Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

lunes, 4 de enero de 2021

La importancia de la conexión maternal



La importancia de la conexión maternal

En temas anteriores tratamos la importancia de la figura paterna en la formación de la personalidad de un niño.


Si quieres conocer la información te invito a ver LA IMPORTANCIA DE LA IMAGEN PATERNA EN NUESTRA PERSONALIDAD.


Vemos que a pesar que un infante no crezca con su padre biológico, este va a buscar por todos los medios una figura que lo represente, dentro de sus familiares.


Por ejemplo, en mi caso, a pesar de ser criado por mi padre biológico, adicionalmente tuve otra figura paterna que fue mi hermano mayor.


Esto se notaba bastante cuando éramos unos pequeños pues yo lo seguía fielmente en todo lo que propusiera incluidas las travesuras.


Así que, si alguien tiene dudas de mi personalidad angelical, ya saben que sólo obedecía órdenes de mi hermano mayor 😁.


El mismo caso de búsqueda de la figura materna, también nos puede ocurrir.


Por ejemplo, he conocido varios amigos que no se criaron con su madre biológica.


En cambio, proyectaron esta importante figura ya sea en tías, abuelas o alguna mujer que si hizo cargo de ellos.


También podemos llegar al caso de tener dos figuras maternas.


Realmente no te puedo asegurar si esto se puede presentar con más de dos figuras paternales en tu vida.


Hasta el momento, a la luz de mis investigaciones y observatorios sobre estos temas, sólo he podido comprobar la existencia de máximo dos personas que representen estas importantes figuras en tu vida.


Jamás he visto el caso, por ejemplo, que alguien proyecte 3 figuras maternas o paternas.


Y puede que exista, pues recuerda que siempre que hablemos del factor humano este nos puede sorprender con incontables excepciones.


Una de las cosas que aprendemos, más importantes de nuestra figura materna, es la solución de problemas.


Este aprendizaje es tácito, es decir que no hay necesidad que ella nos explique algo sobre este tema.


Ocurre en el momento que observamos como ella encara las dificultades.


Si tu figura materna por ejemplo aprendió a huir de las dificultades o las minimizaba, exactamente esto mismo vas a hacer tú.


En el caso que seas mujer y ya tienes hijos, ¿adivina como van a encarar ellos los problemas?


Otra de las cosas más importantes que aprendemos de nuestra figura materna es la autoestima.


Aquí no solo se trata de un aprendizaje tácito.


También interviene la relación que tengamos con ella.


Por ejemplo, si has tenido una madre muy estricta, que todo lo que hacías debía ser perfecto, existen grandes probabilidades que tu autoestima esté bastante lacerada.


Si tu figura materna fue muy permisiva, tu autoestima será muy frágil, y tendrás la inclinación de “ahogarte en un vaso de agua”.


A todo le verás problemas, todo de ofenderá y tendrás una inagotable percepción de conflicto en tu vida.


La influencia de nuestra figura materna es bastante importante pues pasamos más tiempo con ella que con nuestra figura paterna.


Y más influyente aún es que estamos con ella durante los 5 a 8 primeros años de vida, que es el tiempo en que se forma nuestra personalidad.


De hecho, hasta hace poco se abandonó la idea que el ser humano comenzaba a formar su personalidad a partir de los 2 años de edad.


Hoy en día se reconoce la importancia de la conexión madre/hijo desde el momento de la concepción.


Por ejemplo, si una madre no siente apoyo físico o emocional durante el periodo de gestación, existe una probabilidad muy alta que este nuevo ser sea depresivo.


Muchas veces nos encontramos con personas que lo tienen todo en la vida, pero no son felices y esta puede ser una de las razones de su fracaso.


Aunque no lo creas, estas emociones no resueltas, siguen afectando el desempeño de los hijos.


Es como si el útero tuviera una importancia en la comunicación con estos.


Hablar de estos temas es bastante complicado pues no existe, en el momento, una base científica para demostrarlo.


Pero si he llegado a ver, con estos ojitos que tantas cositas bonitas han visto, como la sanación emocional de una madre ha hecho que la vida de sus hijos mejore automáticamente.


Quizás en estos momentos te preguntes, bueno y si el hijo ya sufrió la perdida de la figura materna, ¿es posible sanar nuestras vidas?


La respuesta a esto es totalmente afirmativa.


Aquí es donde entra la importancia del perdón.


Muchas veces pensamos, ¿qué le puedo yo perdonar a la persona que me dio la vida o se hizo cargo de mí?


Recuerda que nuestros padres son los dioses de nuestro universo.


Para nosotros son perfectos y existe un momento en nuestra infancia en el que tenemos miedo del momento de su partida.


A medida que vamos creciendo, vamos notando que tienen errores, se equivocan y no son tan perfectos como pensábamos.


Comenzamos a juzgarlos y hasta en la adolescencia los consideramos enemigos.


Cuando ya somos adultos, comenzamos a ver que sus errores no fueron por maldad, sino por amor.


Nos enseñaron lo mejor que pudieron con lo que sabían y con todos sus traumas y conflictos interiores.


El perdón es para nosotros pues tuvimos una concepción errónea de ellos.


Esto debe ser algo prioritario en tu vida, pues una de las cosas que también adquirimos de nuestra figura materna es el merecimiento.


Si tu conexión con la madre ha tenido dificultades, no te sentirás digno de las cosas buenas de la vida.


Siempre estarás buscando trabajos mal pagos, personas que no te valoren o mantendrás en relaciones que no estés feliz.


