Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 26 de septiembre de 2022

Escuchando el consejo de “médicos enfermos”



Escuchando el consejo de médicos enfermos

Todos hemos tenido personas que admiramos. 


Esto es posible gracias a la imagen que nuestra mente proyecta sobre ellos. 


Por ejemplo, no todos admiran a X cantante o Y futbolista. 


Quizás para ti ese deportista sea lo máximo. 


Mientras para mí, me es indiferente o hasta quizás no lo conozca ya que no veo televisión. 


El caso es que admiramos tanto a las personas que, en nuestra compresión del mundo, las percibimos como perfectas. 


Recuerdo que una vez mi amigo y mentor Víctor Gordani me contó sobre una conferencia de varios lideres espirituales. 


Entre ellos se encontraba el escritor indio Deepak Chopra. 


Estuvo hablando con ellos y después se excusó para ir al baño. 


Una señora que estaba a su lado dijo en voz alta y con asombro “también va al baño”. 


Y no lo dijo en broma. 


Dentro de su paradigma, ella lo consideraba un ser divino o de luz que no comía ni hacia sus necesidades fisiológicas. 


Y tal vez nos parece gracioso y hasta ridículo, pero tristemente la humanidad toma las creencias tan a pecho que vemos estos extremos. 


O sino mira cómo hay gente que se mata por un equipo de futbol. 


O los que se la pasan peleando con los contrarios a sus creencias políticas, etc. 


El problema de todo esto no son los ejemplos o información que estemos recibiendo de las personas que admiramos. 


Finalmente, lo importante es el mensaje y no lo desastroso del mensajero. 


Mira lo que ocurre cuando “descubrimos” que esa persona que admiramos no vive en consecuencia con lo que habla. 


Sentimos desilusión y hasta falta de motivación. 


Y esto es muy probable que ocurra pues TODOS estamos enfermos emocionalmente así lo neguemos. 


Mira nosotros hemos sido una cadena de víctimas, sobre otras víctimas que nos educaron. 


¿Y adivina que hemos estado haciendo con nuestros hijos en la actualidad? 


Exactamente hemos estado creando las nuevas víctimas, gracias a nuestra enfermedad emocional. 


Y tal vez me digas en este momento, “Gabrielito lindo, pero ahora vivimos mejor y cuidamos más de los niños”. 


Lamentablemente no estamos mejor sino peor emocionalmente. 


Ahora tenemos más avances tecnológicos. 


Pero a nivel emocional, parece que avanzamos inversamente proporcional a la tecnología. 


¿Has notado que el rol del núcleo parental se ha acabado y hoy en día la masculinidad se ha perdido? 


Cada vez hay más hombres débiles, sin metas ni propósitos en la vida. 


Que se comportan dóciles, sumisos y obedientes con las mujeres. 


Mira, en la naturaleza existen las ranas de caña en el Pacífico. 


Estas tienen la capacidad de cambiar de sexo femenino a masculino en caso de no encontrar machos para reproducir la especie. 


Si se murieran todos los machos, estas ranitas no se van a dejar morir, sino que se preservará la especie gracias a esta capacidad. 


¿Y sabías que el ser humano tiene esta misma capacidad a nivel mental? 


Cuando un hombre no tiene la capacidad de liderar o hacerse cargo de su grupo sanguíneo, la mujer de inmediato toma su posición. 


De hecho, hace algunos años para acá, se ven más mujeres criando y llevando las responsabilidades de un hogar ellas solas. 


Pero esto tiene un costo bastante alto y tiene que ver mucho con la disfuncionalidad del ser humano en la actualidad. 


Cuando un hombre decide abandonar un hogar por el motivo que sea, la mujer de forma inconsciente va a proyectar su odio y frustración sobre los hijos. 


Y aunque no lo creas, y de forma inconsciente, los hijos sienten odio hacia su madre por tomar el rol de su padre. 


Lo consideran una traición, a parte del abandono que sienten del padre. 


