Creo que, a todos de alguna u otra forma, se nos ha enseñado desde pequeños que todo lo que vemos no es casualidad.
Al menos en mi caso, me enseñaron que todo esto tan bonito que me rodea proviene de un ser que llamamos Dios.
Ya sea que tú le llames así, o si prefieres llamarle Vida, Universo, en fin, es el responsable de nuestra existencia.
Bueno, también soy consciente de que existen personas que piensan que esto no es cierto.
Que Dios es el amigo imaginario de los adultos.
Pero como a mí no me gusta discutir, ya sabes que siempre voy a responder ante esto “usted tiene TODA la razón”.
En definitiva, yo tampoco tengo pruebas tangibles de la existencia de esta inteligencia o ser.
Aquí no venimos a discutir este tema, sino más bien como se nos manipula a través de esta creencia.
Con esto quiero decir que este ser tan “amoroso” que creo esto tan bonito, tiene condiciones y que si no las seguimos no somos bien amados por él.
Y que vamos a vivir por siempre jamás (amén) en un castigo eterno, quemándonos, por no hacerle caso.
Pues créeme que estoy en problemas porque yo soy bien desobediente.
El caso es que gracias a la “creencia” de que Dios exige devoción exclusiva, obediencia ciega y bla bla, vivimos como pidiendo permiso para ser felices y triunfar.
Por ejemplo, en el social media, yo tengo un contacto que todos los días publica amenazas para que ingreses en su religión y puedas salvarte del fin del mundo.
Porque su religión es la única verdadera, a pesar de que en el mundo existen unas 10.000 religiones que afirman lo mismo.
Y no me vas a creer pues yo conozco a esta persona hace muchos años y para nada en su juventud fue un ejemplo de fidelidad y obediencia a Dios.
Como dice mi señora madre, “no existe nada más implacable que un pecador arrepentido”.
Bueno, ¿y será qué, en medio tanta “verdad”, podremos encontrar el camino como para al menos darle las gracias a ese creador por nuestra vida?
Pues eso si va a depender de ti y de lo que tu consideres que te conviene.
Como decía la doctora Luise Hay, “si tu religión dice que eres un gusano y un pecador, pues cambia de religión”.
Recuerda que todas dicen que tienen la verdad.
Debes buscar la creencia que más se acerque con tu plan de vida.
Por ejemplo, si tu objetivo es convertirte en una persona rica, no creo que te convenga mucho estar en una creencia que condena el dinero.
Bueno al menos el dinero en tus manos, pues por lo general te lo piden, muy seguramente para ellos santificarlo en las suyas.
Y tal vez en este momento me digas: “pero Gabrielito lindo, en este canal promueves mucho la creencia en un ser superior, pues así se vive una mejor vida”.
Es correcto, eso es lo que exactamente he dicho en temas anteriores.
Lo que intento decirte con esta información es que comiences a vivir como el dueño de tu vida.
Sin pedirle permiso a nadie para cumplir tus metas o sueños.
La mayoría de nosotros cuando le pedimos algo a ese ser, es como si quisiéramos despertar su lástima por nosotros.
Algo así como Dios dame, aunque sea una limosnita para poder comer hoy.
O dame, aunque sea un carrito o una casita para poder vivir dignamente.
Piensa por un momento como te sientes cuando estás comiendo cómodamente en un restaurante y llega alguien a pedirte dinero o, aunque sea que le des un pancito para comer.
Honestamente eso da rabia.
¿Qué crees que siente Dios, el Universo, la Vida o como prefieras llamarte cuando empiezas con tu rogadera lastimera?
¿Vas comprendiendo porque no te responden tus oraciones?
Mira yo tengo un gran amigo que él no pide, le exige al Universo las cosas.
¿Y me creerías si te digo que es casi de inmediato que las cosas se le dan?
Y para más ironía, este personaje no cree en Dios de la forma convencional como lo esperaríamos.
Y con esto no te quiero decir que te comportes como un patán frente a la Vida.
Pero si tienes que tener una actitud arrogante frente a ella.
De lo contrario esa fórmula de mendicidad que has estado utilizando te va a seguir produciendo más carencia.
Tú eres un hijo del Universo y eres amado ahora y para siempre.
Imagínate que la sustancia más preciada del Universo es el aire.
Nosotros podemos vivir sin comida unos 40 días, si agua unos 10 y sin dinero mucho más.
En cambio, sin aire, ni siquiera 5 minutos.
Y nunca te veo preocupado por que los demás no te consuman tu oxígeno al rededor.
Al contrario, siempre confías en que el aire estará allí para ti.
Entonces porque no puedes confiar en que el resto de las cosas que necesitas te las proveerá esa inteligencia que nos puso aquí.