forma más rápida acudimos a una de las mayores maldiciones que tiene el ser humano.
Con esto me refiero a la deuda.
Lastimosamente la educación financiera que hemos recibido la mayoría ha sido casi nula.
Por lógica, cuando vamos a comprar un artículo como por ejemplo una casa o un vehículo, el valor de este no está al alcance de todos.
La mayoría de personas entonces han optado por la deuda, para ir pagando este con el paso de los años.
Nosotros al ver que nuestros vecinos, amigos o parientes están usando este método y ya tienen su posesión, de inmediato seguimos sus pasos y aplicamos a una deuda.
Y esta situación no solo la vemos cuando vamos a adquirir un artículo que es nuevo para nosotros.
Con esto quiero decir que, si una persona solo camina, desea por ejemplo una motocicleta.
Cuando la tiene, su cerebro ya la ve como algo normal y de inmediato desea por ejemplo adquirir un automóvil.
El que tiene automóvil ya le parece que está viejo y pasado de moda, entonces quiere conseguir uno más nuevo, o mejor aún, el último modelo.
De hecho, hace algunos días conocí a un señor que trabaja cambiando el aceite de motor para los vehículos.
Me contó que un cliente suyo le estaba diciendo que se sentía muy aburrido con su vehículo viejo, pues unos vecinos habían cambiado el anterior por uno nuevo.
La esposa de este señor le comenzó a decir “mire como ellos si pueden y nosotros todavía con lo mismo”.
Entonces que él se iba a meter en un crédito para cambiar ese modelo viejo.
El mecánico se atrevió a abrir su gran bocota y le recomendó no hacer eso, pues esto sería una mala jugada financiera.
Su cliente se enojó y le dijo que era un retrograda con mentalidad de poca prosperidad.
Y esto es normal, pues a nivel general, la gente piensa que la vida es ahora y que si uno “no mete la cabeza” jamás va a conseguir las cosas.
Yo en broma le dije al mecánico que lo que tenía que cambiar ese señor no era de carro sino de esposa.
Lamentablemente al menos en mi país, el 90% de los vehículos que ves rodando en la calle son a crédito.
Aun no pertenecen a sus conductores y es por eso que muchos deben pagar un costoso seguro contra robo.
Esto me hizo recordar una experiencia hace muchos años que vi con mi hermano menor.
Estábamos en una estación de gasolina esperando turno a ser atendidos.
Delante de nosotros estaba un automóvil muy lujoso.
Este llamaba mucho la atención y sobre todo llamo mi atención cuando aproximadamente compró unos 2 dólares de gasolina.
Uno se imagina que quien tiene un vehículo cuyo valor es similar al de una vivienda tenga el suficiente dinero para llenar el tanque.
Tristemente esto es el pan de cada día de muchas personas.
Adquieren deudas para un artículo y tienen que estar pensando como poder pagar los servicios públicos o quizás como comprar la comida.
Y todo esto para que los demás piensen que están bien y que sus metas se están cumpliendo con la “ayuda” de Dios.
Yo personalmente llegué a vivir esa experiencia.
Tenía carro nuevo, pero allí guardado porque no tenía el suficiente dinero para llenar el tanque.
Y si compraba combustible, entonces tenía que comenzar a preocuparme sobre como adquirir la comida de la casa.
Y ni hablemos de la ropa.
Mira cantidades de personas están pasando en este momento por esa misma situación.
Y todo se debe a querer “mostrar” a los demás algo que a ellos ni les importa.
Puede que tú me estés preguntando en este momento, pero Gabrielito lindo, si ya estoy en este error, ¿qué puedo hacer para salir de él?
Lamentablemente eso no es cosa fácil.
Ojalá llegara el ángel “trajeado” con la maleta y el millón de dólares a solucionarnos la vida.
En mi caso debido a esto perdí cosas por embargo o secuestre de bienes.
Con otros acreedores simplemente hablé y les fui pagando poco a poco.
De hecho, hace algunos meses un buen amigo que estaba pasando por una situación similar se me acercó a darme gracias por ese consejo.
Me dijo que habló con sus acreedores y de poco en poco terminó ya de pagar sus deudas.
Quizás lo que intento hacer con esta información es prevenir a aquellos que puedan estar a punto de caer en la maldición de las deudas.
Estas nos roban la paz mental y no permiten que el bienestar fluya en nuestras vidas.
Nos hacen perder el gozo por vivir y hace que veamos nuestra vida como una carga de infelicidad.