En el momento en que sanas esta conexión, automáticamente notarás que tu vida fluye bastante fácil.


Así pues, quiero animarte mediante esta información a mejorar tu vida mediante la conexión con tu figura materna.


Recuerda que, si eres una madre, entre más dediques tu tiempo a sanar, mejor será la vida de tus hijos.


Y si tus padres ya no están, entonces sana el gran amor que sientes por ellos y recuerda que, a pesar de sus errores, sólo quisieron darte lo mejor.

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lunes, 28 de diciembre de 2020

Cómo crear un negocio o emprendimiento exitoso



Cómo crear un negocio o emprendimiento exitoso

Se podría decir que la mayoría de seres humanos están inconformes con el dinero que reciben diario, semanal, quincenal o mensualmente.


Muchas personas podrían considerar esto malo o que dichas personas son mal agradecidas.


La verdad para nada es algo negativo, pues esa misma Vida que está presente en una planta y la hace crecer, es lo mismo que nos impulsa a ser más en todo sentido.


Podríamos decir que esto es natural y es precisamente lo que nos ha estado impulsando a evolucionar como especie y obtener cosas mejores.


Solo basta con darle una mirada a la tecnología que tenían nuestros abuelos.


Hoy en día disfrutamos de cosas que nos hacen la vida más fácil.


Y puedes dar por hecho que, en unos años, cuando seamos abuelos, la tecnología será superior.


Esta sensación de querer más y avanzar nos lleva a buscar emprendimientos o negocios, ya sean locales o internacionales.


Pero francamente el 90% de los nuevos negocios fracasan.


Esta cifra se presenta prácticamente en todo el planeta.


Así que podemos concluir que si esto le pasa a la mayoría de negocios, deben estar haciendo algo incorrecto.


Cuando decidimos iniciar un emprendimiento o negocio, la razón principal es mejorar nuestros ingresos, ¿correcto?


Lamentablemente este es el error que está llevando al fracaso al 90% de nuevas empresas en el mundo.


Puede que tu me digas, pero Gabrielito, si no es por dinero, ¿por qué otra razón abriría yo un negocio?


Créeme que te entiendo perfectamente pues en el pasado tenía la misma pregunta y me parecía incoherente esto.


Para poder comprender entonces cual debe ser el motivo correcto para iniciar un negocio, debes ponerte en el lugar de comprador.


Por ejemplo, qué es lo que buscas en un producto que te interesa?


Tal vez me digas que tenga buena calidad.


Quizás estás buscando que te funcione o que supla una necesidad que tengas.


Por ejemplo, ¿por qué comprarías un nuevo dispositivo móvil si el que tienes está bien?


Entiendo perfectamente que muchas personas compran por estar a la moda o no quedarse atrás de los demás.


De cierta forma se puede pensar que el área de marketing está haciendo aquí un excelente trabajo.


Pero si analizamos, sea cual sea el motivo por el cual compras, detrás de todo eso existe un incremento.


Con esto me refiero al incremento que estamos buscando todos en la vida.


Eh aquí la respuesta al porqué del 90% de empresas nuevas fracasan, pues están pensando sólo en captar el dinero de sus clientes.


En su propio incremento y no en dar valor agregado a los demás.


¿Quiere decir esto que, si en cada transacción que realizo, busco dar un incremento en la vida de mi cliente, tendré un negocio exitoso?


Es totalmente positiva la respuesta a esta pregunta.


Recuerda que todos estamos buscando un incremento en nuestras vidas.


Si una empresa no te da lo que tú buscas, simplemente vas a la competencia.


Si no existe competencia, pues buscas solucionar mediante la unión de otros elementos.


A veces podemos pensar que para ser exitoso en un negocio hay que ser innovador.


De cierta forma es importante tener algo nuevo.


Pero si esto nuevo no aporta un incremento a la vida de las personas, pronto se dejará de consumir.


Honestamente yo quedé asombrado por los negocios de repuestos de autos durante la cuarentena.


Yo calculaba que los negocios exitosos serían los de primera necesidad.


Restaurantes, supermercados, almacenes de productos de aseo, etc.


Pero en mi localidad y a pesar que todos estos negocios están en casi la misma calle, ninguno se quebró.


Absolutamente todos siguieron vendiendo cosas que consideraríamos irrelevantes.


No vendieron unos y otros no, sino que todos obtuvieron ganancias como si no estuviera pasando nada.


Cuando analizamos el proceso que estos comerciantes hicieron, nos damos cuenta que en cada transacción estuvieron buscando un incremento en sus clientes.


Algunos usaban la calidad, a precio justo, o les daban garantías en productos en caso de calidad no comprobada.


En síntesis, el truco de un negocio exitoso es pensar en sus clientes.


Hay que abandonar el egoísmo de solo pensar en ganar y sacar un beneficio unilateral.


Según las estadísticas, si un cliente le va bien con tu producto, se lo recomendará a 3 personas.


En cambio, si le va mal, les dirá a 11 personas todo lo malo que percibió de tu negocio.


Ahora bien, piensa en el poder que tienen las redes sociales en estos momentos.


Esa cifra de 11 personas puede llegar a tener un crecimiento exponencial.


A mi hace poco me ocurrió con una persona una situación de estas donde me dieron un mal servicio.


Y la persona ha tenido tan mala suerte que justo me han preguntando si recomiendo dicho trabajo.


