Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

Mostrando las entradas con la etiqueta Ego. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Ego. Mostrar todas las entradas

lunes, 11 de agosto de 2025

Cuando rechazamos el cambio que necesitamos



Cuando rechazamos el cambio que necesitamos

Creo que todos hemos sentido en algún momento esa sensación de estancamiento donde parece que camináramos en circulo. 


Nos vemos haciendo lo mismo todos los días, como en una especie de rutina que nos hace pensar, ¿bueno y que ha pasado con mi vida? 


¿A esto fue a lo que vine al mundo? 


¿A trabajar, hacer aseo y pagar cuentas? 


¿Y para cuando esas cositas que tanto nos gustan? 


Por ejemplo, por allá aproximadamente en el año 2006, un domingo al medio dia, acostado en mi cama me llegué a cuestionar todo esto. 


Puedo decir que mi vida cambio a partir de preguntarme si eso era todo a lo que uno venía a este mundo. 


Comenzó a llegar a mi vida información muy diferente y también comenzaron a ocurrir cosas muy diferentes. 


Algunas de esas cosas me gustaron y otras para nada. 


Pero si no hubiera sido por esa serie de eventos, no estaría en este punto de mi vida que tanto disfruto. 


Y con esto no te quiero decir que todos los días haga algo diferente. 


Al igual que tú también hago tareas rutinarias, pero el enfoque es que esas tareas las disfruto mucho y las hago con mucho amor. 


Si observas, la mayoría de gente odia lo que hace. 


Hacen su trabajo de mala gana, como por cumplir. 


Asean su hogar hasta con desprecio y rápidamente porque necesitan tiempo para poder cumplir con el resto de la “amada” rutina. 


Se han vuelto tan rutinarios que hasta la “diversión” se les vuelve predecible. 


Viajar al mismo lugar, escuchar la misma música, etc. 


En fin, cosas que ya se sabe cómo van a terminar. 


Y si algún “colaborambon” se atreve a decirles, “hey, y ¿por qué no intentas ir a otro sitio o divertirte de otra forma?”. 


De inmediato le responden: “no se meta, deje de ser sapo, es mi vida y yo veré lo que hago” y todas esas cositas bonitas que la frustración saca a flote en ese momento. 


Bueno, sí observas en esa respuesta está precisamente la clave del porque nuestras vidas se convierten en un círculo infinito de rutina y sufrimiento. 


Quien está “respondiendo” en ese momento no eres tú sino tu ego. 


Por si eres nuevo, en este blog hemos definido el ego como la estructura mental del merecimiento. 


Es eso que siempre te ha llevado a ser más y tener más. 


Y eso está muy bien porque a quien no le sirve el progreso, de eso se trata la evolución humana y el juego de la vida. 


Pero, lamentablemente hemos permitido que todo en la vida, incluso nuestras emociones sean dominadas por el ego. 


Por eso es por lo que somos los más lindos, los más fuertes, los más inteligentes, bla bla, así estemos bajo un mar de lodo por nuestras acciones. 


Nunca nos equivocamos, nuestro camino es el correcto, así estemos parados en el mismo punto desde hace años. 


Es por es que debemos aprender a escuchar lo que dicen otros, o lo que nos dice esa situación que tanto nos molesta. 


Y no te estoy diciendo que actúes como una vaca obediente caminando hacia el matadero y le digas amén a todo lo que otros te dicen. 


Recuerda que el mundo está rodeando de intenciones que desconocemos y potencialmente nos estarían perjudicando. 


Toda una vida es mejor equivocarse por las decisiones que uno mismo toma y no sentir ese dolor de equivocarse porque le hiciste caso a otro. 


Pero si al menos pregúntate si esa información que te dan te puede servir para algo, al menos en parte. 


Muchas veces la solución a tu vida estancada puede ser simplemente cambiar un pequeño detalle, conservando el resto de las cosas que haces. 


Si no escuchas a tu entorno te puedes estar perdiendo de una mejor vida.

Comparte:

lunes, 4 de agosto de 2025

El precio de buscar aprobación



El precio de buscar aprobación

Hace muchos años, cuando nació mi hija, mi suegra vino a ayudarnos con el cuidado de mi esposa.  


Es una costumbre muy arraigada en esta región que, durante aproximadamente 40 días, algún familiar acompañe y cuide a la madre reciente, lo que comúnmente llamamos "cuidar la dieta".  


Un día, mi suegra me dijo que necesitábamos comprar algunos ingredientes para ese proceso, así que fuimos juntos a un supermercado cercano.  


Al llegar a la sección de carnes, se nos acercaron un par de señoritas ofreciéndonos un pollo.  


Aunque no estaba muy barato, decidí comprarlo porque, de todas formas, lo necesitábamos.  


Unos pasos más adelante, me topé con otra señorita que también ofrecía pollo, así que le pregunté el precio.  


Para mi sorpresa, era menos de la mitad del anterior.  


Sin pensarlo mucho, regresé a las primeras vendedoras, les devolví amablemente el pollo y les di las gracias.  


Pero en ese momento, noté cómo los rostros de mi suegra y el de la señorita se pusieron rojos de vergüenza.  