En el libro El hombre más rico del Babilonia del escritor George Clason expone uno de los mejores consejos que podemos recibir.
Y es que una parte del dinero que ganas debe pertenecerte.
Y quizás me diga, “¿cómo así, acaso no es mi dinero?”
Por lo general nosotros trabajamos toda la semana o todo el mes para otros.
Obligatoriamente tenemos ya deudas comprometidas como los servicios públicos, alquiler o impuestos, colegio, etc.
Es como una especie de esclavitud tácita con el mundo.
La solución que propone el señor Clason en su libro es que de todo lo que ganes págate primero a ti mismo un 10% y comienza a ahorrarlo.
Muchas veces podemos pensar que, si no vivimos con el 100% de lo que ganamos, muchos menos si lo hacemos con el 90%.
Esto se trata de hacer ajustes y recortar cosas que realmente no sean indispensables en tu vida.
Cuando analizas tus costos, te das cuenta que gastas mucho en cosas innecesarias.
Lamentablemente por la pereza o la ignorancia de estos temas, la mayoría de nosotros vivimos mal debido a la fuga de capital que ocurre con nuestros gastos.
La mayoría de nosotros subestimamos el dinero en el tiempo.
Esto es lo más poderoso que existe pues imagínate que ahorras 10 dólares al mes.
Quizás el primer o segundo mes no significan mucho.
Pero si eres disciplinado, ¿puedes calcular cuánto tendrías en 6 meses, un año, 5 años o más?
Así que quiero animarte mediante esta información a permitir que fracase tu ego para que puedas experimentar el éxito de la Vida.
No hay necesidad de mostrar tus logros a nadie.
Recuerda que, si tienes necesidad de mostrar, es porque tienes sentimientos de carencia que quieres ocultar ante el mundo.
Las apariencias solo sirven para disimular la pobreza económica y emocional que sentimos.
Simplemente preocúpate por sanar tus finanzas a través del ahorro y no de la deuda.
Hace algunos días, mientras almorzaba con mi hija, se dio la conversación sobre las metas que ella tenía en la vida.
Hablábamos sobre el esfuerzo que se debe llevar a cabo para poder lograr lo que uno desea de la vida.
Ella confesó que admiraba mucho a una figura pública que era hija de un magnate petrolero.
Y confesaba que le parecía injusto que mientras ella tenía que estudiar, la chica que admiraba se la pasaba de playa en playa, conociendo el mundo y disfrutando de este.
Yo le pregunté de inmediato a mi hija sobre la edad de esta chica que admiraba y si ella hacía algo en la vida aparte de salir a disfrutar de sitios.
Isabellita me contó que la chica tenia un negocio de cosmética y su principal producto eran los labiales.
En esto le dije que la chica que ella admiraba no era cualquier persona sino alguien que pasó por el mismo proceso que ella.
Tuvo que estudiar y ver como otros personajes paseaban por el mundo mientras ella se “sacrificaba” por aprender.
Le hacía notar que está chica vivió su mismo proceso y tuvo que aprender a ser empresaria pues de lo contrario no podría hacer lo que ella tanto admira.
Mi hija pensó que, si ella fracasara en su negocio, su padre, que era un magnate petrolero la apoyaría y no perdería nunca.
Hasta aquí podríamos pensar que Isabellita tiene la razón.
Pero esto me hizo recordar una reunión que tuve hace muchos años con un empresario bastante importante de mi región.
Su padre llegó del extranjero a probar suerte en mi país.
Comenzó humildemente vendiendo en las plazas de mercado y poco a poco llegó a construir una de las empresas más grandes de alimentos de mi región.
Este empresario heredó todo el imperio que construyó su padre, pero antes de recibirlo se dedicó a prepararse para ello.
Y en medio de la reunión expresó algo muy curioso sobre el legado que él dejaría.
Dijo textualmente que la riqueza que construyó su padre y el que ayudó a aumentar, terminaría con sus hijos.
Yo le pregunté porque afirmaba tal cosa y me respondió que sus hijos nunca se interesaron por la educación ni el conocimiento para perpetuar su imperio económico.
Estos más bien se dedicaron fue a “disfrutar” de todo el esfuerzo que hicieron sus predecesores.
Nunca se interesaron por capacitarse.
Mal interpretaron la riqueza y no llegaron a entender que esta no sale de la nada, sino que hay que trabajar por ella.
En mi ciudad natal llegó a existir un imperio similar desde que era un niño.
