Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

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lunes, 21 de noviembre de 2022

El equilibrio entre la empatía y la compasión



El equilibrio entre la empatía y la compasión

Hace algunos días, en el lugar donde yo hago ejercicio noté que un joven, con el cual he compartido información sobre metodologías para entrenamiento, estaba faltando muy seguido. 


Le pregunté al dueño del gimnasio que ocurría con este muchacho y él me dijo que se había quedado sin trabajo. 


Que no estaba madrugando, sino que iba después de las 8 de la mañana. 


Como yo viví esta misma experiencia con el empleo hace muchos años, no te imaginas la angustia que padecí al conocer esto. 


Sin embargo, al final de la semana, este joven lo volví a ver en mi horario y le dije que me había enterado lo sucedido con su empleo. 


Le pregunté que, si estaba bien y si había estado ahorrando en el empleo anterior, a lo cual me respondió afirmativamente. 


También me contó que estaba en proceso de entrevista laboral para un nuevo empleo. 


Le dije que me alegraba mucho saber eso del ahorro y que próximamente podría estar trabajando. 


Le conté que debido a vivir esa experiencia hace años, ya sea con un pariente, amigo o conocido, el saber que estaban pasando por lo mismo me producía mucha angustia por ellos. 


Jocosamente le dije que menos mal la novia ahora estaba para apoyarlo y mantenerlo. Pero me respondió que, por el contrario, es él quien le ayuda a ella. 


Bueno, cada uno siguió su entrenamiento y como dice Mickey Mouse, cada uno para su House. Y hasta allí pensé que todo había terminado. 


Pero cuando llegué a mí apartamento, vi que este joven me había enviado un mensaje dándome las gracias por mi preocupación. 


También me dijo que muy pocas personas entienden esa situación cuando alguien pierde el empleo y que para él era muy halagador que me hubiera tomado el trabajo de preguntarle sobre el tema y hablar con él. 


Hasta me llamó buena persona y con las respectivas bendiciones del caso. 


Mira te voy a ser muy honesto y la verdad yo no vi nada de extraordinario en el acto que hice. Pero para ese joven eso significó muchísimo. 


Muchas veces pensamos que lo que hacemos no tiene ningún significado en la vida. O que la gente necesita dinero para solucionar cualquier problema. 


Eso está muy lejos de la realidad, pues la mayoría de problemas no requieren de dinero, sino que tienen un origen y solución emocional o a veces hasta espiritual. 


Yo pienso que lo que hacemos por las demás personas es muy similar cuando botamos algo de nuestra casa que ya no estamos utilizando. 


Para nosotros puede ser un estorbo, basura. Pero para otra persona eso puede ser un tesoro. 


Incluso esa persona que lo recibe piensa: “¿cómo es posible que alguien elimine esto tan valioso de su casa?”. 


Y quizás en este momento me estés preguntando: “Gabrielito lindo, ¿entonces debemos ayudar a cuanta persona nos encontremos en la calle y nos esté pidiendo?”. 


“Finalmente todo lo que hagamos por otros se nos regresa en la vida”. 


Mira desde mi punto de vista eso no me parece una buena idea hacer eso porque, aunque no lo creas estás perjudicando a esas personas que viven de la mendicidad. 


Si tú acostumbras a una persona a recibir dinero simplemente porque te produce lástima y extiende la mano, le estás enseñando a seguir por la misma senda y nunca salir de ese estado. 


¿Te has tomado el trabajo de observar a una persona en ese estado durante algunas horas? 


Bueno yo he visto en un par de ocasiones a diferentes personas como al final cuentan todo el dinero y no recaudaron cualquier miseria. 


Incluso una amiga que tenía un almacén frente a un semáforo me llegó a contar que por cada hora llegaba una señora que junto con sus 2 pequeños mal vestidos y sucios cambiaban sus monedas recolectadas. 


¿Y adivina cuanto les cambiaba ella? Aproximadamente por cada hora recolectaban 15 dólares. Unos 75 mil pesos colombianos. 


Eso viene siendo el salario promedio de un profesional en mi país. Y una persona recibiendo esto a razón de nada. ¿Qué contribución social está haciendo para recibir ese beneficio? 


¿Te das cuenta cómo estás perjudicando no solo a esa persona, sino también a nivel general estás deteriorando la economía de tu localidad? 


Y quizás lo hacemos porque nos sentimos “buenos” dando algunas monedas. Nuestra conciencia o al menos nuestro ego está tranquilo, ¿pero y la sociedad en general que la beneficia esto? 


Así que no es muy buena idea hacer esto porque todo lo que haces en algún momento te va a alcanzar con sus consecuencias. 


Mira, es muy extraño que yo haga este tipo de cosas con la gente en la calle, pero también he tenido mis excepciones a la regla. 


Por ejemplo, una vez en un restaurante un señor llegó vendiendo unas pulseras. En este caso la intuición, algo dentro de mí me dijo que lo ayudara. 


Le di algo de dinero, pero no le recibí la pulsera porque sentí que estaba desesperado por comer. 


