No hay que tener muchos estudios académicos para darnos cuenta que el mundo actual está bastante enfermo moralmente.
La humanidad proyecta toda su frustración sobre los demás mediante el lenguaje soez o la violencia hacia su prójimo.
Hemos llegado al colmo de pelearnos en la calle, simplemente porque alguien nos miró mal.
O si escuchamos alguna persona riendo a carcajadas, cerca de nosotros, casi estamos seguro que somos el objetivo de su burla.
Recuerdo que, estando niño en mi ciudad natal, las personas pasaban y así fueran desconocidas, se saludaban.
Los buenos días, tardes o noches eran una norma moral “obligatoria”.
Cederle el puesto a alguien en el transporte público, e incluso compartir algo de comida con los vecinos.
Imagínate que no solo veía esto desde muy niño, sino también mis padres me lo inculcaron.
Y en la actualidad tengo la costumbre de saludar a los desconocidos.
Por ejemplo, cuando llegué a mi localidad actual, lo hacía y afortunadamente las personas aquí son muy amables.
Respondían de la misma forma y así he logrado conocer gente muy agradable, aun en medio de este mundo amoral.
Pero tengo que confesarte que una vez estando en el aeropuerto de la capital de mi país, intenté hacer lo mismo con un policía.
Prácticamente me miro de arriba abajo y siguió derecho sin decir nada.
Puede ser que esta persona no tuvo unos padres muy educados que digamos.
O también es común en las capitales comportarse como personas frías y apáticas debido a tanto problema social que tienen.
Esto hace que nos preguntemos si vale la pena tener buenos modales en la actualidad.
O por el contrario debemos estar prevenidos a responder a los ataques de nuestro entorno.
Respecto a esto, hace muchos años cuando me encontraba recogiendo a mi novia de aquel tiempo, hice un giro no permitido en la calle.
Una vez que me incorporé de nuevo a la vía, vi a una señora detenida por un agente de tránsito.
Ella me señaló y él me hizo la señal para detenerme.
Según pude comprender en ese momento, ella había cometido la misma infracción que hice.
Y la muy soplona o como decimos en mi localidad "sapa hp", me delató con el del tránsito.
Bueno, mientras le aplicaban todo el peso de la ley a esta sapa inmunda, decidí aceptar mi error y quedarme tranquilo.
Mi novia al lado me decía Gabrielito lindo y ahora que vamos a hacer.
Yo le dije que nada, tocaba dar la cara ante la situación.
Cuando llegó el agente del tránsito, me pidió la documentación de estos casos y se la pasé sin decir ni una palabra.
Leyó mi documento de identidad y me dijo “Gabriel, que fue lo que le pasó en esa infracción”.
Yo le dije que siempre notaba que otros conductores hacían lo mismo yo estaba seguro que se podía realizar el giro.
Pero cuando ya estaba en la mitad noté que había algo raro, pero decidí seguir adelante y allí fue cuando la sapa, digo la señora me delató y me hizo la señal para detenerme.
Le hablé de la forma más calmada posible porque no tenía ninguna excusa.
Ya el agente del tránsito con sus propios ojos me vio cometer la infracción.
No podía alegarle nada a mi favor.
Esta actitud hizo que el me preguntara, “¿Gabriel quieres que te pase la infracción como si fuera por no uso del cinturón de seguridad?”.
"La multa te saldría por la mitad de la infracción pues lo que hiciste fue algo grave”.
Yo le puse mi tierna sonrisa y le dije “¡por supuesto! Hágame ese gran favor.”
Me dijo que tenía 2 posibilitades más de bajar el valor de esa multa y me recomendó que las hiciera.
Hice tal cual el agente del tránsito me dijo.
Y al final tuve que pagar un valor muy pequeño considerando el costo inicial de la infracción.
Como puedes ver ser educado, respetuoso y sobre todo cortés con los demás si paga.
Y quizás en este punto me digas “pero Gabrielito lindo, eso fue hace muchos años y en la actualidad no sirve de nada actuar de esa forma”.
Mira, por el contrario, como la mayoría de personas son patanes, una persona educada va a ser tratada de forma muy especial por cualquiera.
Espero que no vayas a salir corriendo a buscarte multas de tránsito para comprobar si esto es verdad.
En la actualidad, el uso de los buenos modales hace por ejemplo que la gente me atienda más rápido que los demás.
Por ejemplo, he tenido que hacer una larga fila para recibir o comprar un servicio.
El mismo guarda de seguridad del local me recomendó “no haga esa fila, vaya a tal local que allí le prestan el mismo servicio”.
Si tu observas, la mayoría de personas son groseras.
¿Crees que a un patán se le dará prioridad?
Es por eso que los buenos modales y las normas de cortesía te abren caminos.
Es tan agradable tener contacto con alguien así en medio de tanta degradación moral, que por eso recibirá un trato especial.
Así que quiero animarte, mediante esta información a utilizar estos simples pero poderosos recursos que van a llenar tu vida de gran bienestar.
Ten presente que no es garantía que al ser educado te pasen cosas especiales.
Lo único seguro es que te sentirás bien contigo, por haber actuado cortésmente y eso la vida en algún momento te lo regresará.
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