Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 24 de octubre de 2022

Los amores prohibidos



Los amores prohibidos

Todos nos hemos preguntado si debemos luchar o no por nuestro interés romántico a pesar de ser prohibido. 


La gran mayoría de personas no lo piensan dos veces, sino que, contra viento y marea, van tras esa persona con la intención de que forme parte de sus vidas. 


Otras personas son conscientes del daño que se le estaría haciendo a terceros y prefieren pasar de esa persona, por muchas ganas que le tengan. 


Hay que ser conscientes que estamos en un mundo libre y ninguna persona es de la otra. 


Los tiempos de la esclavitud se acabaron hace mucho. 


Entonces la pregunta que nos interesa resolver es, ¿cuál es el punto de vista correcto entre alcanzar a nuestro amorcito soñado o pasar de esa persona? 


Bueno creas o no en las leyes naturales, existe algo que se conoce como causa y efecto. 


Absolutamente todo lo que hagamos trae una o varias consecuencias. 


Y no es para sentir miedo de todo lo que hagamos, pero cuando se trata de afectar a terceros que no tienen nada que ver, es mejor pensarlo dos veces. 


Respecto a esto, hace muchos años conocí a una señorita que desde el primer día que la vi, no me la pude sacar de mi cabeza. 


Y al parecer ella sintió exactamente lo mismo, pues comenzó a pedirme ayuda en cosas que yo sabía que eran fáciles para ella. 


Tenía que hacer algo en Excel y yo notaba que eso lo hacía fácil pero debido a que yo estaba hipnotizado por ella, lo pasé por alto. 


Así que me dijo que al no alcanzar el tiempo teníamos que vernos el fin de semana en mi casa. 


Obviamente yo sabía por dónde iba el cuento. 


Pero para serte sincero también quería que pasara todo con ella. 


El fin de semana en vez de ser laboral, fue más bien romántico. 


Y allí fue cuando me confesó que tenía un novio con el cual llevaba mucho tiempo de relación. 


Yo me sentí fatal e intenté alejarme de ella. 


Pero era tanta la atracción que sentíamos que terminamos jugando a las “resbaladitas”. 


Y creo que me enamoré profundamente de ella. 


Tanto que esa nena con solo mirarme sentía que acariciaba mi alma. 


En los siguientes meses jugamos al te dejo, pero te tomo. 


Es decir que unas veces ella intentaba separarse y olvidarse de mí y en otras oportunidades era yo el que me “olvidaba” de ella. 


En medio de todo eso, al parecer su novió terminó enterándose o al menos sospechando que era lo que pasaba. 


Así que le puse a la señorita un ultimátum y que escogiera. 


Ella me dijo que me amaba con todo el corazón, que nadie me amaría como ella y bla bla bla. 


Y para no hacer más largo este cuento, finalmente comencé a salir con otra señorita y pues todo terminó. 


Hasta aquí uno puede pensar que no pasó a mayores, nadie salió lastimado, etc. 


Pero definitivamente la Vida siempre te pasa la factura por tus actos. 


Y no necesariamente con la misma situación o vivencias que tuviste. 


Incluso puede ser de inmediato o mucho tiempo después. 


Pero hace años tuve unas experiencias que me hicieron recordar el daño que le hicimos al novio de esa señorita. 


Cuando uno vive experiencias desagradables en la vida, no podemos evitar levantar las manos al cielo y decir “¿por qué a mí?”. 


Si pudiéramos traducir la voz del Cielo, Dios, la Vida o como prefieras llamarlo, sería algo “¿te acordás lo que hiciste en aquella fecha?” 


Como no tenía el contacto con ese joven, ni supe donde se encuentra, te puedo decir que mentalmente le pedí perdón por todo ese daño causado. 


A partir de esas experiencias fue que comencé a tenerlo mucho respeto a la Vida. 


Pues esta es bastante irónica y a veces hasta burlesca. 


Es por eso que uno entre más actúe con justicia en la vida, la Vida va a ser muy justa con uno. 


La Vida al parecer siempre está tratando de encontrar un equilibrio. 


Y tal vez me digas en este momento, “Gabrielito lindo, yo he conocido gente que le ha hecho mucho daño al prójimo y veo que siguen como si nada”. 


Bueno, eso es lo que aparentemente vemos nosotros, pero que la vida les pasa esa factura, tenlo por seguro. 


Recuerda que la mayoría de personas tratan de mostrar su mejor imagen en sus aplicaciones sociales. 


Pero todos sabemos que detrás de esa “plenitud” existe un gran padecimiento que se trata de ocultar al mostrar felicidad. 


En la actualidad yo he conocido señoritas bastante interesantes y atractivas. 


Pero prácticamente salgo corriendo cuando me entero que tienen compromiso. 


Para mí son casadas y capadas. 


Personalmente he visto en mi localidad como han eliminado gente por causa de los celos. 


Así que quiero animarte mediante esta información a evitar cualquier acción que implique daño a terceros. 


Todos somos libres de hacer y tener lo que queramos. 


Pero recuerda que eso no implica que seamos libres para hacerle daño a los demás.