Pero a nivel general no hago este tipo de cosas, aunque la gente comience con su introducción que vienen de no sé qué parte y bla bla. 


No hay cosa que me saque el demonio interior que alguien intente predicarme antes de pedirme algo. 


De inmediato le digo, “mire, usted necesita que le dé dinero, ¿correcto? Yo no voy a hacer eso, así que no le quiero hacer perder su tiempo ni quiero perder el mío”. 


Las personas se pueden enojar, pero al final agradecen que no les hagas perder su tiempo y sobre todo hayas sido honesto con ellos.

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lunes, 25 de julio de 2022

Sintiéndote orgulloso del éxito que no te pertenece



Sintiéndote orgulloso del éxito que no te pertenece

Tristemente el mundo está plagado de personas bastante antipáticas con el dolor ajeno. 


Incluso esta es considerada una característica de los asesinos seriales. 


Y no se trata de que estas personas sean malas o que van a ir a la condenación eterna por sus “faltas” de consideración. 


Simplemente esto es el reflejo de la falta de intereses en trabajar con sus emociones. 


Mira, el ser humano mientras tenga con que impresionar a los demás se va a sentir “pleno”, “feliz”, “exitoso”, al menos por algún tiempo. 


Pues nuestro ego y el sistema comercial nos han hecho creer que tener dinero o al menos tener cosas, así sea con deuda, nos dará felicidad. 


Y sobre todo seremos más felices que todos esos “pecadores” que nos rodean. 


Lo más impresionante de esto, es que gran parte de dichos éxitos no son cosecha propia, sino que provienen de un ser querido, ya se padres, esposo(a) o amiguitos. 


A nivel personal yo he tenido amiguitas que, si no fuera por su marido, estarían mordiendo cable, como se dice popularmente. 


Y no me mal intérpretes, pues he visto como se han esforzado hasta sus límites para conseguir su propio camino. 


Pero eso no se hizo posible sino hasta que encontraron a su príncipe azul proveedor. 


Bueno, y como es de esperarse, un ser humano no piensa lo mismo con 1 millón de dólares en su cuenta y recién almorzado. 


O estar pasando hambre y tener que pensar en cómo solucionar su situación si no encuentra salidas. 


Si tú estás en el primer caso y vez personas que están pasando dificultades, lo más seguro es que digas en voz baja, “ese es mucho tonto tan bobo como se deja morir de hambre”. 


Pero cuando estás en el segundo caso y te gana el desespero, allí es cuando comienzas a entender como es la vida de complicada para muchas personas. 


Y tal vez me digas en este momento, “Que bah Gabrielito lindo, si yo pierdo todo lo que tengo en este momento me levantaría y hasta tendría mucho más”. 


Respecto a esto, exactamente esas fueron mis palabras en una conversación que tuve hace muchos años con mi señora madre. 


Estábamos hablando acerca de este tema y como la gente se abandonaba a su suerte cuando la vida le daba la espalda. 


Yo abrí mi gran bocota y dije, “que bah Jasmincita linda, si yo pierdo todo lo que tengo en este momento, me levantaría y hasta tendría mucho más”. 


Jasmincita linda me dijo “Gabrielito precioso, no se ponga a decir esas cosas que usted aun no le ha tocado duro”. 


Piensa que tienes una niña recién nacida y no te imaginas como ese “adicional” te puede complicar más las cosas. 


Y yo decía: NADA. Eso no me va a pasar a mí. Yo soy un varón guerrero. 


Mira yo no creo que hayan pasado ni siquiera 2 meses cuando hable con mi señora madre y la vida me dio la “oportunidad” de demostrar que tan machito era. 


Las puertas me las cerraban en todas partes. 


Y por más esfuerzo que hacía, absolutamente nada me salía como yo esperaba. 


Es como si la Vida, Dios, el Universo o como tu prefieras llamarlo me hubiera dejado en total abandono. 


Yo observaba que todo el mundo era feliz y prácticamente me sentía que yo sobraba en este mundo. 


Que no era deseado por nada ni por nadie. 


Y fue tanto el desespero que por mi mente pasaban muchas tonterías que pasaban desde robar hasta quitarme la vida. 


Afortunadamente hasta para eso me bloquee. 


O de lo contrario no estaría aquí contando el cuento. 


Y reconozco que salí de todo ese caos, no por mis propios méritos. 


Definitivamente algo muy superior a mí y externo, influyó en que yo saliera adelante. 


Mira cuando nos va bien en la vida, no podemos evitar exponer a aquellos que no logran el éxito y por el contrario pasan dificultades. 


Desde nuestro punto de vista son vagos que no trabajan o no se esfuerzan por hacerlo. 


Yo he escuchado a mucha gente decir “si a mí me pasara eso yo, aunque sea barrería las calles”. 


Y la verdad está muy bien esa iniciativa, pero lo difícil no es realizar esa tarea. 


Lo complicado es buscar quien te va a pagar por realizar eso. 


Y si ese pago va a cubrir todas tus necesidades básicas. 


