Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 17 de marzo de 2025

El Poder de Enfocarse en el Proceso



El Poder de Enfocarse en el Proceso

Cuando tenemos una meta, una de las cosas más inquietantes es si la vamos a cumplir o finalmente vamos a fracasar. 


Pues lamentablemente, y en promedio, solo llegamos a cumplir el 40% de las metas que nos proponemos. 


Y eso que en algunos casos se puede llegar a cumplir solo el 10% de las metas, dependiendo de la complejidad de estas. 


Técnicamente podemos decir que las metas se dividen en 3 partes. 


El inicio, el camino y la llegada a la meta. 


Normalmente cuando iniciamos, junto con toda la ilusión y la felicidad de llegar al objetivo, también nos llegan los “y si”. 


Y si fracaso, y si se interpone x situación, y si esto o lo otro, etc. 


Imagínate, ni siquiera hemos dado el primer paso y ya estamos considerando la posibilidad del fracaso. 


Increíblemente y aunque no me lo creas, es en estos “y si” donde la mayor parte de los proyectos fracasan, sin haber empezado. 


No es casualidad que de todas las metas que nos proponemos solo cumplimos entre el 10 y el 40 porciento de estas. 


El pensar en esto hace que nos produzca estrés y la famosa ansiedad. 


¿Ahora comprendes por qué has estado renunciando a tus sueños antes de haber comenzado? 


Nuestro cerebro está diseñado para protegernos. 


Si este calcula que algo es un peligro, ten la completa seguridad que se va a poner a trabajar de forma prioritaria en protegerte. 


Es por eso que sientes desanimo, miedo, imposibilidad y finalmente desistes. 


Dices: “nuuuu, eso no es para mí”. 


Y no puedes culpar a tu cerebro porque está haciendo muy bien su trabajo. 


Tú te has puesto a alimentar pensamientos de miedo con los “y si” y siempre vas a ser protegido de peligros. 


Es por eso que inmediatamente te vengan esos cálculos mentales de posibilidades negativas debes apartarte de ellos. 


Pues esto va a aumentar tus posibilidades de fracaso. 


Mira lo que podemos hacer en estos casos es disfrutar del proceso. 


No mirarlo como un paso nada más hacia tu meta, sino hacer lo que tienes que hacer con todo tu amor. 


Mira que aproximadamente cada día mueren 50 millones de células en nuestro cuerpo, y estás dan paso a otras nuevas. 


Este ciclo se ha estado repitiendo cada día desde que llegaste al mundo. 


Tus células no se ponen a “pensar” en que si van a logar lo que tienen que hacer. 


Simplemente lo hacen y punto. 


Y su trabajo está hecho con tanto amor y gozo que mira, estás vivo y recibiendo esta información en este momento. 


Y eso que tú las mantienes bombardeando con estrés, preocupaciones y otras cositas más. 


¿Quieres llegar a cumplir todo lo que te has propuesto? 


Entonces hay que dejar de alimentar la negatividad de tus cálculos mentales y comenzar a disfrutar del proceso. 


Esa es la única manera de poder llegar a nuestra meta. 


De lo contrario te vas a paralizar y sólo observar como otros que no tienen miedo, logran lo que tu simplemente has soñado.

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lunes, 23 de diciembre de 2024

El Poder del Lenguaje en Nuestra Realidad de Éxito o Fracaso



El Poder del Lenguaje en Nuestra Realidad de Éxito o Fracaso

Una de las preguntas y sin respuesta que ha inquietado a la humanidad es: qué rayos es la realidad. 


Si nos ponemos la mano en el corazón, vamos a llegar a la conclusión que no tenemos la menor idea de qué es esto que estamos viviendo. 


Por ejemplo, esta es la hora que no sabemos ni quienes somos, ni cual es el objetivo de estar aquí. 


Bueno, no ha de faltar el genio (o genia) que diga que es médico, bombero, etc., pero estas preguntas van más allá de cuál es tu profesión o como te llamas. 


En síntesis, para no entrar en discusiones sin fin, lo único que sabemos de la realidad es que, a pesar de todo, es bonita y que en algún punto va a terminar para nosotros. 


Y otra cosa que sabemos es que a pesar de que somos de la misma especie, no todos vivimos en la misma realidad. 


Si observas, solamente en tu localidad hay gente rica que la pasa muy bien y otra muy pobre que la pasa mal. 


Y no solo eso, también se da el caso contrario donde la gente rica sufre y la gente pobre la pasa muy bien. 


Esto me hace recordar lo que ocurrió una noche en mi localidad con un señor de avanzada edad. 


Resulta que yo me encontraba hablando con un amigo y cerca de su casa vimos un señor mayor que con una maleta comenzó a sacar trapos para acostar y pasar la noche en la calle. 


Mi amigo me miró y me dijo que era muy duro llegar a esa edad y terminar durmiendo en calle y viviendo de la caridad de los demás. 


Pero el mismo resaltó que para uno llegar a esa condición tiene que haberla “cagado” muy feo con todo el mundo para no tener el apoyo de ningún pariente o amigos. 


Muchas personas dicen que los parientes o amigos no sirven para nada y bla bla. 


Pero te puedo dar plena fe que cuando yo viví mi crisis financiera, si no hubiera sido por parientes y amigos, yo aun estaría en condición de calle. 


Si no hubiera sido por estas personas, e insisto, por algo muy Superior que me ayudó yo no estaría frente a tu pantalla, contándote cositas. 


Pero la pregunta interesante aquí es, que cosa nos hace perder el norte y desviarnos del camino del éxito. 


Finalmente, todos queremos tener éxito y nadie quiere fracasar. 


