domingo, 27 de enero de 2013
Convierte el Dinero en tu amigo
Desde hace 6 años aproximadamente, cuando entendí la
fuerza que tienen las palabras repetitivas en nuestro cerebro (PNL) he estado repitiéndome
una frase que me encantó desde el primero instante que la conocí. Esta frase es
“el Dinero es mi amigo”.
Puedo decir que sólo después de 6 años esta frase
finalmente ha generado emociones en mí. Y para que lo comprendas, te voy a
contar algo que vivenciaba desde niño.
A pesar de que tuve una infancia feliz, entre lo normal, gran
parte de mi vida me sentí muy escaso. Por alguna razón que no puedo recordar,
durante mi infancia crecí con una necesidad sobre el Dinero. Me refiero a que
me encantaba contarlo, tenerlo, besarlo, gastarlo, guardarlo, etc. Quizás en
algún momento de estos, cuando me encontraba de “amoríos” con el Dinero algún pariente
o persona cercana criticó mi forma de actuar y pues como desde niño nos enseñan
que otros tienen la verdad y tu sentir es equivocado porque eres un niño, lógicamente
obedecí y comencé a ver el Dinero algo agradable, pero a la vez negativo.
Intentando recordar cómo fue mi pubertad y adolescencia,
comencé a sentirme muy escaso, es decir que todo el tiempo amaba el Dinero,
pero a su vez lo sentía alejado de mí. Y como te digo, a pesar de nunca vivir
en carencia, ese sentimiento me acompañó casi toda la vida.
Es por eso que parte de mi personalidad consiste en no
compartir. Quizás por eso muchas personas me han juzgado de egoísta. Por
ejemplo, no soy dado a regalar Dinero en la calle o a donarlo. El día de hoy no
lo hago por ese sentimiento del pasado, sino porque comprendo que al realizar
eso, no solo afecto la economía en general, pues acostumbro a la persona que “favorezco”,
a no ganar el Dinero y por lo tanto a no usar su talento para ganarlo, sino que
interrumpo en parte el proceso de circulación creativo del Dinero (esto es casi
como el primer punto).
Tampoco soy dado a recibir visitas en mi casa a quedarse
a vivir por días o meses (aunque personalmente yo creo que más de 2 días en una
casa incomodas a los dueños de esta). Cuando esto ha ocurrido, por más que he
intentado compartir (ya sea espacio, alimentos, etc.) siempre vienen a mi
sistema nervioso las emociones de carencia que adquirí en mi infancia y que no
recuerdo exactamente cuales fueron.
Quizás tú puedas sentirte de esta forma y quieras saber
la “cura” para dejar de sentir ese tipo de emociones que te perjudican y no te
permiten ser feliz, sino que te perjudican en pensar bien y tomar mejores decisiones.
Bueno, la mala noticia sobre esto es que no he encontrado la forma de “quitarme”
ese tipo de emociones.
Lo que hice fue aceptarme tal y como soy. Reconocerlo no
solo en mi interior, sino ante otras personas. Y sólo así comprendí que la Vida
o Dios también me acepta tal como soy, pues de lo contrario no estaría vivo o
no recibiera suficiente aire, alimento, agua, etc. por no ser “merecedor” o
estar “pecando” contra otros.
Paradójicamente el aceptar esto hace que uno
automáticamente se ponga en paz con uno mismo y lo lleve a actuar en
consecuencia con lo que uno siente, es decir, en mi caso decidí que si no
quiero compartir, no lo hago. Si no quiero dar, no doy. Y esto, aunque parezca
llevar la contraria del amor y el servicio a los demás que tanto nos han
inculcado, permite que vivas feliz y tomes mejores decisiones para vivir en
bienestar. También (y supongo que ocurre inconscientemente) al estar feliz,
automáticamente comienzas a compartir dicha felicidad con los demás.
Bueno ya que chismeaste un poco sobre mi vida, ahora
podemos pasar a la parte interesante sobre la emoción que produce convertir en
nuestro amigo el Dinero. Como te decía en un principio, 6 años después de
repetir esta frase (“el Dinero es mi amigo”), comencé a sentir mucha comodidad
con ese tema.
Normalmente cuando una persona está jodida en el tema del
Dinero, permanece en trabajos mal pagos y en los cuales es maltratado
psicológicamente de forma verbal con amenazas e insultos de parte de sus jefes
o directivos. También por ejemplo, cuando se le presenta un buen negocio por lo
general lo rechaza. Y cuando lo acepta le da pena o temor cobrar un buen valor
por sus servicios, o al menos algo que le permita tener una buena calidad de
vida.
Y si se atreve a cobrar bien (después de muchos minutos
de sufrimiento), la contraparte le dice que eso es costoso y que otra persona
se lo hace por menos valor y bla bla bla… y finalmente termina aceptado como un
borrego obediente una situación que terminará odiando y reafirmando su carácter
de pendej… digo de víctima.
Y lo que es peor, supongamos que gana Dinero (con mucho
esfuerzo y dolor). Lo primero que hace es comprar cosas que no necesita o que
no van de acuerdo a su presupuesto.
Mira, aunque parezca increíble he conocido personas que
han ganado premios. Por ejemplo 15 mil dólares y lo primero que hacen es comprarse
una casa de 30 mil dólares desmejorando así su calidad de vida por la deuda que
adquieren y al final quizás hasta su inmueble pierden por atrasarse en las
cuotas de dicha deuda.
Entonces la pregunta interesante que viene es, ¿qué hago
para que el Dinero sea mi amigo? Pregúntate, ¿qué es un amigo? Podemos decir
que es alguien que nos ayuda, nos acompaña, nos aconseja, etc. Entonces
exactamente hay que hacer eso. Acercar a nuestro amigo y no alejarlo.
En conclusión no alejes a tu amigo Dinero con deudas, con
estilos de vida que no puedas pagar en el momento o siendo deudor solidario de
deudas ajenas.
Vive como un amigo para el Dinero. Si lo que ganas no te
alcanza para cubrir el alquiler de tu casa, pues ¡cámbiate de casa a una menos
costosa! En entradas anteriores recomendaba sobre este tema que hicieras una
lista de tus ingresos vs tus gastos fijos. Si ves que lo gastos son más altos o
iguales a los ingresos, debes evaluar qué cosas prescindir o cambiar de
inmediato en tu vida.
El problema es que nuestro ego o mascarilla social no
impide o recuerda constantemente que como vamos a bajarnos de nivel, o que
dirán las personas que nos conocen, etc.
Durante estos años he aprendido de un gran amigo precisamente
el equilibrio en los gastos vs ingresos. Cuando él ha tenido crisis (todos en
algún momento las tenemos), de inmediato se baja para que no solo pueda pagar
sus cuentas fijas, sino que le quede Dinero para ahorrar. Y he visto que jamás
se ha quedado colgado por Dinero. Antes bien, sus cambios le permiten seguir
disfrutando de la vida y de la compañía de su amigo el Dinero.
Si quieres convertir el Dinero en tu amigo debes vivir de
tal manera que siempre te alcance para ahorrar pues nuestros abuelos tenían un
dicho muy acertado y era que “el Dinero llama Dinero”. Esto es cierto incluso
hasta el día de hoy.

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