Esta empresa llegó a tener sucursales por toda la ciudad y a pesar de tener un excelente producto, hoy en día no queda nada de esto.
Todo porque el hijo que heredó este negocio nunca se preocupó por capacitarse o adquirir el conocimiento para continuar con el legado de sus padres.
Otro caso similar que llegué a conocer de unas personas muy cercanas fue el de un padre bastante hábil en los negocios.
Intentó impulsar a su hija para que siguiera su propio camino y por más que lo intentó, está solo se dedicó a arruinarlo todo.
Finalmente, el padre agotado desistió y su hija en la actualidad trabaja como cualquier persona sin oportunidades.
¿Puedes ver la importancia de la educación no solo para generar riqueza, sino para sostenerla?
Muchas veces podemos llegar a pensar que la riqueza depende de la buena suerte.
Podemos ver que esto no es cierto, pues la gran mayoría de personas que ganan grandes cantidades de dinero en juegos de azar, pierden en poco tiempo su fortuna.
Anteriormente conté el caso de un taxista que ganó 2 veces el premio mayor de una lotería de mi país.
Eso fue bastante dinero y de todo ello sólo quedó con un pequeño apartamento donde vive con su esposa y el taxi que manejaba para poder comer.
El mismo decía que lo gasto en fiestas y cuanto evento le proponían.
Hubiera sido diferente si tuviera un mejor conocimiento sobre el dinero, deudas, gastos, inversiones, etc.
Mi hija es una preadolescente, pero tiene muy claro que es una inversión y que es un gasto.
Desde muy pequeña aprendió el poder del ahorro, como generar dinero y sobre todo cómo negociar y no permitir que otra persona pueda sacar ventaja.
Algunos nos hemos demorado más de 40 años en aprender esto.
Otros quizás se van a ir de este planeta sin saberlo.
Desde hace 6 años aproximadamente, cuando entendí la
fuerza que tienen las palabras repetitivas en nuestro cerebro (PNL) he estado repitiéndome
una frase que me encantó desde el primero instante que la conocí. Esta frase es
“el Dinero es mi amigo”.
Puedo decir que sólo después de 6 años esta frase
finalmente ha generado emociones en mí. Y para que lo comprendas, te voy a
contar algo que vivenciaba desde niño.
A pesar de que tuve una infancia feliz, entre lo normal, gran
parte de mi vida me sentí muy escaso. Por alguna razón que no puedo recordar,
durante mi infancia crecí con una necesidad sobre el Dinero. Me refiero a que
me encantaba contarlo, tenerlo, besarlo, gastarlo, guardarlo, etc. Quizás en
algún momento de estos, cuando me encontraba de “amoríos” con el Dinero algún pariente
o persona cercana criticó mi forma de actuar y pues como desde niño nos enseñan
que otros tienen la verdad y tu sentir es equivocado porque eres un niño, lógicamente
obedecí y comencé a ver el Dinero algo agradable, pero a la vez negativo.
Intentando recordar cómo fue mi pubertad y adolescencia,
comencé a sentirme muy escaso, es decir que todo el tiempo amaba el Dinero,
pero a su vez lo sentía alejado de mí. Y como te digo, a pesar de nunca vivir
en carencia, ese sentimiento me acompañó casi toda la vida.
Es por eso que parte de mi personalidad consiste en no
compartir. Quizás por eso muchas personas me han juzgado de egoísta. Por
ejemplo, no soy dado a regalar Dinero en la calle o a donarlo. El día de hoy no
lo hago por ese sentimiento del pasado, sino porque comprendo que al realizar
eso, no solo afecto la economía en general, pues acostumbro a la persona que “favorezco”,
a no ganar el Dinero y por lo tanto a no usar su talento para ganarlo, sino que
interrumpo en parte el proceso de circulación creativo del Dinero (esto es casi
como el primer punto).
Tampoco soy dado a recibir visitas en mi casa a quedarse
a vivir por días o meses (aunque personalmente yo creo que más de 2 días en una
casa incomodas a los dueños de esta). Cuando esto ha ocurrido, por más que he
intentado compartir (ya sea espacio, alimentos, etc.) siempre vienen a mi
sistema nervioso las emociones de carencia que adquirí en mi infancia y que no
recuerdo exactamente cuales fueron.
Quizás tú puedas sentirte de esta forma y quieras saber
la “cura” para dejar de sentir ese tipo de emociones que te perjudican y no te
permiten ser feliz, sino que te perjudican en pensar bien y tomar mejores decisiones.
