Una de las formas en que acostumbramos a escapar de nuestros problemas es mediante la fantasía mental.
Digamos que esta es nuestra ventaja con el resto de las especies, pues la fantasía nos permite crear cosas que antes no existían.
Todo lo que vez en tu entorno es el resultado de alguien que alguna vez dijo: “¿y si hacemos esto?”.
Y como puedes ver esto está muy bien, pero desafortunadamente siempre nos vamos a los extremos.
Fantasear produce dopamina.
Y como hemos aprendido en este canal, este neurotransmisor asociado al placer, nos puede llevar por caminos oscuros, al igual que cualquier otra adicción.
Por ejemplo, nos puede llevar a desconectarnos de la realidad, llevándonos a perder el enfoque en nuestras responsabilidades y metas reales.
Sobre todo, si tenemos problemas, fantasear nos puede mantener sin salida, cuando en realidad de los problemas se sale enfrentándolo sin miedo, de frente y por el centro.
Indefectiblemente esto último nos puede llevar a procrastinar.
Y recuerda que, si no has solucionado una tarea, lo más seguro es que pronto vienen otras que te van a robar la paz mental.
Aumentando tu sufrimiento y metiéndote en un ciclo infinito de volver a fantasear para escapar de tu dolorosa realidad.
Imagina por un momento que te gusta demasiado una persona.
Constantemente fantaseas con ella, ya sea por miedo o por timidez.
En ambos casos estás evitando conocer o hablar con esa persona.
Y en estos casos existen dos posibilidades.
La persona está interesada en ti o no quiere ni tocarte con la sombra de un palo.
Pero es tanto nuestro temor a ser rechazados por esa persona de nuestro interés romántico, que preferimos quedarnos con la duda o verla con alguien más.
Todo lo anterior nos puede llevar a trastornos mentales más delicados.
Mira, una de las cosas que más nos suele mantener en bienestar es el cumplimiento de nuestras metas.
Por culpa de las fantasías descontroladas nunca vamos a actuar.
Y así se nos va a ir pasando la vida, sin cumplir nuestros deseos, llevando una insoportable carga de infelicidad.
En el mundo hedonista en el que vivimos actualmente, donde el placer está un solo clic, la gente acude mucho a la “noporgrafia” para aliviar su estrés y preocupaciones.
Esto hace que la gente mantenga drenada su energía vital y mental.
Así que por eso nunca van a tener tiempo ni mucho menos ganas de hacer cosas.
Dejar esto es muy complicado.
Así que te recomiendo cambiar una fantasía “destructiva” por otra que apoye tus metas.
Por ejemplo, en vez de estar fantaseando con que cada hombre o mujer está detrás tuyo, más bien usa esa imaginación para visualizar que inicias un negocio y cada día acuden más clientes a él.
En este caso estarías gastando esa energía mental en algo de tu interés.
Es por eso que quiero animarte a que cada vez que te sorprendas fantaseando con cosas inútiles, cambia esa visualización por cosas que apoyen tus proyectos.
Las herramientas que la vida nos dio no son malas.
Lo malo o bueno es lo que hacemos con ellas.
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