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lunes, 5 de septiembre de 2022

El lado oculto de los celos



El lado oculto de los celos

Una de las sensaciones más espantosas que tiene el ser humano son los celos. 


Es como si algo dentro de ti, estuviera repitiéndote de forma constante “¿huy se va a dejar?”. 


Y esto lo aprendimos en nuestra infancia, gracias a los apegos emocionales que adquirimos hacia nuestras figuras parentales. 


Y los apegos no son malos. 


En realidad, son parte de nuestro instinto de supervivencia. 


Sientes apego por esa pareja que se ocupó de tus necesidades básicas y te brindó mucho amor y apapachos. 


Supongamos que acabas de nacer y tienes autonomía. 


¿Te imaginas que te estén dado eso, y salir corriendo porque eso no te sirve para buscarlo en la calle? 


No creo que sobrevivieras mucho tiempo con otros extraños allá fuera. 


Es por eso que una parte de la supervivencia en ese tiempo, es desarrollar un apego hacia los cuidadores. 


Esto te ayuda a permanecer seguro y protegido, conservando la vida. 


¿Pero qué pasa cuando vas creciendo y llega un nuevo ser, un hermano u otro bebé de visita a tu casa? 


Allí es cuando sentimos esa extraña sensación que nos puya constantemente el alma. 


Sentimos que nos están robando algo que nos pertenece. 


Algo intangible pero que es nuestro. 


Y es muy común que a pesar de ser adultos “maduros” y “funcionales”, sigamos padeciendo de este horrible sentimiento. 


A nivel personal, conozco una parejita que se la pasan de pelea y reconciliación por culpa de los celos. 


Muchas veces él le hace reclamo por la forma en que se viste la señorita. 


Y ella intenta devolvérsela, diciéndole que tampoco le permite a él vestirse como quiera. 


Bueno, yo entiendo que mucha gente disfruta de este tipo de cosas. 


Pero para aquellos que aprendimos hace mucho rato el manejo de emociones, esto produce mucho “cringe” que llaman hoy día, o la famosa pena ajena. 


Personalmente este tipo de emociones no se si me producen mal genio o alguna otra cosa. 


Si por mi fuera abofetearía a cada persona que padece de esto para que despierte. 


O al menos quisiera tener una pastilla para darle a una persona en estas condiciones. 


Pues entiendo muy bien el malestar que producen los celos. 


Incluso he llegado a presenciar cuando la señorita de este joven no llega a tiempo, ir a buscarla para ver que ha sucedido o en que la sorprende. 


En lo que a mí respecta, hace muchos años tuve una novia que quería mucho. 


Incluso yo me veía haciendo mi vida con ella. 


Pero lamentablemente esta señorita sufría en extremo de celos. 


Yo no me podía afeitar o ponerme alguna loción para visitarla, pues de inmediato me hacia el reclamo si era que me gustaba otra persona. 


Y ni que decir cuando me compraba alguna camisa para salir con ella. 


Eso era otro drama. 


Hasta que un día me la sacó y suerte es que te deseo. 


La podía querer mucho, pero yo no me iba a aguantar ese “canasto” lleno de piedras, de allí en adelante. 


Es por eso que a nivel personal y sobre todo a la luz de lo que conozco ahora sobre las emociones, salgo huyendo cuando veo a una mujer celosa. 


Pero los celos no se quedan solamente en esa sensación de dolor y/o angustia por perder algo que te “pertenece”. 


En su libro VIVE TU VIDA Y DEJASELA VIVIR A LOS DEMAS, el doctor Luis Fernando Hoyos Aristizábal, escribió que dentro de la psiquiatría y psicología patológica los celos están clasificados como delirios. 


Una idea o juicio que se mantiene sin evidencias, se concibe como delirante. 


A pesar que el doctor Hoyos desarrolla ideas muy profundas en su obra sobre los celos, lo que más ha llamado mi atención es la conexión entre la sexualidad y la celotipia. 


Todo fenómeno de celos tiene su origen en lo afectivo y sexual. 


Es decir, el temor o miedo de perder a la persona amada ya que ella puede unirse a otra seria lo afectivo. 


Y el sufrimiento de ver a otra persona poseer lo que uno quiere para sí sería lo sexual. 


Pero el punto más curioso aquí es que esa parte sexual tiene que ver con la homofilia. 


En términos más simples sería algo como, si la esposa inconscientemente dice “yo a esa mujer la amo, pero esto es prohibido. Entonces proyecto mi amor sobre ese hombre y no se lo voy a dejar para así de alguna forma estar en contacto con ella.” 


Y en el caso del hombre sería algo como “yo amo a ese hombre, pero eso es prohibido, así que amo a mi mujer para amarlo a él”. 


Esto puede resultar un poco complicado la primera vez que uno lo escucha. 


Pero comienza a tomar sentido cuando una persona ha ignorado a su pareja toda la vida y ve que otro u otra se comienza a interesar en ella. 


¿Has notado que el celoso comienza a sentir de forma “milagrosa”, amor por su mujer/hombre qué antes le parecía indiferente? 


