Hace algunas semanas en el lugar donde siempre almuerzo, se sentó un señor a mi lado.
La característica de este señor era que venía sucio, como si trabajara pintando casas.
Como yo estaba averiguando algo de ese tema, decidí preguntarle si era maestro de obra.
El señor me dijo que no, que él solo trabajaba plomería y en algunas ocasiones pintaba casas.
Bueno, después de un rato, no recuerdo muy bien pero el tema se desvió.
Este señor, al igual que a mí, le interesaba mucho la ciencia.
Comenzó a hablar de ciertas cosas que yo conozco y me sorprendió la exactitud de los datos que decía en la conversación.
No me aguante la curiosidad y le pregunté que se si leía mucho y el señor me respondió que desde niño le gustó hacerlo.
En fin, este señor me dio una gran lección pues para serte honesto mi juicio crítico se dejó llevar por su apariencia en el principio.
Y eso que yo me jacto de tener mi mente abierta.
Bastó una ropa manchada para que mi mente intentara clasificarlo, ubicarlo en una categoría, etiquetarlo sin conocerlo.
Cuantas veces nos perdemos de conocer gente interesante (y que enriquezca nuestra vida) simplemente porque no cumplen con nuestros estándares de belleza, estatura, economía, etc.
Lamentablemente nuestro mundo actual grita ante las apariencias y se queda mudo antes la esencia.
Es por eso por lo que vivimos persiguiendo cosas triviales, porque estamos llenos de eso.
Al final del día buscamos la felicidad y con esa manera de va a ser muy difícil con seguirla.
No escuchamos lo que la vida nos da cada segundo para lograr lo que pedimos.
Pensamos que somos los únicos que tenemos la razón y los demás están equivocados.
Mira que este año conocí a una señorita muy atractiva.
Si cuantificamos la belleza podríamos decir que tiene un 10 de 10 puntos posibles.
Sin embargo, ella es linda hasta que abre la boquita.
Tiene un vocabulario demasiado soez.
La verdad cuando yo veo una persona así se me quita hasta las ganas de saludarla.
Claro, no falta el que babea apenas la ve. Para todo hay antojados.
Pero no sabe en lo que se está metiendo, al dejar entrar a su vida una persona que solo sabe expresar vulgaridad y banalidades.
Así que, mediante esta historia, quiero animarte a soltarte de todos los juicios que has aprendido desde pequeño.
La felicidad no son instantes que llegan y se van como piensa todo el mundo.
Es una secuencia de felicidad en felicidad y eso solo se logra si observas lo que la vida te da en los pequeños detalles.
Hace ya algunos años escuché una teoría bastante interesante sobre la riqueza.
Esto se lo escuché decir a un señor argentino por allá en el año 2007, que ocurriría si se repartiera la riqueza en partes iguales para cada ser humano.
El afirmaba que, por un tiempo, las cosas cambiarían, pero que con los meses la gente que era rica se volvería más ricos.
Mientras que la gente que no tenía recursos pronto desperdiciaría su dinero.
Así pues, hacer esa distribución sería una total pérdida de tiempo, pues volveríamos a lo mismo que conocemos actualmente.
Y esto se debe a que la riqueza no es algo físico, ni tiene que ver con la cantidad de dinero que tengas en tus manos.
La riqueza es un estado de consciencia.
Por ejemplo, en este momento si te digo que me compres un helado, tal vez lo haces sin problema.
Pero si te digo que me compres un edificio, es muy probable que me digas que no.
Si observas, frente al helado te sentiste cómodo.
En cambio, cuando piensas en comprar un edificio ¿notas que hay algo en ti que no se siente libre?
¿Cómo que hay algo que te incomoda?
Eso es la consciencia de prosperidad y depende mucho del estado de tu bolsillo.
Si un edificio costara lo mismo que un helado, no sentirías esa sensación de carencia.
Sin embargo, hace unas semanas, escuché de un buen amigo una teoría muy diferente a la anterior.
El me hizo la pregunta de qué pasaría si se reparte la riqueza en partes iguales.
Bueno, como yo conocía la primera teoría, abrí mi gran bocota y dije que volveríamos a la misma situación financiera actual.
Mi amigo me dijo que estaba totalmente equivocado pues el mundo se paralizaría.
Es decir que nadie trabajaría.
Para que me puedas entender un poco mejor, hagamos el siguiente laboratorio mental.
Imagínate que estás en esa situación y ya tienes una gran cantidad de dinero como para no trabajar el resto de tus días.
¿Cómo sería tu día a día?
