Cuando deseamos emprender un negocio, siempre tenemos la ilusión de que contaremos con la suerte de prosperar de una forma fácil e instantánea.
Sin embargo, cuando estamos en ese proceso, nos damos cuenta de que las cosas no son tan divertidas como nos las imaginamos.
Es en este momento, cuando llegan las dificultades, que la mayor parte de los emprendedores no llegan a soportar el chaparrón y se retiran.
Imagínate que uno de los empresarios más exitosos que he conocido, me llegó a decir que en ocasiones sentía que era mejor “alquilarse” o trabajar para otros que ser emprendedor.
En definitiva, ser emprendedor no es fácil y muchas veces nosotros mismos ayudamos a incrementar el nivel de esa dificultad.
Esto es posible gracias a los colaboradores de los cuales nos rodeamos.
Llámese socios, empleados o clientes, muchos no están pensando en el mismo objetivo que tú tienes de prosperidad.
Sobre todo, cuando se trata de empleados, y más si estos son parientes.
Pues la confianza por la familiaridad empeora la situación.
Tristemente la mentalidad de empleado es que tú al ser un emprendedor, eres muy rico y el dinero te está sobrando.
Así pues, he escuchado en repetidas ocasiones la frase: “gaste que eso es de un rico”.
Haciendo referencia a los insumos que tiene la empresa.
Por eso muchos se roban los lapiceros, papel, impresiones, etc., pues sienten que su empleador es un enemigo el cual hay que sacarle el máximo provecho de sus recursos.
Finalmente le “sobran”, ¿no?
Y no solo se “pierden” este tipo de insumos en la compañía, sino el más importante, el tiempo.
Con estos ojitos que tantas cositas lindas han visto, he observado como empleados dilatan las cosas para no ser eficientes con su tiempo.
Eso es robar tiempo, así duro y crudo como suena.
Pues no te están pagando para dilatar tu trabajo, sino por tu eficiencia en las tareas.
La mayoría no son conscientes de que, del producido, es con lo que les pagan su salario.
Y quizás en este momento me preguntes: “Gabrielito lindo, viendo todas estas dificultades entonces, ¿es mejor desistir de ser emprendedor?”.
Desde mi punto de vista, eso depende de tu vocación.
Si tú de verdad quieres con todo tu corazón seguir ese negocio con el objetivo de mejorar tu entorno, te lo recomiendo.
Si solo quieres dinero, lo más seguro es que vas a fracasar.
Y en esto estoy cansado de ver negocios caerse por solo tener el dinero como objetivo de existencia.
No estoy diciendo con esto que el dinero sea malo o que debas trabajar gratis.
Para que me puedas entender un poco mejor, hay negocios que se “dañan” solitos.
Como sólo tienen el dinero como objetivo, lo que hacen es comprar insumos de menor calidad, entregar menos cantidad al cliente y cualquier otra trampa, con tal que les quede dinero para “disfrutar” y celebrar la Vida.
Obviamente los clientes no son tontos.
Si eres consumidor de un producto y el proveedor te baja la calidad, lo más lógico es que te busques otro proveedor que si te de lo que estás buscando.
Por lo tanto, si decides ser emprendedor, tu objetivo principal es dar un incremento a la vida de las personas.
Eso es lo que todos buscamos, y si tú lo estás ofreciendo, tu negocio ira creciendo poco a poco.
Recuerda que estadísticamente si una persona le va mal con tu negocio, le dirá en promedio a 11 personas.
Si le va bien contigo, solo te recomendará con 3.
Es por eso, por lo que debes ser muy cuidadoso con cada paso que das en tu negocio.
Como es lógico, todo negocio necesita de colaboradores.
Entonces es muy importante que estos pacientes estén apuntando hacia el destino que tú deseas llegar.
De nada te sirve enfocar todo tu esfuerzo en ir a la derecha si uno o varios de tus colaboradores van para el lado contrario.
Así pues, si eres un emprendedor, asegúrate de estar trabajando con personas que crean en tu proyecto y deseen verlo prosperar.
Y si eres empleado, por favor sé muy consciente que, de tu trabajo sale el dinero y la seguridad con el que te pagan periódicamente.
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