Y tal vez me estés preguntando “Gabrielito lindo, ¿qué puede hacer un amigo de mi mejor amigo que está pasando por esa situación?” 


Te aseguro que todos queremos estar bien y avanzar en la vida. 


Esto nos lo dicta nuestro ego que es la estructura mental que nos impulsa a merecer. 


Pero tristemente no tenemos la información para saber dónde comenzar a cambiar nuestra vida. 


Lo que hacemos, depende directamente de lo que sentimos. 


Así que el truco es trabajar con nuestras emociones. 


Convencernos que nuestra vida está bien, así se esté cayendo el mundo en pedazos. 


En otras palabras, lo que tiene que tomar el control de tu vida, son tus pensamientos conscientes y no tus emociones. 


Y para serte honesto, el trabajo con ellas no va a ocurrir en un abrir y cerrar de ojos. 


Todo toma un tiempo y unos procesos. 


Hasta para irte a la bancarrota toca pasar un tiempo y unos procesos que son las malas decisiones. 


Así que quiero animarte mediante esta información que, si estás en una posición cómoda, NUNCA juzgues a aquellos que no saben cómo llegar hasta donde tú estás. 


Probablemente la Vida te ponga a demostrar que tan machito(a) eres y eso por experiencia propia, no te lo recomiendo. 


Y si estás pasando por dificultades en la vida, no te abandones a tu suerte y más bien busca trabajar con tus emociones, pues gracias a estas es que has llegado a ese destino fatal.

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lunes, 6 de septiembre de 2021

La importancia de ser solidario



La importancia de ser solidario

Hace algunos meses, debido a una serie de protestas y bloqueos en las vías, algunos productos de consumo diario subieron de precio. 


Especialmente esto ocurrió con los huevos y la carne. 


Cosa bastante extraña que no ocurrió con la gasolina. 


Lamentablemente muchas de estas empresas avícolas y ganaderas sufrieron pérdidas millonarias. 


Pero tampoco, nunca falta el aprovechado que utiliza estos momentos para hacer de las suyas. 


Imagínate que el valor de promedio de 30 huevos era de 2 USD aproximadamente. 


Debido a toda esta situación social lo comenzaron a vender, más o menos, al doble. 


Muchas personas no podían comprar esto. 


Sin embargo, otro tanto si lo hacía como si nada estuviera pasando. 


En mi caso cuando me vinieron a ofrecer ese valor, mi respuesta inmediata fue paso. 


Y la verdad tengo como pagar, pero en mi consciencia está no apoyar de ninguna manera el abuso de las demás personas que por falta de recursos no pueden hacerlo. 


Esto es lo que se conoce como solidaridad. 


Me da vergüenza decirlo, pero nuestra cultura a nivel mundial es bastante egocentrista. 


Después que tengamos la barriguita llena y el millón de dólares en la cuenta de nuestro banco, el resto del mundo, puede arder. 


Como ya hemos visto en otros temas, esta Vida es bastante irónica y da muchas vueltas. 


Recuerdo la sensación que tenía en medio de mi crisis económica y veía como otros se divertían, mientras yo pensaba en cómo salir de esa mala racha. 


Por mi cabeza pasaba mucho la pregunta, ¿será que esto algún día terminará y volveré a sonreír? 


Quizás es por eso que, en la actualidad, mi ética me impide dejar de ser solidario con las personas que me rodean. 


Y no te estoy diciendo que debamos compartir absolutamente todo con los más necesitados. 


Eso sería irse al otro extremo e impediría el progreso económico del planeta. 


Toda labor que se hace tiene fruto y los seres humanos deben ser responsables consigo mismos y generar sus propias oportunidades. 


No esperar a que venga otro a solucionarles la vida. 


Si observas, nada en la naturaleza funciona de esta forma. 


El orden natural es que cada uno se debe labrar su propio camino ya sea de bienestar o de malestar. 


Pero hay que tener presente que el dinero que obtienes proviene de infinitas transacciones que directa o indirectamente realizan esas personas que desprecias. 


Con esto quiero decir que, si el flujo del dinero se interrumpe para algunos, esto en algún momento te va a alcanzar a ti. 


Así es que funciona la economía en nuestro planeta y más ahora que estamos tan cerca de otros países gracias a las comunicaciones. 


Si observas el principio de esta historia, la solidaridad puede ser un camino para construir un mundo mejor. 


Ante las injusticias que las personas consideran que comenten sus gobiernos locales, mucha gente opta por salir a realizar bloqueos o protestas como ocurrió hace algunos meses en mi país. 


La respuesta ante esto obviamente fue la violencia. 


Sin embargo, la gente no fue inteligente y se puso a agredir a los agentes de la ley. 


Esto se volvió una retroalimentación de violencia en la cual, por lógica los ciudadanos llevaron la peor parte. 


Mucha gente perdió alguno de sus ojos, otros fueron heridos y en otros casos hubo hasta muertos. 


Básicamente esto ocurrió porque bastante gente se solidarizó con los menos favorecidos que estaban protestando. 


