Hace ya algunos años escuché una teoría bastante interesante sobre la riqueza.
Esto se lo escuché decir a un señor argentino por allá en el año 2007, que ocurriría si se repartiera la riqueza en partes iguales para cada ser humano.
El afirmaba que, por un tiempo, las cosas cambiarían, pero que con los meses la gente que era rica se volvería más ricos.
Mientras que la gente que no tenía recursos pronto desperdiciaría su dinero.
Así pues, hacer esa distribución sería una total pérdida de tiempo, pues volveríamos a lo mismo que conocemos actualmente.
Y esto se debe a que la riqueza no es algo físico, ni tiene que ver con la cantidad de dinero que tengas en tus manos.
La riqueza es un estado de consciencia.
Por ejemplo, en este momento si te digo que me compres un helado, tal vez lo haces sin problema.
Pero si te digo que me compres un edificio, es muy probable que me digas que no.
Si observas, frente al helado te sentiste cómodo.
En cambio, cuando piensas en comprar un edificio ¿notas que hay algo en ti que no se siente libre?
¿Cómo que hay algo que te incomoda?
Eso es la consciencia de prosperidad y depende mucho del estado de tu bolsillo.
Si un edificio costara lo mismo que un helado, no sentirías esa sensación de carencia.
Sin embargo, hace unas semanas, escuché de un buen amigo una teoría muy diferente a la anterior.
El me hizo la pregunta de qué pasaría si se reparte la riqueza en partes iguales.
Bueno, como yo conocía la primera teoría, abrí mi gran bocota y dije que volveríamos a la misma situación financiera actual.
Mi amigo me dijo que estaba totalmente equivocado pues el mundo se paralizaría.
Es decir que nadie trabajaría.
Para que me puedas entender un poco mejor, hagamos el siguiente laboratorio mental.
Imagínate que estás en esa situación y ya tienes una gran cantidad de dinero como para no trabajar el resto de tus días.
¿Cómo sería tu día a día?
¿Renunciarías a tu trabajo?
¿Madrugarías?
Bueno, ahora piensa en el resto de la humanidad.
¿Crees que ellos van a seguir buscando servirte, si ya tienen su vida financiera resuelta?
Supongamos que vas a algún sitio y necesitas tomar un taxi.
¿Dónde vas a encontrar un taxista que te preste el servicio si ya no necesitan trabajar?
¿Y para comer que piensas hacer si ya nadie necesita sembrar, cosechar, o vender comida?
Así que con ese dinero que tienes, puedes ir haciendo una linda hoguera para iluminar la noche.
De esto podemos concluir que lo más valioso e importante que tiene el ser humano es el servicio hacia los demás.
Si somos totalmente honestos, podemos decir que tal como funciona la vida en este momento, es “perfecta”.
Sino mira lo que ocurre cuando una persona logra su pensión de vejez.
Ya no hace absolutamente nada.
A lo mucho sale al parque a hablar con sus amiguitos en su mismo estado.
Finalmente, al no servir, no tener un objetivo en la vida, su salud se va deteriorando y de forma rápida.
Hasta que más pronto que tarde, la persona se despide de este mundo.
Así que es mi intención, mediante esta información que nunca dejes de servir a la humanidad.
El objetivo no es solo hacerlo por dinero, para que tu vida y las del resto funcionen.
Sino porque eso es nuestro verdadero propósito en la vida, servir y amar a los demás.
Una de las cosas que más perseguimos los seres humanos es el dinero.
Y paradójicamente quien más lo persigue es el que menos lo tiene.
Esto me hace recordar la frase que mi hermano mayor me dijo hace muchos años sobre el tema, que el dinero es como las mujeres bonitas.
Entre más las persigas, menos se fijan en ti.
Y yo digo que de cierta forma esta afirmación es correcta.
Imagínate como debe sentirse una mujer bonita, cada segundo recibiendo halagos por montones y vienes tu con las mismas frases a intentar conquistarla.
Es lógico que piense que eres otro más del montón y te van a rechazar.
Imagínate como debe “sentirse” el dinero cuando todo el planeta mantiene rogándole para estar con él.
Y si analizamos que el dinero no es el papel que deseas, sino en realidad es una energía, comienza a tener sentido la comparación con la mujer linda.
Definitivamente a nadie le gusta ser molestado u hostigado por otros.
O acaso a ti te gustaría, por ejemplo, que tu pareja te obligara a asistir a un evento que tú no quieres.