¿Renunciarías a tu trabajo?
¿Madrugarías?
Bueno, ahora piensa en el resto de la humanidad.
¿Crees que ellos van a seguir buscando servirte, si ya tienen su vida financiera resuelta?
Supongamos que vas a algún sitio y necesitas tomar un taxi.
¿Dónde vas a encontrar un taxista que te preste el servicio si ya no necesitan trabajar?
¿Y para comer que piensas hacer si ya nadie necesita sembrar, cosechar, o vender comida?
Así que con ese dinero que tienes, puedes ir haciendo una linda hoguera para iluminar la noche.
De esto podemos concluir que lo más valioso e importante que tiene el ser humano es el servicio hacia los demás.
Si somos totalmente honestos, podemos decir que tal como funciona la vida en este momento, es “perfecta”.
Sino mira lo que ocurre cuando una persona logra su pensión de vejez.
Ya no hace absolutamente nada.
A lo mucho sale al parque a hablar con sus amiguitos en su mismo estado.
Finalmente, al no servir, no tener un objetivo en la vida, su salud se va deteriorando y de forma rápida.
Hasta que más pronto que tarde, la persona se despide de este mundo.
Así que es mi intención, mediante esta información que nunca dejes de servir a la humanidad.
El objetivo no es solo hacerlo por dinero, para que tu vida y las del resto funcionen.
Sino porque eso es nuestro verdadero propósito en la vida, servir y amar a los demás.
Una de las cosas que más se ha perdido en la actualidad es la confianza en el prójimo.
La gente ha perdido el honor, basa su vida en mentiras y estafas.
Todo esto ha traído como consecuencia que uno quiera más a las mascotas que a las personas.
Y eso que no hemos hablado de las infidelidades y engaños amorosos.
El caso es que, en la actualidad, todos desconfiamos de todos y creemos que estamos rodeados de pura bazofia humana.
¿O te atreverías a realizar negocios con desconocidos solo de palabra?
Bueno de hecho hay personas que los hacen mediante las redes sociales.
Pero finalmente son víctimas de estafas.
En mi caso TODOS los días tengo que lidiar con intentos de fraude, donde el común denominador es primero conectar emocionalmente conmigo.
Y apenas exista la confianza, entonces de una, allí te meten el “negocio” de tu vida.
El que te va a volver multimillonario.
Sin embargo, creo que todos hemos escuchado historias donde nuestros abuelos hacían negocios de palabra.
Y tenían las pelotas para cumplir lo que prometían.
Casi que “igualito” a la actualidad.
Y teniendo en cuenta todo esto, uno se pregunta, ¿qué pasó entonces con el honor y los valores en el ser humano?
Así pues, es inevitable preguntarse ¿el ser humano es bueno o malo por naturaleza?
Pues te cuento que hace unas semanas atrás me di a la tarea de encuestar a varios amiguitos.
La encuesta tenía solo 2 preguntas.
El ser humano es bueno o malo y si las personas que te rodean son buenas o malas.
Para mi sorpresa y aunque un 5%, las personas aun creen que el ser humano es bueno, y que están rodeados de personas buenas.
Y esto porque la gran mayoría no confían en su prójimo, precisamente por lo hablamos al inicio.
El 95% restante se inclinaban más por la maldad del ser humano.
A pesar de esto, se podría decir que casi la mitad estaba dividida en que su círculo también contaba con personas buenas.
Y hasta aquí podemos llegar a la conclusión que el ser humano es malo por naturaleza.
Pero esto me hizo recordar que, en clase de ética profesional en la universidad, nos tocó realizar un ejercicio.
El profesor nos entregó un texto, titulado EL HOMBRE, LOBO O CORDERO, para que escribiéramos un ensayo.
En resumen, este texto afirmaba que el hombre mientras está con la manada, es un corderito manso.
Pero si tomamos uno de esos corderitos inocentes, y lo subimos a dirigir al resto, es aquí cuando se transforma en lobo.
Mira en los años en que llevó este hobbie de la investigación del pensamiento humano y las emociones he podido notar que esa voracidad que tiene el ser humano al subir de nivel, se debe a sus carencias.
La mayoría de personas en la cúspide son sedientos de poder.
Y uno puede preguntar que, si ya lo tiene todo, porque aún permanece con ese comportamiento de carencia.
Si observas, absolutamente TODOS queremos vivir en paz y armonía con los demás.
Incluso ante los problemas, todos tratamos evitarnos los choques físicos.
Y cuando lo hacemos, así hayamos “ganado” la pelea, te aseguro que el resto de nuestro día ha quedado arruinado.