Al final esos bloqueos en las vías, terminaron perjudicándonos a todos. 


Los productos encarecieron como mencioné inicialmente. 


Nada de esto hubiera pasado si las personas comprendieran el valor del boicot comercial. 


Mira, sin necesidad ni siquiera de ir a recibir el sol, maltrato, violencia o lo que sea que se derive de una protesta, en la comodidad de tu casa esto se puede hacer. 


Es solidarizarse no consumiendo algún producto que se mire como objetivo. 


No ver TV por ejemplo una semana, evitar el consumo de combustible por el mismo tiempo, etc., son formas (entre muchas) bastante efectivas de hacerte escuchar. 


Tristemente el ser humano no aprende y le encanta complicarse la vida. 


Le gusta ir a maltratar y a recibir el maltrato de otros porque piensa que es el único camino para hacerse valer. 


Muchas veces lo repito al final de estos temas que a las crisis nunca se sale de ellas con la fuerza. 


Se necesita usar más el cerebro y planear estrategias para enfrentar los problemas. 


Así que quiero animarte mediante esta información a pensar un poco más en tu prójimo y no únicamente en tu existencia. 


Por algo la Vida nos puso aquí juntos. No solamente están para enojarnos con ellos, sino hacen lo que queremos.

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lunes, 14 de junio de 2021

La importancia de la empatía



La importancia de la empatía

El RAE define la empatía como sentimiento o identificación con algo o alguien. 


También como la capacidad de identificarse con alguien, a partir de sus sentimientos. 


Y por lo general tenemos la creencia que la empatía es algo positivo. 


Es decir que cuando viene a nuestra mente la palabra empatía, nos visualizamos sintiendo solo amor en nuestros corazones. 


También podemos llegar a sentir empatía o identificación con aquellos que atentan contra la vida de otras personas. 


Esto puede ocurrir pues existen varias clases de empatía. 


Está la empatía afectiva, que es la descrita anteriormente. 


La empatía cognitiva y la empatía motora que consiste en duplicar las expresiones faciales y corporales de otra persona. 


Esto fenómenos se presenta mucho en los niños cuando sincronizan las expresiones de sus padres. 


La empatía cognitiva es la tendencia a adoptar los puntos de vista de terceros y hasta la identificación de con personajes imaginarios. 


Este último es muy común entre los fans de determinada franquicia del cine. 


La falta de empatía se define como Psicopatía. 


Este tipo de personas suelen estar marcadas por comportamientos antisociales. 


Por consiguiente, tendrían poca empatía y remordimientos reducidos. 


Un psicópata tiene la tendencia a crear su propio código de comportamiento. 


Puede llegar a sentir culpa si viola sus propios códigos y no los códigos sociales aceptados por el resto de gente “normal”. 


Recuerda que en este planeta no existe nadie sano emocionalmente. 


Si estás interesado en indagar más sobre este tema, te recomiendo la entrada anterior titulada ESTRUCTURAS DE LA PERSONALIDAD


Un psicópata no ignora los códigos sociales del resto de la humanidad. 


De hecho, los conoce a la perfección y es por eso que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para el resto. 


De aquí es que nace una palabra de moda en la actualidad que son los narcisistas. 


Incluso, he escuchado a varias personas cercanas acusar a sus exparejas de narcisistas. 


Yo me atrevería a decir que un narcisista es un depredador emocional. 


Su daño emocional es tan grande que la víctima de un narcisista puede llegar a dudar de las intenciones de cualquier persona que se le acerque. 


Siempre va a dudar si su siguiente pareja no es un narcisista bajo otra piel que viene a hacerle daño nuevamente. 


Pero la empatía, al igual que todo en la vida, debe tener un equilibrio. 


Sin ella somos psicópatas, pero el abuso de esta nos puede perjudicar. 


Si la empatía se vuelve nuestro modo predeterminado de interactuar con los demás, podemos llegar a renunciar hasta a nuestra propia individualidad. 


Y muchos, aunque no sean psicópatas, pueden llegar a aprovecharse de esta situación y controlarnos. 


Quizás es por esto que yo no le creo mucho a las lágrimas, ni al drama que hacen las personas. 


Yo puedo ver llorar o quejarse al que sea y mi primer pensamiento es que está actuando. 


Y no es que yo sea psicópata, al contrario, y debido a mis malas experiencias del pasado, hoy en día tengo mucha empatía por los demás. 


Pero nunca por los dramas exagerados. 


Antes de sufrir todos mis fracasos y terminar en el fondo, me importaba muy poco lo que ocurrirá con los demás. 


Después de esto, cuando experimenté en carne propia lo que era la desesperanza, entendí que por lo que pasan muchas personas en la actualidad. 


Hace ya más de una década, un personaje me enseñó que una persona no piensa lo mismo recién almorzado y con un millón de dólares en el bolsillo, o tener hambre y no saber que hacer para poder comer. 


Aunque no lo creas, en este momento hay personas que están comiendo una sola vez en el día. 


Otros cada dos días comen una sola vez. 