Bueno, cuando uno analiza que es lo que hace una persona que logra el éxito, paradójicamente eso mismo es lo que lleva a otra al fracaso. 


Estos son los pensamientos y palabras predominantes. 


Desde el punto de vista de mis investigaciones, observatorios y laboratorios sobre el pensamiento humano en estos años, yo sé que toda palabra que digamos tiene consecuencias. 


Y no te estoy diciendo con esto que NUNCA digo una palabra soez. 


A veces hasta suenan “bonito” en el momento indicado. 


Por eso hablamos del pensamiento y lenguaje predominantes. 


Yo he visto varios casos de personas que usan lenguaje soez gran parte del tiempo en sus charlas. 


Cuando he tenido la oportunidad de hablar con esas personas sobre la pulcritud del lenguaje, todas me han dicho que el lenguaje soez no afecta su vida. 


Y para serte honesto, sus vidas no se ven nada mal. 


Sería una mentira si te digo que están en condición de calle. 


Pero también tengo que serte honesto que sus vidas no se encuentran donde ellos quisieran. 


Y todo esto se debe a que las palabras que escuchamos y decimos afectan nuestra formación reticular. 


Las palabras que repetimos o pensamos continuamente activan este sistema. 


Por ejemplo, si dices con frecuencia palabras relacionadas con un objetivo como "éxito" o "abundancia", tu cerebro comenzará a filtrar la información externa que coincida con esas palabras. 


Esto explica fenómenos como el "sistema de filtro", donde de repente notas oportunidades o información relevante que antes pasaban desapercibidas. 


Imagínate lo que pasa en el cerebro de una persona que todo el tiempo expresándose de forma soez con sus amiguitos. 


Ahora imagínate si todo el tiempo estás repitiendo mediante la música, palabras de despecho, enfermedad, vejez y muerte. 


Qué clase de destino te estás formando y gratis. 


La mayoría de personas piensan que las cosas que les pasan son debido al destino, la buena o la mala suerte. 


Afortunadamente nosotros podemos manejar eso, pues nuestro cerebro es programable. 


Y aunque no entendamos qué es esta realidad que vivimos, algo si sabemos y es que entre más pulcro sea tu lenguaje, mayores oportunidades de éxito vas a tener.

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lunes, 18 de noviembre de 2024

La Importancia del Silencio: Protegiendo Nuestros Sueños de la Influencia Externa



La Importancia del Silencio: Protegiendo Nuestros Sueños de la Influencia Externa

Yo creo que todos tenemos esa bendita necesidad de abrir la “gran bocota” cuando tenemos un sueño por cumplir. 


No sé a qué se debe este fenómeno, pero queremos decírselo a todos, o al menos los más prudentes, a las personas más cercanas. 


Lamentablemente, y muchas veces, aquellos con que compartimos nuestras ilusiones, esperamos que se sientan tan entusiasmados como nosotros. 


Y lejos de la verdad, pues encontramos mayor resistencia en ellos, como en nuestro peor enemigo. 


Y mira que, a nivel general, las personas en quienes confiamos no hacen esto por maldad o porque no nos quieran ver progresar. 


Es simplemente que su sistema de creencias no está en sincronía con el nuestro. 


Lo que nosotros vemos como una oportunidad, para las demás personas puede ser una locura y hasta peligroso. 


Es por eso que existe una cábala, superstición o qué sé yo, donde se recomienda que, si quieres que un plan te salga bien, no se lo comentes ni a Dios, que “todo lo sabe”. 


Bueno, a nivel energía, por llamarlo de alguna forma, el hecho que una persona sepa lo que vas a hacer, tiene el potencial de influir en tus resultados. 


Esto ya lo hemos visto anteriormente y te recomiendo darle una mirada al tema LA IMPORTANCIA DE LA DISCRECIÓN EN PROYECTOS Y METAS PERSONALES. 


Es cierto que no tenemos una evidencia científica en este aspecto. 


Pero constantemente podemos ver los resultados una y otra vez en quienes no son capaces de cerrar el “pico”. 


Sin embargo, no quiero enfocarme en ese aspecto, sino más bien en el desánimo que nos dan esas personas que son tan importantes para nosotros y en los cuales les hemos confiado nuestros proyectos. 


Porque no existe una cosa más des animadora que esto. 


Por eso es muy importante que conserves el secretismo en cualquier cosa que vayas a hacer. 


Pues existen altas probabilidades que los que te aman, van a ver las posibilidades negativas que tú no puedes ver en el momento por tu entusiasmo. 


Mira, cuando uno tiene un proyecto, tiene dos opciones, o te funciona o fracasas. 


No hay proyecto que tenga garantía de éxito. 


Hasta los que estafan a la gente, tienes la probabilidad de fracasar. 


De hecho, es común que, si vas a incursionar en un campo que desconoces, el fracaso será lo que te espera al otro lado. 


Es así como se aprende. De los errores. 


Y mira las ventajas de guardar silencio en tus proyectos. 


En caso de que te equivoques, y tengas que hacer ajustes en la marcha, no vas a tener a esa persona diciéndote el discurso de siempre diciéndote: “vio? ¡Se lo dije!” 


Simplemente haces tus correcciones y de nuevo en marcha. 


Así es que se gana en la vida. 


No en todos los casos es así. 


A veces tenemos esos momentos en que todo nos sale bien y siempre ganamos. 


Pero esto tiene que ver más con nuestra actitud ante la vida. 


Entre más bienestar generemos, al parecer la Vida nos recompensa con mejores cosas.

