Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 7 de abril de 2025

Cuando los Deseos se Cumplen y No los Vemos



Cuando los Deseos se Cumplen y No los Vemos

Una de las preguntas que suele pasarnos por la cabeza es si existe un Poder que nos ayude a cumplir nuestras metas. 


Y también me atrevo a asegurar que todos hemos tenido ese momento donde lo que pensamos y queríamos con todo el corazón finalmente se nos dio. 


Esto hace pensar que algunos deseos entonces no se cumplen, tal vez por “pecaminosos o prohibidos”. 


Y quizás estamos frente a un Poder muy caprichoso que nos da las cosas cuando se le viene la gana. 


Porque para serte sincero mucha gente, previo a conseguir sus objetivos, ha tenido que pasar por muchas dificultades, incluyendo hasta acostarse sin comer. 


Esto me hace recordar una historia o más bien una fábula de un hombre al cual Dios le cumplía todos sus deseos. 


Y tal vez nos pueda ayudar a entender porque ocurre unas veces se nos cumplen los deseos y otras no. 


Resulta que, en esta fábula, había un paciente que estaba bien asado, como dicen en mi localidad. 


Es decir que estaba pasando necesidades económicas por falta de empleo y se encontraba totalmente solo en el mundo. 


Entonces decidió pedirle a Dios un buen trabajo y una buena esposa para poder ser feliz. 


Después de decir “amén”, este personaje se puso manos a la obra a repartir su currículo en varias empresas. 


Bueno, resulta que, a los pocos días en una de esas, lo llamaron para una entrevista de trabajo. 


Este señor como pudo, consiguió para el pasaje en transporte público, pues recuerda que estaba asado. 


Y cuando llegó a la entrevista, se quedó asombrado de ver tanta gente haciendo fila para ese puesto de trabajo. 


El señor se desanimó y con las orejitas agachadas se regresó para su casa pues las posibilidades de conseguir ese empleo eran prácticamente nulas. 


Entonces con sus últimos centavos tomó de nuevo su transporte público de regreso. 


Lo único afortunado que le pasó ese día fue sentarse al lado de una señorita muy atractiva que lo saludó. 


Pero en medio de su amargura le respondió fríamente. 


Y pasados los minutos se subió a ese transporte un niño vendiendo rosas. 


El niño le pasó una para que se la regalara a la señorita y este señor se levantó muy enojado regañando al niño. 


Diciéndole que a duras penas tenía para regresarse a la casa y él no iba a comprar una rosa inútil. 


Pues ese dinero le servía mejor para comprar algo de comer. 


Finalmente, cuando llegó a la casa se puso a insultar a Dios, diciéndole que porque lo había abandonado y que no lo quería aquí que era mejor que lo “sacara” del juego y bla bla. 


Increíblemente Dios le respondió y le dijo: 


Ese trabajo que me pediste, ¿por qué no presentaste la entrevista si ese iba a ser para ti? 


¿Y por qué no le recibiste la rosa al niño si te la di para que conocieras a la esposa ideal que me pediste? 


De esta fábula podemos concluir algo muy importante y es que todo lo que deseamos se cumple. 


Pero, como las cosas no se desarrollan como las hemos planeado, las rechazamos. 


Mira, hay que ser honestos con nosotros mismos y aceptar que los seres humanos somos muy caprichosos. 


Cuantas veces no hemos rechazado oportunidades, simplemente porque no se dieron exactamente como nosotros lo habíamos visualizado. 


Preferimos dejarnos llevar por nuestros prejuicios y falta de percepción. 


Es por es que mediante esta información quiero animarte a que estés alerta a todas las señales que te da la vida cuando deseas algo. 


Por si no lo sabías, se eso se trata este juego. 


Sentir con fuerza lo que deseas, ponerte en marcha a realizar lo que debas a hacer y abrir los brazos para recibirlo.

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lunes, 3 de marzo de 2025

El Mayor Pecado: Rendirse Antes de Intentarlo



El Mayor Pecado: Rendirse Antes de Intentarlo

Todos hemos tenido metas y deseos por cumplir. 


Sin embargo, también muchos de esos planes que teníamos, tuvieron su fecha de caducidad. 


La mayoría no fueron por temas de imposibilidades, sino más bien porque nos olvidamos de cumplirlos. 