Como esto NUNCA se resuelve, ¿adivina qué futuro les espera a esos próximos adultos emocionalmente? 


Van a crecer necesitados y urgidos de amor. 


Es por eso que hoy en día las relaciones románticas son un fracaso constante. 


Todo el mundo está esperando que lo amen. 


Que le suplan esa carencia de amor por el abandono y traición de sus padres. 


Es por eso que vemos personas rogando que no los abandonen. 


Cuidado con sus “celos” de amor a esa persona para que nadie se la quite. 


Y como consecuencia lógica esa necesidad que se proyecta sobre la persona, hará que se canse y abandone la relación. 


¿Vas atando cabos respecto a lo que estamos viendo en la actualidad? 


Y quizás te preguntes en este momento, si hay una solución para esto. 


La respuesta es un sí. 


Y es un sí muy simple porque se trata de perdonar a tus padres. 


Y tal vez me digas “pero Gabrielito lindo, yo a mis padres no tengo nada que reprocharles”. 


“Por el contrario, tengo mucho que agradecerles”. 


Mira eso está muy bien, pero recuerda que estás cosas no ocurren a nivel consciente en nuestro cerebro. 


Está pasando en nuestro inconsciente y es la razón por la cual nuestras heridas emocionales no han podido sanar. 


Lo ideal es que hables con tus padres si aun los tienes y les digas que los perdonas. 


Si no están contigo, hazlo en tu mente. 


Y entiendo perfectamente que hacer eso es algo difícil. 


Es como decirle por vez primera “te amo” a los que amas. 


De ti depende si quieres seguir caminando por tu vida en circulo, o cerrar ese ciclo inconsciente. 


Cualquiera que sea la razón por la que estamos aquí es para vivir bien. 


Si no hubiera sido ese el propósito te aseguro que no tuvieras un sistema nervioso que te permite ver en colores, escuchar música hermosa, oler ricos aromas, disfrutar sabores, sentir el amor, etc.

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lunes, 23 de noviembre de 2020

El problema de las exceptivas y los apegos



El problema de las exceptivas y los apegos

Una de las cosas más importantes que tiene el ser humano es la voluntad.


La voluntad humana ha sido capaz de mover el mundo, descubrir nuevas cosas y hasta mejorar la propia vida.


Una de las tantas definiciones que el RAE tiene sobre esta es la intención, ánimo o resolución de hacer algo.


Pero nota que se está hablando sobre el ánimo o resolución de hacer algo.


Aquí nos puede surgir la pregunta, ¿entonces dónde nace la voluntad para hacer las cosas?


Detrás de toda esa fuerza que nos impulsa a realizar algo está la esperanza.


Curiosamente la esperanza está asociada a las expectativas.


Algunas personas definen la esperanza como algo positivo en lo cual, estarías confiando en el proceso.


En cambio, la expectativa la perciben como algo negativo que solo se basa en resultados.


Un ejemplo de estas definiciones lo podríamos ver como la esperanza que tienes de que algo bueno suceda en el futuro.


Contrario, la expectativa sería intentar predecir ese futuro como bueno o malo para ti.


Podríamos decir que de aquí se desprende el concepto de esperanza como positiva y expectativa como negativa.


Pero si vamos a la definición de expectativa que tiene el RAE, la define como “esperanza de realizar o conseguir algo”.


En otras palabras, el RAE estaría conectando intrínsicamente estas dos palabras.


En este punto podría surgir una nueva pregunta, ¿qué son entonces los apegos y si de alguna forma están relacionados con las expectativas y esperanzas?


El apego se define como un vínculo afectivo intenso, duradero y singular.


Es decir que va específicamente a una persona y no a todas.


Se podría dar el caso, pero hasta la fecha no he visto el primer ser humano que tenga apegos por TODA la humanidad.


Siempre tenemos personas favoritas y por lo general el resto del mundo nos cae mal o es indiferente para nosotros.


