Retoma el control de tu vida. Estrategias efectivas para el control emocional

viernes, 29 de octubre de 2010

Consciencia de la Vida

En esta entrada hablaremos sobre la Muerte para poder llegar a una consciencia de Vida. Tú te estarás preguntando, ¿y este por qué me habla de la Muerte si es algo horrible? Muy simple y te tengo una noticia. Te vas a morir. Algún día. Y no solo tú, tu familia, tus amigos. Todos vamos a pasar por ese proceso porque es un ciclo natural y no debemos ahora llenarnos de temor pues si tomamos en cuenta lo que dijo el sabio filósofo Sócrates, “aquella persona que le tiene miedo a la muerte debe ser una persona sabia, pues conoce y habla de algo que jamás ha vivido”.

Y esto es muy interesante, pues en realidad ¿cómo alguien que jamás ha muerto te puede hablar de la Muerte? En realidad a lo que le tenemos miedo es a lo que nos han dicho, pues nuestra mente recrea las palabras que llega a decir una persona sobre cualquier tema como lo explicaba en la entrada, MOVIENDO MONTAÑAS.

Lo único cierto que podemos tratar sobre el tema, de acuerdo a nuestra experiencia es: la vida como tú la vives en el estado sólido en el que te encuentras actualmente como tú, no lo volverás a vivir. No te puedo decir que ocurrirá o si no ocurrirá nada. Solamente podemos por nuestra experiencia conocer que el que se va, si regresa, (asumiendo que lo hace) no regresa en su estado de partida es decir en el mismo cuerpo físico.

Pero de que nos sirve tener esta consciencia sobre la Muerte. Muy simple, este día es uno más que te acerca a ese momento. Entonces ¿por qué perder el tiempo en enojo y castigos contra otras personas o castigándote a ti mismo?

Mira yo conozco personas que se enojan hasta 15 días con su pareja porque esta no “adivinó” que el café no le gustaba con azúcar blanca, sino morena. Y dicen “pero si tú me conoces, deberías saber que me gusta con azúcar morena!” y dicha persona “castiga” a otro ser durante 15 días sin hablarle o sin prestarle atención con el fin de que sienta la falta que ha hecho y la corrija, pues ese es el fin de todo castigo.

¿Y qué genera todo este enojo? Que pierdas la razón de ser. Que no puedas vivir la vida y que la dejes pasar detrás de ti.

Algunas personas que se han encontrado cercanos al final de sus días han documentado que durante esos instantes ocurre un fenómeno que podríamos definir como una regresión. Es aquí en este proceso donde nuestra mente comienza a depurar lo que ha estado ocurriendo durante la vida y a sacar conclusiones sobre esta. Supongo que es un inventario final de nuestra consciencia sobre nuestros hechos y experiencias. Esto lo puedes comprobar claramente en el poema de Jorge Luis Borges titulado “Instantes”.

Tu mente comienza a “despertar” y comienzas a darte cuenta que si hubieras hecho esto mejor, o aquello, o si hubieras dicho o no dicho, etc. Pero de acuerdo a mis investigaciones los complejos de culpa no son nada ante esta pregunta: ¿Pudiera haber vivido mejor y disfrutar la vida si no hubiera perdido el tiempo en enojos o castigos hacia mí o hacia otras personas?

Mucho se ha hablado que la pornografía destruye la percepción sobre la sexualidad humana. Esta misma destrucción de la percepción sana de la vida ocurre a través de las telenovelas, música que yo denomino "el yo me mato" y las películas de dramas. Aunque nosotros pensemos que es un juego, dentro de nosotros hay un ser emocional que nos ha acompañado toda la vida y el cual no funciona o responde por lógica, sino por emociones. Es como un niño que obedece al pie de la letra lo que le estamos transmitiendo a través de nuestro sistema emocional. Las novelas son dramas de 100% sufrimiento, dolor, envidia, celos, enojo, desconfianza, pobreza, angustia y eso es exactamente lo que tu ser emocional capta. ¿Te ha pasado que sientes “bronca” con el “villano” de alguna novela que veas seguido? ¿Y sientas alegría cuando al protagonista le sale por fin bien algo de lo intenta?

Entre más dolor conozca tu cerebro, más dolor te traerá a tu vida este. No te acostumbres al malestar pues más malestar traerá a tu vida tu ser emocional. Aprende a escuchar tus emociones. Entra en contacto con ellas y acéptalas. Según Carl G. Jung cuando negamos una parte nuestra, esa parte se desintegra y nos volvemos más disfuncionales.