Solo repetían: “Qué vergüenza…”.  


Yo, sin dudar, les respondí: “¿Vergüenza por qué? Es mi dinero, y con él hago lo que se me dé la gran bendita voluntad. No tengo contrato de exclusividad con nadie.”  


Esta historia puede parecer graciosa, pero en realidad ilustra un problema muy común: la dificultad de decir “no” cuando algo no nos conviene, simplemente por el temor a lo que otros puedan pensar.  


Ese miedo al juicio ajeno impide que muchas personas vivan la vida que realmente desean.  


El doctor Luis Fernando Hoyos Aristizábal llamaba a ese fenómeno la “bobo fobia”.  


Esa sensación de tener que actuar para complacer a otros, por temor a parecer maleducado, desconsiderado o simplemente diferente.  


Por ejemplo, en el lugar donde entreno, muchas personas se preocupan más por estrenar ropa deportiva o tener los audífonos de moda que por el entrenamiento en sí.  


Yo, en cambio, voy con la ropa más vieja que tengo.  


Llevo una toalla pequeña, ya gastada, pero limpia, y un tarro con agua.  


Nada más. Voy a entrenar, no a desfilar ni a compararme con nadie.  


Recuerdo que una vez visité otro gimnasio y saludé a un señor que estaba allí.  


Apenas me vio, me escaneó de pies a cabeza y al rato se me acercó diciendo:  


— “A todos nos falta algo, pero veo que casi no tienes espalda.”  


Yo simplemente sonreí. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo: intentando desvalorizarme para sentirse superior.  


Insistió en que me grababa un video para que viera “la verdad”.  


Le respondí que no perdía mi energía en ese tipo de cosas y seguí entrenando.  


Al no obtener de mí la reacción que esperaba, el señor comenzó a sentirse incómodo.  


Durante la siguiente hora intentó acercarse varias veces, hacerme preguntas sin sentido, como buscando redimirse.  


Yo me despedí con cortesía, como si nada.  


Y es que lamentablemente, el mundo está lleno de personas así.  


Personas que sienten envidia y usan la “bobo fobia” para manipular, esperando que los demás actúen según sus deseos.  


Por eso quiero invitarte a que dejes de buscar la validación de otros.  


La única aprobación que realmente necesitas para vivir la vida que quieres es la tuya.  


Sé que no es fácil, sobre todo si has pasado años intentando complacer a los demás.  


Al principio puede parecer grosero o incómodo.  


Pero el truco está en dejar que tu ego fracase un poco.  


Sí, duele. Pero con práctica, te aseguro que vas a vivir con la libertad de ser tú mismo y hacer lo que realmente deseas.

Comparte:

lunes, 23 de junio de 2025

Quejarse o Resolver: Una Decisión que Define tu Vida



Quejarse o Resolver: Una Decisión que Define tu Vida

Creo que no existe nada más frustrante que estar escuchando a nuestro lado a una persona quejarse constantemente. 


Lamentablemente esta vida no es un lugar lleno de ositos cariñositos dispuestos a darnos su amor. 


Ahora imagínate tú, con tus propios problemas por resolver y estar escuchando a un paciente (o pecienta) quejarse por tonterías. 


Y si observas, esta condición es el “deporte” nacional de casi todo el planeta. 


¿Podríamos concluir que la queja es algo que viene en nuestro ADN? 


Bueno, esta conclusión es totalmente correcta. 


Durante la mayor parte de la historia humana, sobrevivir era difícil. 


Los seres humanos que prestaban atención a los peligros (y se quejaban o se preocupaban por ellos) eran los que sobrevivían. 


Esto se conoce como sesgo de negatividad. 


Nuestro cerebro está más atento a lo malo que a lo bueno, porque ignorar un peligro podía ser mortal. 


Por ejemplo, un ruido en la selva puede ser un tigre. 


Mejor preocuparse y huir, aunque el 99% de las veces no sea nada. 


Vaya herencia la que tenemos de nuestros antepasados. 


Como que mejor hubiera sido que nos heredaran una fortuna. 


Ahora bien, a este “ADN” súmale que nuestra mente compara nuestra situación con la de los demás o con un ideal que hemos creado. 


Esto puede hacernos sentir que "nos falta algo", incluso cuando tenemos más que suficiente. 


Antes solo nos comparábamos con nuestro entorno. Ahora, con el social media, nos comparamos con miles de personas que parecen tener una vida “perfecta”. 


Esto ayuda que pequemos de mal agradecidos. 


La gratitud no es automática. 


Hay que entrenar la mente para enfocarse en lo bueno, pues, recuerda, la mente tiende naturalmente a enfocarse en lo malo. 


Eso fue lo que heredamos para sobrevivir ante los peligros. 


Y, por último, cuando logramos algo que deseamos mucho, esa satisfacción es temporal. 


Luego nos adaptamos y empezamos a buscar el siguiente objetivo. Es lo que se llama la treadmill hedónica (cinta sin fin de felicidad). 


Desde mi punto de vista, esto tiene que ver mucho con el ego, pues este constantemente nos dicta que debemos ser más y tener más. 


