Lamentablemente una de las “cualidades” más sobresalientes que tiene el ser humano es la timidez.
Eso lo fuimos aprendiendo desde niños cuando nuestro bien intencionado, pero mal informado núcleo parental, nos enseñó de forma inconsciente que cualquiera tenía la razón, menos nosotros.
¿Cuántas veces, estando niños, no intentamos opinar sobre alguna conversación de adultos y no nos mandaron a callar?
Bueno, esa fue la manera en que aprendimos que otros eran “más sabios” y deberíamos obedecerles sin cuestionarlos.
Esta práctica, con los años es reforzada en el colegio y las universidades.
Aquí aprendes que el experto X dijo esto o el personaje Y con doctorado en no sé qué cosa, dijo lo otro.
Después de este adoctrinamiento tan berraco, ¿cómo benditos rayos vas a confiar en lo que te dice tu voz interior o tu intuición?
Mira cuando yo apenas estaba comenzando a escribir este blog, un buen amigo me dijo que no debería hacerlo pues lo que yo estudie, no tenía nada que ver con las emociones.
La verdad no le dije nada porque a duras penas confiaba en mí.
Pero sentía que podía hacerlo pues no se trataba de hablar de estudios científicos, sino de mis propias experiencias y como estas podrían ayudar a otros.
Todo esto hace que uno vaya perdiendo falta de confianza en sí mismo, y en su intuición.
Finalmente terminamos como personas tímidas y a su vez temerosas de lo que otros puedan pensar de nosotros.
Es aquí donde la timidez no deja desarrollar todo nuestro potencial.
¿Te imaginas una persona tímida intentando venderte algo?
Respecto a esto, hace días un vecino a quien aprecio mucho intentó venderme algo pues necesitaba hacer un viaje.
Su expresión corporal era de absoluto miedo y se le notaba la dificultad para hablar y venderme el producto.
En ese momento yo andaba un poco apurado pues ya era hora de ir por mi hija hasta su colegio.
Le dije que más tarde hablábamos, pero expresión corporal era tan débil que hasta olvidé contactarlo después.
Es más, este amigo ni siquiera me volvió a insistir con el tema.
¿Puedes ver la magnitud de lo nocivo que puede llegar a ser la timidez en tu vida?
La timidez te puede impedir pedir un aumento, hablar con esa persona que te gusta.
También te impide comentar en este vídeo, o hasta darle me gusta y compartirlo con otros.
Incluso hacer ejercicio y mejorar tu condición física.
Recuerdo que hace días una amiga que confesó, en el sitio donde hago ejercicio que ella no inició años atrás, por culpa de la timidez.
Le preocupaba lo que diría la gente si no estaría haciendo bien los ejercicios.
O llevando la ropa adecuada, si se vería bien, etc.
Cuando uno logra sobrepasar todo esto con los años, y mira hacia atrás, nos damos cuenta todo el tiempo que perdimos tratando de complacer a otros que les valía.
Y aquí es donde seguramente me estarás preguntando, “pero Gabrielito lindo, ¿cómo puedo soltar esa berraca timidez que me está perjudicando?”
Mira el problema es que este tipo de cambios no son fáciles porque como lo vimos inicialmente, es algo que has estado “practicando” desde tu infancia.
Te has vuelto experto en ocultar tu poder personal y prefieres creerles a otros.
En mi caso, lo que me ha funcionado es, número uno confiar más en mi intuición que en la voz de los “exegetas”.
De cierta forma esto hace que comiences a retomar aquello que delegaste en otros.
Me refiero a la responsabilidad de pensar por ti mismo y hacerte cargo de tu propia vida.
Lo segundo es escuchar de forma constante audios que hablen sobre tu poder interior.
A propósito, estoy pensando en crear uno nuevo y subirlo al canal.
Pero me gustaría que en los comentarios me pusieras si estás de acuerdo para comenzar a trabajar en él.
Trabajar con audios es hacer el mismo trabajo que hiciste durante tu infancia.
Solo que esta vez lo haces correctamente porque estás metiendo información de apoyo en tu cabecita.
La confianza en sí mismo no solo ayuda emocionalmente.
También cambia hasta tu postura y expresión corporal.
Uno tiene que tener una actitud desafiante y soberbia, pero adorable.
No se trata de irse al otro extremo de creerte mejor que los demás y mirarlos por encima del hombro.
Al contrario, esto no es autoconfianza.
Esto es un símbolo de tu carencia emocional y que realmente estas temeroso de lo que otros puedan descubrir de ti.
Cuando uno tiene confianza en sí mismo le vale cualquier cosa que opinen los demás.
Por ejemplo, si miramos el Gabrielito lindo que inicio este blog en el año 2009, era un hombre que le preocupaba mucho lo que opinaran los demás sobre la información que publicaba.
Por el contrario, este Gabrielito lindo que ves en pantalla, le vale si piensan bien o mal de él.
Lo único que me importa en este momento es que mediante esta información tu puedas saber que actitudes y emociones son las que te impiden vivir en bienestar.