¿Cómo te sentirías ante eso?
Algo muy diferente es que te pidan las cosas con amor.
¿Dime quien no se rinde ante una persona amorosa?
Y tal vez me digas en este momento: “Gabrielito lindo, entonces para tener dinero, debemos desentendernos de él”.
Pues como te parece que sí.
Mira yo, al igual que el resto del planeta, toda mi vida busqué el dinero.
Pasé por el tema de trabajar incansablemente, hasta llegar a desgastarme emocionalmente usando audios y videos para tratar de cambiar mi mente subconsciente.
Pues es un hecho que la cantidad de dinero que tienes en este momento la dictan tus creencias inconscientes.
Sin embargo, durante gran parte de mi vida, he escuchado en miles de formas que la solución o respuesta a todo es el amor.
En ese caso, trabajé incansablemente haciendo las cosas con amor y tampoco resulté ganando más dinero.
Simplemente porque lo seguía persiguiendo.
Al final pues decidí confiar en el amor y comencé a enfocarme solo en eso.
Bueno ahora ya no tengo el amor, pero al menos tengo dinero. (es broma)
Pues en realidad, paradójicamente el dinero me llegó como si fuera un milagro.
Así de la nada, y simplemente por enfocarme solo en sentir amor por todo lo que me rodea.
Ser consciente que el amor es todo lo que existe y todo está hecho de amor.
Y tal vez me preguntes que si las cosas malas que pasan son amor también.
Yo diría que eso que no nos gusta es amor, pero en pequeña medida.
Nadie da de lo que no tiene.
Por ejemplo, una persona que te hace “mal”, eso es todo lo que tiene para dar.
No siente amor por ella misma y quiere compartir contigo eso que siente.
Por eso te digo que eso que llamamos mal, en realidad es una medida muy pequeña de amor.
Mira, el amor no es un sentimiento, es una decisión que haces cada instante.
Te recomiendo ver la entrada que escribí hace varios años titulada ENTONCES QUE ES EL AMOR.
Eso sí, lo primero que tienes que hacer es amarte a ti mismo.
De lo contrario no vas a poder enfocarte en el amor a todo lo que te rodea.
Cuando te enfocas en esto, automáticamente tu vida va a cambiar de forma mágica, como si todo te favoreciera.
Y eso es porque si todo lo que existe es amor, y vibras con esa energía, es lógico que tu “suerte” va a cambiar.
Así que quiero animarte, mediante esta información a dejar de perseguir cosas que por el contrario se quieren alejar de ti.
Absolutamente todos los seres humanos, hemos experimentado la trágica perdida de alguien importante para nosotros.
Y quizás los únicos seres “inmunes” a este dolor son los más pequeños pues aún no tienen conciencia de muchos de los procesos de la vida.
Es por eso que se ha llegado a afirmar popularmente que un niño pierde su inocencia en el momento en que es consciente de la muerte de sus padres.
Por ejemplo, en cierta ocasión vi a una amiga subir un vídeo de su pequeña llorando porque fue consciente que sus padres en un futuro ya no estarían acompañándola.
Y para no ir más lejos, mi hija Isabellita, tomaba la muerte de su señora madre como una broma.
Pero a medida que fue creciendo, la llegue a ver en alguna oportunidad llorando por la pérdida de sus padres.
Menos mal que tiene de padre a un angelito inmortal.
Pero como reza el dicho popular, una cosa es invocar al diablo y otra verlo aparecer.
Es muy diferente hablar de estos temas, a posteriormente experimentarlos en carne propia.
Cada ser humano maneja el proceso de duelo de formas distintas.
De hecho, conocí que, al sur de mi país, los seres queridos que se van, los despiden con música y fiesta.
Y para no ir más lejos, algo similar realizan los mexicanos.
La mayoría, por el contrario, terminan arrojándose a la tumba del ser que acaban de perder.
Sus emociones son tan intensas en ese momento que se quisieran ir con esa persona, pues se sienten solos y devastados.
A pesar de las diferentes manifestaciones del ser humano, este tiene unas etapas más o menos similares para todos.
En su orden son la negación cuando pensamos que no es justo, o que es imposible que eso haya ocurrido.
Finalmente, con esto tratamos de evitar el dolor al negarlo.
Con el tiempo viene el enfado, pues una de las herramientas que utiliza nuestro cerebro es la rabia ante emociones de baja vibración como son la tristeza o el miedo.