Bueno aquí es cuando se confirma la explicación dada por el psicoanálisis sobre la conexión entre los celos y la sexualidad. 


Y tal vez me estés preguntando en este momento, “Gabrielito lindo, ¿entonces si soy una persona celosa, eso me hace homosexual?”. 


La respuesta es NO. 


Simplemente los celos tienen una conexión con el homosexualismo. 


Para que una persona tome la determinación de ser homosexual, es algo bastante complejo y creo que hasta desconocido para la ciencia. 


Tengo 2 amigos que soy gays y en cierta oportunidad les pregunte sobre sus preferencias. 


El mayor de ellos me dijo que él había nacido con más progesterona que testosterona y por eso su preferencia hacia los hombres. 


Pero que en ocasiones sentía que le gustaban las mujeres. 


Hasta ese momento yo estaba completamente seguro que eso era cuestión hormonal. 


Que se nacía con esta preferencia. 


Pero con el paso de los años conocí a un jovencito que le hice la misma pregunta. 


Él me dijo que cuando tenía unos 17 años, una persona lo abusó y a partir de allí comenzó su preferencia hacía el mismo sexo. 


Y uno puede pensar que después de un evento de estos quedaría sin ganas o con temor. 


Pero él me llegó a decir que era muy feliz con sus preferencias. 


Es por esta razón que ser gay es algo más complejo de lo que los heteros podamos llegar a entender. 


No basta con sentir celos para cambiar de preferencias, pero si te animo que prestes mucha atención a una emoción como estas. 


Los celos no solo son considerados delirios. 


Sino también una enfermedad progresiva que en muchas oportunidades te puede llevar a atentar contra la vida de otras personas.

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lunes, 9 de mayo de 2022

El problema emocional de la envidia



El problema emocional de la envidia

La envidia se define como el sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no tener lo que otra persona ha conseguido. 


Ya sea que se trate de bienes tangibles como el dinero, etc. o intangibles como la inteligencia. 


Incluso algo tan subjetivo como la belleza, estatura, fuerza, puede llegar a ser un dolor de cabeza para muchos. 


Absolutamente TODOS los seres humanos, en algún momento sentimos envidia. 


Y por más que te empeñes en negarlo, tu ego se afana en contradecirte. 


Nuestro ego, al ser una estructura que nos impulsa siempre a avanzar, también es elemento evaluador del éxito ajeno. 


Es por eso que indefectiblemente comparamos lo que hemos hecho con lo que otros están haciendo y logrando. 


Así pues, esta es la razón por la cual, así te hagas el loco(a) e intentes mirar para otro lado, la envidia es un sentimiento que te acompaña constantemente. 


Ahora bien, una cosa es que el sentimiento sea más intenso en unas personas que en otras. 


De aquí es donde intentamos lavarle la cara a la envidia diciendo “es que siento envidia de la buena”. 


Mira, envidia es envidia por más que tratemos de disimularla. 


Al final, produce emociones que pueden perjudicar a la persona que está alcanzando el éxito. 


Si quieres profundizar en este tema, te recomiendo ver LA IMPORTANCIA DE LA DISCRECIÓN EN LAS METAS Y PROYECTOS PERSONALES


Y en este punto tal vez me estés preguntando “bueno Gabrielito lindo, ¿qué malo tiene sentir envidia por otros?” 


“¿De qué forma me puede perjudicar estas emociones?” 


Bueno, resumiendo el tema que te acabo de sugerir, si tú por ejemplo afirmas delante de mucha gente jodida que te está yendo bien, esto puede provocar que las emociones de ellos afecten tus resultados. 


Digamos que tú eres uno de esos jodidos envidiosos que inconscientemente se mortifican por el éxito ajeno. 


Después de un tiempo observas como esa persona se le dañaron sus planes y tu feliz. 


Y con descaro dices “que pesar lo que le ocurrió a esa persona”. 


Recuerda que la Vida no se queda con nada y siempre está buscando un equilibrio. 


Así que no se te haga extraño que te pase exactamente lo mismo con futuros proyectos que realices. 


A nivel emocional, la envidia es un sentimiento bastante parecido con los celos. 


Uno de los textos sagrados de la humanidad hace referencia a esto, comparándolo como podredumbre a los huesos. 


Los huesos son lo último que queda de nosotros, cuando nos dan la “visa” al otro lado. 


Así que es una linda referencia que es un sentimiento bastante perturbador que hasta el sueño te puede robar. 


Y quizás creas que estás en un entorno sano con gente “sana” que no sufre de esto. 


Pues te quiero ver diciéndole a tu entorno que obtuviste un aumento salarial en tu trabajo. 


O que tu hijo(a) obtiene buenas calificaciones en el colegio, etc. 


¿Qué podemos hacer entonces para solucionar este tipo de emociones si finalmente son naturales? 


Mira debido a que la envidia proviene de una comparación que hace nuestro ego con todo y todos, no se puede eliminar. 


Pero si se le puede restar importancia. 


Recuerdo que hace muchos años esto era algo que me mortificaba bastante. 


Ver que otros supieran o tuvieran más éxito que yo, era como si me halaran el bigote. 