Tal vez nos dio miedo, pues frente a la primera dificultad, creímos que se trataba de algo imposible. 


Y cuando vemos a alguien hacer eso que pensábamos imposible, es donde sacamos cualquier tipo de excusa para disimular nuestra falta de competencia. 


A nivel personal conozco el caso de un joven que admiraba mucho por su sabiduría y poder personal. 


Tristemente su vida cambió de un momento a otro. 


Quizás por su soberbia se sintió el dueño del mundo y cometió algunos errores que incluso lo llevaron a problemas judiciales. 


Este muchacho en la actualidad siente que no se puede levantar y regresar a lo que algún día consideró su mejor versión. 


Es como si hubiera perdido totalmente su voluntad y sus ganas de luchar. 


Y se ha puesto a esperar a que venga algún ser espiritual a salvarlo de su malestar actual. 


Y con esto no te estoy diciendo que uno no debe creer en un poder superior. 


Al contrario, si eres seguidor de este canal desde hace un buen tiempo, habrás notado que siempre he dicho que se vive una mejor vida si tienes la creencia de que algo más grande te está ayudando. 


Es más, yo siempre he creído que, si no fuera por algo más grande o extraordinario, yo nunca hubiera salido de mi crisis financiera. 


Si fuera por mí, yo todavía estaría durmiendo en el suelo y viviendo de la caridad de mis parientes. 


Y te lo digo no porque yo estuviera con las manos cruzadas esperando al angelito trajeado con la maleta y el millón de dólares a solucionarme la vida. 


Sino porque a pesar de todos mis esfuerzos por salir de esa situación, parecía que cualquier puerta que intentara abrir se cerrara. 


Es por eso que llegué a la conclusión de que algo más allá de mi comprensión definitivamente me ayudó. 


O me quieren mucho o es que valoraron todo ese esfuerzo que hacía para salir de la situación. 


Y si tú estás en este momento en una situación similar, créeme que entiendo perfectamente la frustración que se siente de luchar con el cuchillo entre los dientes y no ver resultados. 


Pero como lo mencioné en un tema pasado sobre la historia de los 2 náufragos, no dejes de orar, ni de remar. 


En algún punto las cosas te van a cambiar si persistes. 


Aunque a veces es bueno mirar si lo que estás haciendo, está bien. 


Si haces algo y no funciona, hay que observar si se puede hacer de otra y mejor forma. 


Recuerda que locura es hacer miles de veces la misma cosa y esperar un resultado diferente. 


Y puede que en este momento me preguntes: “pero Gabrielito lindo, ¿y si lucho con todas mis fuerzas y finalmente me voy de este planeta sin cumplir mis sueños?”. 


Lamentablemente eso es una posibilidad. 


Pero si no luchas por lo que quieres, te aseguro que al final de tus días te vas a lamentar. 


Mira, en mi caso hay metas que aún me faltan por cumplir. 


Y en algún momento me hice esa pregunta y llegué a tener miedo de irme de este planeta sin cumplirlas. 


Pero al menos no me voy a ir sin pelear. 


Uno debe irse con la satisfacción de haberlo intentado. 


Es decir, irse sin remordimientos de que pudo haberlo hecho y nunca lo hizo. 


Desde mi punto de vista, el mayor pecado, que existe (si podemos llamarlo de esa forma) es la omisión. 


Eso es prácticamente dejar de vivir lo que uno realmente siente en su corazón. 


Si no vives bajo tu verdad, realmente estás viviendo una vida que alguien más te ha impuesto. 


Y definitivamente bajo esas condiciones, podemos decir que nunca vas a alcanzar el bienestar.

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lunes, 15 de enero de 2024

Cómo superar la programación mental del fracaso



Cómo superar la programación mental del fracaso

Por naturaleza, todos los seres vivos en este planeta deseamos estar siempre bien. 


Hay excepciones, pero recuerda que la excepción no hace la regla. 


Sin embargo, una cosa es lo que decimos querer, y otra muy contraria lo que hacemos para ello. 


Por ejemplo, queremos tener el suficiente dinero para poder conocer lugares, probar alimentos, comprar cosas, ayudar a personas que nos importan, etc. 


Y si sabemos que para tener suficiente dinero debemos trabajar, muchas veces no lo hacemos, esperando a que venga el angelito con el traje y la maleta del millón de dólares a solucionarnos la vida. 