Si sientes enojo aprende a aceptarlo y a expresarlo sanamente. Si no quieres hablar, no hagas daño a las personas que amas. Simplemente diles que estás enojado y no deseas hablar en ese momento. ¿Te imaginas cuanto dolor puedes evitar a otros y a ti mismo si te sinceras y expresas con tiempo lo que sientes?

No esperes a estallar en ira. No solo perjudicarás a otras personas sino que perjudicarás tu sistema nervioso con las fatales consecuencias de generación de químicos en tu cuerpo que gestarán enfermedades en el futuro.

Es precisamente este tipo de estados los que nos hacen percibir la vida como algo que no nos pertenece, que no somos parte de ella y que solo otros tienen derecho a vivir y a disfrutar. Es por eso que en estos estados te sientes mal. Sientes malestar y te has acostumbrado tanto a esto que piensas que es normal. Y como es “normal” no escuchas al ser más importante en tu vida, tu Ser Interior o Ser Emocional.

Las emociones son formas de comunicación con nuestro interior donde se encuentra la solución a todas nuestras situaciones dramáticas. Presta atención. El mensaje es simple y claro “quiero vivir bien, en abundancia y en bienestar. Quiero amar y ser amado. Quiero vivir en paz y compartiendo mi decisión de ser feliz con los que me rodean.”

Hace poco, me encontré una buena amiga de hace muchos años. Yo sabía que hace menos de un mes se había casado y le pregunte como iba. Ella me respondió que bien, pero por su tono de voz y su cara, le dije: “si estás bien, deberías decírselo a tu cara porque todavía no lo sabe”. Esto es un ejemplo clásico de una mente acostumbrada al malestar. “Se supone” que cuando una persona está recién casada está súper feliz, pero si el cerebro de esa persona está acostumbrado al enojo, a la desconfianza, al dolor, pues va a buscar los pequeños detalles para seguir en ese estado emocional.

Mira, yo sé que conscientemente nadie se levanta en las mañanas y dice “HOY VOY A JODERME LA EXISTENCIA Y JODERSELA A LOS DEMAS”. Nadie hace eso porque detrás de lo que buscamos está el vivir en paz y en armonía y amor con los demás y consigo mismo.

No. Conscientemente no te levantas a sufrir, pero inconscientemente SI. Y lo haces porque te levantas pensando en angustia. Te acuestas pensando en angustia y lo que tienes que hacer dentro de algunos días. Es normal sentir angustia si algo te amenaza de inmediato. Pero sentir angustia y dolor por algo que ya paso o que no sabes si pasará en el futuro es locura.

Y si haces una encuesta de quien quiere seguir como está actualmente yo creo que no llegamos al 1% de aquellos que digan que están satisfechos con su vida actual. Pero esa gran mayoría inconforme tampoco hace nada por mejorar su situación. Si yo te pregunto si quieres tener una mejor vida, te aseguro que me dirías sin pensarlo que SI. Pero te pregunto, ¿qué estás haciendo para tener esa mejor vida?

Si eres sincera, sincero contigo misma o mismo, tal vez me digas que no estás haciendo nada. Tal vez estés esperando que las cosas cambien de repente y mejore tu situación automáticamente. Te tengo dos noticias y te las digo para que reacciones. La primera es que tienes poco tiempo. Recuerda lo que hablamos al principio de esta entrada. Y la segunda es que tu vida se mueve por tus emociones y si estas no comienzan a cambiar, pues tu vida jamás va a cambiar.

No esperes a llegar al final de tus días y decir lo que expresa el poema de Jorge Luis Borges sobre el final de la vida. No esperes a que todo esté bien para vivir en bienestar. Tienes todo en tu interior para hacerlo pero debes darte una oportunidad.

Mira, mi interés no es que vivas la vida como yo lo hago. Eso es un problema que tú debes resolver y es cómo debes vivir. Tomar tus propias elecciones en la vida para lograrlo porque se trata de tu existencia. Pero si te puedo decir cómo me levanto hoy en día, con el mismo entusiasmo de cuando estaba pequeño. Lo primero que hago es ponerme de pie y abrir mis manos. Lo hago como un símbolo que ese día estoy abierto y receptivo a todo lo bueno. Y segundo para agradecer este maravilloso día porque aunque no lo creas, para mí la vida es maravillosa. Una maravillosa aventura que está lista para ser vivida, experimentada. Y ese día me trazo lo que tengo que hacer para avanzar un paso más en no solo vivir en bienestar sino en cumplir lo que tengo que hacer para escalar un paso más hacia la grandeza.

