Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

Mostrando las entradas con la etiqueta perder. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta perder. Mostrar todas las entradas

lunes, 28 de noviembre de 2022

La actitud para empoderarse en la Vida



La actitud para empoderarse en la Vida

Una de las cosas que más ha inquietado al ser humano es el dominio sobre su entorno. 


Nos gustaría dominar el clima, la temperatura y por supuesto hasta la muerte. 


Desafortunadamente hay cosas en la vida que se nos salen de las manos, pero a pesar de esto vemos como la vida parece favorecer a algunos y todo les sale de maravilla. 


Es aquí cuando nos preguntamos o más bien le preguntamos a la Vida: “¿bueno y es qué yo no valgo lo suficiente como para recibir también el favor divino?” 


Porque lo mismo que hace el otro yo también lo hago y muchas veces sentimos que hacemos las cosas mucho mejor como para recibir tan poquito. 


Es aquí donde tratamos de darle explicación a nuestra desdicha con cosas tales como el destino o la buena/mala suerte que nos puede estar acompañando. 


La mayoría de personas se dan por vencidas y aceptan estás explicaciones y también su lindo destino. 


Y quizás me digas en este momento: “pero Gabrielito lindo, lo acabas de decir, muchos se esfuerzan más que otros y los de menos esfuerzo a veces les llegan cosas mejores”. 


“¿Qué otra explicación entonces podemos aceptar sino esta?”. 


Bueno, exactamente eso era lo mismo que yo sentía hace algunos años cuando me cuestionaba estos temas. 


Pero comencé a notar que las actitudes entre aquellos que logran lo que quieren y los que no, marcaban la diferencia. 


Respecto a esto, hace unos meses, cuando estaba de trasteo hacia este apartamento, una señorita que fue me vecina, me hizo una pregunta referente a este tema. 


Esta señorita me estaba ayudando con la limpieza del sitio y me llegó a preguntar por qué la vida parecía favorecer a unos mientras que a otros los estrellaba contra las paredes. 


Allí fue cuando le dije que todo dependía de la actitud que uno tuviera ante la Vida y las personas que lo rodean, pues estos son parte de esa Vida. 


Mira te voy a poner un ejemplo. Digamos que tú necesitas algo, llámese empleo, favor, dinero, o lo que sea, si vas con una actitud sumisa, de necesidad, ten por seguro que sea lo que pidas te lo van a negar. 


¿Has notado como casi siempre rechazas a la persona que viene a pedirte dinero, comida o ropa, cuando están pasando necesidad? 


Sientes un rechazo inexplicable, como si esa persona te molestara o te estuviera interrumpiendo algo importante. 


No hay nada más espantoso que estar comiendo en un sitio público y que venga una persona a pedirte algo. Y si tiene niños a su lado que se ven hambrientos, eso hasta de daña el resto del día. 


Pues ese rechazo que sientes es la actitud pobre y sumisa de la persona. 


Lamentablemente a la humanidad le han enseñado que esta actitud es humildad y que uno gana mucho con eso. 


Tenemos la absurda creencia que ser humilde es ser pobre. 


Mira la humildad no tiene nada que ver con la pobreza de espíritu. 


Ser humilde tiene que ver más con la capacidad de reconocer que no te las sabes todas y que puedes aprender de tus errores y de los errores de los demás. 


Pero mira cómo actúa la humanidad. ¿Reconocer un error? ¡Primero muerto que sencillo! 


Y tal vez en este punto me preguntes: “Gabrielito lindo, ¿cuál entonces debe ser la actitud ganadora para que la Vida me conceda lo que yo deseo?”. 


Aunque no lo creas hay que ser arrogante, pero divertido. 


Ser arrogante crea en efecto contrario ante la vida. 


Agregarle diversión a esa arrogancia, hace que conectes con las personas, que finalmente son las que la Vida utiliza para darte las cosas. 


El diccionario define arrogancia como altanero y soberbio. 


Por lo general la mayoría nos hemos quedado con estas definiciones. 


