En las épocas de nuestros abuelos, cuando eran tan inocentes, las relaciones entre ellos duraban hasta el final de sus días.
Era fácil asistir a las bodas de plata, de oro y hasta de diamante.
Y comparando esa situación con lo que estamos viviendo hoy en día, muchos nos hemos preguntado si los tiempos antiguos fueron mejores.
La explicación que se le da esto es simple.
Nuestra cultura ha sido fundamentada en el machismo, donde las mujeres tenían que aguantar de todo.
Desde infidelidades, malos tratos y muchas otras humillaciones más.
Y mira que yo conocí las dos caras de la moneda en esto.
Por ejemplo, en cierta oportunidad conocí el caso de una pareja de abuelos todavía juntos.
Ella me llegó a decir que su esposo siempre fue un hombre maravilloso hasta el momento presente.
Se podría decir que esta mujer amaba y admiraba mucho a este personaje, y lo mismo ocurría con él hacia su esposa.
Pero también he visto que, para sostener esas bodas de plata, oro y demás, la mujer ha tenido que aguantarse muchas cositas y calladita.
Era muy común que el hombre tuviera varias mujeres fuera de su hogar.
Y hasta era permitido siempre y cuando este no descuidara sus obligaciones.
La mujer se encargaba de alimentarlo y hacer que se sintiera todo el tiempo cómodo.
Comparar eso con la actualidad, ¡nada que ver!
La mujer hoy en día ha tomado un rol similar al del hombre en la antigüedad.
Es más independiente y hace lo que quiere.
Pero esto también ha traído como consecuencia que muchas debido a este terminen solas.
Porque ningún hombre con sus 5 sentidos bien sanos va a querer estar con una mujer de esas.
Si está con ella, es solo para el ratico, pero nunca para algo estable o una relación seria.
Mira desde que estaba muy jovencito, más de lo que estoy ahora, siempre tuve mis dudas respecto a las relaciones de pareja.
Los seres humanos somos muy posesivos con las demás personas.
Incluso se ven casos donde sentimos celos porque nuestro amigo(a) de toda la vida, ha conocido nuevas personas y está compartiendo con ellas.
Ni que decir de nuestra pareja que en algo inevitable como es que otros la miren, sentimos que se nos acaba nuestro paraíso.
Si observas, estas conductas vienen desde nuestro primer amor.
Por allá en entre la pubertad e inicios de la adolescencia, sentimos los famosos celos ante la posibilidad que no seamos los únicos interesados en nuestra pareja.
Esto es parte de los procesos de inseguridad y baja autoestima.
¿Cuántos de nosotros le llegamos a prohibir a nuestra chica que dejara de hablarle a otro joven que consideramos una “amenaza” por su atractivo?
Como no resolvemos esto nunca, la mayoría lo lleva consigo aun siendo un adulto.
Mira seamos honestos y dime ¿cuántas personas en este planeta realmente se interesan en trabajar con sus emociones?
El 99% de personas que se han llegado a interesar por sus emociones es cuando ya tienen el agua al cuello.
Y no es que sea demasiado tarde, pero es inevitable pensar cuando uno está saliendo el hueco, “¿por qué no hice esto antes?”
Mira a parte del descontrol emocional con el que vamos por el camino, el no tener información sobre los procesos básicos del hombre hace que se complique la cosa.
Es inevitable separar el amor, o digamos mejor el romanticismo de la sexualidad.
Y esto porque la búsqueda de compañero de vida tiene que ver con el instinto de supervivencia de la procreación.
Pues una de los intereses principales de la vida es asegurar la supervivencia de cada especie.
Así pues, la Naturaleza no solo le interesa tu reproducción, sino que los más aptos o capacitados puedan dejar su semilla para que las futuras generaciones vayan mejorando.
Aquí es donde entra la hipergamia que aplica en el caso de las mujeres.
La hipergamia consiste en encontrar al hombre más capacitado para protegerla y proteger a sus crías.