Esto que te cuento no fue cosa de un día. Ha sido el producto de varios meses, quizás años en enseñarle a mi cerebro y a mi ser emocional que existen otros caminos. Que la “verdad” que me enseñaron me sirvió en el pasado pero ahora esos conceptos y emociones son inútiles en mi vida de bienestar actual. También tuve que pasar por el proceso de aceptar mis emociones que incluyen culpa, vergüenza, dolor, angustia, etc. y te digo de todo corazón que vale la pena invertir tiempo, dinero y disciplina en cambiar tus emociones.

Te deseo lo mejor y espero que tomes acción a partir de este instante de vivir una vida de éxito.

INSTANTES
Si pudiera vivir nuevamente mi vida, 

en la próxima trataría de cometer más errores. 

No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. 

Sería más tonto de lo que he sido, 

de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. 
Sería menos higiénico. 
Correría más riesgos, 
haría más viajes, 
contemplaría más atardeceres, 
subiría más montañas, nadaría más ríos. 
Iría a más lugares a donde nunca he ido, 
comería más helados y menos habas, 
tendría más problemas reales y menos imaginarios. 



Yo fui una de esas personas que vivió sensata 

y prolíficamente cada minuto de su vida; 

claro que tuve momentos de alegría. 

Pero si pudiera volver atrás trataría 
de tener solamente buenos momentos. 



Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, 

sólo de momentos; no te pierdas el ahora. 



Yo era uno de esos que nunca 

iban a ninguna parte sin un termómetro, 

una bolsa de agua caliente, 

un paraguas y un paracaídas; 
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. 



Si pudiera volver a vivir 

comenzaría a andar descalzo a principios 

de la primavera 

y seguiría descalzo hasta concluir el otoño. 
Daría más vueltas en calesita, 
contemplaría más amaneceres, 
y jugaría con más niños, 
si tuviera otra vez vida por delante. 



Pero ya ven, tengo 85 años... 

y sé que me estoy muriendo.


Poema atribuido a Borges, pero cuyo real autor sería Don Herold o Nadine Stair.
Comparte:

martes, 12 de octubre de 2010

Enfrentando el Enojo

Según el RAE el enojo es un movimiento del estado de ánimo que suscita ira contra un semejante. Normalmente dicho semejante es ajeno a la causa del enojo. ¿Por qué sentimos enojo? ¿Es normal sentir enojo? ¿Se puede eliminar o controlar el enojo de nuestras vidas? ¿Es algo grave o es algo con lo que puedo vivir a diario?

Para llegar a las respuestas de estas preguntas, analicemos lo que ocurre en nuestra llegada a este mundo. Ningún ser humano llega con enojo, pues todos somos como una hoja en blanco, dispuestos a recibir información que nos permite adaptarnos a un medio y sentirnos parte de un grupo. El secreto está en la aprobación. Buscamos aprobación y por eso imitamos emociones, pues la emoción es el lenguaje de comunicación de nuestra alma, nuestra esencia con el mundo físico.

Si tienes la oportunidad de observar niños pequeños, notarás que estos no hacen lo que se les dice, sino lo que ven a los adultos hacer. Siempre les estamos inculcando cuando vemos destellos de independencia palabras tales como “tú no puedes hacer eso”, “deja que un adulto lo haga”, etc., y ellos pronto se dan cuenta que los adultos son el modelo a seguir. ¿Recuerdas cuando eras un niño o niña y deseabas crecer para hacer todo lo que no podías por ser niña o niño?

Ese sentimiento fue una creencia en su momento en ti, en la cual anhelabas ser “grande” para salir y disfrutar el mundo. Y ahora que eres grande ¿disfrutas el mundo? Ahora comienzas a mirar el pasado y recuerdas que de niño todo era más simple y te divertías más. Alguien te dijo que debías ser responsable, dejar de jugar, dejar de divertirte y poner cara larga y también preocuparte muchísimo pues eso era “ser responsable”.

Todo eso que has estado evitando enfrentar ha ido acumulando una serie de emociones conocida como Enojo. Esta emoción hace parte de nuestra neurosis. El Enojo llega a tal grado que nos irritamos por cosas que aparentemente no tienen importancia. Por ejemplo si realizamos una tarea en un computador y esta toma más tiempo del que estamos acostumbrados, toda nuestra frustración cargada de años, nos invade con emociones destructivas que disparan el Enojo. Entonces nuestra reacción es maldecir un aparato electrónico que ni siquiera es consciente de su existencia.

Mira he visto personas pelear con los semáforos, con el calor, con la lluvia, con el gobierno, con los políticos, con sus hijos, con sus parejas, con sus padres y hermanos, con la Biblia, con el Corán, con el Diablo, con Dios (como me pasaba a mí anteriormente).