En cierta oportunidad y de pura casualidad encontré un audio que me hizo tomar consciencia de eso. 


Decía literalmente que la envidia es un sentimiento que te impide ver tus propias oportunidades. 


El saber esto puso mi conciencia más atenta a lo que yo tenía y podía hacer. 


Y eso es exactamente lo que una persona envidiosa no puede realizar. 


Permite que sus emociones lo dirijan como un esclavo obediente y sumiso. 


Y esto no le permite ser consciente de sus habilidades y resultados. 


¿Y adivina cuando una persona haciendo todo lo que le digan sus emociones, va a salir adelante o a conseguir lo que desea? 


Y tal vez me estes preguntando en este momento “Gabrielito lindo, yo soy consciente de esto y he mejorado mucho, ¿cómo puedo entonces controlar la envidia de los demás sobre mí?” 


La respuesta es simple, no puedes hacer nada. 


Imagínate todo el sufrimiento por el que pasaste para soltar la envidia, y eso que son tus emociones. 


¿Ahora qué podrás hacer por las emociones de terceros que no son tuyas? 


De cierta forma la envidia de otros es una forma de admiración. 


Enfermiza, pero es admiración, al fin y al cabo. 


Simplemente toma eso no como envidia sino como que esa persona quiere ser como tú. 


Mira, en mi caso casi toda la vida he tenido que lidiar con esta “admiración”. 


No creas que ser atractivo, alto, musculoso y adinerado es fácil. 


A nivel personal siempre he podido percibir las emociones de la gente con la que tengo contacto. 


Incluso así estemos hablando por teléfono. 


Y como soy perverso, pero adorable, honestamente siento placer cuando alguien se está mortificando por mi causa. 


No te estoy diciendo que hagas lo mismo que yo, pero aprende a disfrutar de esa “admiración” de tu entorno. 


Así que quiero animarte, mediante esta información a controlar un sentimiento tan destructivo como la envidia. 


Si quieres que tu vida prospere, enfócate solo en tus oportunidades y habilidades.

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lunes, 16 de agosto de 2021

La envidia como instrumento de infelicidad



La envidia como instrumento de infelicidad

El RAE define la envidia como tristeza o pesar por el bien ajeno. 


En esto, la doctora Melanie Klein hizo un aporte bastante importante en la definición de esto. 


Ella definía la envidia como un sentimiento destructivo, en el cual, si la persona que envidia no puede poseer, entonces va a destruir. 


Esto es muy común verlo en el ámbito de la política. 


Digamos que un personaje de estos está trabajando por la comunidad y ha estado haciendo las cosas bien. 


Su contrincante que siente envidia por el poder, va a hacer todo lo posible por dañar su imagen, destruirla. 


Así esto implique dañar el bien que se ha hecho a muchas personas favorecidas. 


En otras palabras, la envidia es un sentimiento enajenador. 


Es decir que puede provocar hasta la locura por querer quedarse con eso que tiene la otra persona. 


Esto hace que nos surja la pregunta, si los celos y la envía vendrían siendo lo mismo. 


Podemos decir que los celos los padece la persona que los siente. 


La persona que es objeto de celos puede ignorar los sentimientos del celoso. 


Quizás ni se dé cuenta que la otra persona le está ardiendo su comportamiento. 


En cambio, la persona que envidia, puede llegar a obsesionarse con hacerte daño. 


Recuerda que el objetivo de una persona envidiosa es destruir sino puede obtener algo que tú has hecho. 


Para hacer un resumen, si tuvieras que elegir entre tener una persona al lado envidiosa o celosa, definitivamente es preferible aguantarse a un cansón(a) celosa. 


También se podría decir que la envidia en cierto punto es una admiración, pero enfermiza. 


Finalmente, por algo el envidioso, desea conseguir o hacer lo que su objetivo ha realizado. 


¿Y adivina con que estructura mental tiene que ver con la envidia? 


Si tu respuesta es el Ego, estás totalmente en lo correcto. 


Recuerda que el Ego es la estructura que nos mueve hacia el merecimiento. 


Ver que una persona logra lo que tú aun no has podido hace que te salten emociones negativas en tu cuerpo. 


Ante este sentimiento de pérdida insoportable, desarrollamos mecanismos como infravalorar la ventaja de otros. 


Mentalmente decimos eso no es para tanto, o se cree la gran cosa, etc. 


Otro mecanismo es intentar “triunfar” en otra área donde esa persona no ha tenido éxito. 


Y finalmente podemos llegar a la agresión física o psicológica. 


Incluso hay una anécdota cuando Edison dio por vez primera una demostración de su fonógrafo. 


Cuanto terminó la presentación, el académico francés, Jean Bouillaud, de 82 años salto de su asiento al cuello de la persona que lo estaba manipulando. 


Diciendo que eso era falso, un truco de ventriloquía, etc. 


Solo le faltó decir que eso era del demonio. 


Respecto a esto, hace más de 20 años conocí a un par de hermanas bastante atractivas. 


Yo me conocí primero con la hermana menor de estas. 


Nos gustamos y después de un par de semanas comenzamos a salir. 