Por ejemplo, con estos ojitos que tantas cositas lindas han visto, puedo observar constantemente la historia de un buen amigo. 


Él inicio un negocio en compañía de un socio que es su pariente. 


Desde el inicio del negocio se notaba quien le ponía ganas y quien no. 


Pues los mismo clientes se quejaban de la cara de “limón”, o cara de amargado del socio. 


Incluso ellos mismos le decían a este joven que apenas tuviera la oportunidad, comprar la parte de su socio y así administrar su negocio con su empuje y energía positiva. 


Efectivamente cuando se dio la oportunidad, le dijo al pariente “cara de limón”, que le compraba su parte. 


A lo cual él dijo que no le quería vender. 


Claro el otro haciendo todo, colocando su energía y entusiasmo y él recibiendo la mitad de los dividendos sin hacer nada, ¿cómo iba a estar de acuerdo? 


Así pues, este bueno amigo le dijo, entonces cómpreme mi parte que yo sigo solo. 


No le quedó más remedio entonces que venderle, pero le pidió el favor de que le permitiera seguir como empleado del negocio. 


Bueno, el cambio se notó tanto que el negocio de este buen amigo se ha crecido exponencialmente. 


Pero todo se debe a que el disfruta tanto lo que hace, que incluso abre su negocio los días festivos. 


Y aquí es donde comienza un problema con su nuevo “empleado”. 


Yo vivo en el país con más días festivos del planeta. 


Mucha gente ve el trabajo en los días festivos como una maldición. 


Van, pero lo hacen de mala gana y odiando lo que tienen que hacer para poder comer. 


Y no estoy diciendo que el 100% de las personas hagan esto, pero si la mayoría lo hacen disconformes. 


Así que el ex socio de mi amigo se la pasa preguntándole que por qué mejor no cierran y descansan que el cómo dueño se lo “merece”. 


¿Tan amable no? 


Y el dueño simplemente le responde que no venga que el sí va a abrir. 


Lógicamente si no va, pues no le pagará ese día de trabajo. 


Y le “toca” ir para poder seguir comiendo y maldiciendo el destino que le tocó. 


Todo esto hace que nos surja la pregunta del por qué si sabemos que algo nos conviene, no lo hacemos o lo detestamos. 


Bueno, en esto influye poderosamente el programa mental de fracasados que a todos nos han estado inculcando desde pequeños. 


Cuanto somos pequeños y tomamos la iniciativa de hacer algo, pero nos queda mal, muchas veces nuestros padres o personas cercanas nos dicen “mijo esto se hace es así”. 


Qué crees que le estamos sub comunicando a un pequeño que intenta hacer algo por vez primera y no le sale “perfecto” como nos saldría a nosotros los “iluminados”. 


Que su esfuerzo no lo vale y que otros si saben porque merecen. 


Bueno, esto pasaba en mis épocas, cuando “éramos tan inocentes”. 


Hoy en día si un niño comete un error no se le castiga, sino que por el contrario se le aplaude y se le pone todo fácil ya que no quiero que mis hijos pases por lo que pasé yo. 


En este caso le estamos sub comunicando a nuestros pequeños la mediocridad. 


No importa si está bien o mal, un aplauso para ti papito que te lo mereces todo. 


Pero cuando ese niño crece y se encuentra con que en la vida nadie le va a alcahuetear y que, si no hace su labor excelente, lo mandan a la calle, es cuando piensa que el mundo está en su contra. 


Que no lo tratan bien y que solo lo quieren ver sufrir. 


Retomando el caso del “empleado” de mi amigo, esté nunca analiza que la gente paga o compra un servicio para ser utilizado. 


En este caso es un gimnasio. 


Él se excusa que por ser temporada de fin de año la gente casi no va y bla bla. 


Si alguien paga un servicio es su problema si deja vencer la membresía sin ir o no. 


La responsabilidad de un negocio es prestar el servicio pues para eso lo está ofreciendo. 


Pero en su programación mental de pobreza y fracaso este otro muchacho siente que no merece ganar, sino seguir a la sombra de su patrón, esperando que este lo deje descansar algunos días. 


Mira, todos tenemos este tipo de pensamientos pues como mencioné anteriormente es lo que nos sub comunicaron las personas de nuestro entorno. 