Podríamos decir que las expectativas son una esperanza hacia algo, mientras que el apego vendría siendo la afirmación de que algo o alguien me pertenece o es mío.


Los apegos nacen en nuestra infancia.


Para que un ser vivo pueda tener un desarrollo medianamente normal necesita por lo menos de un cuidador.


Con este cuidador debe tener una relación o una conexión para poder llegar a tener una seguridad en el entorno que lo rodea.


De hecho, en los años 60, el doctor Harry Harlow realizó una serie de experimentos de dudosa ética que muchos profesionales llegaron a considerar crueles.


Por aquella época se discutía si los apegos nacían por el alimento o simplemente por la calidez de las relaciones.


Y también se pensaba que el contacto físico era una forma de malcriar a los hijos.


Este experimento consistía en separar crías de monos de su madre y ponerlos frente a dos muñecos.


Uno de estos muñecos era de felpa y el otro de alambre.


El de alambre tenía un biberón y los pequeños monos se apegaban más al muñeco recubierto de felpa y solo se acercaban al de alambre cuando necesitaban comer.


A partir de estos estudios, las cosas cambiaron bastante y vemos que se le dio más protagonismo a la relación padres e hijos.


Estos estudios reflejaron básicamente tres clases de apegos.


Si el cuidador de mostraba sensible, accesible y atento la persona desarrollaría un apego seguro.


Si la atención del cuidador era errática el individuo pasaría a ser una persona ansiosa.


Y por último si el cuidador era distante, rígido y desapegado, el adulto sería una persona evasiva.


A título personal yo pienso que con esta situación ocurre lo mismo que con los complejos de Edipo y Electra.


Son cosas que nos sirven en determinado momento, pero que, al nunca resolverse, cuando somos adultos pueden aflorar y perjudicarnos.


Para poder entenderlo mejor, intenta recordar las parejas que has tenido.


Si eres mujer, recuerda cómo las personalidades y hasta el físico de las personas que han compartido la vida contigo hasta la fecha se parecen.


Lo mismo si eres hombre, vas a notar que ocurre lo mismo con las personas con las cuales han compartido.


Y si eres bastante detallista, notarás que estás personas a la final son bastante parecidas a tu figura materna o paterna según tu caso.


Notarás que has estado buscando a tu madre o padre en tu pareja por el complejo de Edipo o Electra según tu caso.


Si eres mujer y tuviste un padre maltratador, ¿adivina con qué tipo de personas has estado compartiendo?


Hace algún tiempo compartí la experiencia de una gran amiga que tuvo un padre estricto.


Ella conoció a un hombre maravilloso, pero por extrañas razones lo abandonó.


¿Puedes ver porque haría algo como esto?


Simplemente su figura paterna estricta no coincidía con la de una persona flexible.


Lo mismo ocurre con nuestros apegos y expectativas.


El apego a un cuidador o cuidadores nos sirvió en su momento para sentir seguridad de nuestro entorno.


Pero son situaciones que quedaron allí en el olvido, en nuestro sistema nervioso.


Y es por eso que ahora que somos adultos sentimos la necesidad de apegarnos a esa figura que consideramos importante.


Si esa otra persona es tan “necesitada” de ti, podríamos decir que tienes buena suerte.


¿Pero qué pasa cuando esa otra persona toma decisiones diferentes y prefiere estar con otras personas?


Es por eso que los apegos nos representan un problema.


Cuando iniciamos una relación siempre llegan nuestras expectativas.


A medida que vamos conociendo a una persona le podemos ver errores y problemas potenciales a futuro.


Pero nuestras expectativas nos hacen creer que con “nuestro amor” las podemos llegar a cambiar.


Y no solo eso, nos imaginamos un ideal del amor, es decir, tenemos la expectativa de que sea romántico(a), detallista, de buen humor y que comparta con nosotros todo momento.


Cuando esto no se cumple, sufrimos y le reclamamos a la otra persona de que no nos ama.