Finalmente nos ayuda a avanzar en la vida, pero en otros momentos nos perjudica. 


Tristemente el ser humano tiene una gran tendencia a quejarse por cosas que el mismo ha causado. 


Por ejemplo, yo conocí una pareja que tenían 2 niños. 


Cuando el señor recibía el pago por su trabajo, salían corriendo, junto con los niños a comprar cuanta cosa se les atravesara por el camino. 


Desde dulces, hasta cosas que no iban a utilizar, simplemente porque se veían bonitas. 


Yo no creo que pasaran ni siquiera 2 semanas y esta pareja ya comenzaba a hacer “maromas” para poder cumplir con las obligaciones del hogar. 


Luego se escuchaban diciendo que el dinero no les alcazaba, que el gobierno era una porquería, que la gente no les ayudaba y bla bla. 


Mejor dicho, no sé cómo le hacían para llegar a fin de mes, solo para repetir este ciclo por años. 


Error financiero, deudas y quejas. 


Si nos quejamos y no hacemos nada, seguiremos en el mismo malestar por siempre jamás, ¡amén! 


Debemos actuar pues cuando solucionamos algo, es una de las cosas que más satisfacción nos puede producir. 


Mira, yo entiendo perfectamente que es querer cambiar algo y no tener ni la más mínima idea de cómo hacerlo o por donde empezar. 


A mí me ha pasado muchas veces y si te soy honesto, me he demorado mucho tiempo en lograr lo que quería. 


No sabía ni que hacer o como empezar, entonces hice lo que pude con lo que tenía o sabia en ese momento. 


Pero te puedo asegurar algo y es que, si tu insistes en solucionar algo o corregirlo, las “casualidades” de la vida se unen para que llegues a tu meta. 


Es como si existieran fuerzas desconocidas que se unen para que logremos eso que buscamos. 


Pero si te quedas esperando al angelito de traje, que baje del cielo con una maleta llena de un millón de dólares a solucionarte la vida, te vas a envejecer allí sentado. 


Esas cosas no pasan, ni en el cine. 


Nadie va a venir a darte nada ni a salvarte de nada. 


Eres tú solito con tus decisiones asertivas que puede crear la vida que ha soñado.

Comparte:

lunes, 12 de mayo de 2025

El caos mental no es casualidad



El caos mental no es casualidad

No sé si habrás notado, pero últimamente hay demasiada gente sabia. 


Saben de todo y, sobre todo, se tiene la tendencia a afirmar que todo es malo. 


El agua es mala, el sol es malo, el arroz es malo, la grasa es mala, el ejercicio es malo, el sedentarismo es malo, el pan es malo, el azúcar, comer mucho, comer poco, etc. 


Mejor dicho, estamos vivos es por obra y gracia del Espíritu Santo. 


No te puedo asegurar si esto es un plan elaborado para fomentar el miedo a nivel general 


O si es una programación mental para dispersar a la gente, o lo que sea. 


Pero es algo que actualmente está de “moda”. 


Como si todos se pusieran de acuerdo, agarraditos de la mano. 


Y lo peor de esto es que mucha gente lo cree, porque lo dicen los “expertos”. 


Ah, o también la vieja frase confiable: “según un estudio”. 


El caso es que esto es una de las mayores fuentes de malestar que podemos llegar a tener en nuestras vidas. 


Lamentablemente, los seres humanos somos muy maleables. 


Nos dejamos llevar con mucha facilidad en ideas que en apariencia nos parecen lógicas. 


Luego escuchamos la contraria y nos confundimos, pues al final no sabemos quién tiene la razón. 


Así pues, en nuestro cerebro entra en un estado que se conoce como disonancia cognitiva. 


Esto vendría siendo una tensión o incomodidad mental que ocurre cuando una persona tiene dos creencias o valores contradictorios al mismo tiempo. 


Como una de las funciones principales del cerebro es mantener la coherencia, busca una forma de resolver o disminuir ese conflicto. 


En algunos casos lo resuelve dándole más peso a la información que ya creía. 


Esto es lo que se conoce como sesgo de información. 


En otros casos reinterpreta las informaciones, intentando integrarlas. 


Algo así como la frase: “sí pero no”. 


Aunque interiormente seguimos con la duda. 


O finalmente la persona puede cambiar de creencia si la “nueva” idea que recibió tiene mayor peso. 


Aunque es muy poco probable que esto último ocurra, pues recuerda que nuestro ego siempre desea tener la razón. 


Finalmente, mientras tu cerebro resuelve esto, has estado generando mucho malestar en tu vida. 


Y ahora la pregunta importante es, ¿si una sola contradicción genera tanto malestar, que puede pasar con una persona que está sometida todos los dias a diferentes contradicciones? 


Como nuestro cerebro tiene que trabajar más se va a enfrentar a la fatiga mental. 


Donde puedes llegar a experimentar cansancio mental, dificultad para concentrarte, estrés, ansiedad y sensación de confusión o saturación. 


Una de las cosas que más llama mi atención sobre esto es que al estar expuesto constantemente a ideas contradictorias genera un ambiente mental caótico. 


¿Y sabes que ocurre si durante mucho tiempo estás expuesto a esto? 