¿Pero sabías que también significa valiente, alentado, brioso, gallardo y airoso? 


Una persona arrogante entonces puede ser alguien valiente, que se atreve a realizar cosas que una persona sumisa ni soñaría hacer. 


Un arrogante pide las cosas con autoridad, con confianza de que la Vida lo está apoyando y quiere beneficiarlo. 


Al final se trata de la confianza que tienes en ti mismo para hacer las cosas. 


En conclusión, una actitud arrogante y divertida te abre más puertas que una actitud sumisa y pobre como la que tienen la mayoría de personas. 


Bueno la señorita que mencioné anteriormente finalmente me dijo “ah, ahora entiendo por qué te ves un poco arrogante, pero a la vez cariñoso con las personas”. 


La verdad hace meses no la veo y no se ha estado aplicando lo que aprendió ese día, pero espero que a partir de este momento tu comiences a trabajar tu autoconfianza y vivas con una actitud arrogante pero divertida. 


Te aseguro que, con la práctica, esta actitud pasará a formar parte de ti y notarás que todo fluye con más facilidad, pues si te sienten merecedor genuino de las cosas, la Vida te va a reconocer como uno de sus favoritos.

Comparte:

lunes, 3 de mayo de 2021

Cuando insistimos en seguir perdiendo



Cuando insistimos en seguir perdiendo

Nuestro gran amigo el doctor Albert Einstein definió la locura como hacer lo mismo una y otra vez, con la esperanza de tener resultados diferentes.


¿Cuántas veces no nos ha llegado a pasar esto, que insistimos en hacer las cosas de la misma manera esperando que nuestra vida cambie milagrosamente?


Respecto a esto, hace ya bastantes años, conocí a un joven bastante talentoso en el diseño.


Trabajaba para un negocio donde se dedicaban a instalar sonido en los automóviles y también a crear interiores en estos, bastante atractivos.


Y se notaba que este joven era el genio detrás del éxito de este negocio.


Y en cierta oportunidad me pidió que si lo podía acercar a su casa.


Mientras íbamos por el camino, me preguntó a que me dedicaba y que tal me iba en la vida.


Me dijo que era muy afortunado y le dije que el también lo era, pues había nacido con un talento increíble para el diseño.


En eso me contó que tristemente no le pagaban lo suficiente por todo el trabajo que hacía.


Según lo que me describió, este joven prácticamente era un esclavo en dicha empresa.


Y sus “jefecitos” se escudaban en que, al no poder trabajar los fines de semana, por causa de sus convicciones religiosas, le negaban el pago que “merecía”.


Y hasta aquí podemos decir que hay gente muy boba que sufre por gusto.


Y he llegado a escuchar respecto a esto expresiones como “este es mucho bobo tan tonto, como se deja morir de hambre”.


Recuerda que nosotros somos muy “valientes” con la barriguita llena y el millón de dólares en nuestra cuenta bancaria.


Decir que voy a hacer esto o lo otro en estas condiciones en bastante fácil.


Pero cuando una persona creció con carencias y sobre todo aprendió desde su infancia que otros si tenían derecho, esto no es tan fácil que digamos.


Lamentablemente bajo estas condiciones, este joven no se tenía la confianza suficiente para iniciar su propio negocio.


Lamentablemente las creencias juegan un papel bastante crítico en las decisiones que tomamos para vivir bien o mal.


Por ejemplo, cuando aun estaba en la educación básica secundaria, tuve una compañera que fue bastante influenciada por las creencias religiosas.


Esta señorita tenía la creencia que, si se “portaba bien”, su Creador la tendría en un paraíso perfecto, con todo lo necesario para vivir feliz para siempre.


Así pues, ella decidió que no era importante educarse para un futuro, pues finalmente cuando fuera adulta, ya estaría viviendo en un paraíso.


¿Y adivina cómo se ha desarrollado su vida como adulta?


Por una amiga en común, me enteré que se casó con un hombre bastante similar en su pensamiento.


Ambos pasan dificultades y aunque no lo creas, siguen esperando que el paraíso le llegue a su casa con todo lo necesario para vivir felices.


