Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 2 de junio de 2025

Lo que no pensamos, lo que no dijimos, lo que no hicimos



Lo que no pensamos, lo que no dijimos, lo que no hicimos

Una de las cosas que más atormenta al ser humano es el pasado. 


Por ejemplo, muchas veces nos quejamos de las cosas que pudimos hacer y no hicimos. 


En mi caso, hace ya varios años vi a una pareja discutir frente a una estación de policía para ver quien se quedaría con su pequeña hija. 


Ese día me limité a verlos discutir, pero en mi interior algo me decía que debía hablar con ellos y hacerles ver que la única perjudicada de esa situación era su hijita. 


Pero ya sabes, me dejé llevar del miedo que me trataran de metido, o hasta ganarme un insulto por “colaborambon”. 


Así que más bien me quedé calladito, porque así me veía más bonito y no hice nada. 


Aunque por mucho tiempo esto me atormentaba, pues quien sabe si mi acción le hubiera cambiado el destino a esa pequeñita. 


Otro caso muy común de este tipo es el pasado que tuvimos con nuestros padres. 


Hace pocos días visite en su casa a un buen amigo. 


Y resultó hablando de sus padres de una forma muy despectiva. 


Este amigo, ya hace mucho rato me había comentado su infancia y no había sido para nada agradable. 


Desde muy niño le tocó hacerse cargo de sí mismo por el abandono de sus padres. 


Y no puedo salir en defensa de quien ha hecho daño a otros y sobre todo a un niño, pero pregúntate, ¿de qué sirve ese resentimiento en la actualidad si esas personas ya no están vivas? 


Mira, por muchos años yo llegué a sentirme mal por el holocausto realizado durante la segunda guerra mundial. 


Una cosa que pasó cuando ni siquiera yo había nacido. 


Y entiendo que esto es parte de la empatía humana, pero ¿de qué sirve lamentarnos por cosas que pudimos pensar y no pensamos? 


¿Por cosas que pudimos decir y no dijimos? 


¿O por cosas que pudimos hacer y no hicimos? 


Pero eso existe ese dicho popular que reza: “de nada sirve llorar sobre la leche derramada”. 


Y tal vez en este momento me digas: “Gabrielito lindo, en teoría sabemos que no podemos hacer nada por el pasado, pero ¿cómo podemos entonces dejarnos de sentir mal por ello?”. 


Bueno, esto es muy simple. Si observas, las emociones dependen mucho de lo que tienes en tu mente. 


Si alguna vez has discutido con algún desconocido, habrás notado que, durante todo ese día o parte del siguiente, te sientes mal por ello. 


Sobre todo, cuando vienen a tu mente nuevas respuestas que pudiste haberle dicho a esa persona y no se te ocurrieron en el momento. 


¿Notas que estás recreando en tu mente la situación y vienen de nuevo esas emociones del momento? 


Hasta sientes rabia y tu cabeza se pone caliente, a pesar de que esa persona ya no está frente a ti. 


Bueno, para dejar de sentirte mal por cosas del pasado es simplemente quitar tu enfoque de esa información. 


Mas bien enfócate en lo que aprendiste de esa situación. 


Digamos que, en mi caso, con la pequeña cuyos padres discutían por su custodia, aprendí a no quedarme callado cuando mi interior me dice que debo actuar. 


Mira, nosotros no podemos perder tanto tiempo de nuestra vida, lamiéndonos las heridas del pasado. 


Ya está, no se puede hacer nada y hay que seguir adelante. 


Esta vida es muy cortita y hermosa como para dedicarla a algo que no sea disfrutarla.

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lunes, 26 de mayo de 2025

Las Vacas Flacas No Llegan de la Nada: El Poder de Tus Decisiones



Las Vacas Flacas No Llegan de la Nada: El Poder de Tus Decisiones

La mayoría hemos escuchado esa historia sobre las vacas gordas y las vacas flacas. 


Esto es solo para mostrar que la vida es una serie de altibajos en cualquier área de nuestra vida. 


Esto nos da a entender que no podemos controlar nada y que por muy buena la situación que tengamos, esta, en algún momento va a terminar. 


Y lo mismo ocurre con las situaciones malas. 


No pueden durar para siempre. 


Y te lo digo yo que, en mis momentos de mayores dificultades, cuando pensaba que ya no iba a salir de allí, ocurrió el milagro. 


Sin embargo, yo te pregunto, ¿será cierto eso que no podemos controlar estos altibajos en nuestra vida? 


De acuerdo con mis investigaciones y observatorios sobre estos temas, al menos la gran mayoría de estos “altibajos” si los podemos controlar. 


Y esto lo hacemos con nuestras decisiones. 


Para que me puedas entender un poco mejor, imagina que nuestra vida es como un vehículo. 


A medida que lo vamos conduciendo, vamos aprendiendo a “conocer” nuestro vehículo. 


Y cuando algo comienza a fallar, lo sentimos como extraño, ya sea en ruidos, vibraciones o en el movimiento. 


Pero este vehículo nunca falla de un momento a otro. 


De cierta forma nos da tiempo para llevarlo al mecánico para que lo revise. 


Lo mismo ocurre con los altibajos en nuestra vida. 


Estos no llegan de un momento a otro, de manera sorpresiva. 