Incluso podemos pasar días pensando en que no debimos agredir a esa persona.
O con solo discutir con alguien en el tráfico hace que nos sintamos mal por el resto del día.
Y esto ocurre porque en nuestro interior TODOS queremos vivir en paz y armonía con nuestro entorno.
Esa es la naturaleza humana.
Queremos mantener un equilibrio entre salir adelante y armonizar con otros para que también salgan adelante.
Y quizás en este punto me estés diciendo “Gabrielito lindo, la gente quiere que progreses, pero no más que ellos”.
Bueno en eso si tienes toda la razón.
Pero aquí es cuando se mezclan otras cosas en nuestra vida como por ejemplo la envida, los celos, etc.
Pero a nivel básico, lo que todos deseamos es comprar la paz de nuestra alma.
¿Sabías que detrás de todos los deseos que tienes, está ese propósito?
Si quieres por ejemplo una casa, mucho dinero o lo que sea, analiza por qué al tenerlo quieres una nueva cosa.
Es como si fueras “un barril fondo” y persiguieras constantemente cosas.
Cuando eres consciente que detrás de eso que buscas está la paz de tu alma, observa como algo en ti se comienza a aquietar.
Si te pasa eso en este momento házmelo saber en los comentarios.
O sino te pasa comenta, nada sigo igual, !quiero más!
Mira tú, al igual que el resto de personas tienen más bondad y amor en el corazón de lo que creemos.
Por ejemplo, ¿por qué no te enamoras de mí?
Porque tienes miedo de que te haga daño o que te pueda abandonar o cambiar por otra persona “mejor”.
Y lo mismo me pasa a mí.
No me enamoro de ti porque no quiero que me hagas daño.
Y en esto de la prevención es que la humanidad actualmente está perdiendo el tiempo.
Nadie quiere dar el primer paso y todos estamos esperando que alguien lo haga.
Y lamentablemente con ese pensamiento, nada va a pasar.
Todo va a seguir exactamente como esta.
Así que quiero animarte, mediante esta información, a vivir sin ese miedo a dar sin recibir algo a cambio.
Cuando das lo mejor de ti, la vida se encargará de guiarte a personas que vibran bajo tu misma frecuencia.
Recuerda que, si tu vida está rodeada de personas “malas”, es porque algo en tu interior las está atrayendo a tu experiencia de vida.
La mayoría de seres humanos pensamos que las cosas nos ocurren por pura y física suerte.
Por ejemplo, mucha gente, trabaja duro toda la semana, para ir al club de billar y gastarse el dinero en licor, juegos o diversiones.
Finalmente, cuando llega el momento de comprar los víveres o pagar las facturas obligatorias, se dan cuenta que el dinero ya no está.
Personalmente puedo dar fe plena que esta desorganización me llevaba a sentir que no ganaba lo suficiente y que estaba explotado laboralmente.
Cada noche salía a comer en la calle, cosa que no es muy económica que digamos.
Y no solo terminé con sobrepeso, sino que no podía llegar a fin de mes si no era prestando dinero a mis amigos.
Pasaron muchos años de sufrimiento y carencias innecesarias, si tan solo me hubiera enterado de la mecánica que existe entre nuestros pensamientos y emociones.
Y como estas nos llevan a tomar decisiones estúpidas o acertadas para vivir mejor.
Y aquí tenemos 2 opciones, culpar a otros por nuestros fallos diciendo que nadie me informó.
O tomar la responsabilidad de educarme emocionalmente para mejorar mis decisiones y resultados.
Yo creo que en pleno siglo 21, con la tecnología que tenemos, nos queda muy inmaduro excusarnos en culpar a otros que no nos dijeron nada.
Sin embargo, esas mismas personas que alegan falta de oportunidades son las que uno ve viendo novelas, escuchando la misma música disfuncional de siempre, etc.
Hacen uso de la tecnología para ver lo que otros hacen y estarlos criticando por esto o lo otro.
Lamentablemente los seres humanos esperamos a que las cosas se salgan de control para actuar y buscar mejoras.
Por ejemplo, en estos momentos en mi país hay un paro nacional donde ha ocurrido de todo.
No sé cómo estará la situación cuando veas este vídeo, que será el próximo 31 de mayo, pues yo siempre grabo con 3 semanas de anticipación.
Y hoy es viernes 7 de mayo en horas de la noche, y al parecer mi camarógrafa también entró en paro pues no quiere grabar mañana temprano.
