Yo creo que todos los seres humanos estamos completamente seguros que manejamos nuestra vida de forma magistral.
Incluso me atrevería a decir que los animales perciben lo mismo.
Y tristemente nosotros sabemos que a los animales los domina un instinto el cual ellos ejecutan y “creen” que es su propia voluntad.
Bueno, pues sabías que esa misma sensación de que son dueños de su “voluntad”, ¿también la vivimos nosotros?
Detrás de esa sensación está un viejo amigo nuestro, el Ego.
Y tal vez te preguntes si en este momento el Ego es como el chavo del 8 que no hace sino cagarla.
Bueno no necesariamente, pues el Ego también nos impulsa en algunas ocasiones a avanzar en la vida.
Es una estructura que nos dicta en todo momento el merecimiento.
Pero al tener esta naturaleza, es lógico que también nos perjudique, pues no estamos solos en el mundo.
Convivimos con otras personas y ese choque entre egos es lo que causa la mayor parte de los problemas en la vida.
El problema mayor con nuestras emociones “propias” es que el Ego nos hace sentir que provienen desde nuestro interior.
Finalmente, eso no lo sentimos fuera de nosotros.
Por ejemplo, si alguien critica tu trabajo y te llama tonto, ¿tu reacción cómo sería?
Lo más seguro es que te enojes y respondas también criticando y llamando tonto a la persona que te “atacó”.
El Ego es muy manipulable.
Y para ejemplificarlo, recuerdo haber leído sobre un conferencista que hizo una pregunta fácil de responder a su público.
Un “colaborambon” levantó su mano y respondió, a lo cual el conferencista le dijo que era un idiota.
A pesar que la respuesta era correcta por lo fácil, el personaje dudo y, sobre todo, se sintió ofendido.
De igual forma insultó al conferencista, y este le respondió con un “Disculpe. Me equivoqué. Tiene usted razón”.
El del público por lógica bajo la guardia, y se sintió avergonzado de perder el control y responder también con ofensas.
El conferencista aquí explicaba el poder que tienen las palabras sobre las personas.
Pero si observas, sus palabras atacaron directamente el ego de la persona.
Y lamentablemente por culpa de este “entrenamiento” que hemos realizado toda nuestra vida, tenemos la tendencia a ser personas reactivas.
Mira que el día de hoy hice un experimento con algunas de mis amiguitas.
Como mencioné en el tema sobre el carisma, yo siempre utilizo el nombre en diminutivo de las personas, para conectar emocionalmente con ellas.
Esto hace que mis relaciones con los demás sean de mucho cariño y cordialidad.
Así que aproveché esto para comprobarte en esta información como somos de reactivos.
Entonces no utilicé el nombre de la persona en diminutivo sino su nombre normal.
Por ejemplo, en vez de decirle a alguien Isabellita, Jazmincita, etc., lo que hice fue utilizar Isabella, Jasmine.
La mayoría de personas se extrañaron y me respondieron de la misma forma diciéndome Gabriel!
Y no como normalmente me dicen Gabrielito lindo.
Algunos me dijeron que se asustaron, pues sintieron como si su señora madre los estuviera llamando por su nombre completo para regañarlos.
Me llamó la atención de dos de mis amiguitas que no reaccionaron, sino que me preguntaron, “¿qué ocurre Gabrielito?”.
O simplemente siguieron su conversación normal.
Lógicamente este par de amiguitas han venido haciendo un trabajo con sus emociones desde hace mucho tiempo.
Así que sería normal que no fueran personas reactivas.
Y quizás me preguntes en este punto del video, “Gabrielito lindo, ¿cómo puedo hacer para no reaccionar y no dejarme dominar por mis emociones y Ego, tal como lo hicieron tus amiguitas?”.
Bueno si quieres aprender a no ser reactivo, al igual que mis amiguitas debes trabajar con tus emociones.
Esto implica dedicarte por completo a conocerte cada vez que sientas algo.
Y sobre todo dejar que tu Ego fracase.
¿Y te cuento algo? Esto es una de las cosas más dolorosas que existen.
Tener la razón y cederla a otros para que “ganen”.
Uff esto es bastante cruel al principio.
Pero la verdad, y con el paso del tiempo vas a disfrutarlo.
Mira nosotros tenemos un sentido de justicia natural.
Por ejemplo, si vamos en el tráfico, o estamos haciendo una larga fila y alguien se nos mete, es una maravillosa oportunidad para aprender a no ser reactivo.
Y si, sé que lo que estás sintiendo en el momento.
Esa voz y esa emoción que te dice “¿cómo se te ocurre? ¿cómo voy a permitir que ese vil ser rastrero se me adelante si YO llegué primero?”
Pero para que vayas identificando esa voz y esa emoción es tu Ego indicando tu merecimiento en la vida.
¿Ves cómo reaccionaste incluso ante este ejemplo?
Así pues, quiero animarte mediante esta información a que tomes el control de tu vida y dejes de ser una persona reactiva, ante todo.
Imagínate que si no logras controlarte en esto tan simple, tus emociones se van a interponer para alcanzar el bienestar en áreas tan importantes como la salud, el dinero y el amor.
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