Por cuestiones éticas, no hablo mal de dicho negocio, más bien les recomiendo otro con el que si me fue bien.


¿Quieres tener un negocio exitoso?


El único que determina el destino de tus cosas eres tú mismo.


Puedes encomendarte a Dios, al Cielo, o al santo de tu devoción, pero si no procuras el incremento de una persona, formarás parte de ese 90%.


Así pues, quiero animarte mediante esta información a abandonar cualquier clase de egoísmo en tus emprendimientos.


La Vida quiere lo mejor para ti y está dispuesta a ayudarte, pero también quiere lo mismo para los que te rodean.

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lunes, 21 de diciembre de 2020

Resolviendo las carencias



Resolviendo las carencias

Salvo contadas excepciones, los seres humanos deseamos vivir en abundancia.


Al menos desde mi punto de vista, no he conocido el primer ser humano que prefiera pasar necesidades a tener suficiente para disfrutar la vida.


A pesar de esto, vemos como la carencia se ve en la actualidad como si fuera algo normal.


También podemos observar que, así como vemos carencia, también hay opulencia en medio de ella.


Con esto quiero decir que no hay una ciudad donde uno diga que, por vivir allí, automáticamente tienes dinero.


Siempre que hablemos del factor humano, existirán ambos bandos, tanto de la carencia, como los de la opulencia.


¿Entonces qué hace que algunos tengan abundancia en sus vidas mientras que otros sólo se conforman con observar?


Como ya hemos visto anteriormente, la Vida no tiene preferidos.


A todos nos da el mismo aire, la capacidad de ver en colores, de oler y sobre todo de pensar.


Absolutamente nadie en este planeta tiene mas o menos de 24 horas para hacer sus labores.


Lo único cierto es que en ese tiempo podemos obtener abundancia o escasez.


Increíblemente lo que nos afecta en este tiempo es nuestro ego.


Asumiendo que es la primera vez que escuchas sobre este tema, el ego es una estructura mental con la que llegamos todos a este planeta.


Si observamos la existencia de un ser humano, al nacer no tiene la menor idea de donde está.


Muchos menos quien es, y no sabe cual es la mecánica de la existencia en este planeta.


¿Pero cómo sabe qué hacer cuando tiene hambre, sueño o esta mojado?

¿Si no tiene idea entonces que es lo que le indica que debe defenderse con el llanto?


Es aquí donde interviene la estructura mental que aquí denominamos el Ego, la cual nos está impulsando constantemente a merecer.


Es como si esta nos gritara que valemos y que también tenemos derecho.


Paralelamente también tenemos otra estructura mental que denominamos el Noble.


El Noble viene siendo como el Ego, pero considerando que otros también tienen derecho.


Básicamente es la empatía que sentimos por otros.


¿Te imaginas que solo nos guiara el Ego desde nuestro nacimiento?


Todos peleando por quien es el único merecedor.


Es aquí donde interviene el Noble o la empatía que nos ayuda a convivir con los demás.


Quizás hayas escuchado mencionar que el Ego es algo malo y que debemos acabarlo y bla bla bla.


En realidad, esto es una estructura que nos acompañará mientras estemos en esta existencia, al igual que la empatía.


El problema es que lo hemos estado alimentando, de la imagen o expectativa que los demás proyectan sobre nosotros.


Por ejemplo, si tú eres una persona que practica la caridad, la imagen que proyectas y que se retroalimenta sobre ti es de una persona bondadosa.


En el momento en que dejas de dar ayuda a los demás, ya sea que te cansaste, ya no tienes como ayudar o lo que sea, esa imagen pasa de ser bondadosa a mala.


Y tú sufres porque sientes que los demás son malagradecidos y no valoran todo tu esfuerzo.


Este sufrimiento en realidad lo está padeciendo tu Ego.


Es por eso que muchos estudiosos de este tema le denominan el falso Yo.


Tú Ego es algo con que te identificas como si fuera tu verdadera esencia y allí es donde te perjudica.


Increíblemente a mayor Ego, mayor carencia.


Y quizás tengas entendido que las personas con mayor riqueza tienen que ser más egoístas que la mayoría.


Déjame decirte que precisamente tu Ego, tu falso Yo, con el cual te identificas es el que te “dicta” esta creencia.


Si quieres puedes comprobarlo tú mismo(a) consultado con alguna persona de bajos recursos económicos.


Pregúntale por qué está padeciendo tanto si la abundancia es para todos.


Lo más seguro es que esa persona se enoje y te diga que los ricos le roban o le han quitado la oportunidad de vivir mejor.


El Ego de esa persona siempre va a culpar a otros de sus desdichas pues esta jamás se equivoca.


Siempre va a percibir a las demás personas por encima de ella, pues recuerda que nuestro Ego nos ayuda a reclamar nuestro espacio en el mundo.


Pero eso sí, el Ego jamás va a aceptar que está equivocado.


Siempre los demás tiene la culpa de no capacitarse, de no relacionarse mejor y de no ahorrar para mejorar sus condiciones.


Es por eso que entre más dominado por el Ego este una persona, mayores carencias tendrá en su vida.


Por eso es que nos afana tanto demostrar que tenemos algo o que somos mejores que los demás.


Y aquí te puede surgir la pregunta, ¿entonces si dejo de identificarme con el Ego, mi vida se volverá próspera de forma automática?


La respuesta a esto es un SI descomunal.


En el momento en que tú te dejas de identificar con tu Ego, sale tu verdadera esencia. Lo que realmente eres.