Lógicamente la otra persona con sus propios problemas se va a sentir aburrido(a) por esto, pues ve que sus esfuerzos de amor no son suficientes.


Comienzan los resentimientos porque creo que la otra persona no me está dando lo que merezco.


Los que han podido traspasar sus apegos, rápidamente dejan esa relación y consiguen una nueva, repitiendo este ciclo casi infinitamente.


Los que no pueden con sus apegos prefieren seguir adelante, así su “amorcito” no les esté complaciendo lo que ellos esperan.


Ahora bien, siendo conscientes de todo esto, nos puede surgir la pregunta, ¿cómo puedo dejar los apegos y las expectativas?


La respuesta es tan simple como vivir tu vida y dejársela vivir a los demás.


Con esto me refiero a que tú mismo te tienes que convertir en la persona más importante de tu vida.


Puede que suene a egoísmo, pero ¿si tú estás enfermo, crees que puedes ayudar a los que también están enfermos?


Cuando las personas abordan un avión, una persona de la tripulación les da instrucciones sobre estados de emergencia.


Por ejemplo, que ocurre si tienes que evacuar y las salidas de emergencia.


Dónde están los chalecos salvavidas y las mascarillas en caso de despresurización de la cabina.


Hay un hecho curioso sobre esto último y es que, si caen las mascarillas arriba de tu asiento, y ves que tienes niños a tu lado, nunca debes ponerles la mascarilla a ellos primero.


Primero debes ponértela tú y luego si auxiliar a los pequeños.


Esto puede sonar egoísta, pero si tu pierdes el conocimiento, ambos van a morir.


Así que quiero animarte mediante esta información a que te conviertas en el ser más importante de tu universo.


La única manera que puedes ayudar a los que amas es cambiando tu propio destino.


Automáticamente notarás que sus vidas cambiarán sin que se los digas.

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lunes, 10 de agosto de 2020

La herida emocional de la percepción del abandono



La herida emocional de la percepción del abandono Detrás de todo el sufrimiento humano, existe una herida tan profunda, que podríamos considerarla la madre de las heridas.

De cierta forma este sufrimiento “original” tiene que ver mucho con el sentido de separación que tenemos de todos.

Muchos hemos escuchado decir que todos somos uno.

Pero también te has preguntado, ¿cómo puedo ser uno con las demás personas si las puedo ver a distancia?

Y, sobre todo, ¿cómo puedo ser uno con esa persona que me lastimó o que habló mal a mis espaldas?

A título personal creo que esto se puede explicar con la Ley de la Unidad Universal.

A manera de resumen, se deduce que en algún punto de nuestra historia la totalidad de la energía y la materia se concentraban en un único punto.

De aquí es donde vienen las teorías diferentes de la creación o también la que afirma que hubo una gran explosión conocida como el Big Bang.

No es de nuestra incumbencia determinar cuál teoría es la correcta pues es un poco difícil hablar de estos temas.

De hecho, esta es la razón por la cual se consideran teorías.

Así pues, después de este “nacimiento”, “creación” o punto inicial, algo nos sigue uniendo.

Como si fuera una energía que nos conecta a todos y a todo.

Incluso, las habilidades más allá de lo normal, tales como precognición, intuición, etc. podrían ser explicadas mediante esta situación.

Sobre todo, en la intuición, cuando los lazos emocionales entre dos personas, podrían ser una excelente prueba que somos en realidad uno con otros.

O mira el caso cuando las madres sienten cuando a alguno de sus hijos les pasa algo o viceversa.

El hecho es que esta “expansión” inicial hace que sintamos una especie de ilusión que nos hace sentirnos separadas del Todo.

Y esta no es la única ilusión que nace a través de esto.

Podemos llegar a experimentar ilusiones de juicio, condenación, superioridad, fracaso, necesidad, etc.

A esto agrégale tu nacimiento, pues, aunque no lo creas, todo lo que viviste en ese momento quedó grabado en tu sistema nervioso fielmente.

Si observas aquí hay de nuevo una reafirmación de la separación.