Muchos psicópatas, piensan que la gente está así porque quiere. 


Pero honestamente, ¿quién en su sano juicio le gustaría vivir una situación como esta? 


Yo personalmente y aunque intentaba hacer todo lo que sabía y podía, llegue a una situación similar a esta en el pasado. 


Y no estaba solo pues Isabellita que estaba recién nacida, hacía que la responsabilidad que tenía con ella fuera más grande. 


El miedo me paralizó y si no fuera por la Vida y todos aquellos que me ayudaron en ese momento, la historia hubiera sido otra. 


Recuerdo mucho las palabras de un deportista de mi país en una entrevista, cuando estaba vivo. 


Él decía que el mayor consejo que le dio su director técnico era que siempre ayudara a todos, pues la vida podría darse la vuelta y ser el que necesite la ayuda. 


Así que quiero animarte, mediante esta información a hacer buen uso de tu empatía con las personas menos favorecidas. 


La Vida puede llegar a ser muy irónica y el hecho de estar en la cima, no quiere decir que eso va a ser así para siempre.

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lunes, 17 de mayo de 2021

El problema de nuestro mínimo esfuerzo



El problema de nuestro esfuerzo

Hace algunos días, mi hija Isabellita, me contó que tuvieron elecciones del personero en su colegio. 


En estas elecciones solo existían 2 candidatos y la mayoría que vendría siendo el 98% votaron por el candidato que les regalo dulces a los electores. 


El otro candidato se presentó solo con sus buenas intenciones y propuestas. 


Esto muestra que, desde muy pequeños, los seres humanos acudimos a la ley del mínimo esfuerzo y la recompensa inmediata. 


Y cuando somos adultos, sobre todo en Latinoamérica nos quejamos de nuestros gobernantes. 


Nos da rabia lo ladrones, codiciosos y hasta mentirosos que son. 


Pero sabías que ellos nos están representando fielmente en nuestra personalidad. 


Y puede que me digas en este momento “Gabrielito lindo, ¿cómo se te ocurre compararme con esos individuos si yo soy una persona impoluta?”. 


De hecho, al sabio rey Salomón se le atribuye la famosa frase “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. 


En realidad, si nos ponemos la mano en el corazón nosotros somos exactamente igual a nuestros gobernantes. 


Mentimos, robamos y no necesariamente dinero. 


En realidad, nosotros somos muy dados a victimizarnos, tirar la piedra y esconder la mano para pasar como honorables inocentes. 


Por ejemplo ¿qué hay del tiempo que robas a los demás o el tiempo que pierdes en tu trabajo? 


Nos complace el dolor ajeno y si vemos caer económicamente a un vecino nos alegramos porque estaremos mejor que él. 


Y lo más interesante es que decimos “pobrecito” y sentimos que esto nunca nos va a afectar a nosotros. 


Lamentablemente o afortunadamente todos estas interconectados con los demás, sobre todo por el dinero. 


Para que me entiendas mejor, imagina que tienes un negocio. 


Entonces la mitad de tus clientes pierden sus ingresos y ¿qué piensas que va a pasar? 


Exactamente tu economía también se verá afectada. 


Y si tu flujo de dinero se interrumpe, tú vas a interrumpir la economía de tus acreedores. 


Esto es similar a lo que publiqué hace algunos años en la entrada, LA HISTORIA DEL RATON


A manera de resumen, la historia muestra como un ratón está preocupado porque los dueños de la granja adquirieron una trampa para ratones. 


Este comenzó a alertar al resto de los animales en la granja y cada uno le decía “eso no es problema mío, finalmente la trampa no es para mí”. 


Hasta que una noche la trampa se activó y fue una serpiente la víctima. 


Cuando la esposa del granjero fue a ver el ratón capturado, fue mordida por la serpiente. 


Como la señora no mejoraba mataron a la gallina para hacer una sopa. 


Luego, al llegar parientes a visitarla, le tocó el turno al cordero. 


Y finalmente la señora falleció y el granjero vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral. 


Este efecto de dominó también te afectará si no abandonas el egoísmo que nos está consumiendo actualmente. 


Y quizás en este momento me estés preguntado, “pero Gabrielito lindo, ¿cómo puedo cambiar este mundo si todos son egoístas?” 


Lamentablemente todos estamos pensando de la misma forma y nadie se atreve a dar el paso inicial. 


Pero si quieres darlo simplemente ayuda a las personas en tu entorno. 


No se trata de darles dinero porque eso calmará el hambre o sus necesidades solo un corto periodo de tiempo. 


Muchas veces con solo escuchar a alguien le permite liberar su mente y tener mejores ideas. 


Ser amable en la calle con las personas les puede ayudar a sobrellevar los problemas y tener mejores ideas gracias a una simple sonrisa. 


Los seres humanos somos muy dados a complicarnos la vida pensando en elaborados planes para ayudar al mundo. 


Nos imaginamos creando una máquina para limpiar el planeta de desperdicios, o que sane personas, etc. 