Entonces es por eso que los hombres dicen que nadie entiende a las mujeres.
Que ni siquiera las mujeres se entienden ellas mismas.
Porque hoy te quieren y mañana no.
Simplemente están siguiendo el algoritmo base de la supervivencia.
Es por eso que socialmente se ha considerado que el valor de una mujer es la “pureza”.
Nadie va a querer compartir su vida con una mujer “publica” a la cual muchos han tenido acceso.
Algo similar ocurre con el hombre en el caso de la poligamia.
Pues este quiere esparcir su semilla en la mayor cantidad de mujeres posible.
Y aquí es donde la mujer dice que TODOS los hombres son iguales y cortados con la misma tijera.
Que son infieles y que pueden tener a una reina en la casa y siempre la van a cambiar por otra más joven o más linda.
En realidad, el hombre siempre va a buscar la más joven pues esto es lo que le dicta su algoritmo base de la supervivencia.
Y tal vez en este punto me estés diciendo, “pero Gabrielito lindo, yo soy un ser racional, lógico y ni por el berraco baso mis elecciones de pareja en mis instintos primitivos”.
Mira lamentablemente TODOS seguimos estos patrones de comportamiento de forma inconsciente.
Es porque eso que a estas instrucciones se les conoce como el cerebro reptil.
Los reptiles siguen patrones instintivos.
Nunca van a basar su comportamiento en la lógica.
Lo único que podemos hacer es aceptar estos hechos.
Los seres humanos no están diseñados para casarse y vivir felices para siempre.
Eso solo pasa en las películas de romance.
Todos quisiéramos que así fuera, pero lamentablemente a la Naturaleza solo le interesa la conservación de nuestra especie.
¿Quiere decir esto que es mejor no tener pareja y quedarse solo solito?
No necesariamente, mira uno puede tener una relación excelente con una persona en el tono romántico.
Pero si no eres consciente de estas cosas, el día que esa persona siga su programación básica, vas a sufrir y a decir que es malo y bla bla bla.
Y hasta dedicarle o si eres musico a componerle canciones para “sacar” tu dolor.
Tristemente esta es la “solución” que las personas dan a sus carencias emocionales.
Música de dolor y licor, para agravar más el problema del despecho.
En cambio, sí conoces esto y eres consciente que la persona no es mala, sino simplemente su instinto le gano, vas a pasar la página y seguir viviendo con calidad.
Y tal vez me te estés preguntando en este punto, ¿por qué es más “fácil” para una mujer “perdonar” una infidelidad que para el hombre?
Porque cuando una mujer es infiel, el 99% de las veces, las cosas terminan.
Mira digamos que para la mujer su valor viene de nacimiento.
Su atractivo le da valor.
Socialmente no se trata lo mismo a una mujer super atractiva a una que sea normal.
La mujer en ese aspecto tiene más opciones que el hombre.
Por ejemplo, Isabellita, mi hija, es una adolescente que tiene bastante orbitadores a su alrededor.
Con orbitadores, estoy haciendo referencia a aquellos jovencitos de su entorno que viven al pendiente de ella.
Así que al ser fácil para una mujer estar con cualquier hombre que quiera su “valor” siempre será la pureza sexual que mantiene.
Es por eso que nuestras abuelas se casaban sin haber tenido sexo previamente.
Y esta es la razón por la cual socialmente existe la tendencia a no perdonársele la infidelidad a la mujer.
Esto no tiene nada que ver con que los hombres nos hayamos puesto de acuerdo para crear esta regla.
Es una regla tácita como la de valor del hombre.
El no nace con valor, él se lo tiene que crear en el camino, pues ninguna mujer va a querer estar con un perezoso, así este, sea muy atractivo.
Está en juego su supervivencia y la de sus posibles crías.
Y esto no hace mala a la mujer.
Simplemente está siguiendo un patrón de comportamiento básico que la Naturaleza le ha asignado con el fin de garantizar la conservación de nuestra especie.
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