Adicionalmente a medida que vas creciendo, en tu casa te van enseñando que la “familia” es solamente aquellos que viven en tu hogar.

Nadie jamás te enseña que tus vecinos, o gente que nunca has visto es parte de ti.

Simplemente son desconocidos que no quitan ni ponen a tu vida, por decirlo en términos honorables.

Así pues, va naciendo la herida más profunda que tiene el ser humano y que por su sutileza va creando los diferentes conflictos de la vida entre sus relaciones y emociones.

Es exactamente esta ilusión de separación la que nos hace sentir un abandono en todos los sentidos.

Por eso constantemente estamos exigiendo protección, atención, cuidado, amor, etc.

Si analizamos en qué figura del núcleo parental se manifiestan más estas exigencias, podemos llegar a la conclusión que es el padre.

Aunque nuestra madre está más tiempo con nosotros, la figura paterna nos referencia más protección, más cuidado, más atención, etc.

Hay que aclarar que existen familias donde a la madre le tocó cumplir no solo con su rol, sino que también le tocó mantener a la familia por el abandono del padre.

En estos casos siempre el niño va a buscar entre los parientes esta figura de protección, atención y cuidado, pues de la madre ya tiene su cariño.

Es por eso que aquí nunca hablamos de padre o madre, sino de figura materna o paterna.

Cuando ya somos grandes, tristemente seguimos con esta información en nuestro inconsciente, es decir esperando protección, cariño y atención.

Esto lo esperamos de jefes, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etc. los cuales siempre esperamos que nos protejan y provean todo.

Es como si nos dijéramos “no puedo ser responsable de mi vida. No soy capaz de generar mi propia abundancia o felicidad”, etc.

En otras palabras, te estás tratando como un cobarde, inútil o dependiente de un tercero.

Lógicamente esto no se hace de forma consciente, sino inconscientemente.

¿Has notado por ejemplo cuando alguien te hace algo malo, o las cosas no te salen bien, que llega a ti un sentimiento bastante desagradable pero también muy familiar?

Ese sentimiento es el abandono y puede llegar a ser uno de los frenos más grandes que te están deteniendo.

Pues esperar que te den protección, cariño o atención, es decirnos a nosotros mismos en todos los niveles, que somos como niños incapaces avanzar sin la ayuda de sus padres.

Aquí le estamos delegando la responsabilidad no solo de nuestra protección sino de nuestra felicidad.

Si puedes notar, esto también origina los apegos a las cosas y a las personas.

Ahora bien, conociendo todo esto, ¿puedes comprender la magnitud en el caso de una mujer que no solo tiene que lidiar con esto sino con un abandono de su padre biológico?

Y no solo eso, ¿te imaginas que también su pareja la cambie o abandone por otra mujer?

Es como estar peleando la misma guerra tres veces al mismo tiempo.

Y si estamos hablando de una mujer heterosexual, tiene sentimientos encontrados entre su impulso natural y las emociones anteriores.

Como ya hemos visto en temas anteriores, los seres humanos tenemos la tendencia a somatizar nuestros conflictos emocionales.

En estos casos existen grandes probabilidades que estas emociones almacenadas puedan desencadenar en enfermedades físicas terminales.

Esta es la razón por la cual una mujer, bajo estas condiciones siente bastante desprecio, de forma inconsciente por cualquier figura que represente la paternidad.

Esto incluye la figura paternal de Dios, si su concepto es que la divinidad es un varón.

Y debido a su enfoque en la “maldad” masculina, tendrá la tendencia a asociarse con personas que le puedan confirmar una y otra vez que los hombres son malos.

Esto ocurre porque si una persona está predispuesta a algo, así le estén dando amor, encontrará lo que quiere confirmar, para validar sus creencias.

Puede que en este punto llegues a la pregunta ¿cómo sanar esto?

La respuesta no es precisamente fácil, ni mucho menos que pase rápido.

