Con cada generación llegan nuevas cosas y se pierden otras.
Esto puede ser una ventaja para las nuevas generaciones o también puede llegar a ser su caída en el futuro.
Por ejemplo, hoy en día se presta más atención al bullying cuando en décadas anteriores cada persona se debía defender de esto como pudiera.
Otro caso es el de las palabras de cortesía y las buenas costumbres.
Tristemente esto, que nunca debió perderse, hoy en día está totalmente olvidado.
Los jovencitos de hoy en día no saludan, no piden el favor y el que llegue a decir gracias es un ser humano en vía de extinción.
La verdad es que no solo se le ha perdido la autoridad y respeto a los padres, sino también a los agentes de la ley que tiene que recurrir a la violencia para hacer respetar la institución.
Por ejemplo, llegué a escuchar a mis padres hablar de una tal “urbanidad de Carreño”.
Este era un documento escrito por el venezolano Manuel Antonio Carreño por allá en el año 1853.
Contenía consejos e instrucciones sobre cómo comportarse en lugares públicos y en el hogar.
Sin embargo, para la época en que yo estudié la educación básica primaria, ya no se enseñaba esto.
Lo que aprendí de buenas costumbres, comportamiento y respeto por los demás fue gracias a mis padres.
Lamentablemente como vimos en el tema sobre LA PERMISIVIDAD EN LA EDUCACIÓN, muy pocos de los que están comenzando a ser padres hoy en día conocen que esta información existe.
Así pues, te imaginaras la clase de hijos que están educando para enfrentar la sociedad.
Es así como los futuros hombres y mujeres que se estaría potencialmente formando lo van a querer todo de inmediato, fácil y sin ninguna clase de esfuerzo.
De hecho, los valores actuales del respeto que le debemos a los demás está basado en su poder adquisitivo.
Muchas personas hoy en día le agachan la cabeza a otro simplemente por los números que tiene en su cuenta bancaria.
En cambio, si consideran que la persona que tienen al frente es humilde y debe trabajar para medio comer, simplemente la tratan con desprecio y hasta la humillan.
A título personal yo a todo el mundo le doy el mismo trato.
Para mi no interesa si está en una posición social altísima o si ese día no ha podido comer, siempre será digno de respeto.
Yo no le agacho la cabeza a nadie, pero tampoco me siento por encima de los demás.
Todo esto tiene que ver con una frase que escuché hace varios años de una persona que admiré mucho cuando la conocí.
Lamentablemente perdí contacto con esa persona y a la fecha no se en realidad como se encuentra.
Pero una vez dialogando con este señor, le pregunté si su riqueza provenía de cuna, o si se la había ganado con su propio esfuerzo.
Él me dijo que, al ser hijo de inmigrantes italianos, su abuelo le toco pasar bastante necesidades al llegar a mi país.
Su padre que en ese momento era un bebé lógicamente también pasó por esto, así que él decidió darle un rumbo diferente a su vida.
Se volvió empresario y trabajo muy duro.
Cuando menos pensó su vida había cambiado y ahora era una persona bastante poderosa.
Sin embargo, recuerdo que su secreto no fue tanto su dedicación al trabajo sino algo más simple.
Este señor me dijo “Gabo, si usted quiere que le vaya bien, intente ser lo más justo posible con la vida.”
A partir de ese momento y cada día intento no solo recordar esas palabras sino llevarlas a la práctica.
Es por eso que para mi no existe diferencia en el trato hacia ningún ser humano y todo lo hago equitativamente.
Y puede que en este momento te surja la pregunta, si para ser “justo”, ¿debe uno tolerar el daño o el mal que te hagan otras personas?
Mira, las personas a veces pueden dañarte no solo física sino emocionalmente.
Esto lo pueden hacer deliberadamente o de forma inconsciente.
Personalmente lo que hago en estos casos si considero que la persona persiste en ello aun después de hablar con ella es apartarme.
Sin embargo, existen personas que por diferentes motivos esto les puede arder y se dedican a hablar mal de ti o a expresar indirectas.
Esto ya lo vimos en el tema COMO MANEJAR LAS CRITICAS EN EL CAMINO AL ÉXITO PERSONAL.
A manera de resumen, prestar atención a esto es desgastarte.
Intentar convencer a otra persona de lo que tú eres es perder el tiempo.
Estas personas ya tienen una idea sobre ti y no la van a cambiar así les muestres tu mejor versión.
A veces la intención es simplemente polemizar contigo.
Y por lo general cuando una persona hace esto, es porque se siente sola y requiere de tu atención.
A parte, si tú no aceptas ese “regalo”, que las personas mal intencionadas te están haciendo, esa energía regresa a quién pertenece.
Simplemente es ignorar todo lo que consideres nocivo para tu vida y esto irá desapareciendo pues no tendrá tu atención.
Muchas veces pensamos que vivir con justicia es hacer obras sociales y ayudar a otros.
En realidad, eso no es justicia sino caridad.
Yo pienso que esto se resume en el título de unos de los libros mas reconocidos del Doctor Luis Fernando Hoyos Aristizábal, Vive tu vida y déjasela vivir a los demás.
La mayor muestra de respeto que puedes tener por alguien es su libertad.
Se que a veces te puedes afanar por ayudarlo a tus personas más cercanas.
Sin embargo, tu ejemplo de una vida llena de bienestar les puede ayudar más que intentar cambiar sus pensamientos y emociones.
Como puedes ver, ser justo con las personas y tratarlas bien es en realidad un pacto que estás haciendo con la vida para que te vaya bien.
Siempre actúa de esta manera, cotidianamente para que el bien te alcance todos los días de tu vida.