Pasado un tiempo, esta señorita me invitó a su casa a conocer a sus parientes. 


Allí fue cuando conocí a la hermana mayor, la cual definitivamente me encantó. 


Y pues supongo que yo también le gusté pues notaba que me miraba de forma muy especial. 


En cierta oportunidad en que por un instante me quedé solo con la mayor, esta se me acercó a hablar amablemente. 


Y casi que, a la velocidad de la luz, la hermana menor llegó a “marcar territorio”. 


Es como si no quisiera que su hermana le fuera a quitar a su “nuevo amigo”. 


Yo me sentía fatal, pues ¿cómo era posible que fuera de visita a la casa de la chica que me gustaba y terminara encantado con su hermana? 


Tampoco puedo acabar con la familia. 


Pasado un tiempo, finalmente no se dio ninguna relación seria con la hermana menor. 


Y pues me quedó el camino libre para caerle a la mayor. 


No en realidad muchos años después, me contacté por redes sociales con la mayor. 


Me dijo que le enviara una foto de cómo estaba en la actualidad y se la envié. 


No sabía que las hermanas estaban reunidas en la misma casa, pues se suponía que la menor ya estaba casada y tenía una vida muy exitosa. 


Esta hermana mayor me confesó días después que su hermanita al ver que yo tenía contacto con ella, le “restregó” que años atrás cuando salíamos yo estaba super enamorado de ella. 


Por supuesto, esto hizo que la mayor se sintiera fatal, pero me hizo entender que la menor, había estado envidiosa del “éxito” de su hermana. 


Muchos años después de este evento, tuve la oportunidad de reencontrarme cara a cara con la mayor. 


Y me atreví a decirle algo sobre este evento y lo que había notado de su hermanita. 


Intenté ser muy discreto al decírselo, pero para sorpresa mía, me confesó que no era la única persona que se lo había dicho. 


Otras personas muy cercanas ya le habían mencionado este tema. 


Mi amiga me preguntaba que como era posible si su hermanita era hermosa, tenía un hogar ejemplar y una economía bastante fuerte. 


Le dije que lo más probable era que su hermanita no era feliz, a pesar de todo “eso” que tenía. 


A manera de resumen, mi amiga es una persona muy táctica para vivir. 


Es organizada, trabaja por lo que quiere conseguir y sobre todo es feliz con lo que tiene. 


Exactamente esa capacidad de ser feliz con lo que tiene es lo que su hermanita tristemente siente envidia. 


Y no se trata de una enemistad entre hermanas. 


Puedo dar fe plena que ambas se aman con todo el corazón. 


Pero lamentablemente la menor no es consciente de sus emociones y no sabe cómo procesar de forma óptima eso que siente. 


Lamentablemente esto es el común denominador en la humanidad. 


Los seres humanos no sentimos tanta envidia por lo que otros tienen y nosotros no hemos podido tener. 


Sino por la felicidad que vemos en ellos, sea cual sea lo que la esté provocando. 


Mira, yo he visto como despotrican de una pareja, aunque no tengan sino lo básico, simplemente porque son felices caminando de la mano en la calle. 


Hay que ser sinceros con nosotros y aceptar que el 99.999999999% de la humanidad es infeliz. 


No estamos conformes con nuestra vida. 


Es por eso que anhelamos o más bien envidiamos cualquier atisbo de felicidad en alguien. 


Así pues, quiero animarte mediante esta información a prestar mucha atención a la felicidad que tienes al frente y no en la felicidad de terceros. 


Probablemente en un futuro, miraremos este instante y nos daremos cuenta que en realidad lo teníamos todo y no supimos disfrutarlo.

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lunes, 24 de mayo de 2021

El problema de las inseguridades en las relaciones



El problema de las inseguridades en las relaciones

El ser humano definitivamente no fue diseñado para estar solo. 


Esto lo podemos ver en los textos sagrados de la humanidad cuando mencionan que al hombre se le creó una compañera para que no estuviera solito. 


Y tal vez me estés diciendo en este momento, pero Gabrielito lindo, eso son tonterías y yo decidí estar sin pareja porque la gente jode mucho. 


Bueno, debes ser consciente que esa decisión que tomaste de estar solo o sola se basó en una mala experiencia con ex parejas. 


O peor aún, de escuchar la voz de otros que les fue mal y que las personas son malas y bla bla bla... 


El caso es que no puedes prescindir de otros seres humanos o de lo contrario tu existencia estaría en juego. 


Todos necesitamos de todos para poder tener la vida cómoda que experimentamos en la actualidad. 


La gente es la que hace posible tu bienestar así te haya ido mal en la vida con los hombres o las mujeres, según tu caso. 


Sin embargo, los seres humanos somos famosos por hacer el papel de víctima cuando se trata de las relaciones de pareja. 


Desde tu punto de vista, todos son malos, menos tú. 


Eres perfecto y jamás te vas a equivocar y si lo haces es por culpa de terceros que “te hicieron” equivocar. 


Y aunque suene ridículo esto es como culpar a otros de que yo me coma las uñas. 