Tengo que serte muy honesto, pero para llegar a eso hay que cortarse una, una patilla.


No hay nada mas complicado para el Ego que aceptar que se equivocó.


Esto es un proceso que se debe hacer paso a paso. Gota a gota.


Y se comienza siento muy honesto contigo mismo(a).


Con esto me refiero que, si algo te avergüenza, debes aceptarlo tal como es.


Digamos que todos tus circulo social cercano se fue de vacaciones, pero tú no pudiste hacerlo por falta de dinero.


Tú Ego de inmediato te dictará que debes decirles, aunque no te estén pidiendo explicación, que debes cumplir con unos compromisos de negocios y bla bla bla.


Si observas, cuando estás identificado con tu Ego, sientes la necesidad de explicar.


Comienza por abandonar eso. Se que arde, te mortifica, pero si no das el primer paso, nunca vas a poder avanzar.


Vas a notar con la práctica de esto que tu Ego ira perdiendo fuerza.


Esa emoción de mortificación ya no será tan intensa y hasta gracia o risa te producirá.


¿Acaso es un pecado mortal estar “asado” o no tener dinero?


Es por eso que se mencionó en el vídeo anterior, que uno de los miedos a vencer para ser exitoso es el miedo a la pobreza.


La verdad nos aterra decir que no tenemos dinero a nuestro círculo social.


Debido a esto nos metemos en deudas estúpidas y fiamos todo para aparentar algo que a los demás les vale.


Así que no hay necesidad de explicarles o decirles nada sobre tus estados financieros.


Simplemente reconócelos y ya.


Solo cuando aceptamos nuestras fallas, es que encontramos las fuerzas para cambiarlas.


Es cuando comenzamos a ver nuestras posibilidades y habilidades para cambiar la carencia por abundancia en nuestra vida.


Así que quiero animarte mediante esta información a resolver cualquier carencia en tu vida, dejando de identificarte con el Ego.


La abundancia no depende de lo que tengas o lo que hagas, sino de lo que sientas.

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lunes, 14 de diciembre de 2020

Nuestro mayor miedo



Nuestro mayor miedo

El miedo es una de las emociones mas controversiales que tiene el ser humano.


Por un lado, el miedo nos ha servido de protector desde que llegamos a este planeta.


Por ejemplo, la primera vez que tuviste contacto con el fuego.


Quizás tus padres te advertían que no lo tocaras, pero tu insistías en saber qué era eso, hasta que finalmente lo ¡entendiste!


A partir de este momento ni por nada del mundo te volverías a acercar al fuego.


Lo mismo podríamos decir de la corriente eléctrica.


De hecho, llegué a conocer personas que su miedo por la electricidad les ha causado problemas al ver esta asignatura en la educación superior.


Aquí podemos ver como el miedo nos protege de seguir haciéndonos daño en el futuro con algunos elementos.


Pero también nos puede perjudicar a paralizarnos al actuar ante eventos o situaciones que nos convienen.


Si se lo permitimos, el miedo puede ser un enemigo bastante poderoso.


Incluso se ha llegado a clasificar una lista de 7 miedos que debemos vencer si queremos ser exitosos.


Por ejemplo, el miedo a la crítica.


De esto sí que padecemos la mayoría de personas.


Digamos que voy a crear un canal en YouTube sobre lo que he aprendido de las emociones y como estas nos ayudan o perjudican.


Al principio puedo sentir miedo al que dirás las personas que me conocen.


Es decir, si hablaré bien, si les gustará, etc.


Si observas, todas estas preguntas estarán orientadas a las críticas y opiniones que harán las personas sobre mí.


Y si el sigo dando energía a estas emociones y pensamientos negativos mucha gente perderá la oportunidad de aprovechar este conocimiento.


¿Cuántos amigos no me he llegado a encontrar en la calle, dándome gracias por que su economía mejoró ya que dejaron de trabajar para gente pobre?


Con esto me refiero a que soltaron esos empleos donde su jefe les daba pesar pagarles o les pagaba bien poquito.


Así que no sabemos, la gran cantidad de personas que dejaríamos de estar ayudando solo por el miedo a la crítica.


Otros miedos que existen son el miedo a la pobreza.


Es por eso que nos encanta “mostrar” nuestros logros en las redes sociales.


No queremos quedarnos callados y ser discretos para que no nos asocien con la pobreza.


Un fenómeno similar ocurre con el miedo a la vejez, y podríamos asociar este último con el miedo a la muerte.


Por eso adulamos tanto la juventud y queremos tener ese aspecto juvenil para siempre.


Caemos en cirugías y tratamientos para el rostro, que a la final no nos dejan envejecer con dignidad.


Literalmente podemos llegar a transformarnos en monstruos, al llegar a la vejez.


Los últimos cuatro grandes miedos que tenemos están bastante relacionados entre sí.


El miedo al fracaso, el miedo a ofender a otros.


Miedo al ridículo y finalmente miedo al éxito.


Si observas cuidadosamente de esta lista de 7 miedos que acabamos de nombrar, los 6 primeros tienen que ver mucho con terceros.


Es decir, miedo a la crítica, a lo que piensen los demás.


Nos importa mucho la imagen que proyectamos sobre otros.


Por eso nos pasamos la vida tratando de complacer a terceros.


Y nos damos cuenta que a la final ni siquiera miraron ese esfuerzo que hicimos por agradarlos o no les importó.