Y puede que tú lo consideres una broma o que estoy exagerando, pero tristemente esta es la realidad de millones de personas en la actualidad.


Ahora no es que salgas corriendo a abandonar tus convicciones religiosas.


No te estoy diciendo que manejar este tipo de información sea malo.


De hecho, cualquier persona vive una mejor vida, si tiene un Poder Superior que lo está apoyando.


Pero como puedes observar, este Poder Superior debe apoyarte, ser una ayuda para ti y no un canasto que debas cargar, lleno de piedras.


No se trata de cambiar de una creencia para irse a otra y quedar en las mismas o peor.


Esto es similar cuando se hacen reparaciones en una casa.


No se destruye la casa y se construye nuevamente.


Se reparan las cosas que ya están dañadas.


Esto mismo debemos hacer con nuestra vida.


Por lo general tenemos la creencia que todo el mundo es feliz y exitoso, menos nosotros.


Por eso intentamos presumir para no pasar como fracasados ante nuestro círculo.


Entonces no debemos cambiar de vida, ni de trabajo o ciudad, sino de los hábitos que nos están perjudicando, si queremos ver cambios.


Te puedo asegurar que la Vida quiere lo mejor para cada uno, pero nosotros vivimos mal interpretando sus intenciones.


La Vida nos da mensajes que no sigamos determinado camino y nosotros de tercos, porque en algún punto nos funcionó, insistimos.


Mira por ejemplo lo que ocurrió desde el año 2020.


Muchos negocios tradicionales se fueron al tarro de la basura.


Pero también surgieron nuevas oportunidades y los que aprovecharon se hicieron ricos.


De hecho, fue algo que mencioné en la entrada CÓMO ACTUAR ANTE LAS CRISIS EMOCIONALES, que escribí a principios de la cuarentena el año pasado.


Donde expresaba que esta situación se verán nuevas oportunidades para unos y también nuevos fracasos para otros.


Y eso que ese tema fue grabado 3 semanas antes que lo vieras, pues yo prefiero grabar anticipadamente, así que tengo dotes de profeta 😁 


Y puede que en este momento me preguntes, “pero Gabrielito lindo, ¿cómo puedo cambiar de camino, si no se me ocurren ideas?”


Entonces debes cambiar de fuentes de información.


Mira, nosotros somos el resultado de las compañías que tenemos así lo neguemos rotundamente.


Si yo mantengo con borrachos, ¿pues como voy a sentir, pensar y actuar?


Si estas rodeado de personas con grandes metas, enérgicas y llenas de amor, ¿cómo supones que será tu vida en un tiempo?


Así que quiero animarte, mediante esta información, a no insistir en lo que estás haciendo, si quieres obtener resultados diferentes.


Si ya te aburriste del rol que has cumplido hasta ahora, entonces comienza a crearte una nueva vida de bienestar.

Comparte:

lunes, 13 de enero de 2020

Perdiendo el miedo a expresarnos



Perdiendo el miedo a expresarnos El miedo en los seres humanos tiene como función principal ser un mecanismo de defensa.

Este puede ser usado por nuestro cerebro no solo para protegernos de daño físico, sino también emocional.

Todo esto se realiza mediante la experiencia.

Por ejemplo, ¿cuántos de nosotros que nos enamoramos, nos entregamos en alma, vida y sombrero la primera vez?

Y si pasamos por la mala experiencia de un desengaño amoroso, la próxima persona que conocemos nos produce terror entregarle nuestro amor de la misma forma.

Lo mismo ocurre físicamente cuando nos hemos quemado, fracturado o generado alguna lesión en nuestro cuerpo.

Así pues, nuestro cerebro utiliza la experiencia y el miedo para buscar nuestra protección de forma integral.

Como puedes ver, el miedo no es negativo, sino una herramienta en nuestras vidas para procurar evitar el sufrimiento.

El problema está en que le hemos dado un poder descontrolado al miedo, de tal forma que nos paraliza hasta para exigir cosas que nos corresponden.