El ser humano no puede estar mucho tiempo bajo la influencia de emociones de baja vibración, debido a las fuertes dosis de cortisol, que estas producen.
Luego viene la negociación, que es una forma de fantasear con la realidad que estamos viviendo y ver como revertirla.
Posteriormente puede venir el miedo o depresión.
Y finalmente viene la aceptación de la pérdida.
Es como el punto donde hacemos consciencia que ya nada se puede hacer y no podemos desgastarnos en algo que se sale de nuestro control.
Y quizás en este momento me digas: “pero Gabrielito lindo, yo conozco personas que llevan años, llorando la muerte de un ser querido”.
Pues fíjate que yo también he visto este mismo tipo de comportamiento.
Es en este punto donde la ciencia lo llama el duelo patológico o más bien enfermizo.
Es cuando la persona se queda por mucho tiempo padeciendo por ejemplo la cuarta etapa que es el miedo o depresión.
Aquí es cuando hemos escuchado de personas que fallecen de “pena moral”.
Esto tiene que ver mucho con los apegos que desarrollamos en las interacciones con esa persona.
Recuerda que esto es el resultado de no resolver muchas cosas que traemos desde la infancia, ahora que somos adultos y podemos hacernos cargo de nosotros.
Lamentablemente es más fácil resolver esto mediante los apegos hacia otros que trabajar con nosotros mismos.
Es más fácil recibir “el amor” y apapachos de terceros, que pasar por el dolor de enfrentar cosas dolorosas de nuestra infancia.
Pero también existe otra forma más de duelo que es el postergado.
Personalmente yo he sentido este tipo de duelo en el cual durante el evento de perdida a mí me vale.
El dolor me lo he pasado por el forro mientras la gente a mi alrededor sufre.
Con el paso de los años he llegado a sentir esa pérdida, no con la misma intensidad.
Pero es como si tiempo después hiciera consciencia de esa persona y que ya no está, y la comienzo a extrañar.
Al parecer esto está muy relacionado con los conceptos que adquirí durante mi infancia acerca de lo malo que era la tristeza o el llanto.
En mi circulo de amiguitos llorar era de hembritas delicadas.
Un macho no se queja ni llora por nada, sino que sigue adelante.
Recuerdo que si algún amiguito lo sorprendían llorando así tuviera una fractura, la ridiculización era tan grande que uno se aguantaba.
Cuando yo me solté la mano del cúbito y el radio, jugando fútbol, me fui calladito y entré a mi casa.
Me hice el que tenía sueño y ya vine a llorar debajo de la cobija.
Pero delante de mis amiguitos quedé como un varón guerrero.
Pero sabías que, en la antigüedad, el procedo de duelo solamente lo realizaban durante 3 días.
Mira que hace poco mi hija se trasladó a otra localidad.
A pesar que su nueva casa no está tan lejos de la mía, al llegar en la noche sentí esa desolación tan horrible al no verla conmigo.
Aproximadamente durante 3 días tuve esa sensación.
Y exactamente lo mismo me pasó cuando llevé a Lila, su mascotica a estar con ella.
Y quizás me digas de nuevo, “Gabrielito lindo pero una cosa es la muerte y otra la distancia”.
Mira en términos técnicos, tienes toda la razón.
Pero en términos emocionales, tienen muchas similitudes.
¿Cuál es el problema por el cual la gente se queda dándole con toda al dolor sin poder salir de esa depresión?
Pues que la gente se queda en los recuerdos y en lo que pudo ser y nunca fue.
¿Cuántas de las personas que llevan año tras año sufriendo por la pérdida de su ser querido le dijeron en vida “te amo”?
Y no es que hayan sido malas personas con sus seres fallecidos.
Lamentablemente a todos nos pasa que subestimamos la vida.
Estamos aquí dialogando, bueno tú conmigo porque yo debo en este momento estar haciendo ejercicio, pues este video lo grabé hace 3 semanas.
Pero pensamos que la vida es eterna, y nunca nos va a faltar nadie, ni le vamos a faltar al resto.
Como reza el dicho popular, “para morirse, sólo se necesita estar vivo”.
Y quizás me preguntes en este punto, “Gabrielito lindo, ¿existe alguna técnica para salir de ese duelo y seguir viviendo con calidad?”.
Pues la ciencia ha avanzado tanto que en la actualidad se viene utilizando la técnica EMDR.
Por sus siglas en inglés es Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares.