Esa gente ya no está con nosotros, ni dependemos de ellos. 


¿Entonces para qué prestarles atención a palabras que no nos convienen?

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lunes, 17 de mayo de 2021

El problema de nuestro mínimo esfuerzo



El problema de nuestro esfuerzo

Hace algunos días, mi hija Isabellita, me contó que tuvieron elecciones del personero en su colegio. 


En estas elecciones solo existían 2 candidatos y la mayoría que vendría siendo el 98% votaron por el candidato que les regalo dulces a los electores. 


El otro candidato se presentó solo con sus buenas intenciones y propuestas. 


Esto muestra que, desde muy pequeños, los seres humanos acudimos a la ley del mínimo esfuerzo y la recompensa inmediata. 


Y cuando somos adultos, sobre todo en Latinoamérica nos quejamos de nuestros gobernantes. 


Nos da rabia lo ladrones, codiciosos y hasta mentirosos que son. 


Pero sabías que ellos nos están representando fielmente en nuestra personalidad. 


Y puede que me digas en este momento “Gabrielito lindo, ¿cómo se te ocurre compararme con esos individuos si yo soy una persona impoluta?”. 


De hecho, al sabio rey Salomón se le atribuye la famosa frase “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. 


En realidad, si nos ponemos la mano en el corazón nosotros somos exactamente igual a nuestros gobernantes. 


Mentimos, robamos y no necesariamente dinero. 


En realidad, nosotros somos muy dados a victimizarnos, tirar la piedra y esconder la mano para pasar como honorables inocentes. 


Por ejemplo ¿qué hay del tiempo que robas a los demás o el tiempo que pierdes en tu trabajo? 


Nos complace el dolor ajeno y si vemos caer económicamente a un vecino nos alegramos porque estaremos mejor que él. 


Y lo más interesante es que decimos “pobrecito” y sentimos que esto nunca nos va a afectar a nosotros. 


Lamentablemente o afortunadamente todos estas interconectados con los demás, sobre todo por el dinero. 


Para que me entiendas mejor, imagina que tienes un negocio. 


Entonces la mitad de tus clientes pierden sus ingresos y ¿qué piensas que va a pasar? 


Exactamente tu economía también se verá afectada. 


Y si tu flujo de dinero se interrumpe, tú vas a interrumpir la economía de tus acreedores. 


Esto es similar a lo que publiqué hace algunos años en la entrada, LA HISTORIA DEL RATON


A manera de resumen, la historia muestra como un ratón está preocupado porque los dueños de la granja adquirieron una trampa para ratones. 


Este comenzó a alertar al resto de los animales en la granja y cada uno le decía “eso no es problema mío, finalmente la trampa no es para mí”. 


Hasta que una noche la trampa se activó y fue una serpiente la víctima. 


Cuando la esposa del granjero fue a ver el ratón capturado, fue mordida por la serpiente. 


Como la señora no mejoraba mataron a la gallina para hacer una sopa. 


Luego, al llegar parientes a visitarla, le tocó el turno al cordero. 


Y finalmente la señora falleció y el granjero vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral. 


Este efecto de dominó también te afectará si no abandonas el egoísmo que nos está consumiendo actualmente. 


Y quizás en este momento me estés preguntado, “pero Gabrielito lindo, ¿cómo puedo cambiar este mundo si todos son egoístas?” 


Lamentablemente todos estamos pensando de la misma forma y nadie se atreve a dar el paso inicial. 


Pero si quieres darlo simplemente ayuda a las personas en tu entorno. 


No se trata de darles dinero porque eso calmará el hambre o sus necesidades solo un corto periodo de tiempo. 


Muchas veces con solo escuchar a alguien le permite liberar su mente y tener mejores ideas. 


Ser amable en la calle con las personas les puede ayudar a sobrellevar los problemas y tener mejores ideas gracias a una simple sonrisa. 


Los seres humanos somos muy dados a complicarnos la vida pensando en elaborados planes para ayudar al mundo. 


Nos imaginamos creando una máquina para limpiar el planeta de desperdicios, o que sane personas, etc. 


Pero las herramientas que tenemos son tan simples que hasta pasan desapercibidas. 


Recuerdo que hace muchos años, cuando me cambie de trabajo, una de mis compañeras se acercó a darme las gracias por mi sonrisa. 