Tu cerebro genera mayor dependencia de autoridades externas para decidir qué pensar o creer. 


Esto es lo que me hace dudar que este tipo de “modas” no sean casualidad. 


El cerebro necesita coherencia, y si no la encuentra, entra en conflicto. 


Si ese conflicto se vuelve constante y sin resolución, puede producir: ansiedad, confusión, apatía y vulnerabilidad a la manipulación. 


Y tal vez me digas en este momento: “bueno Gabrielito lindo, ¿cómo podemos protegernos si estamos expuestos a esto?”. 


Pregúntate, ¿de dónde viene esa información que tanto te confunde? 


Bueno, si ya sabes que proviene de ese aparatito que tienes en tus manos, comienza a controlar lo que ves, y donde colocas tu atención. 


Como mencioné anteriormente, mucha gente repite lo que ve en el social media. 


Por ejemplo, en mi entorno escucho que X cosa es buena/mala. 


Y como yo soy demasiado desobediente, adivina que hago. 


Mira, soy muy dado a pasarme las opiniones de los demás por el forro y hacer mi gran bendita voluntad. 


Así que la mejor forma de evitar que termines haciendo lo que otros desean es: 


#1 controla lo que estás ingresando en tu mente. 


#2 has tu sagrada y gran bendita voluntad. 


Si algo te gusta, no dejes de hacerlo porque alguien te dice que es malo, pecaminoso, etc. 


Ahora tampoco te vayas a los extremos. 


Recuerda que todo con mesura es beneficioso. 


Y si no sabes que hacer frente a algo, escucha tu intuición. 


Absolutamente todos tenemos en nuestro interior un “guía” que nos dice si algo nos conviene o no. 


Solo debes escucharlo y preguntarte si eso que vas a hacer te produce alegría, verdad y amor.

Comparte:

lunes, 14 de abril de 2025

El Ego y la Trampa de la Arrogancia: Cómo Liberarte de la Opinión Ajena



El Ego y la Trampa de la Arrogancia: Cómo Liberarte de la Opinión Ajena

Creo que todos “odiamos” a las personas soberbias y/o arrogantes. 


O por decirlo de forma más exacta, nos caen mal. 


Aunque una cosa es ser soberbio y otra muy diferente soberbio y divertido como lo es este angelito. 


Normalmente solemos confundir las palabras soberbia y arrogancia. 


La soberbia es una actitud de superioridad que a menudo se refleja en un exceso de confianza. 


La arrogancia es más activa y suele implicar conductas o palabras que denotan desprecio hacia otros. 


Podemos decir que la mayoría de nosotros hemos conocido personas arrogantes. 


Por ejemplo, hace poco conocí una de ellas, o al menos eso fue lo que me dijeron de ella. 


Porque desde mi punto de vista esta persona ha sido uno de los seres humanos más humildes que he conocido. 


Sin embargo, no todo el tiempo fue así. 


Esta persona se expresaba despectivamente de aquellos que no aprobaba a simple vista. 


Los llamaba tontos, ladrones y todo ese tipo de cositas “bonitas” que suelen decir los arrogantes de los demás. 


¿Y sabes en que terminó todo eso? 


Resulta que esta persona cayó en una enfermedad terminal que la puso a vivir con las orejitas agachadas. 


Aquí es cuando uno se pregunta ¿de qué sirve entonces vivir una vida de apariencia, de cuidado de nuestra imagen, etc., si al final no es mucho lo que duramos? 


Porque todo lo que estás viendo en algún momento va a llegar a su final. 


Nuestro sol, incluso este Universo que nos parece eterno, en algún momento va a expirar. 


Así pues, aunque consciente o inconscientemente sabemos esto, ¿qué es lo que nos hace ser arrogantes? 


Bueno, es el bendito Ego. 


Por ejemplo, si tú estás intentando bajar de peso y estás realizando una determinada dieta, no ha de faltar el que te diga: “¿huy que te pasó? O estás hecho una garra”, etc. 


Tú ego, que jamás quiere perder, comienza a “hablarte” mediante emociones a que no te dejes ganar. 


Es por eso que sientes en un momento como esos, la necesidad de explicar porque estás tan flaco. 


“Es que estoy haciendo una dieta, es que es por mi bien, es que bla bla”. 


Y así nos sucede con todo lo alguien “critica” de nosotros o no sale como lo esperamos. 


Y mira que nosotros somos tan inocentes que nos dejamos llevar por el ego y en la gran mayoría de casos dejamos de hacer lo que iniciamos para complacer no la opinión de otros, sino la de nuestro ego. 


En el caso del ejemplo de la persona que hace dieta, es lógico que va a suspenderla. 


Mira, demasiada gente conoce estas cositas, y siempre te han estado manipulando con tu ego. 


Si quieres controlar esta situación y no al contrario, existe un ejercicio muy interesante que te ayudará. 


Pero eso sí, al principio te va a poner a sufrir, porque se trata de poner a perder tu ego. 


Por ejemplo, en el caso de la persona que bajaba de peso, al escuchar comentarios “negativos” sobre su figura, la idea es guardar silencio. 