Pero las herramientas que tenemos son tan simples que hasta pasan desapercibidas. 


Recuerdo que hace muchos años, cuando me cambie de trabajo, una de mis compañeras se acercó a darme las gracias por mi sonrisa. 


Yo pensé que estaba bromeando porque era una mujer que se reía mucho todo el tiempo. 


Pero me confesó que padecía una profunda depresión y como siempre he tenido la costumbre de sonreír en todo momento, eso le daba esperanza para ver que ella también podía vivir bien. 


La verdad a partir de esas palabras entendí lo importante que es ayudar a los demás simplemente siendo amable con ellos. 


Cuantas veces no imaginamos tener mucho dinero para ayudar con sus problemas de los demás y esta solución ya está en nuestro interior. 


Así pues, quiero animarte mediante esta información a dejar de culpar a terceros de tus desdichas. 


Si quieres encontrar a esa persona que es capaz de hacerte feliz y darte todo, te estará esperando frente al espejo.

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lunes, 27 de julio de 2020

Cómo lidiar con la depresión



Cómo lidiar con la depresión Para todos es común asociar la depresión con la tristeza en nuestro entorno.

Así pues, a ver sonreír o recochar como decimos en mi país, a una persona, jamás nos pasa por la cabeza si esta está o no deprimida.

Y este es un asunto tan delicado que a muchas personas las ha conducido al suicidio.

Por lo general, los que no padecemos de depresión, tenemos la tendencia a ver esto como un juego.

O que quizás la persona que manifiesta ciertos síntomas depresivos, esta tratando de llamar nuestra atención solamente.

Y aquí nos puede surgir una pregunta importante sobre ¿qué es en realidad la depresión y que la causa?

Sobre esto existen muchas definiciones.

Pero desde mi punto de vista la definición general sería como una especie de transtorno que provoca pérdida de interés en las actividades que la persona realiza.

Esto puede afectar bastante su desempeño laboral e incluso sus interacciones con los demás.

¿Te imaginas por un momento que una persona deprimida pueda perder su trabajo o sus relaciones con las personas que le importan?

Como puedes ver es lógico que esto le sirva como retroalimentación para su depresión provocando problemas más severos que pueden llevar a atentar contra su vida.

Si nunca has padecido de este transtorno, ¿puedes ir comprendiendo porque es tan serio y tan importante que le prestemos atención a una persona con depresión?

Es importante resaltar que la depresión puede tener factores genéticos, cambios hormonales, ciertas enfermedades, un duelo por perdida o alguna situación vital estresante.

A titulo personal, la depresión se puede adquirir por copia de comportamientos con otras personas.

Con esto me refiero a que, así como una persona alegre, nos puede contagiar con su emoción, una persona deprimida también puede tener el mismo efecto.

¿Nunca que ha pasado que ves a alguien reír tanto que finalmente terminas como esa persona y a su vez ella se retroalimenta de tu risa y pueden terminar en un ciclo sin fin?

Respecto a esto, hace muchos años padecí de este de este transtorno por algunos meses.

Recuerdo que todo comenzó cuando decidí abandonar muchas creencias en mi vida, sobre todo las religiosas, por considerar que no cumplían mis expectativas sobre el mensaje que intentaban dar.

Simultáneamente, la chicha que me interesaba de forma romántica no me prestó más atención y esto contribuyó a que callera en un estado profundo de depresión.

Adicionalmente perdí mi empleo en ese momento.

Como quien dice me saqué el premio mayor en la lotería del infortunio.

Recuerdo que esto hacia que no solamente me odiara a mi por lo que estaba pasando, sino que odiaba a otros.

Es como si, de cierta forma, los culpara por lo que me estaba pasando en ese momento.

El caso es que terminé tan deprimido que había perdido todo interés en cualquier actividad.

En lo único que me refugie fue en un juego que me prestó un amigo que por casualidad fue a visitar a mi hermano y tenía ese día a la mano.

Me encerré durante una semana en mi habitación y dedicaba todo el tiempo a terminar este juego, pues me parecía que tenía una historia muy interesante.

Ni siquiera sentía ganas de bañarme y solo salía a tomar alimentos que creo eran pocos y al baño.

Creo recordar que dormía muy poco pues interiormente estaba batallando con la depresión y sólo me entusiasmaba saber en que terminaría el juego.

Mi señora madre se asustó bastante con mi comportamiento y decidió llamar a mi padre.

Recuerdo que ni siquiera quería hablar con él, pero para no ganarme un regaño posterior decidí contestarle.

Hablamos mucho ese día, de muchos temas.

Solo recuerdo que me sentía mejor hablando con él y entre la charla me dijo algo que estoy seguro, cambio el rumbo de mi vida para siempre.

Él decía que cada uno, puede hacer de esta tierra un cielo o un infierno.

Cada persona es libre de escoger lo que quiere vivir.

Y a pesar que en ese momento no comprendía esas palabras tan bien como lo hago ahora, recuerdo que una vez que colgamos el teléfono, lo primero que hice fue bañarme.