Es una terapia que hacen los profesionales en psicología, para atenuar los efectos negativos de eventos traumáticos.
Esta técnica la descubrieron de pura casualidad la doctora norteamericana Francine Shapiro.
Ella observó que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia producida por pensamientos negativos.
Esto lo probaron con excombatientes que ya estaban “rayados” de la guerra del Vietnam.
Y como les fue muy bien, pues el método lo utilizan actualmente para todo tipo de traumas, incluyendo un duelo patológico.
O si eres un varón de guerra como este angelito, puedes utilizar el método de tener consciencia de la muerte.
Solo así vas a tener consciencia de vida, pues no la vas a dar por sentada, sino que la vas a disfrutar.
Vas a dejar el miedo de decir te amo, a los que amas.
Así que te quiero animar mediante esta información, a sacarte esa idea que entre más muestres tu dolor, más pensarán que amabas a esa persona fallecida.
Estoy completamente seguro que si pudieras hablar con tu ser fallecido, lo único que te pediría es que vivas con intensidad y aproveches tu tiempo en hacer tu vida algo grande y maravilloso.
La gran mayoría de la humanidad tenemos el concepto de que el bien y el mal son algo que traemos por naturaleza.
Es por eso que cuando alguien realiza un acto que está contrario a nuestras creencias consideramos que es malo.
Y por el contrario si la actuación de una persona coincide con lo que consideramos correcto, de inmediato lo consideramos como una buena persona.
Si somos honestos con nosotros mismos, nos daremos cuenta que bueno o malo es la persona que esté o no de acuerdo con nosotros o que haga o no nuestra voluntad.
En realidad tanto el bien como el mal provienen de constructos sociales que vamos adquiriendo desde nuestra llegada al mundo.
Por ejemplo, los que hemos nacido en occidente vemos de forma extraña y hasta cuestionable las costumbres del oriente.
Y puedes estar seguro que exactamente ellos nos ven a nosotros como raros, por nuestras creencias y formas de actuar.
Así pues, nos enfrentamos a un problema muy serio en nuestro comportamiento, pues te has preguntado si eso que consideras correcto en realidad le estará aportando valor agregado a los demás?
Respecto a esto, hace varios años dialogaba con mi mejor amigo sobre este tema.
Por aquel momento ambos teníamos un amigo en común que desde mi punto de vista él se dedicaba a hacerles daño a los demás.
Los estafaba, les mentía y prometía que les devolvería todo lo que invirtieran cuando sus negocios dieran frutos.
Mi mejor amigo decía que este personaje en realidad no tenía idea o no era consciente de que estaba actuando mal.
De hecho, dentro de sus conceptos sobre el bien y mal, de seguro consideraba que sus actos eran correctos.
En ese momento comencé a investigar este tema pues llamó fuertemente mi atención.
A través de estos años he podido ver como personas cercanas, vecinos y conocidos tienen un comportamiento bastante conflictivo con sus allegados.
Los tratan mal, insultan, disminuyen y minimizan sus esfuerzos por salir adelante.
Como este tipo de cosas no se pueden soportar durante mucho tiempo, la “victima” toma la decisión de alejarse.
Sin embargo, cuando tú les preguntas que ha pasado con esas personas que han lastimado, de inmediato contestan, “es muy raro que se fueran, pues de mi parte han recibido buen trato“.
Irónicamente, en estos casos, el victimizador se considera víctima porque la persona herida se ha alejado de ellos.
Como puedes ver, muchos de nosotros ni siquiera hacemos consciencia o nos importa muy poco el trato que les damos a los demás.
Quiere decir esto que hagamos lo que hagamos, podríamos estar perjudicando a alguien debido a que no existe una definición clara del bien y el mal?
Con referencia a esto, hace varios años conocí a un gran empresario con el que trabajé. En esos momentos, él estaba en un proceso jurídico contra otra empresa por fraudes que le habían realizado.
En una de las varias reuniones con él, llegó a mencionar que constantemente examinaba su consciencia para saber si estaba procediendo de forma correcta en contra de estas personas fraudulentas.
La verdad yo no entendía muy bien su proceder, pues en teoría él estaba haciendo lo correcto.
Fue mediante esta experiencia que aprendí de este empresario, la importancia de evaluar constantemente si nuestros actos son en realidad de justicia o por el contrario nos benefician únicamente a nosotros.
