Antes que nada, debo advertirte que el tema que trataremos a continuación no tiene una base sólida científica.
A pesar de esto, los resultados que aquí menciono los he observado una y otra vez con estos ojitos que tantas cositas lindas han visto.
Y este tema tiene que ver con la sanación que nos puede brindar nuestra madre.
Para ponerte en contexto, por allá entre el año 2018 y 2019 di con un grupo de personas que se reunían a compartir lo que habían leído acerca del libro llamado UN CURSO DE MILAGROS.
Este es un libro que como lo definió perfectamente el doctor Wayne Dyer, es una colección de escritos brillantes que te conducen a la sanación emocional y espiritual.
Oficialmente el libro fue escrito por la doctora Helen Schucman y publicado en 1976.
Y si no has escuchado nada acerca de este libro, ya sabes que este tipo de información no es muy viral, porque no se trata de chismes o tonterías de farándula.
Bueno, como en toda reunión que se respete, esta tenía una señorita que moderaba o lideraba los temas.
Y en cierta oportunidad contó una historia sobre sus padecimientos cuando la visitaba “Andrés”, el que viene cada mes.
Esta señorita padecía de fuertes cólicos menstruales que le llegaban con su periodo.
Y su dolor era tan intenso que podía caer desmayada por varias horas, y despertar en una clínica.
En su interior dijo que eso no era normal y comenzó a indagar sobre el tema.
Ella descubrió que su dolor se debía a una antigua rencilla que tenía con su señor padre.
Y como ella estaba guardándose ciertas cositas en secreto, pues su cuerpo las manifestaba de esa forma, con dolor.
También nos comentó que dentro de sus análisis se dio cuenta que cuando una madre sana emocionalmente, su descendencia automáticamente prospera.
Es decir que les mejora su vida.
Pues el útero contiene “memorias” y estás son pasadas a sus descendientes digamos que de forma energética.
Como te puedes ver, esta información requiere un poco de fe.
No posee una base científica que nos asegure que esto sea correcto.
De cierta forma esto puede tener lógica, pues todos pasamos por el útero materno.
Pero como yo soy un hombre de poca fe, que no se fía, de la ciencia o de cualquier otro tipo de religión, me di a la tarea de compartirlo con personas cercanas.
A mí no me gusta creer mucho lo que me diga X o Y persona, por muy experto que sea.
O porque se rompió el lomo estudiando.
Soy un partidario que para ver si algo funciona, uno debe probarlo.
Por ejemplo, le comenté esta información a la madre de mi hija.
Desde que la conocí padecía mucho de estos dolores menstruales.
Y “mágicamente”, se sanó de estas dolencias.
Lo más curioso es que mi hija en ese momento llegó a la preadolescencia e iba por la misma, es decir con dolores en su periodo.
¿Y adivina que pasó cuando la mamá comenzó a trabajar en ese tema?
Pues efectivamente la muchachita de la nada se le quitaron las molestias.
Bueno yo dije: “puede ser coincidencia”, o como decimos en mi país “fue de pura chimba”.
Así pues, le comenté esta misma información a una compañera de oficina que también padecía de lo mismo.
¿Y adivina?
De nuevo el mismo patrón de sanación se presentó con ella.
Recuerdo que la señorita que moderaba este grupo utilizaba una canción, que encontró en esta plataforma.
Y quizás en este momento te puedas estar preguntando si esto solo sirve para sanar dolores menstruales.
Bueno desde mis observaciones sobre el tema, esto puede sanar cualquier cosa.
Si una madre sana sus situaciones emocionales, he visto que casi de inmediato la vida de sus hijos se organiza.
Así que quiero animarte, mediante esta información que, si eres madre, sanes tus emociones para que el beneficio no solo te alcance a ti, sino también a tus amados hijos.
No vas a perder nada con probar si es cierto o no, pero si tienes mucho que ganar en bienestar.
Debes tener presente que las cosas no funcionan de la misma forma para todos.
Algunos obtendrán resultados asombrosos, quizás tarden más tiempo y en algunos casos no sea efectivo.
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