Se trata de aceptación y amor a tus debilidades. Hay que trabajar con uno mismo en este aspecto.

Normalmente cuando nos damos cuenta de nuestros fallos, lo primero que hacemos es rechazarlos y criticarnos o hasta despreciarnos.

Esto nos vuelve más disfuncionales de lo que somos y complica más la situación.

Así que el primer paso es aceptar lo que somos y lo que sentimos.

Lo segundo es ver las ilusiones como lo que son, simplemente ilusiones.

Como te mencioné anteriormente esto solamente se logra con practica y tiempo.

No es fácil y rápido, pero tampoco imposible, pero se debe ser paciente.

Así que te animo mediante esta información a sanar la herida principal que es la ilusión del abandono.

Te aseguro que nada en esta vida está para perjudicarte, sino para ayudarte.

Tu trabajo es descubrir el mensaje que la Vida quiere darte para llevarte por el camino de bienestar.
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sábado, 24 de noviembre de 2012

La problemática del ego en nuestras decisiones personales


cerebro
Cuando comencé a investigar sobre el tema de las emociones y el cerebro humano, inevitablemente me topé con una palabra que casi a diario escuchamos y es el ego humano. En psicología, el ego es una palabra que proviene del latín y significa “yo” y es una estructura dinámica que le permite al individuo ser consciente de su existencia.

Por un lado existe el ego como narcisismo, es decir soy lo máximo, soy el mejor, etc. Por otro lado al ego también se le da una definición de egoísmo, que a mi parecer es la más común de las definiciones cuando se está hablando del tema con cualquier persona.

Una cuarta definición que encontré y bastante interesante es el ego como la suma de experiencias, es decir que es una sub-personalidad que se ha estado formando desde nuestra llegada al mundo. En otras palabras es el llamado falso yo, lo que se espera que tú seas, pero que por alguna razón no has logrado serlo.

Por ejemplo tus padres, hermanos, profesores, amigos, pareja, cada uno forma mentalmente una imagen de ti y te la proyectan a través del diálogo, sugerencias, vivencias, ejemplos, etc. Esto va formando una serie de experiencias y recuerdos que se almacenan en tu mente y es lo que se conoce como el ego.

Si a partir de esta última definición llegas a la conclusión que a través del ego pueden manipularte, estás totalmente en lo correcto. De hecho, esto es una de las cosas que más nos hacen sufrir en la vida, pues aquellos que nos conocen muy bien y saben lo que esperan de nosotros, nos pueden llegar a manipular consciente o inconscientemente, pues el sentir que decepcionamos a nuestros seres queridos e influyentes causa culpa y la culpa, al igual que el miedo, causa aceptación y terminamos haciendo cosas aunque no nos hagan felices.

Pero en esta entrada hablaré de una quinta definición del ego. Para serte sincero no sé que tan ciertas sean todas las definiciones anteriores, pero de algo si estoy seguro. Hemos estado haciendo un entrenamiento muy negativo desde nuestra infancia, respecto a este tema.

nacimiento
Por ejemplo, desde que nacemos, somos el centro de atención. Somos lo más maravilloso, hermoso, tierno, amoroso y dulce de la casa donde llegamos, hasta el momento en que comenzamos a gatear. Muchas veces he escuchado decir a amigas que acaban de tener sus bebés, que es la cosa más maravillosa del mundo y que les llegó la luz a sus vidas y bla bla bla.

En mi interior yo solo pienso “esperemos si dirá lo mismo cuando el bebé comience a gatear”. A partir de ese momento, nos volvemos muy inquietos y queremos explorar todo, tocarlo todo, dañarlo todo. Y aquí comienzan, no solo los “dolores de cabeza” de nuestros padres, sino los nuestros.

Comenzamos a ser reprimidos por nuestras acciones. Por ejemplo si manchamos nuestra ropa, manchamos las sábanas, dañamos un mueble o el control del televisor, etc. Cada regaño, represión va creando en ti un concepto de que algo esta mal. De que estás haciendo algo malo. Que en tu interior hay algo que no esta bien o que tienes algo incorrecto.

