Yo creo que todos los seres humanos hemos experimentado esa extraña sensación de dolor y abandono, cuando terminamos una relación.
Ya sea que se trate de una terminación unilateral o de común acuerdo, es inevitable sentir tristeza y culpa, por lo que se dejó de hacer para rescatarla.
Y si no has pasado por este proceso, no te preocupes.
Es muy probable que lo vivas, pues la vida es muy diferente a lo que has comprado en las películas de romance.
Así pues, el problema no es vivenciar este tipo de cosas, sino la forma como las encaramos.
Y debido a nuestro propio abandono emocional, lo hacemos de la forma más inmadura y triste posible.
Si no me crees, solamente date una mirada por tus redes sociales y comprenderás de lo que hablo.
El común denominador es ir a estas herramientas para desahogar toda esa frustración y dolor que sentimos por ese “tipo” o “tipa” (según sea tu caso) que nos hizo daño.
De hecho, si eres buen observador, te darás cuenta con solo ver comentarios que una persona está desesperada por sacar su dolor.
Y entiendo perfectamente que las personas afirman categóricamente que una publicación no los define, pues ellos son felices y bla bla bla.
Pero si algo caracteriza al ser humano es que cualquier expresión que una persona realice, tiene como trasfondo un escape emocional a lo que está padeciendo en dicho momento.
Por eso la sabiduría popular nos dice: “de broma en broma, la verdad asoma”.
Y esto no te lo confirmo yo mediante mis laboratorios e investigaciones durante todos estos más de 10 años.
Lo confirmó el doctor austriaco Sigmund Freud al hablar de los “actos fallidos” en su obra Psicopatología de la vida cotidiana.
En palabras menos, al ser humano no solamente lo “domina” su lógica, sino que su inconsciente también manifiesta su información en nuestras acciones, así lo queramos o no.
¿Ves por qué es muy arriesgado afirmar que existan personas sanas emocionalmente?
El hecho es que la mayoría de personas se dedican a explayar toda su jodidez públicamente, con la esperanza de que la otra persona le “duela su dolor”.
Ah, pero eso sí, no se atreven a decírselo de frente ni por el berraco.
¿Y sabias que le sirve más a esa persona dolida, para sacar su dolor, hacer esto último?
Y muy seguramente me estarás preguntando en este punto, “Gabrielito lindo, ¿cómo se puede enfrentar ese dolor emocional de una forma madura y sobre todo eficaz?”.
Bueno el primer paso es tomar plena consciencia que lo que fue, fue.
Con esto me refiero a hacer consciencia que eso que sientes está pasando.
No es un sueño y no va a llegar el momento de despertar de dicha pesadilla.
Básicamente esa ilusión que sientes frente a las relaciones se debe a tu ignorancia sobre los procesos biológicos del ser humano.
Te recomiendo ver el tema sobre LA HIPERGAMIA Y POLIGAMIA EN LAS RELACIONES DE PAREJA.
Pero haciendo un pequeño resumen, tu ilusión o falsa creencia en el amor proviene de las películas románticas.
Así pues, el primer paso es ser consciente de la naturaleza humana.
No dejes de repasar este tema que te acabo de recomendar.
Y lo segundo, es hablar DIRECTAMENTE con la persona que te ha ofendido.
No mediante sarcasmo público o mandar a decir las cosas con otras personas.
Esto no solo te hace ver divertido ante los demás, sino que agrava más los problemas emocionales, pues indefectiblemente has vuelto tu vida pública.
Imagínate tú bien despechado(a) y encima de eso escuchando rumores y comentarios que eso te paso por pendejo.
Así que la mejor forma es hablar directamente con esa persona.
Eso sí, sin el EGO por delante de decir ya te superé y todas esas tonterías.
Si te duele no es precisamente porque hayas superado tu dolor.
Actualmente estás tan resentido que por eso haces tantas cosas inmaduras, como para que el otro u otra puedan llegar a ser “castigados” o al menos que sientan lo mismo que tú.
Lo mejor entonces es hablar con franqueza.
Deja que tu Ego fracase.
Acepta que tú mismo te pintaste pajaritos en el aire y te entregaste en cuerpo, alma, vida y sombrero.
Como decía el doctor Carl Gustav Jung, “aquello a lo que te resistes, persiste”.
Mira no hay nada más liberador que la verdad en tu interior.
El problema es que nuestro “orgullo” dicta que no podemos dar el brazo a torcer y nunca debemos reconocer nuestras emociones frente a otros.
Y MENOS delante de esa persona que nos hizo tanto daño.
No hay nada de malo en sentirse dolido por un desamor.
Finalmente, todos hemos pasado y seguiremos pasando por eso.
Dejarse dominar por el orgullo te llevará no solo a sentir más dolor, sino a la absoluta soledad.
Increíblemente a pesar que ya casi somos 8 mil millones de habitantes en este planeta, nunca en la historia de la humanidad ha habido tantas personas solas como en la actualidad.
Claramente las mascotas han reemplazado ese calor humano que, en tiempos anteriores, era tan normal.
Así pues, quiero animarte mediante esta información a enfrentar tus emociones y no a negarlas.
Tenemos todo para ser felices si y solo si aprendemos a soltar el Ego que controla nuestras vidas.