Estos miedos tienen que ver mucho con el ego, pues este, de cierta manera se ha estado alimentando por lo que otros opinan sobre ti.


En cambio, el último miedo de esta lista, es decir el miedo al éxito, tiene que ver mas con nuestro mayor temor.


Yo creo que la mayoría pensamos que el mayor temor es la muerte.


A nivel personal yo creía que el mayor miedo que yo tenía era al Diablo, a los demonios, fantasmas o similares.


Nuestro mayor temor no son esos miedos, sino el brillar más que otros.


Dejar salir nuestra luz, porque pensamos que vamos a opacar a las personas que amamos.


Imagínate por un momento que has tenido unos padres amorosos.


Ellos te dieron todo lo necesario de manera física y emocional para que tuvieras un excelente desempeño como adulto.


¿Cómo te sentirías logrando algo que por ejemplo ellos siempre lucharon por hacer y nunca pudieron?


Con la mano en el corazón nos sentiríamos mal, como si los estuviéramos traicionando.


Es por eso que no nos atrevemos a dejar brillar nuestra luz porque inconscientemente pensamos que estaremos haciéndole daño a las personas que amamos.


Cuando tu luz brilla, automáticamente le estás concediendo el permiso a la gente que te rodea para dejar brillar su propia luz.


A mi me ha ocurrido que cuando he realizado algo o he adquirido algo, las personas a mi alrededor, al poco tiempo también lo han hecho.


Quizás alguien se enoje porque a su alrededor “copiaron” su éxito o lo que hizo.


Tal vez diga que lo imitaron y que son puras envidias de sus vecinos o amigos.


La verdad estos conceptos provienen de una mente con muchas carencias emocionales.


Pero cuando haces algo y otra persona sigue tus pasos, debes alegrarte porque tu luz hizo que la luz de otra persona también brillara.


Si eso te produce malestar solo date cuenta que es un sentimiento de carencia.


Este universo es abundante y sobre abundante de cualquier cosa.


Tenemos la tendencia a creer lo que afirman medios oficiales sobre la carencia.


Pero si observas a tu alrededor, aun en medio de una “crisis” mundial, mucha gente, bastante gente, sale a comprar cosas suntuosas.


Hace unas semanas que salí a comer a la calle, me sorprendió la cantidad de personas que hacían fila para ingresar a toda una zona de diferentes restaurantes.


Yo imaginaba que por la “crisis” mundial y la pandemia, la gente no iba a salir mucho que digamos.


Y hace poco hablando con mi gran amigo, el doctor Víctor Giordani, me contó que en su país también intentó salir a comer y se sorprendió de la misma situación.


He visto en medio de esta “crisis” como amigos han comprado vehículos nuevos y esto ha hecho que otros a su alrededor también sigan sus pasos.


Así que quiero animarte a través de esta información a enfrentar a tu mayor miedo que es tu propia luz.


Tu oscuridad no solo te perjudica a ti, sino a los que te rodean.


En cambio, tu luz, te beneficiara tanto a ti como a los que amas.

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lunes, 7 de diciembre de 2020

El problema de las emociones e ideas preconcebidas



El problema de las emociones e ideas preconcebidas

Yo creo que todos en este planeta nos ha ocurrido que tenemos que hacer algo y de inmediato sentimos malestar.


Trátese de comer algo, ir a algún sitio o realizar alguna actividad, sentimos predisposición, malestar y pereza de actuar.


Finalmente, cuando nos tocó hacer o probar la tarea correspondiente, nos damos cuenta que era algo espectacular y que nos estábamos perdiendo de algo.


Esto suele pasar mucho en los niños cuando se les da a probar algo por vez primera.


Ellos se niegan y una vez que lo saborean, quedan fascinados por el alimento y no quieren dejar de comerlo.


Nuestro rechazo es prácticamente un instinto natural de protección.


Esto ocurre en cada situación nueva para nosotros.


Los seres humanos siempre buscamos lo conocido, pues de cierta forma nos está dando seguridad.


Es por esta razón que has visto muchas personas a tu alrededor quejarse de sus vidas, pero no se atreven ni por nada del mundo a dejar eso que los atormenta.


Esto implicaría salir de su zona de “confort”, es decir la parte que ya conocen y experimentar nuevas rutas.


Esto explicaría porque, así estemos sufriendo en una relación o un trabajo “cruel” seguimos allí, cual masoquista que disfruta de sus castigos.


A título personal llegué a conocer hace muchos años alguien que se podría decir que siempre tenía buena suerte.


Tenía la capacidad de cambiar de trabajo, de ciudad, incluso de estilo de vida a su antojo.


A la mayoría nos cuesta hasta decidir sobre donde vamos a comprar el pan para el desayuno.


Pero esta persona se notaba que, con solo pensarlo, las cosas le salían como por arte de magia a su favor.


Lamentablemente tenía un problema y era la predisposición hacia las cosas.


Donde quiera que iba, tenía la idea preconcebida que sus futuros jefes eran unos explotadores.


Y que solo se aprovecharían de sus capacidades para ellos seguir subiendo en la escala de la riqueza.


Esta persona padecía de otra curiosidad y era la falta de diálogo hacia sus “castigadores”.


Podría imaginarse los peores escenarios, pero jamás se atrevía a decirle a sus jefes que era lo que le gustaba y que era lo que no le gustaba realizar.


Finalmente, por esta falta de diálogo terminaba haciendo labores que no le correspondían y odiando no solo su trabajo sino a las personas con las que interactuaba en este.