O peor, decir que otros se me las comieron. 


Pero cuando logramos finalmente tener una relación es cuando vienen los verdaderos problemas. 


Lo curioso de esto es que cuando estamos solos, anhelamos una pareja. 


Pero cuando ya tenemos tiempo con ella extrañamos nuestra “soledad”. 


Estos problemas se derivan básicamente de las inseguridades que traemos desde nuestro hogar. 


Por ejemplo, a los niños se les dijo que llorar era de nenitas y así aprendimos a reprimir nuestras emociones. 


Las niñas observaron como la madre se la pasaba dando cantaleta y aprendieron que este patrón servía para “dialogar” y “arreglar” problemas de pareja. 


Así pues, cuando somos adultos, la mujer cuando no le gusta algo de su hombre se dedica a secarlo a punta de discusiones. 


Y el hombre, como aprendió a reprimir sus emociones, permanece callado pues no es capaz de procesar ni lo que está pasando, ni mucho menos lo que está sintiendo. 


Debido a esto, es que pensamos que las mujeres joden mucho y que nadie las entiende. 


Pero en realidad lo que aquí está pasando, es que ninguno de los dos tiene el conocimiento suficiente como para entender que ocurre en su relación. 


Y lo peor, como hemos visto toda la vida estos ejemplos en nuestro entorno, los aceptamos como si fueran “normales”. 


Por lo tanto, no hacemos absolutamente nada por cambiar esto, mejorarlo. 


Y aquí es donde debes estarme preguntado, pero Gabrielito lindo, ¿cómo se puede mejorar una relación si esta es un total conflicto? 


El problema es que pensamos que el otro u otra debe cambiar. 


Hay que dejar de estarle echando la culpa a otros por nuestras desdichas. 


Si yo me metí con una mujer que me golpea, me trata mal y hasta me ridiculiza enfrente de mis amigos, ¿de quién es la culpa? 


¿Quién la escogió como pareja? 


Y esta misma pregunta va para las mujeres. 


Por lo general los hombres seleccionamos pareja por su físico. 


Yo diría que el 1% de hombres escogen su pareja por un motivo diferente a este. 


Por eso es que cuando llegamos a una edad madura, consideramos a las jovencitas más interesantes, pues nos atrae su físico. 


Respecto a esto, no sé cómo le hacen las mujeres para soportar tanto hostigamiento, y cada día de parte de los hombres. 


Yo no me imagino cuanta barbaridad le deben decir a una mujer bonita en la calle. 


Y quizás me estés diciendo en este momento, pero Gabrielito lindo y ¿es que tú nunca dices nada en la calle a una mujer que te parezca atractiva? 


La verdad no. Nunca me he sentido cómodo haciendo esto, ni nadie puede decir que yo soy hostigoso con las personas. 


Pienso que esto tiene que ver más con lo que observé siempre en mi señor padre, pues jamás y hasta la fecha lo he visto hacer algo como esto. 


La mujer en cambio se identifica más con el hombre que la pueda proteger en todo sentido. 


Sin embargo, algunas mujeres se van al extremo de la hipergamia. 


Y estos “gustos”, tanto de hombre como de mujeres, no son malos, sino que tienen que ver más con nuestra biología. 


Pero esto es un tema muy vasto como para tratarlo en este video. 


Cuando ya convivimos con esa pareja, tristemente nuestra inseguridad nos lleva a sentirla como una propiedad más. 


Nos enojamos si tiene amigos o amigas con los cuales conversa. 


Y que decir cuando intenta salir con ellos. 


Honestamente yo he conocido de mujeres que le piden permiso a su hombre para cortarse el cabello. 


Increíblemente la mayoría de hombres percibimos esto como algo normal. 


El hombre viene a reemplazar, literalmente la figura paterna de la mujer. 


Y lo mismo para el caso contrario. 


Pero entonces ¿es posible cortar con todo esto y tener relaciones más sanas para ser feliz? 


La respuesta a esto es totalmente afirmativa. 


Pero si y solo si haces un trabajo emocional contigo mismo y no esperar que el otro u otra cambie sus emociones para que satisfagan las tuyas. 


Entiendo que hay casos donde definitivamente no se puede convivir más con esa pareja. 


Pero si vas a una nueva relación por lo menos preocúpate por crecer emocionalmente para que no cometas los mismos errores. 


Lee, investiga y documéntate sobre cómo manejar tus emociones. 


Si consideras que tienes un problema grande entonces acude a un profesional en psicología, pero has algo para mejorar. 


Te aseguro que cuando tú cambias, todo a tu alrededor cambiará. 


Posiblemente ese cambio no te guste, pero quizás sea el principio de algo mucho mejor.

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lunes, 19 de octubre de 2020

El problema de los consejos de terceros



El problema de los consejos de terceros

Todos hemos escuchado en algún momento de nuestras vidas consejos de terceras personas y nos ha ido bien.


Sin embargo, no hay nada más triste que recibir un consejo y posteriormente te vaya mal, cuando lo acertado era lo que tu corazón te estaba diciendo.


En realidad, el problema de los consejos no es su fuente, sino la duda que nos ocasiona entre un tercero y la propia voz interior.


