lunes, 23 de julio de 2012
Cuando la verdad te hace libre
Casi siempre cuando hemos escuchado la palabra verdad se nos viene a la mente una frase de uno de los textos sagrados de la humanidad que es el título de esta entrada. En otras palabras pensamos en la verdad en una forma religiosa. Esto ha hecho que aquellos que no nos gusta la religión en alguna de sus expresiones nos desentendamos de la importancia de esta palabra.
Pero a través de mis investigaciones en estos años sobre
el comportamiento y pensamiento humanos he podido darme cuenta de la gran
importancia que tiene esta palabra en las vidas de aquellos que deseamos vivir
en bienestar.
Según una de las definiciones que se encuentra en RAE verdad
significa “Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa”. A mi
parecer y por experiencia propia, esta es una definición muy acertada. ¿Pero
qué ocurre cuando esto que piensas, dices y sientes está en contra de la “verdad”
de otros?
Aquí es cuando las demás personas te comienzan a decir
que no eres auténtico, que eres falso, egoísta y todo ese bla bla bla que te
dicen para que tú hagas lo que ellos desean. También debemos recordar que no
necesariamente esto ocurre porque tu “verdad” esté en contra de otros, sino que
también ocurre por mala interpretación de otros sobre lo que tú piensas, dices
y haces.
Teoría de la verdad
Teniendo en claro estos conceptos, vamos viendo que la
verdad es algo individual. No es algo general. Y en este momento te puedes
estar preguntando si por ejemplo un tema como el asesinato debe pasarse por
alto ya que estamos hablando de que la verdad es individual. Y te respondo que
como todo en la vida es relativo, depende desde el punto de vista dónde se
mire.
Por ejemplo ¿qué ocurre si un asesino serial te está
atacando? ¿Dejas que haga de las suyas o te defiendes aunque eso implique
asesinarlo a él? Asumo que por tu instinto de supervivencia y la evaluación “ética”
que hacemos sobre este supuesto individuo que le hace daño a la humanidad, pues
optaríamos por la segunda opción y en ese caso nuestra “verdad” sufre un cambio
y se acomoda a un nuevo punto de vista que nos favorece en el momento.
En general lo que conocemos como “verdad” es un acuerdo, ya
sea tácito o explícito, que hacemos frente a otros y normalmente se hace basado
en la repetición. Y si te estás preguntando sobre la teoría que afirma “una
mentira repetida muchas veces se convierte en verdad” te confirmo que es lo más
verídico que hayamos escuchado.
Esta percepción de la verdad nos debilita mental, física
y emocionalmente pues consiste en que debemos actuar, sentir y hacer lo que
otros nos han dicho. Y como estamos frágiles en todo sentido es que recurrimos
a ídolos, ya sean personas reales, imaginarias u objetos, pues la debilidad
espiritual nos lleva a la perdida de nuestro poder interior o poder personal.
Y las cosas se complican cuando nuestro ídolo se “cae” o “falla”
o dicho de otra forma más clara, nos defrauda. Esto crea depresión, desgano por
vivir y muchas otras emociones negativas que nos llevan a vivir en más
malestar, pues literalmente adoramos a nuestros ídolos (¿o quizás dioses?).
Recuerdo una anécdota que me contó mi amigo y mentor
Víctor Giordani hace un par de años que se encontraba en una convención. Entre
los invitados estaba el Dr. Deepak Chopra y pues como Víctor fue su discípulo se
encontraron en los baños de las instalaciones y hablaron un poco. Cuando se
despidieron, una señora se le acerco a Víctor y le dijo “va al baño!!!”. En
realidad cuando él me contó esto solté la carcajada pues me parecía muy
chistoso.
Pero esto no es ningún juego. Cuando uno pierde el poder
personal cae en mucha necesidad e intenta que otros se la llenen de alguna
manera. Por ejemplo en mi caso siempre soy acusado de ser egoísta por las
personas que me rodean. E intentan decirme que debería vivir lo que escribo. Pero
en realidad no dicen que intentan manipularme para que haga lo que ellos
desean. Como te conté en entradas anteriores, este tipo de situaciones las
permití durante muchos años y pues es lógico que la gente a mí alrededor
quieran seguir el divertido juego de la obediencia.
Para ilustrarlo, llega una persona que conozco hace
muchos años. Desafortunadamente para él, ignora mi forma de pensar actual. Entonces
intenta realizar un negocio conmigo y pues las condiciones del negocio para mi
no son las apropiadas, por lo que me niego a hacerlo y allí viene la
manipulación.
Mira, ni tú ni nadie vino a obedecer a otros. Y si lo
haces es porque lo deseas de corazón y no por imposición. De lo contrario, esto
genera mucho malestar en tu vida y consecuentemente el odio, no solo aquellos
que lo hacen, sino principalmente hacia ti mismo por permitirlo.
¿Entonces cual es la verdad que nos hace libres? La
respuesta es muy simple. La verdad para contigo mismo(a). Por ejemplo si eres
envidioso(a) lo mejor que puedes hacer es aceptarlo. Aceptarlo es dialogarlo
contigo mismo(a). No decirle a otra persona, pues esto no le incumbe a nadie
salvo a ti mismo(a). Decirte “si es verdad, lo admito. Soy envidioso(a)”. Esto
no lo solucionará, pero si va creando consciencia del trabajo que debes hacer
contigo en este aspecto.
¿Y sabes algo? Como lo mencioné en la entrada Descubriendo
el Auto Sabotaje, en cierta forma y con el tiempo de ser honesto contigo
mismo(a) esa emoción va despareciendo o mejor va perdiendo el poder que tiene
sobre ti. Y esto es coherente con lo que decía el Dr. Carl Gustav Jung “cuando
negamos partes nuestras, nos volvemos más disfuncionales”.
Desde este momento intenta ser lo más honesto posible
contigo mismo(a). Al principio no es fácil. No te sentirás cómodo(a) pues hay
una parte de ti que nunca has tocado. La has olvidado y es parte también te
desconoce. Esto en realidad es el miedo que siente una persona disfuncional de
quedarse sola. Pero cada vez que lo hagas, te vas a sentir en más confianza
contigo mismo(a) y te vas sintiendo más libre. Esa libertad es lo que te va a dar
mucha felicidad interior y a su vez, esa felicidad interior te ayudará a
recuperar tu poder personal o lo que también se conoce como poder interior.
No dejes pasar cada ocasión de entablar una amistad
contigo mismo(a) a través de la verdad, de tu verdad. En cada experiencia que
tienes en los segundos de este día, automáticamente tu cerebro va generando los
químicos para sentir las diferentes emociones. Aprovecha esta oportunidad y
reconoce cada emoción. Si sientes odio, acéptalo y sobre todo dialógalo contigo
mismo(a) y se honesto(a) por qué sientes esa emoción. Vas a notar con los días,
que te irás quitando tantas cargas emociones que llevas por años y lo más
importante, estarás viviendo tu vida, ocupándote de ella y no vivir a través de
los demás, obedeciéndolos y haciendo lo que ellos quieren, o peor aun, metiéndose
en sus vidas intentado arreglárselas.
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.
Muy intersante, siempre creí que la verdad, lo bueno y lo malo siempre son relativos... salu2.
ResponderBorrarApreciado Jdavidcv, muchas gracias por tus comentarios. Y espero que esta información como las demás entradas pueda servirte en tu camino por la vida.
ResponderBorrarMil bendiciones.