Debido a su “buena suerte” se proponía a cambiar de ambiente laboral en otro trabajo y pues como sabemos lo conseguía casi de inmediato.


¿Y adivina qué situación conocida volvía a vivir esta persona?


En conclusión, terminaba haciendo las cosas de mala gana y siempre buscaba la primera oportunidad para renunciar y cambiar de trabajo para repetir de nuevo este ciclo.


Esto no solo se ve en lo laboral.


También he conocido casos donde personas salen escapando de la falta de oportunidades en su ciudad o país para llegar a hacer lo mismo que pudieron hacer en su localidad.


La diferencia está en que gastaron más dinero para desplazarse, pero igual les tocó vivir en otra localidad lo que no quisieron hacer en la propia.


¿Quiere decir esto que es malo irme de donde estoy para buscar nuevas oportunidades?


Para nada, el problema está en que no necesariamente vas a vivenciar nuevas cosas si te van con la misma mentalidad.


Por ejemplo, ¿por qué una persona sale de un trabajo en el cual sintió bullying o maltrato laboral para seguir en otro bajo las mismas condiciones?


Es bastante “curioso” pero en el nuevo trabajo siempre se va a encontrar con nuevos abusadores labores.


Esto se debe a que ocurrió un cambio de lugar, pero faltó cambiar lo más importante que fueron nuestras emociones e ideas preconcebidas.


Inconscientemente comenzamos a realizar acciones orientadas a lograr acciones de terceros.


Recuerda lo que vimos anteriormente sobre las creencias.


Nuestro ego, con tal de tener la razón, de estar en lo cierto, hace uso de nuestro poder interior para cumplir con nuestra “verdad”.


Así que quiero animarte, mediante esta información, a cambiar no solo de estilo de vida, sino de emociones e ideas.


Nunca permitas cambios en tu vida a medias, pues tu cerebro siempre regresará a lo conocido con el fin de protegerte.

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lunes, 30 de noviembre de 2020

La importancia de nuestro enfoque e intenciones



La importancia de nuestro enfoque e intenciones

Es un hecho que la Vida, el Universo, Dios, El Cosmos o como prefieras llamarlo quiere solo el bienestar para nosotros.


Puede que te cuestiones en este momento que esta Inteligencia Universal no quiere el bien para ti pues tu vida no ha sido un cúmulo de felicidad.


Posiblemente el dinero no te alcanza, tu salud no es muy buena que digamos o quizás eres una persona completamente sola que solo se conforma con ver parejas felices a tu alrededor.


Pero si observas por un momento a esas personas que en teoría están mejor que tú, notarás que se mueven bajo tus mismas condiciones.


Con esto quiero decir que tanto ellos como tú tienen la misma capacidad de ver en colores.


Disfrutar sabores, experimentar el frío o el calor y sobre todo tienen las misma 24 horas en un día para hacer lo que prefieran.


Podemos ver que el problema no es que la Vida consienta mejor a unos que a otros.


El problema está en lo que hacemos con nuestro tiempo y los recursos que se nos da cada instante.


Y aquí nos surge la pregunta, ¿por qué otros aprovechan mejor esos recursos que tú?


Aquí es donde entran en juego las decisiones, pues estas son las que determinan la calidad de vida que tenemos.


Por ejemplo, ¿qué hace que una persona decida hacer deporte y una dieta para tener una mejor salud y se vea estéticamente bien?


¿Por qué una persona decide separar tiempo para aumentar sus conocimientos y así mejorar sus ingresos económicos?


O también, ¿por qué una persona decide socializar con otros para llegar a conocer una pareja en vez de apartarse de todos y encerrarse en su casa?


Podemos ver en estos ejemplos que todo depende de las decisiones que tomemos en cada instante.


A su vez, las decisiones dependen de las emociones que tengamos.


Es decir que si estamos muy tristes o muy felices podemos llegar a tomar decisiones que más adelante nos lleven al malestar.


Y su me dirás ¿cómo así que, al estar muy feliz, puedo tomar malas decisiones?


¿No se supone que la felicidad está relacionada con el bienestar?


Aquí es donde debemos echar mano del dicho popular que reza: “ni tanto que queme al santo, ni tampoco que no lo alumbre”.


Imagina por un momento que estás super feliz. Alguien puede llegar y proponerte vender una propiedad que tengas.


Debido a la euforia que tienes en ese momento probablemente digas “amén” a ese negocio.


Resulta que dicha propiedad con los meses se cotizó más de lo normal y allí perdiste gran cantidad de dinero.


O siendo más fantasiosos, en dicha propiedad se encontró petróleo o diamantes.


¿Puedes comprender por qué los estados de ánimo alterados pueden perjudicar tus decisiones?


Aquí lo interesante es que hay dos formas de condicionar las emociones.


Es decir, predisponerlas para nuestro beneficio. La primera forma es a través de la autosugestión.


Es decir, escuchando constantemente audios y vídeos sobre lo que deseamos condicionar.


Se podría decir que esta es una de las formas más fáciles y sutiles que podamos emplear.


La otra es mediante nuestro enfoque e intenciones, pero es algo que requiere de mucha voluntad consciente.


El enfoque que tengamos sobre algo depende de nuestras actitudes.


Lamentablemente la mayoría de nosotros venimos de una cultura de la auto lástima.


Esto lo vimos en el tema LOS PELIGROS DE LA AUTOLASTIMA MATERNA.