Siempre se van presentando con pequeñas señales, solo que como en el caso de la mayoría de los conductores no prestamos atención a las señales. 


Decimos: “luego lo hago revisar”, “ahora no tengo tiempo”, “que pereza”, etc. 


Bueno, esto mismo hacemos con nuestra vida. 


Siempre pensamos que a nosotros no nos va a pasar nada, hasta que llega el día en que las señales se cansan de avisar y culpamos a cualquier persona o cosa, menos a nosotros mismos. 


Nuestro ego no nos deja mirar el culpable en el espejo. 


Entonces, cuando vemos las primeras señales, aquí es donde entran las decisiones que tomamos. 


Y tal vez me digas en este momento: “pero Gabrielito lindo, yo conozco personas que la vida les ha cambiado de la noche a la mañana, por ejemplo, ganando la lotería”. 


Si eres buen observador, notarás que ganar la lotería también es una decisión. 


Hay que salir a comprarla y arriesgarse a perder dinero con ella. 


Pero tienes que tomar la decisión de jugarla. 


Y entiendo que van a existir cosas que se nos salgan de las manos, pero hay que tomar la decisión de estar preparados. 


Digamos que vives en un sitio con probabilidades de sufrir un huracán, un volcán, etc. 


Tienes que tomar la decisión de prepararte para esto. 


Ya sea que emigres a otra localidad o que compres las cosas necesarias por si se presenta la emergencia. 


Pero si te quedas esperando al angelito con el traje y la maleta llena de un millón de dólares a que te solucione la vida, eso también es una elección tuya. 


Porque no decidir también es una decisión. 


Solo que va a tener consecuencias que no necesariamente te van a gustar. 


Lamentablemente las decisiones que tomamos siempre son cuando ya el problema está en ejecución. 


Y como somos expertos en vivir estresados, y con el afán de “apagar” el incendio, entonces tomamos peores decisiones que complican el problema. 


Y así es como entramos en un ciclo del cual es casi imposible de salir. 


Mira, he conocido a través de mi corta existencia, muchos pacientes que cuando tienen deudas, acuden a más deudas. 


Si piensas que hacer eso es una solución, necesitas con URGENCIA educarte financieramente, para salir de la ignorancia económica. 


Si no te alcanza el dinero, ¿no es esto una suficiente advertencia como para analizar que está pasando con tus finanzas? 


Así que, mediante esta información, quiero animarte a pensar las decisiones que estás tomando en todas las áreas de tu vida. 


Por ejemplo, que decisiones están tomando con respecto a tu salud. 


Aun estás a tiempo de corregir tu camino hacia la temporada de vacas flacas.

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lunes, 28 de abril de 2025

¿Infierno o paraíso? Tú eliges, como siempre lo hiciste



¿Infierno o paraíso? Tú eliges, como siempre lo hiciste

Uno de los “deportes” favoritos del ser humano es preocuparse por tonterías. 


Y la verdad cuando logramos deshacernos de una preocupación, inmediatamente nos buscamos otra para tener que hacer. 


De hecho, si dividimos la palabra en pre-ocupar, en teoría estaríamos ocupándonos de algo antes de que pase. 


Eso sería solucionar antes de que ocurran las cosas, pero lastimosamente no hacemos eso. 


Lo que realmente ocupamos es nuestra mente para realizar cálculos de cosas, que, en su gran mayoría, nunca van a pasar. 


¿Cuánta gente no se pasa la noche sin dormir por estar preocupado? 


Y añádele que esas preocupaciones vienen normalmente de la gente que nos rodea. 


Sobre todo, cuando escuchamos sus preocupaciones sobre el futuro, los acontecimientos mundiales y bla bla. 


Mira, hay gente que en este momento se está comiendo las uñas porque el fin del mundo se acerca. 


Y no te estoy diciendo esto para mofarme de nadie. 


Simplemente pregúntate, si eso va a pasar, ¿acaso con “preocuparte” o comerte las uñas vas a detener ese final? 


Es a esto a lo que se refiere ese famoso dicho popular que reza: “si el problema tiene solución, para que te preocupas. Y si no lo tiene, para que te preocupas”. 


Y tengo que aclarar que no estoy diciendo con esto que el mundo sea un lugar tierno, lleno de ositos cariñositos. 


Hay personas que la pasan muy mal, todos los días, solo para poder comerse un tostado con café y sin leche, a lo mucho con azúcar. 


Pero si observas, a pesar de que el mundo no es “amable”, hay otras personas que la pasan muy bien. 


Sobre esto podemos decir las N-mil excusas, que son personas deshonestas, suertudas, que se aprovechan de otros y bla bla. 


En mi entorno conozco muchas personas que viven demasiado bien y no tienen nada que ver con cosas negativas. 


Esto me hace recordar una época en que me encontraba en un estado de depresión. 


Uno de los tantos momentos en los que me he rendido. 


Y eso que estaba jovencito y con toda la “energía”. 


Bueno el caso es que una vez mi señor padre se dio cuenta de aquello y me llamó. 


Yo apenas tomé el teléfono dije en mi interior: “ah, ya va a empezar este señor con sus sermones”. 


Así que cerré mi mente y mis oídos mientras escuchaba su bla bla. 


Entre todas las cosas que me dijo, hubo algo que definitivamente llamó mi atención y fue: “Gabrielito lindo, cada uno puede hacer de esto un cielo o un infierno”. 