Desde niños nos enseñaron a dudar de nuestra propia sabiduría.


Los que ya no somos tan jóvenes, podemos recordar cuántas veces no nos mandaron a callar por meter la “cucharada” en las conversaciones de adultos.


Poco a poco fuimos comprendiendo que los adultos sabían más, así estuvieran diciendo burradas.


Y que nuestra voz interior o nuestra intuición tenían menos peso que la voz de estos expertos.


Por supuesto, no creo que eso ocurra con los niños de hoy en día.


Y tal vez por eso los jovencitos en la actualidad se atreven a más y realizan cosas que para nosotros a esa edad, eran imposibles.


Claro está que hoy en día también se ve de todo y muchas personas a pesar de lo avanzados que estamos no están teniendo una comunicación intrapersonal buena.


Esta situación hace que muchas personas por malas decisiones hayan arruinado sus vidas.


Y no conformes con esto, he visto cómo han colaborado a la ruina de otros, por medio de sus consejos malintencionados.


Vamos a ser totalmente sinceros, pero el ser humano por la naturaleza de su ego, no quiere que otros estén mejor que él.


A lo mucho que a sus amigos les vaya bien, pero no tanto que opaquen sus triunfos.


Es por eso que de cierta forma se puede ver guerras en redes sociales, batallando por quien tiene más o viaja más o se puede comprar más.


Personalmente he visto como entre amigas se dan “buenos consejos” y esto ha afectado posteriormente su relación de pareja.


Y esto no solo se ve entre mujeres.


Conocí el caso de dos amigos que se querían mucho.


Secretamente uno de ellos le gustaba mucho la chica del otro.


Cada vez que ella lo llamaba o le preguntaba cómo estaba, el otro amigo le decía que no se dejara manipular, que no fuera bobo, etc.


En todo caso su “amigo” buscaba que entraran en conflicto para que esta relación se fuera al tarro de la basura.


Posteriormente aprovechar la soledad de la chica y allí caerle con toda en su conquista.


Si tomamos en cuenta esta pequeña historia, ¿puedes ver la magnitud del riesgo que puedes estar corriendo al seguir consejos de terceros?


En realidad, por muy bueno amigo(a) que te parezca una persona, no tienes como comprobar sus intenciones al darte un consejo.


Y no te estoy diciendo que vivas tu vida en desconfianza con todo y todos en el planeta.


Pero tampoco debes ser tan crédulo y servirte en bandeja de plata a los deseos de terceros.


Yo creo que el punto de equilibrio de todo está en evaluar tanta información como te sea posible.


Con esto quiero decir que primero debes escuchar tu voz interior.


Posteriormente evaluar los consejos que te están dando terceros.


Finalmente comparar si tu voz interior concuerda con lo que te pueda estar aconsejando alguna persona.


La mayoría pensamos que la voz interior es similar a como me estuvieras escuchando en este momento.


Ojalá fuera de esa forma tan clara, pero esto es algo más sutil.


Se le dice voz interior, comunicación intrapersonal, pero en realidad se trata de las emociones que te produce algo en lo que estás centrando tu atención.


Todo produce emociones. El problema es que estamos tan acostumbrados a ignorar nuestras emociones porque eso nos enseñaron.


¿A cuántos de nosotros nos enseñaron a no llorar?


¿O también a ocultar nuestro llanto por miedo a que nos vean como débiles?


¿Sientes vergüenza cuando tus lágrimas salen viendo una película que ha tocado tu corazón y prefieres que nadie te vea haciéndolo?

Esto prueba el condicionamiento al que has estado sometido por parte de las personas que te rodean.


Y no te estoy diciendo que las personas que te enseñaron esto sean malas.


Al contrario, son personas bien intencionadas, pero mal informadas que intentan “protegerte” y que no te veas débil mentalmente.


¿Quieres escuchar tu voz interior?


Aprende a aceptar todas tus emociones siempre que interactúes con cualquier persona o cosa.


Quizás me digas en este momento que no sientes nada.


En realidad, eso que llamas nada, es paz mental.


Aprende a disfrutar eso y buscar que cosas te producen esa paz mental para que puedas repetirlo constantemente en tu vida.


Si algo te produce enojo, aprende a reconocer también.


Reconocer emociones como el enojo, la envidia, los celos, la venganza, así te hayan enseñado que es incorrecto, en realidad en muy beneficioso.


Entre más niegues o intentes ocultar algo, más disfuncional te vuelves pues esas emociones que no te gustan van agarrando mucha fuerza en ti.


Por ejemplo, en mi caso, habrás notado que en videos anteriores he dicho que soy egoísta, envidioso, celoso, vengativo, etc.


Entre más negara esto, más fuerza puede llegar a tener en mi interior y perjudicarme.


De hecho, en cierta oportunidad una persona me llegó a decir que yo no era egoísta porque compartía esta información que le estaba ayudando.


Si yo negara esto constantemente, de seguro no estarías viéndome hablar aquí.


Así que quiero animarte mediante esta información a encontrar el equilibro entre los consejos de terceros y tu comunicación intrapersonal.


