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lunes, 9 de marzo de 2020
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La importancia de la autoconfianza
Estoy seguro que todos hemos experimentado la crítica de alguien sobre algo que opinemos o hagamos.
Esto muchas veces puede tener las intenciones de corregirnos, pero también en muchas ocasiones puede tener su intención de menospreciarte.
Por lo general cuando una persona intenta hacer esto contigo es porque te ve, de cierta forma, como una amenaza.
Y siendo totalmente honestos, estas cosas nos pueden afectar a tal grado que dudamos de nosotros y dejamos incluso de perseguir nuestros sueños.
Personalmente durante toda mi vida he visto como personas entre parientes, compañeros de estudio, compañeros de trabajo y otros han querido que yo desista de cumplir con mis objetivos.
Incluso un par de usuario lectores de este blog me sugirieron en alguna ocasión que desistiera de publicar estos temas pues no era correcta la información.
El argumento era que yo era ingeniero y no psicólogo.
Tristemente estas personas o no saben o tal vez pasan por alto que todo esto lo vengo investigando desde el año 2006.
La sabiduría o la exactitud en los datos no proviene de que alguien tenga una profesión o haya estudiado algo.
La información se adquiere con el estudio, experiencia y dedicación, tal como mencioné en el pasado un amigo Chef que era experto en computación sin haber estudiado ingeniería.
El hecho es que a algunas pocas personas en el mundo les molesta que otro pueda hacer lo que ellos no han sido capaces.
Respecto a esto, cuando nació mi hija, tuvo un inconveniente con un fenómeno conocido como la ictericia.
En General, la mayoría de bebés tienen ictericia leve, pero hay que prestar mucha atención pues si la bilirrubina sube demasiado puede ser peligroso para la vida del infante.
Cuando es leve como le sucedió a mi hija el asunto puede ser solucionado con unos momentos al sol cada mañana y también consumiendo tallos de Ruibarbo.
Sin embargo, cuando la llevamos al control como recién nacida, la médico encargada sugirió dejarla bajo observación en una institución especial para bebitos.
Mi esposa y yo nos fuimos muy triste para nuestra casa, pues te imaginas uno estrenando bebé y que ¿no lo pueda ver?
En la tarde regresamos a verla y la niña estaba tan bien que otra médico que estaba allí nos preguntó ¿por qué la niña estaba allí si no tenía ningún problema?
Después de eso partimos para la casa y me di a la tarea de investigar todo el tema sobre la ictericia.
Al otro día ya se encontraba un médico de turno. Había varios bebés y los observó argumentando que tenía que pasar un día más allí.
De inmediato me levanté y le dije “perdóneme, pero su colega que estaba de turno ayer no dice lo mismo que usted”.
Ante esto me preguntó ¿y quién es esa colega? En tono irónico.
Yo le respondí casi de la misma forma “no sé, yo no trabajo aquí. No conozco sus compañeros”.
Le preguntó a la enfermera en jefe quien era esa colega y discutieron un rato.
Luego me hizo la clásica pregunta para sacarme de camino: “¿Disculpe, usted es médico?”.
Le respondí: “No señor, no soy médico. Soy ingeniero, pero mi formación profesional me permite conocer esta y cualquier profesión o actividad a fondo y sé perfectamente cual es el procedimiento que ustedes están haciendo aquí”.
Ante esto la enfermera me dijo que había que llamar a alguien de protección infantil, y le respondí, llame a quien quiera señora, pero ya comprendo cual es el “negocio” que ustedes están haciendo aquí.
El médico nuevamente intentó decir que los bebés se veían bien pero que por dentro podían tener algo malo.
El intentaba tener contacto visual con mi esposa con el fin de que ella sintiera miedo y se pusiera en contra mía.
Le respondí: “perdóneme, pero usted ve a mi esposa sana. Yo soy un hombre sano. ¿Cómo entonces afirma que la bebé tiene algo malo?”.
Ante esto el médico dijo está bien, le doy la autorización para salir.
Cuando la niña ingresó, me preguntaron mi estrato socio económico y a cuanto llegaban mis ingresos.
La señora que me pidió esa información me dijo que iban a ser unos 4 a 5 días que la bebé estuviera en “observación”.
Multiplicando esos días por el valor que debía pagar el seguro médico y el copago que yo debería hacer era bastante dinero por ese tiempo.
Así pues, tenían un negocio bien organizadito basándose en el miedo y la ignorancia de las personas.
Al final mientras esperaba la salida de mi hija, escuche al médico y la enfermera jefe discutir acaloradamente afirmando que esa situación los podría comprometer.
Como puedes ver mucha gente intenta trabajar tu mente disminuyendo tus capacidades.
No permitas que terceras personas te impida creer que puedes conseguir y lograr las cosas.
Así que te animo mediante esta información a creer más en tus capacidades y a confiar en ti mismo.
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.
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