Es como si después de ese baño, se despejó mi mente, mis emociones y hubiera retomado el rumbo que siempre quise tener.

Por primera vez en mi vida sentía que tenia el poder de elegir lo que quería vivir, ya fuera sufrimiento o felicidad.

Estaba en mis manos y obviamente no iba a ser tan bobo de escoger el sufrimiento.

Analizando todo esto, me di cuenta que la mayor falla que tiene una persona con depresión es la falta de conciencia de sus emociones.

Es por eso que vemos muchas personas deprimidas, tratando de disimular su transtorno con lo contrario y se dedican a manifestar “alegría”.

Durante casi toda mi vida he visto personas que comentan sobre esto de forma disimulada con expresiones tales como “rio por no llorar”, “la procesión se lleva por dentro”, etc.

De hecho, una vez tuve la oportunidad de conocer una persona que se jactaba de la cantidad de licor que había consumido la noche anterior.

Durante ese día se dedico a beber como si no hubiera mañana, y en la noche entró en un estado tan profundo de depresión que me daba lástima la angustia que reflejaba.

La persona que no conoce sus emociones intenta escapar por todos los medios a esta, tal como el caso de esta persona o como en mi caso mediante el juego.

Así que te animo mediante esta información a prestar más cuidado en las emociones que no te hacen sentir bienestar.

Recuerda que está en tus manos hacer de tu vida una experiencia agradable o también desastrosa.
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lunes, 27 de abril de 2020

La importancia de no apropiarnos de los problemas ajenos



La importancia de no apropiarnos de los problemas ajenos Como hemos visto en temas anteriores, una de las estructuras mentales básicas que tenemos los seres humanos es la empatía.

Esto es lo que nos ha permitido vivir en comunidad ya que nos permite ponernos en los zapatos de los demás.

Lamentablemente, así como nos dejamos llevar del Ego y que nos perjudica constantemente, ocurre lo mismo con nuestra empatía o como aquí le hemos llamado, el Noble.

Y quizás en este momento te preguntes, ¿cómo puede perjudicarnos el ser nobles con los demás y ayudarlo o preocuparnos por su bienestar?

¿No se supone que de eso trata todo esto y es lo que le da sentido a la Vida?

Respecto a esto, hace muchos años mi señor padre, hablando sobre este tema, me hizo una analogía que me ayudó a comprender perfectamente el peligro de todo esto.

Él me decía que en la Vida todos somos como una especie de barco.

Algunos son yates de lujo, otros transatlánticos y así diferentes clases de barcos grandes y pequeños que vendrían siendo los roles que cumplimos en la vida.

Por supuesto los yates de lujo irán rápidamente y ligeros.

Pero hay un grupo que vendrían siendo los buques de carga.

Estos especialmente son el grupo al cual estamos haciendo referencia en este tema, pues son personas que se llenan de cargas con los problemas de los demás.

Recuerda que por naturaleza somos empáticos y vamos a tratar de ayudar a otros que nos importan.

Pero siguiendo con la analogía, sabes ¿qué podría pasar con un buque de carga que está siendo llenado con muchas cosas?

Tiene altas probabilidades de terminar en el fondo con el resto de carga perdida.

Cuando nos llenamos con las cargas o los problemas de los demás, con el tiempo y debido a nuestra empatía, podemos terminar en depresión.

¿Quiere decir esto que debemos volvernos fríos y apáticos con los problemas de las personas que nos importan?

Una cosa es recrearnos con el dolor de nuestros seres queridos y otra cosa muy diferente ayudarlos, si esta en nuestras manos a solucionar sus problemas.

Sin embargo, te voy a contar un secreto que posiblemente no sepas y es que mucha gente sufre, luego se queja, para finalmente buscar recibir un apapacho.

Aunque no lo creas, esto es una necesidad de afecto bastante enfermiza que los seres humanos buscamos.

Para poder entenderlo mejor, intenta recordar como era tu infancia, asumiendo que tuviste un núcleo parental amoroso.

Te consentían, te mimaban y te celebraban todo.

Sin embargo, con el paso del tiempo esto fue cambiando y cada vez esta atención, mimos y cariño fue disminuyendo.

En nuestro sistema nervioso se almacenó esta información, ¿y adivina que estará buscando nuestro cerebro?

Yo le llamo a esto un regreso al útero materno, en donde teníamos todo lo necesario y sobre todo, teníamos la atención de nuestra madre sobre nosotros.

Lamentablemente los seres humanos ingresamos en el ciclo de error, queja y la búsqueda del apapacho para intentar recrear esa sensación de atención y amor por parte de terceros que tanta falta nos hace incluso ahora que somos adultos.

Si realmente quieres ayudar a las personas que amas, intenta tu vivir bien y darles ejemplo de bienestar.

Te aseguro que al verte feliz les darás el premiso de forma inconsciente que necesitan, pues se darán cuenta que si es posible estar bien.

Así que te animo mediante esta información a ayudar a las personas a solucionar y no a entrar en ese ciclo de sufrimiento que está acabando con nuestra paz.