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lunes, 14 de octubre de 2024

Las cadenas invisibles que no te permiten avanzar en la Vida



Las cadenas invisibles que no te permiten avanzar en la Vida

Se supone que las experiencias nos ayudan a ser mejores personas y adicionalmente nos ayudan a no volver a cometer los mismos errores. 


Sin embargo, en la práctica, no siempre funciona de esta misma forma. 


Por ejemplo, si hablamos de malas experiencias en el amor tenemos la tendencia a creer que la siguiente persona con la que estemos, nos vaya a hacer daño. 


Esto viene siendo injusto para una persona, pues nuestro temor a sentir nuevamente dolor, nos impide darle el 100% de nuestro amor. 


Así pues, se lo vamos dando de forma mezquina y haciendo que la persona de desanime con nosotros. 


De esta forma “confirmamos” nuestra teoría que esa persona también nos iba a hacer daño, concluyendo que no nacimos para el amor. 


Y ni que decir si hemos fracasado en los negocios. 


El temor a volver a caer nos puede frenar de avanzar, ya que perdemos nuevas y buenas oportunidades financieras. 


Y de forma similar concluyendo que no “nacimos” para ser ricos. 


Respecto a esto, con estos ojitos que tantas cositas bonitas han visto, pude observar el caso de una señorita que a pesar de no tener una infancia fácil siempre ha tomado riesgos en su vida. 


Nunca se dejó vencer por el miedo al fracaso. 


Y eso que ha tenido muchos en su vida. 


La mayoría de nosotros con el primer fracaso nos paralizamos y preferimos quedarnos donde estamos. 


Esta señorita a pesar de haber perdido dinero en negocios, nunca se rinde y con miedo y todo, se lanza nuevamente a intentarlo. 


Y puede que nos preguntemos en este momento, como es posible que una persona después de haber fracasado saque el valor para seguir adelante. 


Desde mi punto de vista, el miedo se basa en nuestra “lógica”. 


Esa “lógica” constantemente nos dice que algo no nos conviene. 


Si observas, para nuestro cerebro hoy en día todo es amenaza. 


Allí es cuando vienen los “¿y sí?”. 


Y si me equivoco, y si me vuelven a hacer daño, y si me estafan. 


La “lógica” no sirve sino para detenernos junto con el miedo. 


Porque al final por ese miedo no vamos a actuar y no va a pasar nada interesante en nuestras vidas. 


Vamos a seguir en el mismo sitio. 


Y con esto no te estoy diciendo que salgas corriendo a prestarle atención al primer embaucador que veas en la calle. 


De estafadores está lleno el mundo. 


Por ejemplo, si se trata de arriesgar mucho dinero en un negocio y la intuición te está diciendo que mejor no, escúchala. 


Mas bien se trata de confiar con cosas simples o cantidades de dinero pequeñas. 


Recuerda siempre el dicho popular que reza: “la avaricia rompe el saco”. 


Precisamente los grandes fracasos en el pasado te han ocurrido ya sea por confiado o por avaricioso.

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lunes, 6 de mayo de 2024

¿Éxito o Fracaso? La Verdad que se Oculta detrás de las Apariencias Laborales



¿Éxito o Fracaso? La Verdad que se Oculta detrás de las Apariencias Laborales

Uno de los mayores temores que tiene una persona que ha terminado sus estudios y se dispone a caminar por la vida laboral es tener éxito en eso que eligió profesión. 


Lamentablemente, tenemos problemas con esa palabra éxito, pues la mayoría relacionamos esto con el éxito financiero. 


Es decir que, si estudiaste para ser veterinario y no tienes los multi millones que otro veterinario tiene, entonces has fracasado. 


Y peor aún, más cruel es haber estudiado esa carrera y terminar por ejemplo trabajando en otra cosa. 


Por ejemplo, conozco de primera mano, el caso de una persona que fue 10 de 10 durante toda su etapa como estudiante. 


Incluso desde sus primeros años en el jardín infantil, esta personita resaltaba por sus capacidades. 


Todo el mundo tenía altas expectativas sobre esta persona. 


Pero cuando llego el momento de enfrentarse a la vida laboral, ¿adivina que ocurrió? 


Bueno, digamos que se pifió y terminó trabajando en un humilde puesto de una importante compañía. 


Haciendo cosas que no tienen nada que ver con su profesión. 


Las personas a su alrededor dicen que ha fracasado. 


¿Pero en realidad podemos llamarlo así? 


¿Cómo podemos definir el éxito o fracaso? 


Bueno, esto fue una pregunta que me hice hace mucho tiempo cuando mi hija Isabellita venía en camino. 


Recuerdo que cuando la mamá tuvo su primera ecografía, yo avisé en la empresa para la cual trabajaba y unos compañeros decidieron asistir conmigo a esa cita. 


Cuando nos bajamos del auto, se me vino a la mente, que pasaría si dentro de algunos años, Isabellita me preguntara si yo era feliz en mi trabajo. 


¿Qué le respondería? 


Obviamente sentiría vergüenza de responder afirmativamente a esa pregunta pues yo no era feliz en ese trabajo. 


Y eso que no era un “mal” trabajo, pues yo ganaba muy bien. 


Así que, a partir de ese momento, y no tenía la menor idea de cómo hacerlo, iba a trabajar en aquello que a mí me apasionaba que era escribir código para desarrollar aplicaciones. 


Unos meses después conseguí ese trabajo soñado. 


Pero antes de conseguirlo, también me propuse a hacer eso que me tocaba de la forma más placentera posible. 


Allí me di cuenta de que comencé a disfrutar de ese trabajo que no me gustaba. 


Y lo comencé a hacer tan bien que hasta me aumentaron el sueldo. 


Finalmente me fui y hasta hoy, después de muchos eventos aún me siento feliz trabajando en eso que tanto me apasiona. 