“La pregunta es ¿cuál va a ser tu decisión?”. 


Y recuerdo que desde ese día mi decisión es que todo lo que haga va a ser enfocado en hacer de mi vida un cielo, un paraíso. 


Así que ahora te pregunto, ¿qué vas a hacer? 


¿Te vas a seguir quejando de tu vida, sin hacer ningún cambio? 


¿Es eso a lo que viniste a este mundo? 


¿A quejarte y maldecir por tu “destino”, resignándote a que venga el angelito trajeado con la maleta y el millón de dólares a llevarte al paraíso prometido? 


Por donde tú mires, siempre hay gente haciendo eso. 


Esperan que papá Gobierno les ayude a solucionar sus problemas de dinero, cuando ni siquiera se atreven a ahorrar. 


Mira, conozco gente que trabaja muy duro, toda la semana, y el fin de semana ¿sabes que hacen? 


Ese dinerito que les costó sangre, sudor y hasta lágrimas se lo llevan al “pastor” de la iglesia del licor. 


Todo se lo beben o se lo malgastan con las amiguitas. 


Y luego están mirando al cielo con las manos empuñadas diciendo: “Dios mío, por qué me tocó este destino”. 


Piensa por un momento que sientes al lado de una persona quejumbrosa. 


¿Verdad que sientes desprecio por esa persona y quieres salir corriendo? 


Bueno, ahora imagínate que siente el Universo, Dios, la Vida, o como prefieras llamarlo, ¿cuándo ve a uno de sus “hijitos” haciendo eso? 


Por eso es por lo que la gente sigue experimentando lo mismo que pide con sus actitudes. 


Así digan que no quieren esa vida de sufrimiento, pero con su actitud está diciendo que sí. 


Entonces es mi intención, mediante esta información, que dejes de quedarte de las cosas que no te gustan en tu vida. 


Si tienes problemas económicos, entonces comienza a invertir en tu educación financiera. 


Hoy en día no hay excusa para ser ignorante de cualquier tema. 


Para eso tienes una poderosa herramienta como lo es el internet. 


Lamentablemente la mayoría solo lo usa para ver chismes o tonterías de farándula.

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lunes, 7 de abril de 2025

Cuando los Deseos se Cumplen y No los Vemos



Cuando los Deseos se Cumplen y No los Vemos

Una de las preguntas que suele pasarnos por la cabeza es si existe un Poder que nos ayude a cumplir nuestras metas. 


Y también me atrevo a asegurar que todos hemos tenido ese momento donde lo que pensamos y queríamos con todo el corazón finalmente se nos dio. 


Esto hace pensar que algunos deseos entonces no se cumplen, tal vez por “pecaminosos o prohibidos”. 


Y quizás estamos frente a un Poder muy caprichoso que nos da las cosas cuando se le viene la gana. 


Porque para serte sincero mucha gente, previo a conseguir sus objetivos, ha tenido que pasar por muchas dificultades, incluyendo hasta acostarse sin comer. 


Esto me hace recordar una historia o más bien una fábula de un hombre al cual Dios le cumplía todos sus deseos. 


Y tal vez nos pueda ayudar a entender porque ocurre unas veces se nos cumplen los deseos y otras no. 


Resulta que, en esta fábula, había un paciente que estaba bien asado, como dicen en mi localidad. 


Es decir que estaba pasando necesidades económicas por falta de empleo y se encontraba totalmente solo en el mundo. 


Entonces decidió pedirle a Dios un buen trabajo y una buena esposa para poder ser feliz. 


Después de decir “amén”, este personaje se puso manos a la obra a repartir su currículo en varias empresas. 


Bueno, resulta que, a los pocos días en una de esas, lo llamaron para una entrevista de trabajo. 


Este señor como pudo, consiguió para el pasaje en transporte público, pues recuerda que estaba asado. 


Y cuando llegó a la entrevista, se quedó asombrado de ver tanta gente haciendo fila para ese puesto de trabajo. 


El señor se desanimó y con las orejitas agachadas se regresó para su casa pues las posibilidades de conseguir ese empleo eran prácticamente nulas. 


Entonces con sus últimos centavos tomó de nuevo su transporte público de regreso. 


Lo único afortunado que le pasó ese día fue sentarse al lado de una señorita muy atractiva que lo saludó. 


Pero en medio de su amargura le respondió fríamente. 


Y pasados los minutos se subió a ese transporte un niño vendiendo rosas. 


El niño le pasó una para que se la regalara a la señorita y este señor se levantó muy enojado regañando al niño. 


Diciéndole que a duras penas tenía para regresarse a la casa y él no iba a comprar una rosa inútil. 


Pues ese dinero le servía mejor para comprar algo de comer. 


Finalmente, cuando llegó a la casa se puso a insultar a Dios, diciéndole que porque lo había abandonado y que no lo quería aquí que era mejor que lo “sacara” del juego y bla bla. 


Increíblemente Dios le respondió y le dijo: 


Ese trabajo que me pediste, ¿por qué no presentaste la entrevista si ese iba a ser para ti? 


¿Y por qué no le recibiste la rosa al niño si te la di para que conocieras a la esposa ideal que me pediste? 


De esta fábula podemos concluir algo muy importante y es que todo lo que deseamos se cumple. 