En el libro conversaciones con Dios del autor Neale Donald Walsch, se menciona una sugerencia sobre estas situaciones con las siguientes frases:
“Qué es ser bueno y quien tiene la última palabra?”
“Necesitas que te amenacen para hacer intrínsecamente lo que es correcto?”
Cuando tengas un problema siempre pregúntate “qué haría el amor ahora?”.
“Responde a esa pregunta y estaré allí, siempre, en todas las formas.”
Así que te animo mediante esta información a evaluar, basándote en el amor si tus acciones permiten un incremento en la vida de los demás o por el contrario restas valor a los que te rodean.
Tenemos la tendencia a pensar que no necesitamos a nadie y que podemos prescindir de ellos.
Pero en realidad todos somos uno y lo que le hagamos a los demás siempre retornará hacia nosotros.
A pesar que tenemos “conciencia” sobre la muerte, aceptar la perdida de una persona cercana puede ser una de las cosas más difíciles que podamos enfrentar.
Con esto quiero decir que a pesar de ser conscientes de la vida y la muerte desde que nacemos, al momento de afrontar esta, se nos puede hacer casi imposible de aceptar.
Para entenderlo un poco mejor, hagamos un laboratorio mental. Tú comprendes perfectamente que tienes un origen, correcto? Ahora intenta pensar en NO SER.
Es decir en la inexistencia tuya. Si logras poner tu atención en esto, notarás que hay algo en ti que niega tu inexistencia.
Te parece imposible no existir, a pesar de que eres consciente que naciste. De allí es que se originan muchas teorías acerca de que estuvimos anteriormente aquí, que tenemos otras vidas, etc.
Si has estado siguiendo este blog, al menos en el último año, ya podrás ir adivinando que es eso que niega nuestra inexistencia.
Si tu respuesta es el Ego, adivinaste! Como hemos visto anteriormente, el Ego es la estructura mental que está indicando constantemente YO MEREZCO, YO VALGO, YO TENGO, YO SOY .
Es por esta razón que se nos hace tan difícil aceptar nuestra propia inexistencia. Y de hecho esta es la explicación por la cual vivimos como si nunca fuéramos a morir.
Para serte honesto no existe una fórmula mágica para sanar una pérdida.
Algunas personas se aferran a sus creencias religiosas o sobre el tema de la vida y la muerte para poder pasar estos momentos tan dolorosos.
Personalmente para mí, ha sido muy difícil aceptar la muerte de una persona que conocí en la Universidad. A pesar de que esto ocurrió ya casi 2 años, aun en mi mente existe algo que se niega a reconocerlo.
Algo curioso del duelo es que algunas personas pueden aprender a superarlo en un promedio de 10 a 15 años.
Sin embargo hay casos en los cuales la perdida no se supera nunca.
Entre más pequeños somos, más rápidamente somos capaces de superar o más bien aceptar un duelo.
Los niños entre 4 y 5 años piensan que la muerte es temporal, que es un sueño.
Quizás en este momento te puedas estar preguntando, cual es la perdida más dolorosa que pueda tener un ser humano?
Uno a ciegas podría decir, la muerte de un hijo, los padres, hermanos, abuelos, etc. Pero no.
La pérdida más grande y la más complicada de aceptar es la del cónyuge.
La respuesta puede ser muy simple pero bastante lógica. A los parientes que tienes, te los escogió la ruleta de la vida.
Tu cónyuge lo escogiste tú. Así que puedes estar de pelea con él o ella, pero el momento de su perdida significará para ti más de lo que crees.
Como mencioné hace un rato, las creencias religiosas nos afectan grandemente en el tiempo del duelo, ya que es una forma de conseguir alivio en ellas.
Hablar de estos temas es muy complicado para no decir imposible, pues nadie que se haya muerto ha regresado para hablar de ello.
Así que respecto a esto estaríamos especulando sobre el tema.
Puede ser el fin, como también puede ser un paso a una nueva realidad. Al fin y al cabo, por más que lo neguemos, todos vamos a vivir ese proceso y nos daremos cuenta.
Sin embargo en el Universo existe un principio, una ley que se conoce como el principio de conservación de la energía, el cual afirma que “la energía no se crea, ni se destruye. Solo se transforma”.
De hecho los científicos Mijail Lomonósov y Antoine Lavoisier determinaron esto mismo pero para la materia o masa en el espacio.
Si observamos detenidamente nosotros somos energía, nuestras emociones, pensamientos, etc.