Bueno, la mala noticia sobre esto es que no he encontrado la forma de “quitarme”
ese tipo de emociones.
Lo que hice fue aceptarme tal y como soy. Reconocerlo no
solo en mi interior, sino ante otras personas. Y sólo así comprendí que la Vida
o Dios también me acepta tal como soy, pues de lo contrario no estaría vivo o
no recibiera suficiente aire, alimento, agua, etc. por no ser “merecedor” o
estar “pecando” contra otros.
Paradójicamente el aceptar esto hace que uno
automáticamente se ponga en paz con uno mismo y lo lleve a actuar en
consecuencia con lo que uno siente, es decir, en mi caso decidí que si no
quiero compartir, no lo hago. Si no quiero dar, no doy. Y esto, aunque parezca
llevar la contraria del amor y el servicio a los demás que tanto nos han
inculcado, permite que vivas feliz y tomes mejores decisiones para vivir en
bienestar. También (y supongo que ocurre inconscientemente) al estar feliz,
automáticamente comienzas a compartir dicha felicidad con los demás.
Bueno ya que chismeaste un poco sobre mi vida, ahora
podemos pasar a la parte interesante sobre la emoción que produce convertir en
nuestro amigo el Dinero. Como te decía en un principio, 6 años después de
repetir esta frase (“el Dinero es mi amigo”), comencé a sentir mucha comodidad
con ese tema.
Normalmente cuando una persona está jodida en el tema del
Dinero, permanece en trabajos mal pagos y en los cuales es maltratado
psicológicamente de forma verbal con amenazas e insultos de parte de sus jefes
o directivos. También por ejemplo, cuando se le presenta un buen negocio por lo
general lo rechaza. Y cuando lo acepta le da pena o temor cobrar un buen valor
por sus servicios, o al menos algo que le permita tener una buena calidad de
vida.
Y si se atreve a cobrar bien (después de muchos minutos
de sufrimiento), la contraparte le dice que eso es costoso y que otra persona
se lo hace por menos valor y bla bla bla… y finalmente termina aceptado como un
borrego obediente una situación que terminará odiando y reafirmando su carácter
de pendej… digo de víctima.
Y lo que es peor, supongamos que gana Dinero (con mucho
esfuerzo y dolor). Lo primero que hace es comprar cosas que no necesita o que
no van de acuerdo a su presupuesto.
Mira, aunque parezca increíble he conocido personas que
han ganado premios. Por ejemplo 15 mil dólares y lo primero que hacen es comprarse
una casa de 30 mil dólares desmejorando así su calidad de vida por la deuda que
adquieren y al final quizás hasta su inmueble pierden por atrasarse en las
cuotas de dicha deuda.
Entonces la pregunta interesante que viene es, ¿qué hago
para que el Dinero sea mi amigo? Pregúntate, ¿qué es un amigo? Podemos decir
que es alguien que nos ayuda, nos acompaña, nos aconseja, etc. Entonces
exactamente hay que hacer eso. Acercar a nuestro amigo y no alejarlo.
En conclusión no alejes a tu amigo Dinero con deudas, con
estilos de vida que no puedas pagar en el momento o siendo deudor solidario de
deudas ajenas.
Vive como un amigo para el Dinero. Si lo que ganas no te
alcanza para cubrir el alquiler de tu casa, pues ¡cámbiate de casa a una menos
costosa! En entradas anteriores recomendaba sobre este tema que hicieras una
lista de tus ingresos vs tus gastos fijos. Si ves que lo gastos son más altos o
iguales a los ingresos, debes evaluar qué cosas prescindir o cambiar de
inmediato en tu vida.
El problema es que nuestro ego o mascarilla social no
impide o recuerda constantemente que como vamos a bajarnos de nivel, o que
dirán las personas que nos conocen, etc.
Durante estos años he aprendido de un gran amigo precisamente
el equilibrio en los gastos vs ingresos. Cuando él ha tenido crisis (todos en
algún momento las tenemos), de inmediato se baja para que no solo pueda pagar
sus cuentas fijas, sino que le quede Dinero para ahorrar. Y he visto que jamás
se ha quedado colgado por Dinero. Antes bien, sus cambios le permiten seguir
disfrutando de la vida y de la compañía de su amigo el Dinero.
Si quieres convertir el Dinero en tu amigo debes vivir de
tal manera que siempre te alcance para ahorrar pues nuestros abuelos tenían un
dicho muy acertado y era que “el Dinero llama Dinero”. Esto es cierto incluso
hasta el día de hoy.
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.