No responder, ni explicar nada. 


Simplemente pasarte por el forro esa opinión. 


Al principio te va a arder. 


Pero con el tiempo, te vas a dar cuenta que te estás liberando de una gran carga emocional. 


Una carga que te ha tocado llevar por simplemente dejarte llevar por ese impulso de no perder.

Comparte:

lunes, 3 de febrero de 2025

El Secreto para Ganar Cualquier Discusión



El Secreto para Ganar Cualquier Discusión

Todos quisiéramos tener siempre la razón cuando estamos hablando con alguien. 


No existe nada más satisfactorio que “ganar” una discusión o tener la razón cada vez que abrimos la bocota. 


Es por eso que una de las cosas que mayor malestar no trae en buscar siempre tener la razón. 


Es como si nuestro ego, que siempre nos impulsa a avanzar, nos dijera al oído: “dale, tú puedes. Solo falta poco para ganar la discusión”. 


Respecto a esto, hace ya algunos meses me encontraba hablando con un buen amigo. 


No recuerdo muy bien la conversación, pero creo que tenía que ver con dietas y alimentación. 


Por supuesto, este angelito que desde la adolescencia ha estado en el mundo del fitness, tenía los argumentos y sobre todo la razón absoluta sobre el tema. 


Mi amigo me comenzó a decir sus argumentos, que para mí no eran válidos, pues este paciente apenas había comenzado a leer sobre el tema. 


Bueno llegó entonces el punto donde ambos comenzamos a hablar al mismo tiempo para “tener” la razón y “ganar” la discusión. 


Entonces fue allí cuando mi amigo me dijo: “¿Sabe qué? ¡Usted tiene toda la razón!”. 


De esta forma queda usted contento porque tiene la razón y quedo contento yo porque no gasto energía en una conversación sin sentido. 


Al final de cuentas, cada uno se va a ir para su casa pensando que tienen la razón, que ganó y sobre todo que “convenció” al otro con sus poderosos argumentos. 


Yo creo que esta ha sido una de las mayores enseñanzas para ganar el bienestar de forma fácil y rápida. 


A partir de ese día, si estoy hablando con alguien y veo que la conversación se vuelve una pelea de egos por ganar quien tiene la razón, siempre respondo eso. 


Y no te imaginas la paz emociona que uno siente de no haber entrado en el juego de ganar una discusión. 


Te recomiendo que lo pruebes. 


Como es lógico, al principio tu ego te va a “decir” que no te dejes y bla bla. 


Que como vas a dejarlo ganar si está equivocado. 


Pero con el paso del tiempo te vas dando cuenta que sale más beneficioso dar la razón que el desgaste emocional de buscar ganar. 


Y suponiendo que “ganes”, ¿es qué acaso estás ganando más vida, belleza, dinero o qué otra cosa? 


Bueno así que es mi intención, mediante esta información estimularte a dejar de perder tu bienestar por un momento de “felicidad” efímera. 


La verdad, esta vida no solo es maravillosa, sino muy cortita como para perder el tiempo en algo que no sea disfrutarla.

Comparte:

lunes, 4 de noviembre de 2024

Diferenciando la Intuición del Ego: El Camino hacia la Asertividad



Diferenciando la Intuición del Ego: El Camino hacia la Asertividad

Una de las cosas más inteligentes que podemos hacer en nuestra vida es escuchar nuestra intuición. 


Lamentablemente esta “voz interior” se suele confundir mucho con el ego. 


Para darte un ejemplo de las diferencias entre estas dos capacidades que tenemos, podríamos decir que la intuición es una “voz” muy sutil. 


Y digo voz entre comillas pues en realidad es algo que sentimos y que nos advierte de algo o alguien. 


Pero esta “voz” tiene la particularidad de ser muy sutil, como algo muy suave y casi imperceptible que normalmente pasamos por alto. 


Por el contrario, el ego, ese sí que hace ruido. 


De hecho, estamos tan familiarizados con él, que domina parte de nuestras emociones. 


Cuando escuchamos el ego, somos los más lindos, los más inteligentes, los demás son los tontos y los que se equivocan, etc. 


Para poderte ilustrar con un buen ejemplo, el día de ayer conocí el caso de un industrial que se dedica a fabricar losas para pisos. 


Lo interesante de este fabricante, es que se ha especializado en imprimir en esas losas arte de las diferentes culturas indígenas de este país. 


Y lo más inquietante es el tiempo que lleva haciéndolo. 


Por aproximadamente unos 40 años, este señor se ha dedicado en alma, vida y sombrero a sacar el proyecto adelante. 


¿Y adivina a cuantas personas les ha podido vender este arte? 


Aunque no me lo creas a 0 pacientes. 


Este industrial ya tiene 80 años de edad, así que ha pasado la mitad de su vida en un proyecto que es muy particular. 


Varios de sus amigos le han intentado decir por todos los medios que oriente su industria a algo más comercial. 


Pero este señor siempre responde que esto es para museos, alcaldías e instituciones similares. 


Bueno, no es casualidad que no haya vendido ninguna pieza y durante estos 40 años se ha gastado unos 240 mil dólares en comercializar su producto. 