Podemos concluir de esta historia que por muy bien que ganes, sino eres feliz o no te apasiona eso que haces, eres un fracasado. 


Hace muchos años conocí a un joven que me contó que trabajaba en algo que no le gustaba pero que ganaba muy bien. 


Y adivina como era su vida. 


Retomando el primer ejemplo que la persona de mi entorno, el fracaso de ella no es por haber sido una excelente estudiante y terminar trabajando en un humilde puesto. 


Su fracaso es que NO disfruta ese humilde puesto que le “tocó”. 


Cuando uno disfruta lo que hace, no solo deja de trabajar, sino que su entorno comienza a cambiar y el resto de las cosas, como el dinero, vienen por añadidura. 


Siempre que salgo a las 5am a realizar deporte, me encuentro a personas cabizbajas, con estrés, preocupación, miedo o cualquier otra emoción negativa, yendo a sus trabajos. 


Por mucho dinero que gane una persona, ¿crees que bajo esas condiciones tendrá éxito en la vida laboral? 


Recuerdas que me cuestionaba, ¿qué le diría a mi hija cuando me preguntara si yo era feliz en mi trabajo? 


Curiosamente hace algunos días no me lo preguntó, sino que me lo afirmó. 


Así que quiero animarte, mediante esta información a que comiences a evaluar si estás feliz con los resultados de tu vida. 


Si la respuesta es negativa, comienza a disfrutar de eso que realizas cada día. 


Puedes usar tu imaginación, pensando que estás en una película, haciendo una misión importante o cualquier cosa que a ti se te ocurra. 


Te aseguro que cuando encuentres placer en eso que haces, dejarás de trabajar.

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lunes, 15 de enero de 2024

Cómo superar la programación mental del fracaso



Cómo superar la programación mental del fracaso

Por naturaleza, todos los seres vivos en este planeta deseamos estar siempre bien. 


Hay excepciones, pero recuerda que la excepción no hace la regla. 


Sin embargo, una cosa es lo que decimos querer, y otra muy contraria lo que hacemos para ello. 


Por ejemplo, queremos tener el suficiente dinero para poder conocer lugares, probar alimentos, comprar cosas, ayudar a personas que nos importan, etc. 


Y si sabemos que para tener suficiente dinero debemos trabajar, muchas veces no lo hacemos, esperando a que venga el angelito con el traje y la maleta del millón de dólares a solucionarnos la vida. 


Por ejemplo, con estos ojitos que tantas cositas lindas han visto, puedo observar constantemente la historia de un buen amigo. 


Él inicio un negocio en compañía de un socio que es su pariente. 


Desde el inicio del negocio se notaba quien le ponía ganas y quien no. 


Pues los mismo clientes se quejaban de la cara de “limón”, o cara de amargado del socio. 


Incluso ellos mismos le decían a este joven que apenas tuviera la oportunidad, comprar la parte de su socio y así administrar su negocio con su empuje y energía positiva. 


Efectivamente cuando se dio la oportunidad, le dijo al pariente “cara de limón”, que le compraba su parte. 


A lo cual él dijo que no le quería vender. 


Claro el otro haciendo todo, colocando su energía y entusiasmo y él recibiendo la mitad de los dividendos sin hacer nada, ¿cómo iba a estar de acuerdo? 


Así pues, este bueno amigo le dijo, entonces cómpreme mi parte que yo sigo solo. 


No le quedó más remedio entonces que venderle, pero le pidió el favor de que le permitiera seguir como empleado del negocio. 


Bueno, el cambio se notó tanto que el negocio de este buen amigo se ha crecido exponencialmente. 


Pero todo se debe a que el disfruta tanto lo que hace, que incluso abre su negocio los días festivos. 


Y aquí es donde comienza un problema con su nuevo “empleado”. 


Yo vivo en el país con más días festivos del planeta. 


Mucha gente ve el trabajo en los días festivos como una maldición. 


Van, pero lo hacen de mala gana y odiando lo que tienen que hacer para poder comer. 


Y no estoy diciendo que el 100% de las personas hagan esto, pero si la mayoría lo hacen disconformes. 


Así que el ex socio de mi amigo se la pasa preguntándole que por qué mejor no cierran y descansan que el cómo dueño se lo “merece”. 


¿Tan amable no? 


Y el dueño simplemente le responde que no venga que el sí va a abrir. 


Lógicamente si no va, pues no le pagará ese día de trabajo. 


Y le “toca” ir para poder seguir comiendo y maldiciendo el destino que le tocó. 


Todo esto hace que nos surja la pregunta del por qué si sabemos que algo nos conviene, no lo hacemos o lo detestamos. 


Bueno, en esto influye poderosamente el programa mental de fracasados que a todos nos han estado inculcando desde pequeños. 


Cuanto somos pequeños y tomamos la iniciativa de hacer algo, pero nos queda mal, muchas veces nuestros padres o personas cercanas nos dicen “mijo esto se hace es así”. 


Qué crees que le estamos sub comunicando a un pequeño que intenta hacer algo por vez primera y no le sale “perfecto” como nos saldría a nosotros los “iluminados”. 


Que su esfuerzo no lo vale y que otros si saben porque merecen. 


Bueno, esto pasaba en mis épocas, cuando “éramos tan inocentes”. 


Hoy en día si un niño comete un error no se le castiga, sino que por el contrario se le aplaude y se le pone todo fácil ya que no quiero que mis hijos pases por lo que pasé yo. 


En este caso le estamos sub comunicando a nuestros pequeños la mediocridad. 


No importa si está bien o mal, un aplauso para ti papito que te lo mereces todo. 