Y cuando somos adolescentes es peor pues se juntan nuestros cambios hormonales que afectan no solo nuestro cuerpo, sino nuestra mente y entramos en conflicto con nuestros padres, re-afirmando una vez más nuestra condición de que tenemos algo malo, que somos malos o que algo en nuestro interior no esta bien.

Y allí no para todo. Súmale la gran cantidad de información que dice que el EGO es algo maligno y que te controla y que te hace daño y que bla bla bla. En otras palabras, hasta el día de hoy, seguimos haciendo un entrenamiento mental que tenemos algo malo en nuestro interior.

Mira, si analizamos la estructura llamada ego, que expliqué en la entrada DEFECTOSQUE NO ME PERMITEN RECIBIR LA ABUNDANCIA DEL UNIVERSO, este nos sirve para avanzar. Yo soy un creyente en la perfección de la Vida. En este Universo no existen cosas que se hicieron para nada o por mal. Somos nosotros con nuestros excesos que fallamos al vivir nuestras vidas, lo que nos perjudica.

pobreza
Si la vida ha “permitido” ese tipo de cosas, entonces no son negativas. Si no tuvieras ego o si lo combates, lo más probable es que seas una persona sin metas, sueños, ambiciones. Lamentablemente nos hemos metido en un cuento muy extraño que la felicidad es algo apartado de lo material. En otras palabras que la felicidad debemos imaginarla para poder vivenciarla y eso es incoherente porque es necesario lo físico para sentir.

En otras palabras sientes gracias a tu sistema nervioso que es físico y este trabaja con estímulos físicos también y no solo imaginarios. Lo que te quiero dar a entender es que no me parece muy coherente ni divertido ser feliz pero aguantando hambre, o viviendo en malas condiciones, o en el barrio que no te gusta, o con la gente que te desagrada o trabajando el algo que no amas y ganando muy poquito, etc.

Para que una persona se pueda sentir feliz, debe llenar unas necesidades básicas respecto a tener una excelente salud y suficiente energía para disfrutar dicha salud. También debe tener dinero para disfrutar su salud, hacer cosas, comprar cosas, aprender y expandir su ser mediante el uso de estas cosas y sobre todo tener a una o varias personas con las cuales compartir el bienestar que está sintiendo. Cuando todo esto se encuentra, podemos sentir que estamos experimentando la dicha que la Vida nos quiere entregar a diario.

De lo contrario, si la vida fuera solo para sufrir, no tuviéramos sistema nervioso. Por el contrario podemos disfrutar olores, escuchar sonidos maravillosos, ver colores, sentir caricias, degustar alimentos. Incluso cuando hacemos nuestras necesidades fisiológicas, sentimos placer. Todo esto nos indica que la Vida, Dios nos puso aquí con un objetivo: disfrutar los regalos de cada día incluyendo la abundancia y riqueza del Universo.

abandono
De lo único que te debes cuidar que si te daña es de pensamientos como que tienes algo malo, que debes extirpar partes de ti porque son pecaminosas y de pensamientos tales como “estoy abandonado”, “tengo que hacer todo solo”, “solo surjo con mi esfuerzo duro”. Los pensamientos negativos son en realidad lo único malo que tenemos todos, pues lamentablemente hemos recibido una educación negativa, en donde todo, incluso lo maravilloso de vivir lo vemos como un castigo.

Aquello que llamamos ego no te está perjudicando, es tu punto de vista negativo sobre el ego lo que te hace daño. ¿Pues como puedes quitar algo que es parte natural de ti? Y recuerda, el Doctor Carl Jung postuló que cuando negamos partes nuestras nos volvemos más disfuncionales. Entonces la solución no es “extirpar” tu ego, porque te volverás más disfuncional y serás más infeliz. La solución es usar todos tus recursos, incluyendo tu ego para avanzar hacia tus metas con sabiduría y amor.
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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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