Como vimos en el tema anterior, por alguna extraña razón tenemos la creencia que, si exigimos nuestros derechos, por el contrario, vamos a perderlos.

Tal es el caso cuando le prestamos dinero a alguien o debemos cobrarle a una persona por nuestro trabajo, por citar algunos ejemplos.

En mi caso me llegué a sentir paralizado por el simple hecho de enviar un email a un cliente para cobrarle por alguna asesoría que le hiciera.

Incluso en cierta oportunidad, cuando aún me encontraba en la universidad, vino a mi un compañero con su esposa a pedirme un favor.

Este consistía en desarrollar para ellos dos aplicaciones que pudieran conectar y tener datos en común.

Cuando les entregue el trabajo les encantó tanto que de inmediato me preguntaron cuánto dinero me debían.

Honestamente ni siquiera había pensado en un precio, pero en el momento se me vino uno a la cabeza.

Fue tanto el terror emocional, que vacilé casi 20 minutos en decirles un precio por mi trabajo.

Las emociones que recuerdo pasar por mi sistema nervioso eran de pena, miedo a recibir un no como respuesta e incredulidad que mi trabajo valdría todo lo que quería cobrar.

Al final me pagaron de inmediato y me di cuenta que cualquier cantidad, incluso mayor, que les hubiera pedido, me la hubieran dado.

Cuando uno analiza estas cosas siempre piensa “¿por qué ese miedo a ganar?”.

Yo he visto gente que ha hecho trabajos excelentes y cobra muy poco.

También he visto el caso contrario de trabajos que desde mi punto de vista son bastante mediocres y cobran grandes cantidades de dinero.

En esto interviene básicamente el nivel de autoestima que uno tenga.

Mira, tristemente las personas por necesidad aceptan trabajos que podemos considerar mal pagados.

En realidad, aspiran a ganar más, pero sienten tanto pánica de hablar, que no se atreven a pedir un aumento.

Pero tampoco buscan cambiar de trabajo para mejorar las condiciones.

Esto en realidad es lo que hace que veamos la vida como una carga de infelicidad medio soportable.

La mayoría vivimos de esta forma porque tenemos sabemos que esto no durará mucho tiempo.

Al fin y al cabo, algún día tendremos que dejar este planeta.

La pregunta interesante que nos surge ahora es ¿cómo perder el miedo a expresar lo que queremos?

Bueno esto fue algo que me inquietó durante muchos años hasta que llegó a mi correo una cadena de esas que se solían compartir a inicios del año 2000.

Esta era una broma para pasar un buen rato titulada Curso Exprés de Autoestima.

Daba una lista de las cosas que uno debía hacer cuando deseaba algo y entre ellas se encontraba el texto “¿Quiere un aumento? ¡Pídalo con huevos!”.

En realidad, de allí en adelante, cada vez que tenía que enviar una cuenta de cobro por mis servicios siempre lo hacía pensando en esa frase.

El miedo a expresar lo que queremos nos aqueja a todos los que tuvimos una baja autoestima.

Incluso el día de hoy cuando siento miedo a expresar algo pienso en esa frase que me llena de ánimo para hacerlo.

La vida que tenemos en este momento es el resultado de lo que expresamos, ya sea parálisis o acción.

Así que te animo mediante esta información a arriesgarte más por lo que quieres.

Tú puedes cambiar tu vida, pero si le permites al miedo que te gobierne es muy poco el avance que vas a realizar.
Comparte:

Comprar PBA

Compra BPA

Contáctame

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Donaciones

Acerca de mí

Mi foto
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

Notificaciones Telegram

Telegram
Canal Ingeniero Gabriel Salazar / AUTOPODER Recupera tu Poder Interior

Para recibir el vídeo de cada lunes en tu Telegram:

Ingresa a:
t.me/autopoder1
t.me/IngenieroGabrielSalazar
Grupo Telegram:
t.me/+Z7ZMi8tw4WdjYTcx

Vídeo Bienvenida

YouTube

Copyright © Ritmo Positivo 2009 - 2024. Con tecnología de Blogger.