Pero cuando ese niño crece y se encuentra con que en la vida nadie le va a alcahuetear y que, si no hace su labor excelente, lo mandan a la calle, es cuando piensa que el mundo está en su contra. 


Que no lo tratan bien y que solo lo quieren ver sufrir. 


Retomando el caso del “empleado” de mi amigo, esté nunca analiza que la gente paga o compra un servicio para ser utilizado. 


En este caso es un gimnasio. 


Él se excusa que por ser temporada de fin de año la gente casi no va y bla bla. 


Si alguien paga un servicio es su problema si deja vencer la membresía sin ir o no. 


La responsabilidad de un negocio es prestar el servicio pues para eso lo está ofreciendo. 


Pero en su programación mental de pobreza y fracaso este otro muchacho siente que no merece ganar, sino seguir a la sombra de su patrón, esperando que este lo deje descansar algunos días. 


Mira, todos tenemos este tipo de pensamientos pues como mencioné anteriormente es lo que nos sub comunicaron las personas de nuestro entorno. 


Esa gente ya no está con nosotros, ni dependemos de ellos. 


¿Entonces para qué prestarles atención a palabras que no nos convienen?

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lunes, 1 de enero de 2024

La verdad sobre la compra compulsiva. Es una forma de autoafirmación o una señal de inseguridad?



La verdad sobre la compra compulsiva. Es una forma de autoafirmación o una señal de inseguridad?

Muchas veces queremos vivir bien, pero en ese proceso parece que nos metemos la pata para seguir viviendo mal. 


Como si una fuerza desconocida nos estuviera impulsando para que cometiéramos un error tras otro y arruinarnos la vida. 


Por ejemplo, hace algunos días un bueno amigo me contó que años atrás iba a realizar la compra de un automóvil. 


Paralelamente una amiga suya iba a realizar lo mismo. 


Con la única diferencia que ella quería un automóvil de lujo y totalmente nuevo. 


Mi amigo le recomendaba que no hiciera eso, y que mejor comprara un carro de acuerdo a sus capacidades económicas. 


Nuuuu, ese consejo le entré por un oído y le salió por otro. 


La señorita salió corriendo a endeudarse con el banco para poder comprar su auto nuevo. 


Como siempre, los primeros días todo felicidad. 


Pero con el paso de los meses la cosa se comenzó a complicar. 


Esta señorita ya se estaba complicando para pagar las cuotas del préstamo en el banco. 


Y mientras mi amigo pagó su automóvil de segunda mano, en efectivo y quedó sin deudas, ella cada mes vive en la incertidumbre si puede o no seguirlo pagando. 


La pregunta que nos interesa responder es: “¿Por qué compramos cosas para impresionar a los demás?”. 


Hay muchas razones por las que las personas compran cosas para impresionar a los demás. 


Algunas personas pueden hacerlo porque se sienten inseguras o tienen baja autoestima. 


Otras personas pueden hacerlo porque quieren encajar en un grupo social o parecer exitosas. 


No creo que sea necesario nombrar las conclusiones de esta triste historia. 


Lo más importante es que, ¿si sabemos que algo no está bien, y nos llevará al fracaso, por qué lo hacemos de todas formas? 


¿Puedes comprender como tus creencias influyen en las decisiones que tomamos? 


Desde muy pequeñitos hemos aprendido a complacer a los demás y ganar su aprobación. 


Eso lo seguimos haciendo en la actualidad. 


¿Qué necesidad tenemos de darle gusto a los demás, a causa de nuestro bienestar? 


Debemos ser conscientes que en esto juega un papel adicional la publicidad. 


Y la cultura del consumo en la creación de necesidades. 


Ahora no vayas a culpar a los comerciantes. 


Ellos al igual que tú, también necesitan comer. 


Al menos no te están obligando de forma directa a comprar sus productos. 


Eres tú mismo, con tu descontrol emocional, que te incita hoy a comprar una cosa y mañana la otra. 


Finalmente, el del impacto negativo eres tú y las personas que tienes a tu cargo y dependen de ti. 


El problema es que esto no solo afecta la economía tuya, sino tu salud mental. 


Finalmente, todo ese estrés termina afectando tu salud física. 


¿Y todo por qué? 


Por trata de impresionar a los demás. 


Mira la verdad a través de esta información quiero animarte a que dejes de sufrir por cosas que no valen la pena. 


Muchas veces estamos bien, pero nuestras creencias de malestar nos “pedalean” para que nunca busquemos el bienestar. 


La tranquilidad está a solo a una respuesta, y es responder “si hago esto, ¿qué sucederá después?”. 


Tómate siempre el trabajo de calcular tu siguiente paso y si este te va a traer bienestar o malestar.

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lunes, 14 de diciembre de 2020

Nuestro mayor miedo



Nuestro mayor miedo

El miedo es una de las emociones mas controversiales que tiene el ser humano.


Por un lado, el miedo nos ha servido de protector desde que llegamos a este planeta.


Por ejemplo, la primera vez que tuviste contacto con el fuego.


Quizás tus padres te advertían que no lo tocaras, pero tu insistías en saber qué era eso, hasta que finalmente lo ¡entendiste!


A partir de este momento ni por nada del mundo te volverías a acercar al fuego.


Lo mismo podríamos decir de la corriente eléctrica.


De hecho, llegué a conocer personas que su miedo por la electricidad les ha causado problemas al ver esta asignatura en la educación superior.


Aquí podemos ver como el miedo nos protege de seguir haciéndonos daño en el futuro con algunos elementos.


Pero también nos puede perjudicar a paralizarnos al actuar ante eventos o situaciones que nos convienen.


Si se lo permitimos, el miedo puede ser un enemigo bastante poderoso.