Pero, como las cosas no se desarrollan como las hemos planeado, las rechazamos. 


Mira, hay que ser honestos con nosotros mismos y aceptar que los seres humanos somos muy caprichosos. 


Cuantas veces no hemos rechazado oportunidades, simplemente porque no se dieron exactamente como nosotros lo habíamos visualizado. 


Preferimos dejarnos llevar por nuestros prejuicios y falta de percepción. 


Es por es que mediante esta información quiero animarte a que estés alerta a todas las señales que te da la vida cuando deseas algo. 


Por si no lo sabías, se eso se trata este juego. 


Sentir con fuerza lo que deseas, ponerte en marcha a realizar lo que debas a hacer y abrir los brazos para recibirlo.

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lunes, 31 de marzo de 2025

El Amor y la Ingenuidad: Aprendiendo a Leer las Señales



El Amor y la Ingenuidad: Aprendiendo a Leer las Señales

Todos creemos, al menos en teoría, que el amor es algo bonito. 


A todos nos gustaría tener una pareja con quien compartir, viajar, reírnos y todo ese tipo de cositas bonitas que tanta felicidad y placer nos dan. 


Lamentablemente en la práctica, parece que el amor no da sino problemas. 


Incluso cuando no se trata del amor romántico, sino por ejemplo el amor filial, también solemos tener roces y problemas con las personas que amamos. 


Esto ha hecho que en la actualidad parece que cuando hablamos del amor, es lo mismo que si nos hablaran de Satanás. 


Sentimos cierto miedo y hasta ganas de salir corriendo, porque no queremos tener esos “problemas” de épocas pasadas. 


¿Pero alguna vez de has preguntado porque algo tan bonito suele hacernos tanto “daño”? 


Bueno eso se debe a nuestra propia interpretación del amor. 


En otras palabras, nosotros nos hacemos un ideal de una persona y pensamos que ella es así. 


Cuando en la vida real es todo lo contrario a nuestra expectativa. 


Y cuando esta no se cumple, pues allí es cuando sufrimos y calificamos a esa persona de narcisista, toxico y todas etiquetas bonitas que le ponemos una persona cuando no hace nuestra gran bendita voluntad. 


Por ejemplo, hace algunos días, mi nutricionista me contó una historia de una persona muy cercana a ella. 


Para hacerte un resumen, este muchacho tiene un hijo con una señorita y se separó hace mucho tiempo de ella. 


A pesar de esto, él siempre ha conservado la esperanza de regresar con ella, pues siente que todavía la ama. 


Bueno, y aunque hasta su propio hijo le ha dicho que ella ahora tiene varios novios, él insiste en que la puede ayudar y cambiar su vida. 


Esto es un ideal que se ha formado sobre ella, pensando que está sola y abandonada y por lo tanto él debe ser el super héroe que la va a rescatar del destino que le tocó. 


Así pues, este muchacho intenta comprarla con regalos y atenciones. 


Y muchas veces se gasta dinero que no tiene o acude a préstamos para cumplir su objetivo. 


Supongamos que la señorita le da el sí y regresa con él. 


Lamentablemente no necesitamos ser adivinos para conocer el resultado de lo que pasará. 


Finalmente, él se sentirá desilusionado y sufrirá por ese amor, que desde el principio tenía las señales en frente y no las escuchó por la ilusión que tenía. 


Esto es el diario vivir de mucha gente en el planeta. 


Nos obsesionamos por cambiar y/o ayudar a una persona para sacarla de su mundo e integrarla a nuestro dónde solo hay “paz y amor”. 


¿Ahora comprendes que lo malo no es el amor, sino tu ingenuidad? 


A nivel personal conocí el caso de un joven que se hizo novio de la mujer más “linda” de esta localidad. 


Bueno al menos eso es lo que ella dice. 


El caso es que todo el mundo le advertía a este muchachito las consecuencias de esa relación. 


Al final ella al tener múltiples pretendientes lo engañó con uno de esos y ahora maldice su destino y el sentimiento de amor. 


Es por eso que mi intención al darte esta información es que dejes de ser tan ingenuo y aprendas a leer las señales antes de meterte a “sufrir” por amor. 


No puedes salir corriendo detrás de una persona solo porque te deslumbró. 


Lo mejor es tomarse el tiempo para conocer, indagar y finalmente decidir si te conviene o no. 


Si te están presionando, huye lejos y NUNCA regreses, pues eso no es buena señal.

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lunes, 4 de noviembre de 2024

Diferenciando la Intuición del Ego: El Camino hacia la Asertividad



Diferenciando la Intuición del Ego: El Camino hacia la Asertividad

Una de las cosas más inteligentes que podemos hacer en nuestra vida es escuchar nuestra intuición. 


Lamentablemente esta “voz interior” se suele confundir mucho con el ego. 


Para darte un ejemplo de las diferencias entre estas dos capacidades que tenemos, podríamos decir que la intuición es una “voz” muy sutil. 


Y digo voz entre comillas pues en realidad es algo que sentimos y que nos advierte de algo o alguien. 


Pero esta “voz” tiene la particularidad de ser muy sutil, como algo muy suave y casi imperceptible que normalmente pasamos por alto. 


Por el contrario, el ego, ese sí que hace ruido. 