Para finalizar te dejo con la siguiente frase: “Los barcos no se hunden por el agua que los rodea, se hunden por el agua que entra en ellos. No permitas que lo que sucede a tu alrededor se meta dentro de ti y tu hunda.”
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lunes, 26 de agosto de 2019

El objetivo del dolor



El objetivo del dolor Cuando hablamos del dolor, debemos tener en cuenta que existen dos diferentes tipos.

El primero es el físico, el cual junto con el sistema nervioso lo podemos experimentar en nuestro cuerpo.

Tal es el caso de una fractura, un parto, heridas, etc.

El segundo es dolor emocional que junto con nuestro sistema de creencias e imaginación podemos llegar a experimentarlo en el alma.

Por ejemplo, la pérdida de un ser querido, una desilusión amorosa, miedo al fracaso económico, etc.

Podemos concluir que entre estos dos anteriores el que más podemos controlar sería el primer caso, es decir el dolor físico.

Y esto porque al menos en su gran mayoría los humanos huimos de este.

Aunque no ha de faltar el que le encanta que lo flagelen, pero esto ya es otro tema.

Lamentablemente todos tenemos la sensación, debido a nuestra poca educación emocional que sobre el dolor emocional no tenemos control.

Con esto me refiero a que llega inesperadamente y no podemos hacer nada salvo llorar sobre la “leche derramada”, como afirma el dicho popular.

A pesar de todo y por increíble que parezca, ¿sabías que el dolor emocional también lo podemos evitar?

¿Y cómo?, tal vez te estarás preguntando en este momento.

Hay dos formas de hacerlo. La primera es mediante nuestra experiencia personal.

Con esto me refiero a la experiencia adquirida en pérdidas anteriores.

La segunda forma es mediante la experiencia de terceros.

Tristemente esta última parece que no es de la simpatía de los seres humanos.

En ambos casos, solo es posible evitar el dolor emocional cuando hacemos conciencia de este.

Por ejemplo, la pérdida de un ser amado es difícil.

Aunque esto es inevitable, jamás hacemos conciencia de que llegará su momento.

A pesar de que no hay nada seguro en las relaciones interpersonales, nunca nos concientizamos que la otra persona o puede llegar a faltar o nos puede abandonar por el motivo que sea.

Es como si negáramos toda posibilidad de que esto fuera a ocurrir.

En cambio, ¿logras observar que en el caso del dolor físico definitivamente tomamos medidas para que al máximo esto no nos vuelva a pasar?

Es exactamente esto lo que debemos hacer para evitar el dolor emocional. Tomar medidas.

Por lo general siempre optamos por cometer nuestros propios errores y hasta repetirlos, así veamos los de la gente que nos rodea.

Y peor aún, así nos estén diciendo “vea, tenga cuidado con esto o aquello”, a nosotros al parecer nos encanta demostrar que eso no nos va a pasar a nosotros.

Respecto a esto, este año tuve que observar el lamentable fracaso económico de unos amigos.

A pesar de que ya habían pasado por una situación muy parecida en años anteriores, increíblemente volvieron a caer en lo mismo.

Y lo peor no fue eso. Cuando intentaba sugerirles que vieran la información publicada en este blog que hablaba sobre las medidas a tomar en crisis financieras, simplemente ignoraron esto.

Como decían ellos, eso es basura y Dios, que siempre está con ellos los bendice para que todas sus metas les salgan con Su ayuda.

Bueno, yo hice lo que tenía que hacer y confiar en que todo les saliera bien.

Sin embargo, las cosas se les salieron de control y terminaron en una situación similar a la que yo padecí hace algunos años.

En la ruina total y viviendo de la caridad de personas cercanas.

Y atención, con esto no quiero decir que uno no deba confiar en Dios para la consecución de los objetivos.

Al contrario, y como hemos visto en temas anteriores, siempre es buena idea tener como aliado un Poder Superior que te pueda inspirar en tu camino.

Dios, la Vida, el Universo o como prefieras llamarlo te da la inspiración para hacer las cosas, pero tú debes estar atento y seguir esa voz interior por medio de la cual te habla y seguirla.

A veces nos obsesionamos tanto con nuestra meta que no prestamos atención a las advertencias que otros nos dicen.

En realidad, en dichos momentos cuando solo ves hacia adelante ignorando todo a tu paso, está actuando tu ego.

Es decir, esa parte que te dice que le demuestres a los demás que eres el mejor y bla bla bla.

Aunque el dolor sea inevitable en nuestras vidas, no podemos permitir que el ego nos lleva al sufrimiento.

Podemos omitir este último si y solo si actuamos con sabiduría. La sabiduría es la capacidad para actuar con prudencia.

No actuar de forma precipitada, ni lo primero que se nos ocurra, sino considerar todas las variables posibles.

Así que te animo mediante esta información a usar cualquier debilidad que tengas como fortaleza mediante el aprendizaje.

Jamás permitas que tu dolor sea en vano. O mejor aún se sabio y evítalo aprendiendo del dolor ajeno.
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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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