Incluso se ha llegado a clasificar una lista de 7 miedos que debemos vencer si queremos ser exitosos.


Por ejemplo, el miedo a la crítica.


De esto sí que padecemos la mayoría de personas.


Digamos que voy a crear un canal en YouTube sobre lo que he aprendido de las emociones y como estas nos ayudan o perjudican.


Al principio puedo sentir miedo al que dirás las personas que me conocen.


Es decir, si hablaré bien, si les gustará, etc.


Si observas, todas estas preguntas estarán orientadas a las críticas y opiniones que harán las personas sobre mí.


Y si el sigo dando energía a estas emociones y pensamientos negativos mucha gente perderá la oportunidad de aprovechar este conocimiento.


¿Cuántos amigos no me he llegado a encontrar en la calle, dándome gracias por que su economía mejoró ya que dejaron de trabajar para gente pobre?


Con esto me refiero a que soltaron esos empleos donde su jefe les daba pesar pagarles o les pagaba bien poquito.


Así que no sabemos, la gran cantidad de personas que dejaríamos de estar ayudando solo por el miedo a la crítica.


Otros miedos que existen son el miedo a la pobreza.


Es por eso que nos encanta “mostrar” nuestros logros en las redes sociales.


No queremos quedarnos callados y ser discretos para que no nos asocien con la pobreza.


Un fenómeno similar ocurre con el miedo a la vejez, y podríamos asociar este último con el miedo a la muerte.


Por eso adulamos tanto la juventud y queremos tener ese aspecto juvenil para siempre.


Caemos en cirugías y tratamientos para el rostro, que a la final no nos dejan envejecer con dignidad.


Literalmente podemos llegar a transformarnos en monstruos, al llegar a la vejez.


Los últimos cuatro grandes miedos que tenemos están bastante relacionados entre sí.


El miedo al fracaso, el miedo a ofender a otros.


Miedo al ridículo y finalmente miedo al éxito.


Si observas cuidadosamente de esta lista de 7 miedos que acabamos de nombrar, los 6 primeros tienen que ver mucho con terceros.


Es decir, miedo a la crítica, a lo que piensen los demás.


Nos importa mucho la imagen que proyectamos sobre otros.


Por eso nos pasamos la vida tratando de complacer a terceros.


Y nos damos cuenta que a la final ni siquiera miraron ese esfuerzo que hicimos por agradarlos o no les importó.


Estos miedos tienen que ver mucho con el ego, pues este, de cierta manera se ha estado alimentando por lo que otros opinan sobre ti.


En cambio, el último miedo de esta lista, es decir el miedo al éxito, tiene que ver mas con nuestro mayor temor.


Yo creo que la mayoría pensamos que el mayor temor es la muerte.


A nivel personal yo creía que el mayor miedo que yo tenía era al Diablo, a los demonios, fantasmas o similares.


Nuestro mayor temor no son esos miedos, sino el brillar más que otros.


Dejar salir nuestra luz, porque pensamos que vamos a opacar a las personas que amamos.


Imagínate por un momento que has tenido unos padres amorosos.


Ellos te dieron todo lo necesario de manera física y emocional para que tuvieras un excelente desempeño como adulto.


¿Cómo te sentirías logrando algo que por ejemplo ellos siempre lucharon por hacer y nunca pudieron?


Con la mano en el corazón nos sentiríamos mal, como si los estuviéramos traicionando.


Es por eso que no nos atrevemos a dejar brillar nuestra luz porque inconscientemente pensamos que estaremos haciéndole daño a las personas que amamos.


Cuando tu luz brilla, automáticamente le estás concediendo el permiso a la gente que te rodea para dejar brillar su propia luz.


A mi me ha ocurrido que cuando he realizado algo o he adquirido algo, las personas a mi alrededor, al poco tiempo también lo han hecho.


Quizás alguien se enoje porque a su alrededor “copiaron” su éxito o lo que hizo.


Tal vez diga que lo imitaron y que son puras envidias de sus vecinos o amigos.


La verdad estos conceptos provienen de una mente con muchas carencias emocionales.


Pero cuando haces algo y otra persona sigue tus pasos, debes alegrarte porque tu luz hizo que la luz de otra persona también brillara.


Si eso te produce malestar solo date cuenta que es un sentimiento de carencia.


Este universo es abundante y sobre abundante de cualquier cosa.


Tenemos la tendencia a creer lo que afirman medios oficiales sobre la carencia.


Pero si observas a tu alrededor, aun en medio de una “crisis” mundial, mucha gente, bastante gente, sale a comprar cosas suntuosas.


Hace unas semanas que salí a comer a la calle, me sorprendió la cantidad de personas que hacían fila para ingresar a toda una zona de diferentes restaurantes.


Yo imaginaba que por la “crisis” mundial y la pandemia, la gente no iba a salir mucho que digamos.


Y hace poco hablando con mi gran amigo, el doctor Víctor Giordani, me contó que en su país también intentó salir a comer y se sorprendió de la misma situación.


He visto en medio de esta “crisis” como amigos han comprado vehículos nuevos y esto ha hecho que otros a su alrededor también sigan sus pasos.


Así que quiero animarte a través de esta información a enfrentar a tu mayor miedo que es tu propia luz.


Tu oscuridad no solo te perjudica a ti, sino a los que te rodean.


En cambio, tu luz, te beneficiara tanto a ti como a los que amas.

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lunes, 9 de noviembre de 2020

Por qué el conocimiento está asociado a la riqueza?



Por qué el conocimiento está asociado a la riqueza?

Hace algunos días, mientras almorzaba con mi hija, se dio la conversación sobre las metas que ella tenía en la vida.