Él cree firmemente en su proyecto pues su “intuición” se lo está dictando constantemente. 


Y vamos a darle el beneficio de la duda, pues no sabemos si de aquí a mañana alguien le siga la corriente y este señor se vuelva millonario. 


Todo es posible. 


Pero dentro de la estadística, todos sabemos que esas posibilidades no son muy altas que digamos. 


Esto nos suele pasar muchas veces. 


Somos tercos y por más que la gente a nuestro alrededor nos diga que cambiemos de enfoque, esas recomendaciones nos las pasamos por el forro. 


Y todo esto se debe a que le hemos dado demasiada obediencia a nuestro ego. 


Cuando en realidad nuestra verdadera voz interior está afónica de tantos gritos que nos pega y nosotros nada que la escuchamos. 


Así que es mi intención, mediante esta información que estés muy alerta con las advertencias que te da tu entorno respecto a tus proyectos. 


La Vida nos ama tanto que, aunque no sepamos escuchar nuestra voz interior, nos advierte las cosas mediante parientes, amigos, colegas, incluso mediante la música, etc. 


Lo que tenemos que aprender es a ser prudentes al escuchar lo que nos dicen. 


No salir corriendo a obedecer, sino más bien comparar e intuir las intenciones de los demás. 


Por eso es mejor entrenarte para escuchar tu propia voz interior y así ser más asertivo con tu vida.

Comparte:

lunes, 21 de octubre de 2024

Las Trampas del Deseo: ¿Cuándo Es Mejor No Cambiar?



Las Trampas del Deseo: ¿Cuándo Es Mejor No Cambiar?

Por naturaleza, todos los seres humanos siempre queremos estar bien. 


Desde mi punto de vista, esto se debe a esa estructura mental que hemos denominado en este blog como Ego. 


Este ego siempre nos está impulsando constantemente a ser más y tener más. 


De allí provienen esos “antojos” que a veces nos dan por las cosas. 


O también la envidia que nos produce saber que alguien más consiguió eso que nosotros hace mucho tiempo estamos persiguiendo. 


Sin embargo, a veces somos muy malagradecidos con nuestra vida y lo que tenemos o hemos logrado, gracias a esta “característica”. 


¿Cuántas veces no nos hemos equivocado o cometido el error de soltar algo para tomar algo mejor y resulta que no era por allí? 


Respecto a esto, hace algunos días, mi nutricionista me contó una historia acerca de un amigo suyo. 


Este señor tenía un muy buen trabajo, en el cual tenía muchas ventajas. 


Tales como mayor tiempo libre, más autonomía para realizar su trabajo, etc. 


Sin embargo, llegó el momento en que se encontró con un vecino suyo. 


Este vecino trabajaba para una compañía similar y con mucho entusiasmo le recomendó que esta empresa tenía muchas ventajas y bla bla. 


Entre esas ventajas era que si se cambiaba ganaría mucho más dinero que en la actual. 


Bueno, este paciente ni corto, ni perezoso, salió corriendo a renunciar a su trabajo actual para cambiarse de compañía. 


¿Y sabes cuál era la diferencia salarial? Aproximadamente de unos 10 dólares. 


Ahora se arrepiente porque no le ha ido nada bien. 


Demasiado estrés y poco tiempo hasta para sí mismo. 


A veces creemos más en la experiencia de otros que en nuestra propia experiencia. 


Si algo funciona para una persona no necesariamente va a suceder lo mismo con el resto. 


Por eso si estas bien no pienses que debes buscar algo más. 


¿Y no ha de faltar el paciente que diga que eso es mediocridad, pero si algo está bien porque desecharlo? 


Como reza el dicho popular: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. 


¿Quiere decir esto que debemos quedarnos dónde estamos? 


¡Jamás suceda eso! 


Recuerda que una de las reglas más importantes de la vida es ser estratégico y prudente. 


Antes de hacer las cosas debemos indagar, ser pacientes e ir probando poco a poco. 


No salir corriendo a “meter las patas”, para luego estar mirando al cielo con las manos empuñadas y decir: “por qué a mi Señor!”. 


Nosotros tenemos que ser mansos como palomas, pero ASTUTOS como serpientes.

Comparte:

lunes, 17 de junio de 2024

El Lado Oscuro y PELIGROSO de la Envidia: Cómo Reconocerla y Superarla



El Lado Oscuro y PELIGROSO de la Envidia: Cómo Reconocerla y Superarla

Uno de los sentimientos más angustiantes que un ser humano puede sentir es la envidia. 


Uno siente que literalmente se está quemando por dentro. 


Es una sensación de rabia, mezclada con frustración e impotencia porque otro ha logrado o tiene lo que uno aún le falta. 


Existe la creencia de que la envidia solo se puede dar en las cosas materiales. 


Como por ejemplo un auto nuevo, una casa nueva, un nuevo amor, etc. 


Pero existe una envidia bastante oscura y dañina sobre lo intangible. 


Con esto me refiero a la personalidad de alguien. 


Si, así como lo escuchas, produce más envidia el carisma de una persona que el hecho de adquirir un auto o mejor trabajo. 


