Cuando me comenzaron a interesar los temas de superación personal, por allá en el año 2006 di con alguna información interesante.
Incluso llegué, por recomendación de un amigo, a ver una película llamada el Jarrón Azul, basada en el libro del mismo título.
Esta narra la historia de un joven minusválido que ante las adversidades posee un gran coraje y logra salir adelante.
Cuando vi esto, me preguntaba, ¿cómo era posible que una persona sonriera y tuviera una actitud positiva cuando la vida no era muy amable que digamos?
Y yo creo que todos en algún momento nos hemos sentido de esa forma y por eso llegamos a la conclusión que eso solo pasa en las películas.
La verdad, la primera reacción que todos sentimos ante las adversidades es la depresión y el derrotismo.
Queremos tirar la “toalla”, e incluso en algunas ocasiones, no queremos saber nada más de la vida.
Por ejemplo, cuando llegué a vivir en el pasado cosas bastante desagradables, por mi cabeza pasó muchas veces irme de este plano.
Sin embargo, el pensar en si no era capaz de darle bienestar a mi hija estando vivo, mucho menos partiendo de este planeta.
Podemos concluir que ante las adversidades existe algo fuera de nosotros que nos obliga a seguir adelante.
Pero si de nosotros dependiera, las probabilidades de mortalidad serían más altas que las actuales.
Hasta aquí uno puede pensar que ser positivo ante la adversidad es una utopía.
Pero este fatídico año 2020 me demostró con un amigo y vecino la importancia de mantener una actitud positiva, aun teniendo “el agua en el cuello”.
Para comenzar, este hombre, fue despedido de su empleo.
La verdad nunca lo vi triste o deprimido pues como el mismo me llegó a afirmar, eso era cavar su propia tumba.
Prefirió mantener la fe y esperanza de que algo bueno venía para él, después de todo esto.
Posteriormente su señora madre enfermó de gravedad y debía transportarla cada semana a otra ciudad para su tratamiento médico.
Esto no fue cuestión de pocas semanas, sino que fue algo de meses.
Encima, nos encontrábamos en una pandemia junto con una cuarentena y pues con la señora había que tener cuidados extremos.
Finalmente, se le presentó una oportunidad laboral, pero su salud empeoró.
Venía padeciendo fuertes dolores estomacales que resultaron en realidad ser cálculos biliares.
Esto terminó en intervención quirúrgica que le costó unas semanas de bastante cuidado.
Como quien dice, este hombre sacó el premio mayor de la lotería del infortunio 2020.
Sin embargo, en todo este tiempo desempleado, con su señora madre enferma y con su propia salud en riesgo, dedicó tiempo a aumentar sus habilidades en mecánica.
Aprendió a arreglar desperfectos de su auto y a mejorar sus habilidades en la hoja de cálculo Excel.
Puedo dar fe plena que, en ningún instante, mientras vivió esto que muchos consideramos un camino de espinas, sentirse triste o derrotado.
Siempre lo vi con una actitud positiva y una confianza en que todo iba a mejorar.
Y efectivamente, unos días después de su recuperación, así, de la nada, obtuvo una oportunidad laboral con un excelente ingreso económico.
Incluso, anoche que estuvimos conversando me contó que, gracias a sus habilidades en Excel, ahora se ha convertido en una pieza clave de la empresa con la que trabaja.
Como puedes ver, muchas veces pensamos que hablar con Dios, la Vida o como prefieras llamarlo es sostener una conversación natural.
Como dice el libro Conversaciones con Dios, el sentimiento es el lenguaje del alma.
Es decir que nosotros nos comunicamos con la Vida mediante nuestras emociones.
Si nuestras emociones son de derrotismo, ¿adivina que cosas vas a experimentar próximamente?
¿Entiendes porque la mayoría de personas parece que estuvieran en un ciclo infinito de desgracias y creen que tienen mala suerte?
Si observas, la historia de este amigo, siempre le estuvo transmitiendo una señal al Universo de querer ser útil, de servir y de ganar a pesar que el mundo se estuviera derribando a pedazos.
Por más que el le hubiera rogado a Dios que lo ayudara, si él no hubiera tenido esa actitud positiva, jamás se le habrían presentado las oportunidades que tiene ahora.
Por ejemplo, en mi caso, yo le imploraba a Dios que me sacara de ese sufrimiento y la verdad me dejaba en visto.
Pero era porque la Vida no encontraba coherencia entre mi lenguaje y mi actitud derrotista.
En el momento es que todo esto comenzó a apuntar hacia el bienestar, de inmediato noté que mi vida cambió.
Muchos le rogamos a Dios por un cambio, para que mejore nuestra vida.
Le decimos “Dios mío, aunque sea…” esto o lo otro.
Con una actitud lastimera lo único que vas a obtener es migajas de la vida.
A Dios, el Universo o la Vida hay que darle las gracias por lo que estás pidiendo y que ya viene en camino.
Es la actitud tuya la que determina el milagro o la limosna en tu vida.
Así que quiero animarte mediante esta información a tomar conciencia de las actitudes que mantienes ante las adversidades.
Nadie sabe que nos espera este año nuevo 2021, pero a partir de este momento sabemos que vamos a recibir, si no tenemos una actitud positiva.
Vive con valor y siempre espera lo mejor, pues lo mejor aún está por llegar.
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