Hablábamos sobre el esfuerzo que se debe llevar a cabo para poder lograr lo que uno desea de la vida.


Ella confesó que admiraba mucho a una figura pública que era hija de un magnate petrolero.


Y confesaba que le parecía injusto que mientras ella tenía que estudiar, la chica que admiraba se la pasaba de playa en playa, conociendo el mundo y disfrutando de este.


Yo le pregunté de inmediato a mi hija sobre la edad de esta chica que admiraba y si ella hacía algo en la vida aparte de salir a disfrutar de sitios.


Isabellita me contó que la chica tenia un negocio de cosmética y su principal producto eran los labiales.


En esto le dije que la chica que ella admiraba no era cualquier persona sino alguien que pasó por el mismo proceso que ella.


Tuvo que estudiar y ver como otros personajes paseaban por el mundo mientras ella se “sacrificaba” por aprender.


Le hacía notar que está chica vivió su mismo proceso y tuvo que aprender a ser empresaria pues de lo contrario no podría hacer lo que ella tanto admira.


Mi hija pensó que, si ella fracasara en su negocio, su padre, que era un magnate petrolero la apoyaría y no perdería nunca.


Hasta aquí podríamos pensar que Isabellita tiene la razón.


Pero esto me hizo recordar una reunión que tuve hace muchos años con un empresario bastante importante de mi región.


Su padre llegó del extranjero a probar suerte en mi país.


Comenzó humildemente vendiendo en las plazas de mercado y poco a poco llegó a construir una de las empresas más grandes de alimentos de mi región.


Este empresario heredó todo el imperio que construyó su padre, pero antes de recibirlo se dedicó a prepararse para ello.


Y en medio de la reunión expresó algo muy curioso sobre el legado que él dejaría.


Dijo textualmente que la riqueza que construyó su padre y el que ayudó a aumentar, terminaría con sus hijos.


Yo le pregunté porque afirmaba tal cosa y me respondió que sus hijos nunca se interesaron por la educación ni el conocimiento para perpetuar su imperio económico.


Estos más bien se dedicaron fue a “disfrutar” de todo el esfuerzo que hicieron sus predecesores.


Nunca se interesaron por capacitarse.


Mal interpretaron la riqueza y no llegaron a entender que esta no sale de la nada, sino que hay que trabajar por ella.


En mi ciudad natal llegó a existir un imperio similar desde que era un niño.


Esta empresa llegó a tener sucursales por toda la ciudad y a pesar de tener un excelente producto, hoy en día no queda nada de esto.


Todo porque el hijo que heredó este negocio nunca se preocupó por capacitarse o adquirir el conocimiento para continuar con el legado de sus padres.


Otro caso similar que llegué a conocer de unas personas muy cercanas fue el de un padre bastante hábil en los negocios.


Intentó impulsar a su hija para que siguiera su propio camino y por más que lo intentó, está solo se dedicó a arruinarlo todo.


Finalmente, el padre agotado desistió y su hija en la actualidad trabaja como cualquier persona sin oportunidades.


¿Puedes ver la importancia de la educación no solo para generar riqueza, sino para sostenerla?


Muchas veces podemos llegar a pensar que la riqueza depende de la buena suerte.


Podemos ver que esto no es cierto, pues la gran mayoría de personas que ganan grandes cantidades de dinero en juegos de azar, pierden en poco tiempo su fortuna.


Anteriormente conté el caso de un taxista que ganó 2 veces el premio mayor de una lotería de mi país.


Eso fue bastante dinero y de todo ello sólo quedó con un pequeño apartamento donde vive con su esposa y el taxi que manejaba para poder comer.


El mismo decía que lo gasto en fiestas y cuanto evento le proponían.


Hubiera sido diferente si tuviera un mejor conocimiento sobre el dinero, deudas, gastos, inversiones, etc.


Mi hija es una preadolescente, pero tiene muy claro que es una inversión y que es un gasto.


Desde muy pequeña aprendió el poder del ahorro, como generar dinero y sobre todo cómo negociar y no permitir que otra persona pueda sacar ventaja.


Algunos nos hemos demorado más de 40 años en aprender esto.


Otros quizás se van a ir de este planeta sin saberlo.


Si te interesa conocer la metodología que utilicé con ella, te invito a ver el tema LA MEJOR EDUCACIÓN PARA NUESTROS HIJOS.


Lo más importante es que a partir de este momento que conoces esta información tomes la decisión de educarte para generar riqueza.


O también capacitarte para sostener el legado que te hayan dejado tus parientes.


Recuerda que debemos pasar por los mismos procesos si quieres repetir el éxito que otros han logrado.


Las cosas no llegan por azar, o por magia o favor divino.


La vida quiere lo mejor para todos y por eso nos da en cada instante las oportunidades para alcanzar el bienestar.


Nuestro trabajo es estar alerta a estas y eso solo se consigue con el incremento del conocimiento.

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lunes, 31 de agosto de 2020

El problema de la permisividad en la educación



El problema de la permisividad en la educación Debido a que pertenezco a la generación de 1971, mi educación y respeto por las demás personas es bastante considerable.


En aquella época no se toleraba ni siquiera que uno mirara mal a los padres.


Y hay de aquel que les respondiera de forma agresiva.


De hecho, con una sola mirada que nos diera nuestra madre, de inmediato obedecíamos porque cada uno sabía lo que le esperaba en la casa.


Como quien dice, si naciste en aquellos años y no tienes cicatrices de castigos, no tuviste infancia.


Con los años, aproximadamente en la década de los 90, los modelos de disciplina en casa fueron cuestionados por los psicólogos y expertos en la educación.