Si mantenemos con esa actitud auto lastimera, nunca vamos a ver las oportunidades que tenemos todo el tiempo en frente.


Por ejemplo, hace algunos días me encontraba sacando una copia de un documento oficial.


Debido a la falta de parqueo, tuve que utilizar un servicio de transporte muy común en mi localidad.


Este es conocido como la moto taxi o moto ratón debido a la serie de dibujos animados de los años 90.


Al salir de la oficina donde me encontraba, me detuve un momento a esperar a otro servicio de estos.


Cuando íbamos camino a mi casa, nos detuvimos frente a un semáforo y este se encontraba lleno de personas buscando el dinero para su sustento.


Aproximadamente se encontraba unas 10 personas entre limpiavidrios y vendedores de dulces.


Lo curioso es que en el suelo se encontraban varios papeles que resultaron ser billetes.


El señor que conducía la motocicleta se agachó y recogió uno de ellos, y me pidió que bajar y recogiera el resto.


Finalmente llegamos a mi casa, le pagué el servicio y me dio la mitad del dinero que encontramos.


Rato después me puse a pensar que ese dinero estaba allí tirado en el suelo y aquellas personas que estaban pidiendo por él, rogando para conseguirlo, no podían verlo.


Esto muestra claramente que, si no estás en armonía con las cosas que deseas, es probable que sigas sin verlas, así estén frente a tus ojos.


Es a esto a lo que se refieren muchos estudiosos de estos temas como la vibración.


Si tienes una actitud de pobrecito yo, que pesar de mí, ten por seguro que sólo verás situaciones para seguir experimentando esa condición pobre y lastimera.


A título personal he llegado a conocer gente que así se vayan para otro país, siguen experimentando las mismas aflicciones por las cuales salieron de su ciudad.


El problema de todo esto es la gente que nos rodea.


Somos un modelo para los niños que nos observan.


Si constantemente tenemos una actitud lastimera, que la gente o el gobierno nos debe algo o que no somos felices por culpa de terceros, automáticamente los niños a nuestro alrededor comenzarán a creer y a manifestar lo mismo cuando sean adultos.


Ellos no sentirán la capacidad de enfrentar los problemas cuando les toquen.


La Vida siempre va a estar llena de desafíos o lo que llamamos problemas.


Estos problemas o desafíos siempre estarán con nosotros.


Así que lo importante no son estos sino cómo los vamos a encarar.


Respecto a esto, hace algunos meses, cuando comenzó el calendario educativo, se realizó una reunión virtual de padres de familia.


Una de las madres comentaba que no era bueno que los niños tuvieran tanta carga académica, ahora que tenían clases virtuales.


Argumentaba que, si un adulto se cansaba por pasar tanto tiempo frente a un computador, los niños con mayor razón.


Personalmente no dije nada al respecto, pero si tu le das a un niño un computador para que juegue, te aseguro que saca las energías para hacerlo sin parar.


¿Cómo si son capaces de pasar casi todo un día divirtiéndose con juegos, música o redes sociales?


Así que quiero animarte a través de esta información a tener un enfoque de avance y no una actitud de lástima por ti y los que te rodean.


La Vida se desarrolla de acuerdo a las intenciones que tengamos sobre esta y de ti depende aprovechar todos esos recursos para procurarte el bienestar.

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lunes, 23 de noviembre de 2020

El problema de las exceptivas y los apegos



El problema de las exceptivas y los apegos

Una de las cosas más importantes que tiene el ser humano es la voluntad.


La voluntad humana ha sido capaz de mover el mundo, descubrir nuevas cosas y hasta mejorar la propia vida.


Una de las tantas definiciones que el RAE tiene sobre esta es la intención, ánimo o resolución de hacer algo.


Pero nota que se está hablando sobre el ánimo o resolución de hacer algo.


Aquí nos puede surgir la pregunta, ¿entonces dónde nace la voluntad para hacer las cosas?


Detrás de toda esa fuerza que nos impulsa a realizar algo está la esperanza.


Curiosamente la esperanza está asociada a las expectativas.


Algunas personas definen la esperanza como algo positivo en lo cual, estarías confiando en el proceso.


En cambio, la expectativa la perciben como algo negativo que solo se basa en resultados.


Un ejemplo de estas definiciones lo podríamos ver como la esperanza que tienes de que algo bueno suceda en el futuro.


Contrario, la expectativa sería intentar predecir ese futuro como bueno o malo para ti.


Podríamos decir que de aquí se desprende el concepto de esperanza como positiva y expectativa como negativa.


Pero si vamos a la definición de expectativa que tiene el RAE, la define como “esperanza de realizar o conseguir algo”.


En otras palabras, el RAE estaría conectando intrínsicamente estas dos palabras.


En este punto podría surgir una nueva pregunta, ¿qué son entonces los apegos y si de alguna forma están relacionados con las expectativas y esperanzas?


El apego se define como un vínculo afectivo intenso, duradero y singular.


Es decir que va específicamente a una persona y no a todas.


Se podría dar el caso, pero hasta la fecha no he visto el primer ser humano que tenga apegos por TODA la humanidad.


Siempre tenemos personas favoritas y por lo general el resto del mundo nos cae mal o es indiferente para nosotros.


Podríamos decir que las expectativas son una esperanza hacia algo, mientras que el apego vendría siendo la afirmación de que algo o alguien me pertenece o es mío.


Los apegos nacen en nuestra infancia.


Para que un ser vivo pueda tener un desarrollo medianamente normal necesita por lo menos de un cuidador.