De hecho, estamos tan familiarizados con él, que domina parte de nuestras emociones. 


Cuando escuchamos el ego, somos los más lindos, los más inteligentes, los demás son los tontos y los que se equivocan, etc. 


Para poderte ilustrar con un buen ejemplo, el día de ayer conocí el caso de un industrial que se dedica a fabricar losas para pisos. 


Lo interesante de este fabricante, es que se ha especializado en imprimir en esas losas arte de las diferentes culturas indígenas de este país. 


Y lo más inquietante es el tiempo que lleva haciéndolo. 


Por aproximadamente unos 40 años, este señor se ha dedicado en alma, vida y sombrero a sacar el proyecto adelante. 


¿Y adivina a cuantas personas les ha podido vender este arte? 


Aunque no me lo creas a 0 pacientes. 


Este industrial ya tiene 80 años de edad, así que ha pasado la mitad de su vida en un proyecto que es muy particular. 


Varios de sus amigos le han intentado decir por todos los medios que oriente su industria a algo más comercial. 


Pero este señor siempre responde que esto es para museos, alcaldías e instituciones similares. 


Bueno, no es casualidad que no haya vendido ninguna pieza y durante estos 40 años se ha gastado unos 240 mil dólares en comercializar su producto. 


Él cree firmemente en su proyecto pues su “intuición” se lo está dictando constantemente. 


Y vamos a darle el beneficio de la duda, pues no sabemos si de aquí a mañana alguien le siga la corriente y este señor se vuelva millonario. 


Todo es posible. 


Pero dentro de la estadística, todos sabemos que esas posibilidades no son muy altas que digamos. 


Esto nos suele pasar muchas veces. 


Somos tercos y por más que la gente a nuestro alrededor nos diga que cambiemos de enfoque, esas recomendaciones nos las pasamos por el forro. 


Y todo esto se debe a que le hemos dado demasiada obediencia a nuestro ego. 


Cuando en realidad nuestra verdadera voz interior está afónica de tantos gritos que nos pega y nosotros nada que la escuchamos. 


Así que es mi intención, mediante esta información que estés muy alerta con las advertencias que te da tu entorno respecto a tus proyectos. 


La Vida nos ama tanto que, aunque no sepamos escuchar nuestra voz interior, nos advierte las cosas mediante parientes, amigos, colegas, incluso mediante la música, etc. 


Lo que tenemos que aprender es a ser prudentes al escuchar lo que nos dicen. 


No salir corriendo a obedecer, sino más bien comparar e intuir las intenciones de los demás. 


Por eso es mejor entrenarte para escuchar tu propia voz interior y así ser más asertivo con tu vida.

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lunes, 21 de octubre de 2024

Las Trampas del Deseo: ¿Cuándo Es Mejor No Cambiar?



Las Trampas del Deseo: ¿Cuándo Es Mejor No Cambiar?

Por naturaleza, todos los seres humanos siempre queremos estar bien. 


Desde mi punto de vista, esto se debe a esa estructura mental que hemos denominado en este blog como Ego. 


Este ego siempre nos está impulsando constantemente a ser más y tener más. 


De allí provienen esos “antojos” que a veces nos dan por las cosas. 


O también la envidia que nos produce saber que alguien más consiguió eso que nosotros hace mucho tiempo estamos persiguiendo. 


Sin embargo, a veces somos muy malagradecidos con nuestra vida y lo que tenemos o hemos logrado, gracias a esta “característica”. 


¿Cuántas veces no nos hemos equivocado o cometido el error de soltar algo para tomar algo mejor y resulta que no era por allí? 


Respecto a esto, hace algunos días, mi nutricionista me contó una historia acerca de un amigo suyo. 


Este señor tenía un muy buen trabajo, en el cual tenía muchas ventajas. 


Tales como mayor tiempo libre, más autonomía para realizar su trabajo, etc. 


Sin embargo, llegó el momento en que se encontró con un vecino suyo. 


Este vecino trabajaba para una compañía similar y con mucho entusiasmo le recomendó que esta empresa tenía muchas ventajas y bla bla. 


Entre esas ventajas era que si se cambiaba ganaría mucho más dinero que en la actual. 


Bueno, este paciente ni corto, ni perezoso, salió corriendo a renunciar a su trabajo actual para cambiarse de compañía. 


¿Y sabes cuál era la diferencia salarial? Aproximadamente de unos 10 dólares. 


Ahora se arrepiente porque no le ha ido nada bien. 


Demasiado estrés y poco tiempo hasta para sí mismo. 


A veces creemos más en la experiencia de otros que en nuestra propia experiencia. 


Si algo funciona para una persona no necesariamente va a suceder lo mismo con el resto. 


Por eso si estas bien no pienses que debes buscar algo más. 


¿Y no ha de faltar el paciente que diga que eso es mediocridad, pero si algo está bien porque desecharlo? 


Como reza el dicho popular: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. 


¿Quiere decir esto que debemos quedarnos dónde estamos? 


¡Jamás suceda eso! 


Recuerda que una de las reglas más importantes de la vida es ser estratégico y prudente. 


Antes de hacer las cosas debemos indagar, ser pacientes e ir probando poco a poco. 


No salir corriendo a “meter las patas”, para luego estar mirando al cielo con las manos empuñadas y decir: “por qué a mi Señor!”. 