De esto te puedo dar plena fe, pues a través de mi “corto periodo” de existencia en este planeta, he tenido unos “amiguitos” que ni siquiera lo disimulan. 


Ahora imagínate que, si tú eres alto, guapo, musculoso y con dinero, la cosa se pone mucho peor. 


O si eres una mujer joven, atractiva y adinerada, vas a tener muchas “enamoradas” pendiente de lo que hagas o dejes de hacer. 


El hecho es que una persona envidiosa no puede controlar su “veneno”. 


Finalmente tiene que hacer algo o decir algo porque de lo contrario esa emoción al parecer le afecta su cuerpo. 


Esto puede ser una forma del cerebro, soltar tantos químicos nocivos que se generan en un momento de envidia. 


Como un mecanismo de protección. 


Respecto a esto, ¿recuerdas la historia de la semana pasada que conté sobre el amigo que compró dos motocicletas? 


Este amigo fue visitado por una muy buena “amiga”, que conoce desde que eran unos niños. 


Él quiso compartir su alegría, pues una de esas motocicletas se la iba a regalar a su hijo que vive en otra localidad. 


Cuando la llevó al garaje se la enseñó y ella simplemente no la miro y le preguntaba que no entendía cuál era la sorpresa. 


Este amigo notó que la señora estaba llena de envidia y experimentó gran desilusión. 


Y eso no fue todo, pues cuando le entregaron su motocicleta, la señora lo vio montado en ella y adivina que le dijo. 


Que si se la habían prestado. 


El respondió que se la había comprado, y la señora simplemente le dijo “que él no se merecía ese artículo”. 


Exactamente esas fueron las palabras que yo escuché hace mucho tiempo de un “amigo”. 


En el pasado yo sí que experimentaba la envidia. 


Cuando veía que alguien hacia algo que yo quería y aun no tenía, me hervía la sangre. 


Con los años encontré un audio de superación que comencé a escuchar y decía textualmente que la envidia no te dejaba ver las cosas buenas que tenías. 


Allí fue cuando comencé a valorar más mis habilidades y a centrarme en lo que yo puedo hacer y lograr. 


No en lo que otras personas están haciendo y logrando. 


Yo creo que uno de los regalos más grandes que me ha dado la vida, ha sido poder soltar ese sentimiento tan negativo. 


Hasta la fecha, no nos hemos podido colocar de acuerdo porque nace o se origina este sentimiento. 


Se le han atribuido muchos factores como el social, psicológico, biológico y hasta cultural. 


Desde mi punto de vista, la envidia es un sentimiento del ego, aquella estructura que nos dice constantemente “yo merezco”. 


Es algo que nos sirve para avanzar, y en el caso de la envidia es ese mismo merecimiento, pero con una intensidad exponencial. 


Es por eso por lo que no lo podemos controlar y tampoco disimular muy fácil. 


Mucha gente piensa que este sentimiento es tan inofensivo como las “mentiras blancas”. 


La verdad esto no solo afecta a la persona que lo siente física y emocionalmente, sino que esa energía afecta a la persona objeto de la envidia. 


Mira por ejemplo que cuando yo estaba niño, mi madre me dio una manzana y cuando me la comí de inmediato puse a germinar las semillas. 


Asombrosamente creció en una pequeña maceta que me dio mi madre, un arbolito de manzana. 


Era muy pequeñito porque siempre lo dejé en esa maceta. 


Le echaba agua todas las noches y a su alrededor comenzó a crecer un lindo musgo. 


Yo le mostraba mi logro hasta el perro y el gato que iban de visita. 


La gente pensaba que era un bonsái, pero notaba que algunos no disfrutaban tanto al mostrárselo. 


Bueno este arbolito después de estarlo mostrando, de un momento a otro se murió y se pudrió. 


Allí me di cuenta lo peligroso que puede ser ese sentimiento de envidia para el objetivo de esta. 


Por eso en este canal siempre se recomienda que seas muy prudente con tus cosas. 


No estés dando información de donde estas, donde viajas, que tienes, etc. 


No hay necesidad de eso. 


No busques más la aprobación o el aplauso de terceros. 


Lo que tu logras, solo te interesa a ti. 


A los demás lo único que les interesa es que no te vaya mejor que ellos.

Comparte:

lunes, 26 de febrero de 2024

Desafiando al Ego: El Poder de la Intuición y las Decisiones que Cambian Vidas



Desafiando al Ego: El Poder de la Intuición y las Decisiones que Cambian Vidas

Cuando hablamos de la intuición, podríamos decir que hablamos sobre temas que a pesar de no tener una base científica que los soporte, los hemos experimentado. 


Es algo como las envidias y como afectan nuestros resultados. 


No podemos explicarlo en un laboratorio, pero hemos experimentado los resultados de este tipo de energía en nuestra vida. 


Se ha tratado de explicar la intuición desde una perspectiva evolutiva, tanto en la supervivencia como en la adaptación de las especies a este mundo. 


En nuestro cerebro reptil, que es el encargado de todas nuestras funciones básicas, se ejecuta la orden del miedo frente a la oscuridad. 