Si llegamos a morir, donde queda toda esa energía? En que se transforma todo eso que fuimos?
Bueno esto ya son planos muy avanzados en los cuales no me quiero meter pues solo conozco la vida, pero soy consciente de que algún día todos lo sabremos.
Muchas veces la vida nos puede sorprender e impedirnos una despedida de las personas que amamos.
Esto nos puede perturbar bastante y llevarnos a la depresión. Pero antes de hacer eso pregúntate, si tuvieras una última oportunidad de hablar con esa persona amada, qué crees que te diría? Cómo espera esa persona que vivas tu vida de aquí en adelante?
Yo creo firmemente que esa persona te diría que te ama mucho y que espera que desde hoy vivas tu vida con pasión y amor. Que aproveches cada instante que tienes para ser feliz.
Así que te hago la invitación mediante esta información para que hagas consciencia de la muerte.
Hasta donde hemos visto, en algún momento ya no escucharás los pájaros, ni podrás mirar el sol o sentir su calor.
Tampoco la lluvia o el frio, ni mirar a tus hijos a los ojos, ni a los de tu pareja.
Aprovecha estos instantes de vida, para vivir con pasión y decirles a las personas que amas que los amas.
Es muy fácil pensar en los problemas pasados cuando estos
han sido superados. Sin embargo en el momento en que se vivencian uno solo
quisiera desaparecer por un tiempo o quedarse dormido hasta que estos
finalizaran por si solos. En dichos momentos calamitosos lo único que sentimos
en que nuestras emociones se revuelven y que todo está en contra nuestra.
Incluso parientes, amigos, y porque no nuestro Dios personal.
Pero hay algo que pasamos por alto durante este proceso. Los
problemas en realidad son oportunidades a una vida mejor. Quizás ya hayas
escuchado esta frase y no la puedas entender o quizás es la primera vez que la
escuchas. Sin embargo la pregunta en nuestra mente persiste y es: ¿Cómo una
situación que nos lastima nos puede ayudar o ser una oportunidad para mejorar
nuestras vidas?
La respuesta es simple y si observas los problemas
ajenos, veras como es de fácil tomar decisiones que no son tuyas. Con esto me
refiero a que muchas veces nuestro vecino o pariente quizás esté sufriendo una desilusión
amorosa. Nosotros en nuestro interior pensamos “que pendejo o pendeja, ¿por qué
no busca independizarse y quitarse ese yugo innecesario de su vida?”.
De esta forma vemos que la solución es muy fácil. Pero intenta
decirle al pendejo o pendeja tu solución a ese problema. Verás que esa persona
se frena. Se detiene ante el cambio y no observa que se puede quitar ese “yugo
innecesario” de su vida, es decir mejorar su existencia y la de las personas
que la rodean.
Quizás por experiencia, ya que lo has intentado, sabes
que esto es cierto. Las personas se les pueden estar dando la solución y quizás
como vimos en la entrada anterior, tú eres la respuesta a sus oraciones, pero
ellos actúan como si esperaran que las cosas tomaran otro curso.
Yo personalmente he visto durante muchos años el caso de
una persona que padece muchos problemas no solo económicos, sino también de
salud y emocionales. He sido testigo de cómo todas las personas a su alrededor
han intentado ayudarle y solucionarle su vida, pero esta persona insiste en
volver a lo conocido.
Esto ocurre por una razón. Emocionalmente fue lo que aprendió
desde su infancia y lo único que sabe hacer es volver a ese estado de
sufrimiento. Podríamos decir que en conclusión lo disfruta, pero en realidad
nadie desea estar mal, pero su inteligencia emocional no cuenta con la
suficiente información para cambiar su situación por más que lo desee.
La psicología cognitiva llama a esto el Programa Mental
Maestro que se puede traducir en la receta emocional adquirida durante la
infancia y reforzada durante el resto de años por las mismas conductas que te
dicen que personas frecuentar, como cuidar tu cuerpo o no cuidarlo y hasta la
forma en que manejaras tu economía para vivir en abundancia o pasar
necesidades.
Todo esto es posible cambiarlo pero mediante un trabajo y
compromiso consigo mismo a largo plazo. Pero la pregunta que tenemos por
resolver es ¿cómo usar los problemas actuales para mejorar nuestra vida si nos
urge?
Lo primero que se debe hacer es consciencia de cuál es la
situación. No negarla más. Sólo cuando reconoces que tienes un problema, tienes
la fuerza mental y emocional para hacer algo para solucionar.