Nosotros tenemos que ser mansos como palomas, pero ASTUTOS como serpientes.

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lunes, 9 de septiembre de 2024

El Sesgo de Confirmación: Cuando Pedir Consejo es Buscar Validación



El Sesgo de Confirmación: Cuando Pedir Consejo es Buscar Validación

Muchas veces tenemos personas a nuestro alrededor que nos piden algún consejo, debido a problemas que tienen. 


Lamentablemente muchas de estas personas en realidad no buscan un consejo, sino una confirmación de lo que hace mucho rato han pensado hacer. 


Esto es lo que se conoce como sesgo de confirmación. 


Que es cuando una persona busca, interpreta o recuerda información de manera que confirme sus creencias o deseos previos. 


Aunque en este caso, la persona que pide consejo, lo que realmente está buscando es que alguien valide lo que ya ha decidido o lo que quiere hacer. 


En lugar de considerar objetivamente todas las opciones o recomendaciones. 


Por ejemplo, hace ya varios años conocí un paciente en el gimnasio donde asistía. 


Este personaje cada vez que lo saludaba me respondía: “aquí peleando con los hierros para no pelear con la mujer”. 


Bueno una vez me contó que había trabajado con la fuerza pública de este país y que estaba casado con una señorita bastante joven. 


Fue allí cuando entendí su extraña forma de responder mi saludo en las mañanas. 


Me preguntó en que trabajaba yo y le conté que me pagaban por divertirme escribiendo algoritmos. 


Y días después se me acercó tímidamente a preguntarme que, ya que yo trabajaba en tecnología, si era posible acceder al teléfono de una persona para ver sus conversaciones. 


Yo le dije que técnicamente eso es posible pero que legalmente no. 


Es un delito violar la privacidad de las personas obteniendo datos sin su consentimiento. 


Así que le pregunté por qué no les pedía ayuda a sus compañeros de la policía ya que él había tenido un puesto directivo. 


Y me dijo que sólo se podía mediante una orden de un juez. 


Le respondí: “¿ves? Si no lo pueden hacer tus compañeros, un civil se puede meter en graves problemas”. 


Le dije que, si sospechaba de alguna infidelidad, existían muchas probabilidades que eso fuera cierto. 


Desafortunadamente o quizás afortunadamente la gente que te rodea tiene unos patrones de comportamiento que vamos aprendiendo cada día. 


Así pues, cuando la persona está pasando por algo, estos comportamientos suelen cambiar. 


Y esto es lo que nos indica que algo no está bien. 


Teniendo en cuenta esto, le dije: “¿por qué no hablas mejor con ella y le preguntas?”. 


Dile todo lo que piensas y es muy probable que las cosas se aclaren. 


Bueno este paciente habló con su joven esposa y en medio del llanto le confesó lo que efectivamente él estaba sospechando. 


Le dijo que era culpa de él por haberla descuidado y bla bla. 


Bueno, para hacerte un resumen este muchacho me contó que se sentía muy bien por haber aclarado las cosas con ella. 


Pero con los meses una noche me llamó a pedirme un favor. 


Que, si yo podía ir a un bar a tomarme una cerveza y ver que hacía su esposa, pues ella estaba trabajando allí. 


Le dije que yo no hacia ese tipo de cosas porque no me gusta meterme en la vida de los demás. 


Y que si estaba desconfiando era mejor que se retirara con dignidad. 


Pues cuando no confías en alguien, ¿qué razón tienes para seguir con ella? 


Al tiempo me contó que se separó y que solo tenía contacto con sus hijas. 


Bueno, resulta que ayer me lo encontré en el supermercado y con mucho orgullo me presentó a su esposa. 


Esto claramente fue una muestra de lo que es un sesgo de confirmación. 


Este muchacho en diferentes oportunidades me preguntaba siempre lo mismo. 


Y era, ¿cómo solucionar su relación de pareja? 


Honestamente uno quisiera ayudar a las personas, con algún consejo. 


Lamentablemente la persona ya tiene definido que hacer. 


Así que lo único que está buscando en tus palabras es una confirmación para realizarlo. 


Es por eso por lo que quiero animarte mediante esta información a no estar de capitán salvador de la humanidad. 


Si una persona viene por tu ayuda, pero notas que hace cualquier cosa, menos tu recomendación, no pierdas más tu tiempo. 


Hay personas que nos importan y nos duele lo que les pase. 


Lamentablemente lo único que podemos hacer por ellos en echarles la señal de la cruz y que sea lo que Dios quiera.

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lunes, 24 de junio de 2024

Cómo el Manejo Inteligente del Dinero Impacta tu Bienestar



Cómo el Manejo Inteligente del Dinero Impacta tu Bienestar

Una de las cosas que más contribuyen al bienestar es el manejo del dinero. 


Lamentablemente se calcula de entre un 38 a un 51 por ciento de las personas, padecen de problemas económicos. 


Esto me recuerdo un dicho que varias veces le escuché a mi señora madre: “media humanidad, vive de la otra mitad”. 


Y existen varias causas por las cuales este flagelo azota al ser humano. 


Algunas pueden ser regionales, otras culturales e incluso religiosas. 


Respecto a este último, yo conozco el caso de un hombre que es muy hábil para la mecánica. 


Pero que lamentablemente sus creencias religiosas le dictan que debe entregar buena parte del dinero que gana a su congregación. 