El caso es que antes de toda esta situación, varios personajes en YouTube que sigo, desde el año pasado recomendaban ir comprando alimentos no perecederos.
Si tú en este momento sales en mi localidad a los supermercados o tiendas, las cosas han comenzado a escasear debido al paro nacional.
Muchas personas están desesperadas y no saben qué hacer.
Pero yo he visto esta advertencia desde el año pasado y la mayoría se la pasaron por el forro.
Pasó lo mismo con la palabra ahorro.
¿A cuántas personas la cuarentena pasada las tomo con algo ahorrado para pasar la pandemia?
En realidad, yo vi a muy pocas personas que estaban tranquilas y el resto, comiéndonos las uñas.
Y puede que me estés preguntando en este momento, pero Gabrielito lindo, ¿cómo voy a ahorrar si no me alcanza para hacerlo?
Mira, si uno espera hasta lo último para hacer las cosas, pues claro que no va a poder.
No se trata de comprar por montones en un solo día, sino poco a poco.
Y así mismo pasa con el ahorro.
¿Recuerdas el tema titulado el Plan B de las cosas?
A manera de resumen, los países que son potencia mundial tienen planes para cualquier situación.
Hasta las más inimaginables y fantasiosas, como un ataque zombi, extraterrestre, etc.
Y normalmente nosotros decimos, bueno ¿esta gente no está como exagerando mucho?
La pregunta es, ¿y si esto pasa, no estas preparado y no tienes un plan B en ese caso?
Es por eso que la mayoría de gente sufre.
Toman decisiones con las emociones que tienen en el momento.
Me siento “seguro y tranquilo”, entonces para ¿qué alarmarme y tomar acción?
Estar en peligro y no haberte preparado es la fórmula perfecta para cometer más errores y complicar más las situaciones.
Mira cuando las situaciones se complican los seres humanos entramos en modo supervivencia.
El valor cambia del dinero al alimento.
Si esto ocurre, la gente se vuelve más agresiva.
Con tal de sobrevivir hace lo que sea para cuidarse a sí mismo a los de su propio núcleo.
Y aquí la pregunta importante que surge es, ¿qué podemos hacer en este caso?
La respuesta a esto siempre será, JAMAS PIERDAD TU HUMANIDAD.
Pases la situación que pases, que el amor siempre sea la respuesta a cualquier situación dura que tengas en frente.
En el libro Conversaciones con Dios, se dice siempre que tengas un problema, pregúntate ¿Qué haría el amor?
Y allí estará Dios en todas sus manifestaciones posibles.
Nunca caigas en el error de subestimar el amor como solución a tus problemas.
Hemos sido condicionados a pensar que “tiempos desesperados, requieren medidas desesperadas”.
Actuar bajo este concepto activará la estupidez humana y terminaremos haciendo cosas por las cuales sentiremos vergüenza.
La historia humana ha estado plagada de este tipo de enseñanzas, simplemente por no escuchar el amor que hay en nuestro interior.
Así que quiero animarte, mediante esta información a no dejarte llevar por el instinto programado de odio hacia tus semejantes.
De una mente en calma, pueden venir las soluciones más geniales a los problemas que consideres más grandes.
Como hemos visto anteriormente el Dinero es una representación del tiempo, intelecto y energía que invertimos en una actividad que alguien necesita.
La mayor parte de los seres humanos ven el dinero como simplemente como un objeto para adquirir bienes.
Con esto no quiere decir que este último concepto este errado.
Es precisamente desde nuestra infancia que aprendemos a conectar emocionalmente con el dinero como una muestra de libertad.
Desde que somos muy pequeños, vemos como nuestros padres adquieren cosas mediante objetos de papel y metal circular el cual llaman dinero.
Pronto aprendemos que que dichos objetos se les llama Dinero, plata, billetes, monedas, etc.
Sin embargo lo más interesante comienza cuando nuestros padres o parientes cercanos nos dan unas cuantas monedas y comenzamos a comprar nuestros dulces o golosinas.
Es en este preciso momento cuando comenzamos a experimentar una nueva sensación de alegría y sobre todo una libertad muy sutil cuando hacemos nuestras primeras transacciones.
Lamentablemente también vemos como los adultos que nos rodean se quejan del dinero o sufren por “culpa” de este y de esta forma también vamos creando nuestro dialogo interno acerca del dinero.
Es por estas razones que cuando somos adultos se nos dificulta en muchas ocasiones el ganar dinero y conservarlo.
Por eso es muy importante que si tienes niños pequeños les enseñes a ganarlo y no simplemente a recibirlo.
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.