Lo segundo es sentarte y apartar un tiempo contigo
mismo(a). De ser posible tomar nota sobre que recursos tienes, cuáles son tus
oportunidades y ventajas y tus debilidades. La idea es aplicar en ese momento
algo que en economía se conoce como Matriz DOFA que consiste en analizar lo que
tienes y lo que te falta.
También, no olvides anotar y muy importante CÓMO TE
SIENTES. Los sentimientos son la principal herramienta de comunicación en tu
vida. Si los escuchas seguramente te dirán que pasos dar. Pero esto solo es
posible hacerlo mediante práctica constante. Nosotros llevamos años apartados
de nosotros mismos. No nos conocemos. Jamás nos escuchamos y es por eso que esa
parte interior nuestra, donde reside nuestro verdadero Poder no confía en
nosotros.
Entonces si no tienes mucha práctica, intenta usar las
dos primeras opciones. Y si necesitas consultarlo con algún pariente o amigo,
no dudes en hacerlo, pues recuerda que otros, fuera de tus problemas, pueden
ver las soluciones más fácilmente que tú.
Por nada del mundo vayas a hacer lo del perezoso que no
se sienta consigo mismo a hacer consciencia y a evaluar sus recursos actuales,
pues la persona que consultes no necesariamente va a tener tu solución óptima y
podrás cometer mayores errores que te lleven a problemas más graves. Recuerda que
es tu vida y no es responsabilidad de otros vivirla por ti.
También recuerda que si se te presenta un problema no es
un castigo de la Vida o Dios o del Diablo. Es simplemente que tus decisiones te
llevaron a ello. Y si no te gusta es porque tu Interior te está hablando a
través de emociones que hay algo mejor detrás de lo que ves y te mortifica.
Recuerda la leyenda del Cactus de Aloe publicada anteriormente en este Blog.
No extraigas lo negativo de la vida, pues esto se
multiplicará a tu alrededor. Solo busca ver lo maravilloso de la vida y de
igual forma tu vida será abundancia en todos los aspectos de esta.
Hemos estado viendo como nuestra información pasada, ha estado creando un mapa mental que dirige nuestras acciones actuales. De allí que nos enojamos con facilidad o permanecemos en malestar aunque digamos que no nos gusta pero lo aceptamos sin más remedio.
Quiero en esta entrada tratar una cosa, quizás una de las pocas, que aún me preocupa y es el bienestar de los niños, nuestros hijos a los cuales le estamos dejando un legado de bienestar o malestar.
Recuerdo que a la edad de 5 años mi hermano mayor que tenía en ese momento 7 me “invitó” a ver una película que estaban presentando en la escuela en la que estudiábamos. Era mi primera salida fuera con mi hermano que yo siempre he admirado, de hecho el influyó mucho en que yo también me graduara como Ingeniero de Sistemas al igual que él. Yo me encontraba muy entusiasmado. Cuando pagamos 1 peso que era la entrada por los dos en un salón de clases adecuado para la película, apagaron las luces y comenzó la proyección. Recuerdo que era una película de vaqueros en la cual al final casi nos matan a los espectadores con tanto disparo.
Fue simplemente asombroso ver los cuerpos, sangre, caballos, caídas, armas, indios que implantaron en mi pequeño cerebro de 5 años emociones tan destructivas que quizás hasta el día de hoy me han afectado. Siendo ya adultos, hace varios años, mi hermano y yo recordábamos ese evento. Pensamos que era una idea muy estúpida que niños tan pequeños vieran ese tipo de información pues eso crearía una percepción destructiva de la vida. Llegamos a una conclusión que muchos de esos niños crecimos pensando que estábamos en guerra y que la vida era solo violencia y defender y atacar a lo que nos estén haciendo daño.
Fue devastador ver como ahora que somos adultos vemos las consecuencias actuales en nuestro medio de sicarios, asesinos, violadores, personas que siguen maltratando sus esposas y peor aún, a sus pequeños hijos perpetuando una condición que quizás nació en esa época cuando yo era niño.
Yo pienso que si eres madre o padre, JAMÁS dejarías jugar a tus hijos o asociarse con drogadictos, ladrones, mentirosos, egoístas, hipócritas, chismosos, y cualquiera de esos defectos de carácter que tanto daño nos hace a diario. Pero te has puesto a pensar ¿qué clase de asociación eres tú para tus hijos?