Y adivina como es su economía. 


Y si te preguntas si lo ayudo a tomar conciencia de esto, te tengo que decir que no. 


Esto es lo mismo que decirle a un hombre bien enamorado que su mujer lo está engañando con otros hombres. 


No te creerá y pensará que tú te quieres quedar con su princesa. 


Bueno, el caso es que independiente de las razones por las cuales las personas sufren carencia, existe una que, para mí, es inadmisible. 


Y hablo de aquella en que, por culpa de nuestras decisiones, llegamos a ese estado. 


Esto lo podemos realizar mediante los créditos, prestamos o cualquier tipo de deuda en que nos metemos por causa del “bienestar”. 


Por ejemplo, meterme en un crédito para comprar algo que no me va a dar retorno de inversión. 


Tristemente, la mayoría de estas “inversiones” las hacemos para impresionar a otros. 


Ni siquiera para darnos a nosotros un gusto. 


Hace poco conocí el caso de una señora que heredó de su esposo una gran fortuna. 


Y adivina que hizo con esa fortuna. 


Salía frecuentemente a beber licor con sus amiguitos y se gastó todo el dinero en fiestas y “diversiones”. 


De pura casualidad no sé cómo se le ocurrió comprar una propiedad. 


Y hoy en día recibe un dinero en alquiler y adivina que hace con ese dinero. 


Y sobre todo adivina ahora que pasa necesidades donde estás sus amiguitos de rumbas. 


La señora no aprende y dice textualmente: “el dinero es para gastarlo. Si uno se muere no se lleva nada”. 


No sé a qué se debe, pero los seres humanos tenemos la inocente creencia que cuando nos llega dinero, ese flujo nunca va a parar. 


En uno de los textos sagrados de la humanidad se encuentra la historia de un intérprete de sueños. 


Muy claro dice allí sobre las temporadas de “vacas” gordas y flacas que pueden llenar a nuestra vida. 


Y que en el momento que tengamos acceso a buenos recursos es muy prudente ahorrar para poder soportas los tiempos de crisis. 


¿Sabes qué porcentaje de la humanidad hace eso? 


Como mencioné al principio solo un 49 por ciento lo hace. 


¿Ves la importancia del ahorro en tu vida? 


Tú nunca sabes en qué momento tu vida se puede complicar y ¿si no tienes algo que te ayude a soportar esa etapa, como piensas resolverlo? 


Porque en la vida todo son periodos. 


Lo bueno en algún momento termina. 


Esto puede dar paso a cosas que no siempre te gustarán. 


Y lo mismo pasa con lo malo en nuestras vidas. 


Eso no durará para siempre. 


Así que una de las cosas que mejor puedes hacer con la abundancia es guardar para tiempos críticos. 


Si no pasa nada, mucho mejor, e incluso puedes hacer inversiones o nuevos negocios para incrementar tus ganancias.

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lunes, 10 de junio de 2024

¿Confías Demasiado? Descubre Cómo Ser Astuto sin Perder tu Fe en la Gente



¿Confías Demasiado? Descubre Cómo Ser Astuto sin Perder tu Fe en la Gente

Una de las preguntas que más suele pasar por nuestra mente es si debemos confiar o desconfiar de las personas que nos rodean. 


En teoría nuestros pensamientos y creencias dar forma a nuestra realidad. 


Y, por lo tanto, si somos constantemente desconfiados, es muy probable que estemos “atrayendo” personas que nos quieran estafar para cumplir con esta ley. 


Bueno, lamentablemente no todos los casos son iguales y NUNCA debemos irnos a los extremos. 


Recuerdo que hace muchos años cuando me dieron mi primer vehículo, un vecino me dijo que la confianza mata. 


Y esto era porque uno se acostumbraba que los frenos funcionaban cada vez que uno presionaba el pedal. 


O que la dirección estaba bien, pues en todo momento el vehículo respondía a su mando. 


Así pues, con el paso del tiempo nos sentíamos tan confiados que comenzábamos a abusar de la velocidad. 


Y era en el momento menos esperado cuando el vehículo podría tener una falla mecánica y nosotros accidentarnos. 


O peor, hacer accidentar a alguien más o cositas peores que pueden llegar a pasar. 


Y quizás en este momento me preguntes: “bueno esto es respecto a las cosas, ¿y con referencia a las personas?”. 


Bueno, hace algunos días un buen amigo estaba de viaje en una ciudad muy lejana de mi localidad. 


Estando allá se “enamoró” de 2 motocicletas, las cuales decidió comprar una para su hijo y otra para él. 


La de su hijo se la llevaron el mismo día a su casa. 


Pero la de él que era mucho más grande y costosa no se la entregaron. 


Lamentablemente la transacción la hizo un sábado y esta se vería reflejada en la cuenta del vendedor hasta el próximo martes (el lunes era día feriado). 


Este amigo es bastante confiado y simplemente le dijo al otro que volvía por la motocicleta cuando le confirmara la transacción. 


Cuando él me contó esto, yo no quise “mufarlo”, así que le pregunté que si todo estaría bien y me dijo: “pues el verá si me roba”. 


A mí me dio risa su comentario y afortunadamente este paciente tiene mucho dinero. 


Bueno, la buena noticia es que la transferencia se hizo efectiva. 


