Entonces, qué es el amor?

Aproximadamente hace 17 años escribí un ensayo cuyo titulo era el mismo de esta Entrada. En aquella época me encontraba en una búsqueda espiritual exhaustiva pues había renunciado a la religión que me dieron desde mi infancia, ya que descubrí que ese no era mi camino a seguir y no daba las respuestas adecuadas a las preguntas que tenía sobre la vida, especialmente sobre el amor.

Como te imaginarás, ese ensayo estaba cargado de mucha critica hacia las cuestiones religiosas, y allí fue que aprendí que en la vida uno jamás debe tratar ese tema entre otros 3 más (fútbol, política y salud). Si quieres tener relaciones sanas y sin conflictos, te recomiendo que jamás hables esos temas con ninguna persona.

Allí, en aquel documento que varias personas leyeron y que algunos con odio me “apartaron” de sus vidas, realizaba una replanteamiento a lo que debía de ser el amor. En síntesis, hacía referencia a que el amor debía de ser algo que se entrega sin condiciones y que debe ser libre y permitir a otros expresar esa libertad.

De acuerdo a mis investigaciones, laboratorios y observatorios desde el 2006, sigo llegando a la misma conclusión que tenía en ese entonces. El amor significa libertad, tanto para ti que lo das como para aquel que lo recibe. Sin embargo, he podido dar con interesantes descubrimientos, que espero puedan ayudarte a manejar de una forma más sana y feliz tus relaciones personales.

El amor es lo más importante del Universo. De hecho, todo lo que existe, tiene su base existencial en el amor. Los libros sagrados afirman que nos creo el amor, pero desafortunadamente la información que tenemos es poca y distorsionada de lo que es el amor. La mayoría de la humanidad está completamente convencido que el amor es sentir algo bonito por alguna persona. Incluso que el amor es eso que se siente en el estómago (lo llaman mariposas) cuando vemos a una persona que nos atrae, gusta o ya amamos.

A esta desinformación agrégale el hecho que te sientes dueño de ese amor y cuando alguien interfiere con el, pues vienen los famosos celos, que se puede describir como la sensación de defensa ante la perdida de ese sentimiento.

Mira, todo eso que “sabes” del amor, no es más que reacciones químicas en tu cuerpo que te hacen sentir cosas agradables. En realidad son datos en forma de químicos que llevan información a través del torrente sanguíneo y cuyo principal objetivo es buscar la unión sexual entre las personas para preservar la especie humana.

Tú me dirás pero es increíble! Como te atreves a decir eso de algo tan maravilloso como es el amor. Bueno, esa reacción se debe a la creencia implantada del romanticismo por parte del comercio para que consumas productos. Si leíste en el pasado este blog, llegué a tocar algunas estructuras mentales, las cuales el comercio utilizaba para ser efectivos en las ventas. Y te cuento algo, funcionan y a la perfección.

Para que te vayas formando una idea, el amor no es sentir bonito por alguien. No es un sentimiento y para comprobarlo hagamos el siguiente laboratorio mental. Piensa en una mujer embarazada. Digamos que ya tiene 4 meses. Le habla a su pancita, la acaricia y le dice a su bebe que lo ama mucho. Normalmente una mujer se da cuenta de su embarazo entre el segundo y tercer mes. Cuando se da cuenta, ya sea por una prueba casera o una prueba de laboratorio, ella en ese mismo instante comienza a sentir un gran amor hacia esa criatura. Pero nota que antes de eso no sentía nada. ¿Qué demuestran estos hechos? Que el amor es una decisión. No es un sentimiento. Si fuera un sentimiento, cada mujer que queda en embarazo, sabría exactamente que lo está porque desde ese instante comienza a sentir amor por esa nueva vida, pero como puedes apreciar y comprobarlo por ti mismo, ese “sentimiento” se alcanza en el instante en que hay conocimiento de dicha vida, y allí la madre elige sentir eso.

