Desde niños escuchamos a nuestros amiguitos que cuando sean grandes quieren ser profesores, ingenieros, astronautas, policías, médicos, etc.
En mi caso, yo recuerdo que todos los niños afirmaban que deseaban, ser esto o aquello, pero yo no tenía ni la menor idea de lo que me gustaría hacer cuando creciera.
Por cumplir les decía cualquier profesión que se considerar “buena”.
Terminando la educación básica, me pude dar cuenta que al menos todos los compañeros con que estudiaba en ese momento, no tenían la menor idea que era lo que deseaban hacer.
Algunos les tocó comenzar a trabajar incluso antes de terminar ese último año escolar por falta de recursos en su casa.
Otros que tuvimos la fortuna de tener padres que nos apoyaran económicamente dudábamos en qué carrera queríamos surgir.
Ahora bien, imagínate que yo seguía con mis dudas y por cumplir respondía diferentes profesiones de lo que me dedicaría.
Fui desde ingeniero químico, hasta pasar por licenciado en educación física.
Uno de mis compañeros me dijo “huy Gabriel, tú de profesor de educación física te vas a morir de hambre!”.
No sé exactamente en qué sentido lo dijo, pero esto me hizo de inmediato pensar que de esta decisión dependería mi vida, literalmente.
Recordé que, desde muy pequeño, mi hermano mayor me hablaba que mediante programas en computadores uno podía desarrollar video juegos.
Así que mi hermano obtuvo unos manuales sobre lenguaje Basic que me estudie totalmente.
Posteriormente una prima nuestra, nos prestó por algún tiempo una consola y allí comencé a desarrollar mis primeros códigos.
De hecho, en los años 80 dos jóvenes hermanos británicos, Tim y Chris Stamper, crearon los primeros video juegos trabajando en su casa.
Todo esto hizo que a la final me preguntara, “bueno sino yo tengo habilidades desde muy niño para esto, ¿por qué no estudiar ingeniería de sistemas?”
Años mas tarde, trabajando para una compañía de comunicaciones, conocí a un grupo de ingenieros telemáticos y de sistemas.
Estos jóvenes sostenían una conversación sobre cual profesión era la mejor.
Uno de estos ingenieros, llegó a escribir un artículo para la universidad en la cual estudio cuyo título era “Cuál es la mejor profesión”.
Él argumentaba que la ingeniería de sistemas era la mejor.
Pues debido a la naturaleza de optimización y desarrollo que podía hacer de cualquier profesión, el ingeniero de sistemas tenía la capacidad de conocer cualquier tema.
Para que me puedas comprender un poco mejor, imagina que vamos a desarrollar aplicaciones para un odontólogo o un médico.
Las tareas que hace este profesional de la salud forman parte de un sistema de información.
Este sistema puede tener falencias en la actualidad y hace que se formen cuellos de botella o demoras que impidan realizar de forma óptima sus procesos.
Para mejorar esto, nacen los requerimientos.
Estos dicen que debe hacer el sistema, como procesarlo y que información entregar.
Para resolver esto, el profesional, que en este caso es de la salud, debe compartir información con el ingeniero.
Así pues, el ingeniero en algún momento conoce lo mismo que el profesional de cualquier área que está trabajando.
Por decirlo de alguna manera el ingeniero en algún punto del desarrollo se convierte y piensa como odontólogo o médico, para este ejemplo que nombramos.
Como puedes ver, absolutamente toda profesión trabaja bajo un sistema de información que es factible de mejorar.
Y es aquí donde este joven que mencionamos anteriormente argumentaba que la ingeniería de sistemas es la mejor profesión.
De hecho, como mencioné en el tema LA IMPORTANCIA DE LA AUTOCONFIANZA, mi profesión me permitió darme cuenta del fraude que estaba realizando un equipo médico en el pasado.
Pero, si somos bastante honestos, ninguna profesión determina la calidad de ingresos que tienes.
En nuestro entorno vemos médicos ricos y médicos pasando necesidades.
Vemos ingenieros multimillonarios, pero también vemos ingenieros que no necesariamente tienen lo suficiente.
Y así ocurre con cualquier profesión que tú conozcas, siempre encontrarás riqueza y pobreza.
Esto hace que sospechemos si el ganar dinero tiene que ver más con nuestras habilidades.
Ya sea de forma consciente o inconsciente, el dinero tiene que ver con tus creencias.
Por ejemplo, hay personas que afirman que estudiar peluquería o ventas no son profesiones.
Déjame decirte que en mi localidad he visto como peluqueros, maquilladores y hasta vendedores de helados ganan más que un ingeniero.
En mi país, muchos profesionales de la salud o también de ingeniería, se quejan de los bajos salarios en sus empresas.
El promedio podría ser de unos $430 USD a la fecha mientras que un taxista puede estar ganando alrededor de unos mil dólares o más, mensualmente.
Y esto es una cuestión que muchas personas se plantean hoy en día.
¿Cómo es posible que una persona invierta tiempo y dinero en una profesión, para qué otro, que no pasa por ese proceso gane 2 o más veces que el profesional?
Es una situación “injusta”, pero lamentablemente este pensamiento es de los años 70 o menos.
Después de la década de los 80 la economía apunta más a tus habilidades que a tus títulos.
Si obversas cuidadosamente y si trabajas para una empresa, cuál es puesto laboral que más se venera?
Las ventas, pues de estás dependen los ingresos del resto de trabajadores, incluyendo los socios.
De hecho, es el único puesto en una empresa que tiene la capacidad de asignarse su propio ingreso.
Las ventas te permiten ganar todo el dinero que tu quieras debido a las comisiones que están generan.
Claro está que he llegado a conocer vendedores que no ganan comisiones, sino un solo ingreso básico.
¿Pero honestamente de quién es la culpa que alguien este pesando por esto?
Es por eso que aquí en este blog siempre aconsejamos que, si quieres dinero NUNCA trabajes para gente pobre.
Si por el momento no tienes más opción, trabaja TEMPORALMENTE en ese sito.
Pero de inmediato comienza a buscar trabajar para gente prospera.
Quizás pienses que son pocas las oportunidades de conocer personas y empresas prósperas.
Pero eso son simplemente tus creencias.
La realidad, te puedo asegurar que este mundo se completa de mitad de gente con mentalidad próspera y la otra mitad con mentalidad pobre.
Como ves tú puedes ser rico en cualquier profesión que elijas desarrollar.
Todo depende de hacer las cosas de una cierta manera y esta manera tiene que ver con quien te asocias y que tan dispuesto estar a abandonar tus miedos.
Así que quiero animarte, mediante esta información a confiar en tus habilidades.
La mejor profesión es la que disfrutas haciendo y esto solo ocurre cuando descubres tu verdadero propósito en la vida.