Tú me puedes argumentar “Pero si yo soy una persona que se preocupa por sus hijos y quiere lo mejor para ellos”. Yo te puedo argumentar: “¿Cuándo te enojas, les gritas? ¿Los insultas? ¿Los castigas con palabras diciendo eres feo/fea, malo/mala, Dios te va a castigar?”
¿Cómo reaccionas delante de tus hijos o niños pequeños cuándo alguien por ejemplo te ofende? ¿Si algo no te sale bien, gritas y maldices la vida o las cosas? ¿Qué clase de emociones les enseñas a tus hijos? ¿Cómo les estás enseñando a reaccionar en la vida ante los problemas?
Nuevamente te pregunto, ¿Qué clase de asociación eres para tus hijos?
Mira yo conozco una persona que tiene un niño pequeño. Esta persona desde niño cuando se enojaba salía gritando y golpeando todo lo que veía a su paso, incluyendo personas. El pequeño hijo de esta persona que va a cumplir 4 años tiene comportamientos neuróticos de un adulto de 30. Este niño ha perdido su auto referencia, es decir que su valor ya no es él mismo, sino las cosas externas o lo que tiene.
Cuando un niño nace hasta los 8 años aproximadamente tiene una referencia que es “YO SOY EL QUE TENGO EL VALOR”. Ese es su pensamiento. El vale porque es él. Tiene claro su papel en el mundo. Por eso cuando tú le preguntas a cualquier niño, ¿qué vas a hacer tú cuándo seas grande? El niño o niña jamás te va a decir “yo quiero vivir en pobreza” o “yo quiero trabajar 12 o más horas en una empresa donde me exploten y ganar el salario mínimo” o “yo quiero sufrir y buscar personas neuróticas para sufrir”. Tampoco te va a decir yo valgo porque estudio en x institución educativa o porque tengo x marca de ropa o vivo en y barrio de la ciudad.
Después de los 8 años cuando ya se ha formado su inteligencia emocional, la que le permitirá tomar decisiones de cuánto dinero tener, o cuáles serán sus hábitos de salud o peso y con quién compartir su vida sentimental y como vivirla, entra en una etapa de referencia externa, es decir él vale porque es hijo de x o y persona. Dice “Mi padre o madre hacen esto o aquello”.
Después de esta etapa cuando deja la pubertad, comienza algo muy complicado que se mezcla con el cambio hormonal. La personita, como tiene una referencia externa de su valor en un objeto por ejemplo “yo valgo porque vivo en el barrio Y”, y si las personas a su alrededor no le alaban el hecho de vivir en el barrio Y, entonces sufre y comienza a tener una referencia equivocada de la vida. Comienza a comprender que la vida es dura, que la vida es difícil que solo otros pueden y todo ese tipo de sentimientos que provienen de una educación deficiente.
He llegado a recibir correos Spam o ese tipo de cadenas en los cuales personajes famosos y ricos hablan sobre la educación de los hijos y como debe ser. Allí se expresa que dichos personajes (lo cual yo opino que es especulación) dicen que le digamos a nuestros hijos que la vida es dura. Que hay que sufrir para merecer, etc.
Mira la vida no es dura. La vida es maravillosa y es una maravillosa aventura. Si tú intentas recordar como vivías de niño, sabrás a lo que me refiero. Te levantabas con entusiasmo para compartir con tus amiguitos y volverlos a ver. Para tomar de la mano al amiguito o amiguita que te gustaba. ¿Recuerdas? Eso es la vida y la vida es el tesoro inenarrable. Una serie de regalos que obtienes todos los días pero por estar tan acostumbrado al malestar y al sufrimiento has olvidado y no sientes ya.
Si piensas que la vida es dura, es porque has tomado decisiones que te han llevado hasta donde te encuentras en este momento. Tú no puedes hacer nada por tu pasado y tu presente. Pero si puedes desde este presente hacer algo por tu futuro, pero lo más importante puedes hacer algo por tus hijos y los niños que te rodean. Ellos son el futuro de nuestro mundo, nuestro legado. ¿Qué programación mental les estás dejando para qué vivan su vida?
Recuerda que lo que te decían a ti de niño ahora es una ley en tu consciencia que mueve tus emociones y al final por estás, tomarás acciones y decisiones. Comienza a crear en tus niños una conciencia de bienestar pues ellos te lo agradecerán y te lo retornarán.
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.