Otro caso muy común es el de un hombre que tiene su esposa y sus hijos en casa. Conoce a otra mujer maravillosa y decide sostener una relación clandestina. Cuando es sorprendido y su esposa decide separarse, el esposo de inmediato comienza a sentir (elije sentir), de nuevo todo su amor que se había perdido en el tiempo por su esposa y sus hijos. Comienza a rogar y finalmente lo apartan. Entonces muchos, como no saben que son simplemente químicos generados por una elección, y apoyados por un pensamiento constante, se dedican a olvidar sus penas en el alcohol, chingándose más la vida, pues esta práctica va acompañada de música disfuncional de más dolor y sufrimiento, cuando en realidad, lo único que hay que hacer es dejar el pensamiento constante sobre esa persona y el cerebro dejará de producir dichas “substancias de amor”.

Mucha gente dice, “pero no puedo dejar de pensar en ella o él”. No se sienten capaces de tener un pensamiento consecutivo en positivo, pero si son felices pensando cosas que les hagan desgraciada la vida y de forma muy constante.

La pregunta interesante que puede estar pasando por la cabeza de muchos es. Mi problema no es el amor. Mi problema por ejemplo es mi salud o mi economía. Bueno, quiero que sepas que la base de todo lo que existe como dice al principio es el amor. Si no tienes amor, no tendrás una salud óptima pues tus células trabajan con esos químicos. Si las bombardeas con “químicos de amor” es muy diferente a bombardearlas con químicos de odio, rencor, envidia, etc. que estos al final son los que producen enfermedades físicas y terminales.

Como mencioné en una entrada años atrás. Las enfermedades no son producto del azar. No es una lotería. Son el resultado de un error en el pensar. ¿Y cómo el amor afecta mi economía? Simplemente porque si no tienes el amor, vas a pasar en trabajos que te paguen poquito y que tengas que sufrir para poder tener aunque sea el día, para el siguiente levantarte a luchar por lo mismo, volviendo tu vida una cadena de infelicidad, que a la larga también afectará tu salud y todas las áreas de tu vida.

Mucha gente dice, y tu mismo dirás “¡pero si yo me amo!”, y si observas tu vida, no esta muy optima que digamos, o vives descontento con sus resultados. Eso es el claro reflejo del autoengaño.

Mira, cuando yo conocí a mi amigo y mentor Víctor Giordani, el me hizo esa pregunta y yo le dije “pues claro”. Pero poco a poco me di cuenta de que estaba fingiendo amarme. Descubrí que yo mismo me atacaba al mirarme a un espejo y decir “no me gusta esto”, “fuiste un pendejo en esto otro”, etc. en general un sentimiento de decepción hacia mi mismo gobernaba mi vida.

Entonces comprendí que no sentía amor por mis padres, hermanos, hija, amigos, Dios, la Vida, etc. y era obvio que era consecuencia de que no conocía el amor. No lo “sentía” y por lo tanto no lo podía manifestar porque no había tomado la decisión de amarme a mi mismo.

Desde ese día tome la sana y sabia decisión de amarme profunda y completamente a mi mismo y hacerlo con todo lo que supiera y pudiera. Poco a poco mi cerebro fue produciendo químicos en mi cuerpo que apoyan esa decisión, junto con un pensamiento sostenido de este a diario.

Mira, hay personas que me acusan de egoísta porque no quiero hacer lo que ellos desean. Pero yo me amo así de esa forma. La Vida, Dios me ama así tal y cual como soy. Si no fuera así no estarías leyendo esto y yo escribiéndolo. Entonces si la Vida me acepta como soy, ¿por qué yo debería de hacer lo contrario?

Cuando uno se ama de esa forma, los celos desaparecen por completo. No necesitas que nadie te ame. Eres feliz con o sin pareja pues tener pareja se convierte en una decisión de compartir tu felicidad con esa persona, no un negocio (como en el caso de la mayoría) que dan amor solo si reciben amor, esperando que otro(a) guey los haga dichosos.

Hoy en día ese amor que siento por mí, me permite expresártelo a ti a través de este escrito para que puedas mejorar tu vida. Deja sólo de sentir bonito un tiempo y después la amargura de los celos. Toma la sabia y sana decisión de darte todo aquello que no te has atrevido a darte por esperar que otro u otra lo hagan. La Vida ya te acepta a cada instante. Solo falta que lo hagas tú con tus decisiones para vivir con calidad.