Y la mala es que mi amigo ya no para en su casa por estar estrenando su nueva motocicleta. 


Afortunadamente, el comprador fue una persona honesta y lo llamó inmediatamente se vio reflejada la transferencia del dinero en su cuenta. 


Mira, tristemente aquí hubo una excepción a la regla. 


El ser humano moderno se le acabó el honor. 


La mayoría solo están pensando en sacar provecho. 


Y si realmente quieres vivir en bienestar no puedes andar de confiado por el mundo esperando que todos sean como tú, honestos, transparentes y hasta “traslucidos”. 


Como dice uno de los textos sagrados de la humanidad: “Sean mansos como palomas, pero ASTUTOS como serpientes”. 


No debes irte al extremo de pensar que todos te quieren estafar. 


Pero tampoco vale la pena ganarse un malestar por confiado. 


No hay estilla que talle más en tu mente que el pensamiento de que por confiado, has sido víctima de una estafa.

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lunes, 18 de marzo de 2024

Domina tu Destino: El Secreto para Evitar Decisiones Desastrosas



Domina tu Destino: El Secreto para Evitar Decisiones Desastrosas

En medio de la hermosura que tiene este planeta, es inevitable que también experimentemos infelicidad. 


Y cuando hablo de infelicidad me refiero a estrés, odio, venganza, angustia, ansiedad y todas esas emociones tan “bonitas” que nos amargan la vida. 


Y la pregunta que pone todo en pausa y nos vuela la cabeza es: ¿si en verdad todo ese sufrimiento es inevitable o es algo que nosotros nos buscamos? 


Bueno, yo creo que esta fue una pregunta que desde mi niño me inquietaba, pues escuchaba constantemente a los adultos de mi entorno expresar que la vida era dura. 


Y yo dudaba de sus palabras pues si yo experimentaba pura felicidad y juego, estos pacientes ¿por qué se expresaban de esa forma? 


¿Será que eran unos malagradecidos? 


Como es lógico, uno de niño la pasa muy bacano en este paseo. 


Al menos a la mayoría, pues soy consciente que a algunos niños no les parece tan divertida la vida. 


Quizás desde temprana edad y sin que lo hayan decidido, les tocó cumplir un rol de adultos para el cual no están preparados. 


Imagínate, ni los mismos adultos a veces estamos preparados para enfrentar la vida, que se puede decir de un pequeño. 


El caso es que, a medida que fui creciendo, iba experimentando ese malestar que hablaban esos adultos en mis épocas, cuando éramos tan inocentes. 


Ah bueno, entonces les comencé a dar la razón. 


Pero simultáneamente me comencé a percatar que mucho de ese malestar me lo estaba ganando yo por pendejo. 


Allí fue cuando me di cuenta de la importancia de las decisiones que tomamos en cada momento. 


Incluso, no tomar una decisión, también es decidir y en este caso es no hacer nada. 


Y hagas lo que hagas todo trae una consecuencia. 


Por ejemplo, mis decisiones financieras que me llevaron al fracaso económico fueron totalmente mías. 


Nadie me obligó ni tampoco intervino en que yo tomara esas decisiones. 


Yo “mismito” me puse la piedra en el cuello y me lancé al rio profundo de las deudas. 


Que después comencé a culpar a Dios, al destino y a la mala suerte, fue otra cosa. 


Porque lamentablemente los seres humanos siempre culpamos a otros por nuestros errores. 


No. Nosotros somos perfectos y los que se equivocan, son esas que están a mi lado. 


Así no hayan dicho nada y estén callados. 


Como dice mi mejor amigo, “la culpa la tienes tú porque no me obligaste”. 


Mira, una de las cosas que más suelo escuchar a las personas de mi entorno es que le prestaron dinero a alguien y no se los han regresado. 


La pregunta que te puedo hacer en este momento, si es tu caso sería: “¿quién rayos te mando a prestarle dinero a esa persona?” 


Como decía el doctor Luis Fernando Hoyos Aristizábal: “aquel que pide prestado dinero, es porque no tiene con que pagar”. 


Lamentablemente en todas nuestras decisiones influyen mucho las emociones. 


La culpa, el pesar, la lástima o empatía que puedas sentir por esa persona te “lleva” a realizar un evento del que te lamentarás posteriormente. 


A veces también te puede llevar el ego o el afán de hacer las cosas. 


He visto casos de amigos que han comprado por ejemplo un automóvil. 


Este les ha salido malo y que problema para después recuperar el dinero o revender eso. 


Pero nadie los estaba presionando para hacer eso. 


Ellos solitos, en su afán de estrenar se metieron en ese malestar. 


Y allí es donde vienen los “por qué soy tan de malas”, “ese estafador se aprovechó de mi buena fe”, y un largo etc. 


Mira, uno antes de tomar decisiones y sobre todo estas importantes con el dinero, debe pensársela muy bien. 


Ir sin afanes, mirar muchas otras opciones y sobre todo no dejarse llevar por el famoso: “es que el vendedor me responde”. 


Al vendedor lo único que le interesa es que le entregues tu dinero. 


Así que quiero animarte mediante esta información a tomar decisiones con planeación y no con tus vísceras. 


Una cosa es pasar tiempo planeando tus pasos y otra pasar tiempo lamentándote por tus decisiones.

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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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