Solo de esta forma puedes seguir tu verdadero camino que es el bienestar y la felicidad.


Con el tiempo, te darás cuenta que ya no necesitarás los consejos externos, sino que toda la sabiduría se encuentra en tu interior.

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lunes, 17 de agosto de 2020

La posesión en el amor



La posesión en el amor Yo creo que todos soñamos con tener una relación donde nos sintamos no solamente felices sino completamente correspondidos.

Lamentablemente el ideal del amor lo hemos estado aprendiendo del cine, la televisión etc., y no necesariamente con ejemplos de relaciones sanas.

Entre más disfuncional sea una relación, es decir más enfermiza, llena de peleas, celos etc., más pasional será la reconciliación.

Pues esto es lo que aprendimos de las relaciones intensas.

A mayor “amor”, mayor intensidad y por lo tanto debemos exigirle o buscarle cualquier situación que nos demuestre que la otra persona en verdad nos ama.

Es por eso que formamos dramas innecesarios y hasta por cosas pequeñas que no tienen trascendencia en la vida.

Buscamos problemas imaginarios para sentirnos amados por nuestro compañero o compañera.

Este tipo situaciones viene siendo “normal” en las relaciones entre adultos.

Pues como dijo en una oportunidad el doctor Luis Fernando Hoyos Aristizábal, si al ser humano adulto le hacen un test de inteligencia emocional, no pasa de los 14 años de edad.

A título personal, yo paso ante una persona con estas características, es decir, que le guste el drama y ame las reconciliaciones.

¿Pero qué tan “normal” es sentirnos dueños de nuestro compañero o compañera sentimental?

Como vimos en el vídeo anterior, LA PERCEPCIÓN DEL ABANDONO, nuestra necesidad de poseer proviene de una herida de la ilusión de la separación.

Digamos que sentir la necesidad de poseer el amor es algo “normal” gracias a esto.

Y es también “normal” que sintamos apego por una persona con la cual hemos vivido tantas cosas bonitas.

Pero no es normal que sintamos ese desespero por tener la persona que sea al lado con tal de no sentirnos solos.

Y con tener una persona, me refiero no solo a compañía, sino al aspecto romántico.

Pues una persona bajo estas condiciones no acepta por decir, una relación de amistad con alguien que le interesa de forma romántica.

Una persona posesiva no solamente está llena de miedo, desconfianza e inseguridad, sino de una de las enfermedades progresivas más peligrosas como los celos.

Personalmente llegué a escuchar gente a mi alrededor decir, que un poco de celos era bueno para la relación.

A esto le llamaban celos “sanos” pues le daban picante a una relación para que esta no se volviera rutinaria.

Tristemente los celos siempre terminan socavando el amor que pueda existir en la otra persona.

Un ser posesivo comienza sistemáticamente a prohibir cosas en el día a día de la otra persona, básicamente con dos finalidades.

La primera es controlar a la otra persona para sentirse exclusivo. Que no existe nadie más que vaya a ocupar su lugar.

La segunda es sentir correspondencia del amor, pues al ser una persona temerosa e insegura, necesita de la confirmación constante de que vale y por eso se le quiere.

Este tipo de personas tienen la autoestima ni siquiera a nivel del mar.

Es por eso que aceptan en su vida cualquier persona, lo primero que se les aparezca, así esta, de indicios que en el futuro le va a hacer pasar un mal rato.

Como puedes ver abandonar esta condición no es tan fácil por los temores e inseguridades interiores.

Existen altas probabilidades que una persona así no pueda salir sola de esa condición, sino que requiere ayuda profesional.

Sin embargo, como primer paso, esto requiere aprender a soltar a las demás personas.

Sobre todo, las que te interesan de forma romántica y trabajar con tu autoestima.

Con esto me refiero que una persona posesiva sufre bastante cuando su pareja decide compartir con otras personas socialmente sin esta.

Las famosas noches de amigas o amigos suelen ser la angustia más grande que un posesivo pueda tener.

En estas situaciones existe una línea bastante delgada entre la infidelidad y la confianza.

Pues lamentablemente los posesivos casi siempre dan con personas infieles.

Es como si estuvieran buscando este tipo de personas para poder controlar su “infidelidad”.

Algunas personas me han preguntado qué hacer en esos casos, yo simplemente les respondo que, si no hay confianza, no es recomendable estar con esa persona.

No solo es malo porque te mortifica, sino también para la otra persona pues va a actuar coaccionada mientras la puedan observar.

En otras palabras, esa persona te va a morronguear como dicen en mi ciudad natal.

Adicionalmente cuando hay desconfianza, esto suele ser tu interior que te está avisando que algo anda mal.

Si quiere conocer una información más detallada sobre este tema te invito a mirar APRENDIENDO A SEGUIR LA INTUICIÓN.

Así pues, quiero animarte a través de esta información a prestar mucha atención a las exigencias que haces hacia otras personas.

Recuerda que nadie está obligado a corresponder tus sentimientos, ni tampoco estás obligado a cumplir los caprichos emocionales de otras personas.
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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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