Se decía que, por culpa de los castigos de nuestros padres, a muchos se les vio truncado su éxito personal.


Quizás porque con tanto castigo los niños crecían tímidos, temerosos o retraídos.


Esto obviamente iba a afectar su desempeño en todas las áreas de su vida.


Y aquí hay que hacer una aclaración respecto a los castigos.


Es evidente que los seres humanos al ser víctimas de otras víctimas, se puede presentar abuso de autoridad.


Es decir que en el caso de nuestros abuelos ellos fueron muy maltratados por sus padres, que, a su vez, fueron de forma más cruel maltratados.


Personalmente llegué a conocer a alguien que estando muy niño le pegaban con lo que encontraran a mano, debido a sus travesuras.


Pero indagando la violencia del padre de este niño pude saber que esta persona también fue maltratada de forma más cruel.


Así que podemos decir que, en medio de todo el salvajismo humano, ha existido una evolución donde la nueva generación es más permisiva que la anterior.


Esto ocurre porque si yo sufrí castigos que considero fuertes, existen altas probabilidades que al experimentar esto, los castigos a mis hijos sean menos fuertes, gracias a la empatía.


En mi caso, mi madre me llegó a decir que yo era bastante travieso y que llevé mucho garrote de parte de ella.


La verdad yo no puedo recordar mucho esto, pero me parece cuestionable por mi naturaleza angelical.


Los padres de hoy en día somos bastante permisivos, a tal grado que parece que nosotros fuéramos los hijos.


He visto en la calle como papá o mamá llegan a hacer la voluntad de un pequeño solo para evitar que este haga berrinche.


También he visto muchos de los niños que fueron creciendo bajo estos parámetros de permisividad, como le faltan al respeto a sus padres, ahora que son adolescentes.


Lo más increíble es que los padres se quejan por qué el niño les “salió” así.


En otras palabras, los humanos siempre nos vamos a los extremos y esta no ha sido la excepción.


La pregunta importante que nos viene en este momento es, ¿cuál debería ser el punto de equilibrio en la disciplina de nuestros hijos?


Primero que todo, cuando se le pregunta a uno de los padres de hoy en día por qué no disciplina a su angelito, de inmediato contesta que lo ama y que por eso NUNCA le hará daño.


Debemos aclarar que el amor no significa que nuestros hijos hagan lo que ellos quieran.


Al contrario, esto es abandonar a un hijo a la suerte del destino.


No hay nada de amor en dejar que tu hijo(a) haga su voluntad, pues no vas a estar todo el tiempo allí para protegerlo.


En algún momento vas a faltar y solo les quedará las cosas, buenas y malas, que aprendieron de ti.


Existe un dicho que vengo escuchando desde que era un niño sobre esto.


Literalmente reza, “el que no tiene padres en la casa, pronto los conseguirá en la calle”.


Tristemente la gente en la calle no es tolerante como tu “amor de padre” permisivo.


Ten por seguro que si acostumbras a tu hijo(a) a pasar por encima de ti, alguien en la calle le romperá la boca.


Y puede que digas “es que yo a mi hijo(a) le voy a enseñar a defenderse”.


Recuerda que, para un fuerte, siempre hay otro más fuerte.


Yo creo firmemente que el punto de equilibrio en la disciplina está en darle conocimientos a tus hijos.


Con esto me refiero que en vez de darle las cosas simplemente porque sí, ¿por qué no le enseñas a ganárselas?


Automáticamente estarás enseñándole el valor de las cosas, que con su inteligencia puede ganar y también le estará enseñando a trabajar.


Al fin y al cabo, eso va a tener que hacer en algún momento futuro.


Si quieres conocer más información sobre estos métodos te invito a ver LA MEJOR EDUCACIÓN PARA NUESTROS HIJOS.


Nuestros hijos son bastante listos y no hay necesidad de maltratarlos para que entiendan.


Pero hay que ser firme y aprender a decir la palabra NO con ellos.


Enseñarles que hay una autoridad, pues cuando crezcan se van a enfrentar a que deben seguir una autoridad y unas leyes o de lo contrario tendrán que ser delincuentes y prófugos de la Ley.


Otra cosa que les estás quitando a tus hijos si eres permisivo es la fortaleza mental.


Normalmente cuando un niño crece sin reglas básicas o autoridad, se convierte en un adulto frágil mentalmente.


Es decir que nunca aprendió a resolver, a enfrentar las cosas y por lo tanto tendrá la tendencia a ser derrotista.


Hoy en día vemos como nuevas generaciones les ofende todo, se quejan por todo y quieren obtener de la vida bienestar sin esfuerzo.


Debemos ser conscientes que el mundo de cierta forma es un lugar implacable.


Y cuando nos creemos víctimas, siempre vamos a encontrar un abusador.


Al doctor Guillermo Villa Ríos, le aprendí la siguiente frase: “Se duro con la vida, para que la vida sea blanda contigo”.


Pues cuando uno “es blando con la vida, esta es dura con uno.”


Esto quiere decir que cuando tú te esfuerzas por ejemplo estudiando, eso va a ser bastante duro para ti.


Pero con el tiempo, debido a esta dureza, la vida se volverá blanda contigo, pues tus conocimientos te abrirán puertas.


En cambio, si eres blando con tu vida, es decir eres indiferente al esfuerzo o solo te importa divertirte, la vida será bastante dura contigo en el futuro.


Así pues, quiero animarte mediante esta información a darle verdadero amor a tus hijos interesándote por su avance diario.


No hagas como la mayoría que debido a su fracaso disciplinario entregan a sus hijos al sistema educativo que no necesariamente le puede estar enseñando a triunfar.

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