Yo pensé que estaba bromeando porque era una mujer que se reía mucho todo el tiempo. 


Pero me confesó que padecía una profunda depresión y como siempre he tenido la costumbre de sonreír en todo momento, eso le daba esperanza para ver que ella también podía vivir bien. 


La verdad a partir de esas palabras entendí lo importante que es ayudar a los demás simplemente siendo amable con ellos. 


Cuantas veces no imaginamos tener mucho dinero para ayudar con sus problemas de los demás y esta solución ya está en nuestro interior. 


Así pues, quiero animarte mediante esta información a dejar de culpar a terceros de tus desdichas. 


Si quieres encontrar a esa persona que es capaz de hacerte feliz y darte todo, te estará esperando frente al espejo.

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lunes, 3 de febrero de 2020

Logrando los objetivos con trabajo



Logrando los objetivos con trabajo Los seres humanos tenemos la tendencia al facilismo.

Con esto quiero decir que si fuera por nosotros nos sentaríamos debajo de un árbol de manzanas a esperar que estas nos caigan para alimentarnos.

La pereza nos domina, y sobre todo nos da impaciencia esperar procesos por los cuales hemos trabajado con la ley del mínimo esfuerzo.

Existen personas que en el día a día demuestran un talento y astucia especial para actuar, pero que no se sienten capaces de avanzar más allá de donde se encuentran actualmente.

Por ejemplo, desperdician su talento pues se consideran incapaces de hacer un buen trabajo ya sea a nivel escolar como laboral.

Tal era mi caso hace años, pues las personas de mi entorno, o al menos la mayoría decían que yo tenía mucho talento que no explotaba.

Honestamente yo tomaba esto como una especie de broma que me querían hacer.

Sentía que todo lo que sabía cualquiera lo podía hacer pues para mi realizar cosas siempre ha sido fácil.

Esto, sumado a mi baja autoestima era lo que me hacía percibir el mundo como una carga de lucha e inmerecimiento.

Sin embargo, no basta con tener talento en la vida.

Hay que tener algo más que se llama trabajo y disciplina constante.

Al talento o a las metas hay que dedicarles tiempo para desarrollarlos.

La Vida no nos regala nada y por eso todo debemos ganárnoslo con dedicación.

La pereza es la peor enemiga de los proyectos y cuando nos dejamos llevar de esta, por eso fracasamos.

A las metas o propósitos hay que dedicarles tiempo.

Por ejemplo, ¿crees que las estrellas de fútbol mundial han llegado donde están simplemente por el talento?

Muchas personas alrededor de ellos, han confirmado que los deportistas más sobresalientes se quedan practicando solos después de su entrenamiento oficial.

No solo se dedican tiempo extra a mejorar sus habilidades, sino también su físico.

Leen, investigan, se asesoran o en general hacen lo necesario para seguir en la cima.

Cuando analizamos todo esto, honestamente y con la mano en el corazón ¿crees que nosotros dedicamos tiempo y esfuerzo a lo que nos hemos trazado?

¿Cuántas personas a la fecha no iniciaron su objetivo de tener un mejor cuerpo y comenzando el año ya se dejaron vencer por la pereza?

¿Cuántos no se propusieron a ahorrar para fin de año realizar un viaje y no solo han incumplido su propósito, sino que ya deben más dinero del que pueden pagar?

¿Realmente actuando así crees que vas a cambiar tu vida?

Existe un dicho que reza “Con un poco cada día, obtienes mucho con el tiempo”.

Si tu a diario juntas una pequeña cantidad de dinero, ¿puedes visionar lo que tendrías ahora si hubieras comenzando hace un año, cinco o tal vez diez años?

Lo mismo ocurre para cualquier cosa que te propongas en la vida.

El problema es que debemos dejar el facilismo y sobre todo el “rapidismo”.

Todo lo queremos instantáneo. Tristemente esas cosas así no son perdurables.

Por el contrario, todo lo que vale la pena requiere esfuerzo y tiempo.

Por eso la Naturaleza es tan hermosa y perfecta.

Así pues, quiero animarte a través de esta información a esforzarte por lo que deseas.

Esta bien que nada es fácil, pero tampoco nos rindamos ante el primer obstáculo que se nos presente, como la pereza mental.
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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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