Todos hemos tenido malas experiencias en el amor.
A muchos nos han engañado.
A otros tal vez nos han mandado a la “friendzone”.
En fin, aquí nadie se ha salvado de sufrir por amor.
Así pues, a partir de estas experiencias, pensamos que todo el planeta está en nuestra contra.
Y que todas las personas lo único que quieren es hacernos daño y jugar con nuestros sentimientos.
Es por eso por lo que cuando conocemos a alguien que quiere en realidad compartir con nosotros su amor, le damos una patada y sin compasión.
Pensamos que es otro más del montón que viene a hacernos daño tal como lo hizo ese tipo (o tipa) anterior.
Es entonces cuando colocamos muros, barreras y todo ese tipo de cositas, simplemente para alejar a las personas.
Pero detrás de todo eso, existe es terror a que nos vuelva a hacer daño.
O mejor, a no sentir esa sensación tan dolorosa del desamor.
Hoy en día, por ejemplo, existente muchas personas que piensan que, si alguien se les arrima, es para sanar o calmar su “jodidez” emocional.
En otras palabras, quien se acerca a ti es porque tiene su raye y quiere sanar contigo y bla bla.
Cuando lo único que quiere el otro (u otra) es simplemente compartir una compañía y disfrutar de la conexión.
Aunque hay que reconocer que en muchos casos si hay gente jodida que quiere sanar con uno.
De todo se ve en la viña del Señor.
Pero bueno, no seamos tan pesimistas y demos el beneficio de la duda.
¿Sabes que es lo que hay detrás de todo esto?
En realidad, estamos ocultado el pensamiento de que no tenemos derecho a amar y ser amados.
Y esto es muy normal, pues si alguien nos hizo daño también nos dejó nuestra rayadura en el subconsciente.
Sin quererlo, al ser heridos por otros, pensamos que hicimos algo “malo”.
Has notado que cuando te han engañado, la primera sensación que tienes es de ¿qué hice yo para que esto pasara?
Inicialmente uno tiene la tendencia a sentirse culpable.
Es por eso por lo que vemos personas que, aunque vean a la otra persona, con los pantalones abajo haciendo de las suyas, sienten que deben hablar o reconciliarse con la otra persona.
Mira, con estos ojitos que tantas cositas lindas han visto, he observado como victimas engañadas, terminan en la cama con el infiel, intentando reconciliarse.
Si observas, en este momento no es que la persona sea un tonto o un cornudo y que gusta “comer embolado” como dicen en mi ciudad natal.
Simplemente es su forma de intentar reparar lo que “hizo” mal para que el otro u otra fueran infieles o los quieran fuera de sus vidas.
Vas comprendiendo por qué, mucha gente a pesar de que llegan a su vida otros que pueden mejorarla, los espantan de inmediato.
La pregunta importante que debemos hacernos es, ¿si el amor romántico es malo, porque la naturaleza insiste con esas emociones en nosotros?
Para serte sincero no tengo la menor idea de porque esto ocurre.
Muchos dicen que en realidad ese “amor” romántico es la forma en que la naturaleza nos obliga a reproducirnos para perpetuar la especie.
Puede que tengan razón, pero para que insista la naturaleza con esas emociones bonitas, románticas si simplemente podemos sentir la excitación como los animales, y a lo que vinimos.
¿Si la vida nos da la oportunidad, por qué simplemente no aprovecharla y disfrutarla mientras dure?
No te estoy diciendo ahora que salgas corriendo a casarte, pero cuestiónate lo que ocurre en tu vida.
Finalmente, la Naturaleza nos ha demostrado que es muy sabia y que todo lo que ha creado en nosotros tiene un propósito.