La Neofilia se podría definir como un tipo de personalidad que tiene fuerte simpatía por la novedad.
Este término se popularizó gracias al escritor estadounidense Robert Anton Wilson, el cual además era un psicólogo profesional.
Cuando decimos que una persona tiene este tipo de personalidad básicamente tiene la capacidad de adaptarse a los cambios extremos.
Es una persona que rechaza mucho la tradición, la repetición y la rutina.
Por consiguiente, tiene la tendencia a aburrirse mucho de las cosas viejas, ya sean estas cosas o pensamientos.
Y sobre todo tiene casi que una obsesión por experimentar nuevas cosas o crearlas, logrando ciertos conflictos con otras personas o leves disturbios.
Hay que aclarar que un Neófilo no tiene nada que ver con un revolucionario.
Cualquiera puede ser revolucionario si sus intereses están en peligro de extinción.
Pero sí podríamos decir que un Neófilo es un revolucionario por naturaleza, pues su rechazo intelectual por la repetición y tradición lo impulsan a la novedad.
Lo opuesto de una personalidad Neófila podríamos decir es una personalidad Neófoba.
Un Neófobo considera a su contrario “un hereje”, “un anatema”.
Aparte de esto, lo ve con miedo y sobre todo desprecio.
Viendo estas definiciones, podríamos sentir mayor simpatía por los Neófilos pues al fin y al cabo a todos nos gusta el progreso.
Pero ambos conceptos tienen sus pros y contras.
Por ejemplo, un Neófilo tiene la tendencia a analizar una película realizada en los años 90, bajo la estructura social del 2021.
Es bastante incoherente pedirle al pasado que se “arrepienta” de sus pecados.
Lo mismo para su contraparte, quedarse con las mismas ideas puede ser contraproducente.
Debemos evolucionar y no quedarnos en lo mismo, pues vamos a seguir viviendo las mismas experiencias una y otra vez.
A parte que la Vida siempre avanza constantemente y nos va dejando atrás.
¿O eres de los que espera siempre ganar la misma cantidad de dinero solo por tradicionalismo?
La verdad, no he conocido el primer ser humano que diga voy a quedarme estático donde estoy.
Siempre buscamos ser más, tener más y hacer más.
Aunque la Neofilia no está considerada como una enfermedad, los especialistas en emociones reconocen que si hay algo enfermizo en esta conducta.
Un claro ejemplo de esto se ve cuando las compañías de tecnología, cada año sacan su versión mejorada del dispositivo que consumes.
Se pueden observar largas colas en los almacenes por adquirir la nueva versión.
Incluso algunos llegan a pasar la noche, acampando frente al almacén para que nadie les gane la fila.
O cuando el sistema operativo ya sea de nuestro teléfono, laptop o Smart TV va a sacar una actualización, estamos pendientes de bajarla y ni siquiera dejamos que esto sea automático.
Esto se ve mucho en mi profesión con los lenguajes de programación y los frameworks que vendrían siendo herramientas para ayudarte a programar más fácil.
Constantemente salen actualizaciones y no solo eso, no has terminado de manejar un lenguaje a plenitud cuando ya sale otro “mejor” pero que hace lo mismo.
Como puedes ver, esta “obsesión” por estar actualizado en si no es perjudicial.
Por eso no se considera una enfermedad mental o emocional, sino más bien una obsesión.
Pero finalmente, como toda obsesión, nos trae estrés, ansiedad e infelicidad.
No permite que finalmente nos enfoquemos en lo que tenemos, sino que estemos procurando “obsesivamente” tener lo último, así esto sea de peor calidad que lo anterior.
Por ejemplo, muchos lenguajes de programación se han utilizado para crear sistemas de información.
Uno de ellos fue el famoso Cobol creado por allá en el año 1959.
Increíblemente en pleno siglo 21 aún existen sistemas informáticos que fueron creados por este lenguaje.
Por supuesto, gracias a nuestra Neofilia, es un lenguaje que paso de moda y poco se desarrolla en él.
Sin embargo, debido a la baja demanda de programadores conozco un par de amigos en Argentina que ganan grandes cantidades de dinero debido a sus habilidades con Cobol.
Por lógica, los lenguajes novedosos tendrán más demanda de desarrolladores y en esto, las leyes de oferta y demanda del mercado son implacables.
Puede que en este momento me preguntes, “pero Gabrielito lindo, ¿cuál debería ser nuestra postura ante la vida?”
De acuerdo a mi experiencia, lo mejor que puedes hacer en tu vida es enfocarte en algo.
Dispensarte entre tanto conocimiento, no es buena idea, pues te la pasarás como una hoja ante el viento.
Yo creo que uno debe tomar lo mejor de las cosas que llegan a tu vida.
Todos los extremos en la vida son negativos.
Es bueno enfocarse en algo, pero también mirar opciones de aquello que tienes para ver si lo puedes mejorar.
Lo importante es que aquello que decidas hacer, hazlo como si fuera tu máxima obra maestra.
Finalmente, aquello que hagas va a ser utilizado por otros.
¿Te gustaría usar algo hecho por un mediocre?
Entonces de la misma forma hagas lo que hagas coloca todo tu amor y empeño para que salga bien.
Y ese incremento que están buscando las personas para mejorar sus vidas, las atraerá a ti.
Así pues, quiero animarte mediante esta información a tomar lo mejor de cada cosa que aprendes.
Quédate sólo con lo que te sirva y así tendrás una mejor calidad de vida.
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