Con este cuidador debe tener una relación o una conexión para poder llegar a tener una seguridad en el entorno que lo rodea.


De hecho, en los años 60, el doctor Harry Harlow realizó una serie de experimentos de dudosa ética que muchos profesionales llegaron a considerar crueles.


Por aquella época se discutía si los apegos nacían por el alimento o simplemente por la calidez de las relaciones.


Y también se pensaba que el contacto físico era una forma de malcriar a los hijos.


Este experimento consistía en separar crías de monos de su madre y ponerlos frente a dos muñecos.


Uno de estos muñecos era de felpa y el otro de alambre.


El de alambre tenía un biberón y los pequeños monos se apegaban más al muñeco recubierto de felpa y solo se acercaban al de alambre cuando necesitaban comer.


A partir de estos estudios, las cosas cambiaron bastante y vemos que se le dio más protagonismo a la relación padres e hijos.


Estos estudios reflejaron básicamente tres clases de apegos.


Si el cuidador de mostraba sensible, accesible y atento la persona desarrollaría un apego seguro.


Si la atención del cuidador era errática el individuo pasaría a ser una persona ansiosa.


Y por último si el cuidador era distante, rígido y desapegado, el adulto sería una persona evasiva.


A título personal yo pienso que con esta situación ocurre lo mismo que con los complejos de Edipo y Electra.


Son cosas que nos sirven en determinado momento, pero que, al nunca resolverse, cuando somos adultos pueden aflorar y perjudicarnos.


Para poder entenderlo mejor, intenta recordar las parejas que has tenido.


Si eres mujer, recuerda cómo las personalidades y hasta el físico de las personas que han compartido la vida contigo hasta la fecha se parecen.


Lo mismo si eres hombre, vas a notar que ocurre lo mismo con las personas con las cuales han compartido.


Y si eres bastante detallista, notarás que estás personas a la final son bastante parecidas a tu figura materna o paterna según tu caso.


Notarás que has estado buscando a tu madre o padre en tu pareja por el complejo de Edipo o Electra según tu caso.


Si eres mujer y tuviste un padre maltratador, ¿adivina con qué tipo de personas has estado compartiendo?


Hace algún tiempo compartí la experiencia de una gran amiga que tuvo un padre estricto.


Ella conoció a un hombre maravilloso, pero por extrañas razones lo abandonó.


¿Puedes ver porque haría algo como esto?


Simplemente su figura paterna estricta no coincidía con la de una persona flexible.


Lo mismo ocurre con nuestros apegos y expectativas.


El apego a un cuidador o cuidadores nos sirvió en su momento para sentir seguridad de nuestro entorno.


Pero son situaciones que quedaron allí en el olvido, en nuestro sistema nervioso.


Y es por eso que ahora que somos adultos sentimos la necesidad de apegarnos a esa figura que consideramos importante.


Si esa otra persona es tan “necesitada” de ti, podríamos decir que tienes buena suerte.


¿Pero qué pasa cuando esa otra persona toma decisiones diferentes y prefiere estar con otras personas?


Es por eso que los apegos nos representan un problema.


Cuando iniciamos una relación siempre llegan nuestras expectativas.


A medida que vamos conociendo a una persona le podemos ver errores y problemas potenciales a futuro.


Pero nuestras expectativas nos hacen creer que con “nuestro amor” las podemos llegar a cambiar.


Y no solo eso, nos imaginamos un ideal del amor, es decir, tenemos la expectativa de que sea romántico(a), detallista, de buen humor y que comparta con nosotros todo momento.


Cuando esto no se cumple, sufrimos y le reclamamos a la otra persona de que no nos ama.


Lógicamente la otra persona con sus propios problemas se va a sentir aburrido(a) por esto, pues ve que sus esfuerzos de amor no son suficientes.


Comienzan los resentimientos porque creo que la otra persona no me está dando lo que merezco.


Los que han podido traspasar sus apegos, rápidamente dejan esa relación y consiguen una nueva, repitiendo este ciclo casi infinitamente.


Los que no pueden con sus apegos prefieren seguir adelante, así su “amorcito” no les esté complaciendo lo que ellos esperan.


Ahora bien, siendo conscientes de todo esto, nos puede surgir la pregunta, ¿cómo puedo dejar los apegos y las expectativas?


La respuesta es tan simple como vivir tu vida y dejársela vivir a los demás.


Con esto me refiero a que tú mismo te tienes que convertir en la persona más importante de tu vida.


Puede que suene a egoísmo, pero ¿si tú estás enfermo, crees que puedes ayudar a los que también están enfermos?


Cuando las personas abordan un avión, una persona de la tripulación les da instrucciones sobre estados de emergencia.


Por ejemplo, que ocurre si tienes que evacuar y las salidas de emergencia.


Dónde están los chalecos salvavidas y las mascarillas en caso de despresurización de la cabina.


Hay un hecho curioso sobre esto último y es que, si caen las mascarillas arriba de tu asiento, y ves que tienes niños a tu lado, nunca debes ponerles la mascarilla a ellos primero.


Primero debes ponértela tú y luego si auxiliar a los pequeños.


Esto puede sonar egoísta, pero si tu pierdes el conocimiento, ambos van a morir.


Así que quiero animarte mediante esta información a que te conviertas en el ser más importante de tu universo.


La única manera que puedes ayudar a los que amas es cambiando tu propio destino.


Automáticamente notarás que sus vidas cambiarán sin que se los digas.

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Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

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