Por ejemplo, desde que mi hija era un bebé, yo jugaba con ella en la oscuridad, con el fin que estuviera familiarizada ante esto. 


Cuando creció, me vino a decir que sentía miedo a la oscuridad. 


¿Puedes ver que no importó la “preparación” que le hice? 


Así pues, podríamos decir que la intuición se refiere a la capacidad de percibir o comprender algo de manera inmediata sin la necesidad de un razonamiento lógico explícito. 


Lamentablemente, los seres humanos no estamos atentos siempre a esa sensación que nos advierte que algo nos puede ocurrir. 


Pues en esto interviene mucho nuestro ego. 


Para que me puedas comprender un poco mejor, hace muchos años, cuando era un preadolescente, tuve un evento que podría explicar como el ego puede interferir con tu intuición. 


Resulta que, por aquellos tiempos, estaban de moda unas bicicletas conocidas como “Monaretas”. 


Mi señor padre compró una para nosotros y, aunque no sabía montarla, la usé tanto que en ella aprendí. 


Y te imaginarás que Gabrielito con esa libertad de andar por todas partes, casi ni permanecía en la casa. 


Eso sí, mi señora madre siempre me decía que tuviera cuidado y que no me fuera muy lejos y bla bla. 


Como es lógico, uno en la preadolescencia se cree muy varón y me pasé por el forro sus consejos. 


Así que, junto con un amigo, nos fuimos montados en ella a un barrio cercano, pero para mi edad eso era otro país. 


Resulta que en aquel barrio alcancé a ver a la niña de mi salón de clase que me gustaba. 


En eso mi amiguito me dijo que ya estaba tarde y era mejor que regresáramos. 


En ese preciso momento sentí la extraña sensación que tenía razón. 


Pero, por otro lado, ¿cómo iba a dejar pasar la “oportunidad” de pasar por el lado de la niña que me gustaba y me viera conduciendo la bicicleta de moda? 


Ya intuirás cual fue mi decisión, si “escuchar” esa extraña sensación de regresar porque algo no estaba bien o ver a la chica de mi interés romántico. 


Pues el Gabrielito, junto con su amiguito se fueron detrás de la señorita. 


Esta ni siquiera nos miró. Nos clavó el visto. 


Así que de nuevo pensaba dar la vuelta a esa calle para volver a pasar a su lado. 


No me iba a quedar con las ganas que me viera. 


Entonces al doblar la esquina, un par de hombres jóvenes, ambos sin camisa y con un arma punzante, sin decir una sola palabra nos amenazaron. 


Nosotros por el susto caímos de la bicicleta y ellos se la llevaron. 


Por su aspecto yo intuí que eran trabajadores de una obra que estaban haciendo frente a esa esquina en que doblamos. 


Y de inmediato me fui corriendo donde mi mamita linda. 


Yo solo me imaginaba la garrotera tan H que me iban a dar por no hacer caso. 


Recuerdo que mi amigo me decía: “Gabriel, ve más despacio”. 


Nuuu, a mí solo mi importaba como llegar rápido a la casa y decirle a mi señora madre que era lo que había pasado. 


Bueno, no recuerdo muy bien como le dije, pero “afortunadamente” no me castigó. 


Solo recuerdo que tenía que contarle a mi señor padre que aún estaba en el trabajo. 


Allí fue que comenzó mi mayor sufrimiento. 


Si mi señora madre no me hizo nada, seguramente está esperando a mi señor padre para garrotearme sincronizadamente. 


Para mi sorpresa, cuando llegó mi señor padre, mi mamita linda le contó lo que había pasado y simplemente se me acercó, me abrazó y me preguntó: “¿no me le hicieron nada malo mijo?”. 


En ese momento recuerdo que me invadió un sentimiento de protección y amor que estallé en llanto. 


¿Puedes observar cómo, independiente de tu género o edad, la intuición es esa capacidad que te advierte sobre algo, así de la nada? 


¿Pero que el ego te lleva a no escuchar porque tiene una “voz” más fuerte? 


A nivel personal, yo definiría la intuición como una sensación muy sutil, casi imperceptible que te habla con mayor claridad, a medida que la vas escuchando. 


Supongo que por eso la “voz” o emoción del ego es más fuerte, pues toda la vida lo vivimos escuchando. 


Es mi objetivo, a través de esta información, que te dediques a darle prioridad a esa vocecita que te está indicando el camino correcto. 


Entiendo que no es fácil al principio hacer esto, pero recuerda que si quieres ser maestro en algo, la práctica constante es lo que te ayudará.

Comparte:

Comprar PBA

Compra BPA

Contáctame

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Donaciones

Acerca de mí

Mi foto
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

Notificaciones Telegram

Telegram
Canal Ingeniero Gabriel Salazar / AUTOPODER Recupera tu Poder Interior

Para recibir el vídeo de cada lunes en tu Telegram:

Ingresa a:
t.me/autopoder1
t.me/IngenieroGabrielSalazar
Grupo Telegram:
t.me/+Z7ZMi8tw4WdjYTcx

Vídeo Bienvenida

YouTube

Copyright © Ritmo Positivo 2009 - 2025. Con tecnología de Blogger.