Una vez iba en un taxi entre norte a sur de la ciudad. Subiéndome al taxi, una persona se atravesó al iniciar la marcha el conductor y este frenó de inmediato. Se levantó de su asiento y comenzó a amenazar al peatón. Espere 1 minuto, pues también sentí Enojo, pues pensaba “como dos estúpidos que nada les pasó se ponen a discutir y hacerme perder el tiempo” pero también disfrutaba el “chisme” y me quedé hasta que le hable al conductor “¿señor, cuánto tiempo más espero? ¿O elijo otro medio?”

Como era obvio el taxista no quería perder su carrera, se subió al vehículo nuevamente y TODO el trayecto se fue hablando del evento diciendo que la gente era muy desgraciada, que eran dormidos, que tenían la culpa y bla bla bla.

Otro caso similar me lo contó una buena amiga mía. Ella tiene varias hermanas y vino una de las menores diciéndole que jamás le perdonaría a la mayor que la hubiera dejado en la calle, pues le cerró con seguro la puerta de su casa ¡hace 24 años!

Los grados de Enojo son tan altos que no permiten a las personas ver la ridiculez de sus acciones. Si racionalizamos las situaciones comenzaremos a despertar nuestra inteligencia emocional. En el caso de la mujer que no le iba a perdonar a su hermana un evento de hace más de 20 años, podemos llegar a las siguientes conclusiones:

Cuanto tiempo duro la señora en la calle. Supongamos que 6 horas. Digamos que 10 para ser “bondadosos”. ¿Cuánto tiempo ha durado la señora re-sentida por el evento? 20 años o más. Entonces ¿qué le ha hecho más daño a la señora algo que ocurrió 10 horas o lo que ha estado ocurriendo hace más de 20 años?

Es evidente que los más de 20 años que lleva dicha persona resentida hacen que su vida sea una desgracia. ¿Pero quien tiene la culpa? Mira, todos en este planeta hemos vivido situaciones lamentables, pero seguimos yendo al baño, seguimos comiendo, seguimos jugando, etc. es decir que nuestras funciones vitales y corporales no se han interrumpido por estos eventos.

Después de aprender a racionalizar los eventos con los que estaba resentido en el pasado, llegué a una conclusión muy importante que quizás te va a ayudar a ser muy feliz. De niño si uno sufre, no es culpa de uno, no tenemos poder de elección sino de sometimiento. Pero un adulto sufre por P__DEJO.

Lamentablemente nosotros no conocemos la gravedad de nuestra neurosis. Como lo mencioné en entradas anteriores, el odio, el enojo y el resentimiento, son disparadores de enfermedades terminales. Están no ocurren por casualidad sino que es el resultado de nuestro bombardeo emocional a nuestra células.

¿Por qué sufres? ¿Qué intentas demostrar con él sufrimiento? ¿Por qué sigues castigándote y castigando a los demás?

Mira, cuando yo estaba tan metido en mi neurosis crónica, y me enojaba por ejemplo con algún amigo o compañero, dejaba de almorzar ¿Te imaginas? ¿Qué culpa tiene mi estómago por un evento que no cumplía mis expectativas sobre la realidad? ¿Te ha pasado alguna vez que te enojes con una persona que para “castigarla” dejas de comer?

Eso se observa en las mentes infantiles de niños de 2 a 8 años donde “castigan” a sus padres con pucheros o tirándose en el suelo haciendo pataletas. Y así seguimos actuando después de adultos, como niños atrapados en un cuerpo grande.

Incluso mi neurosis llegó a “matarme”. Me enviaban a hacer algo en la tienda. Salía enojado y pensaba en cómo me atropellaba un vehículo y los que me enviaron les dolería por haberme enviado a hacer la diligencia. ¿Te ha pasado lo mismo o algo similar en que tu mente te suicide por enojo? ¿O eso solo ocurre en Europa, una de las lunas que tiene el planeta Júpiter? ¿Supongo que a ti no te pasa, cierto?

Como podemos ver, el Enojo es una enfermedad progresiva y degenerativa a nivel celular. Si tú quieres vivir una vida optima, tendrás que aprender a dominar tus emociones destructivas. Te sugiero que repases una entrada en la cual propongo un ejercicio de control para este padecimiento en la entrada ¿PENSAMOS O REACCIONAMOS?

No te pases la vida alimentando el Enojo. En realidad según el Investigador del Pensamiento Humano Víctor Giordani, el Enojo es el viejo miedo de siempre disfrazado. Es algo que si no enfrentas te perseguirá por el resto de tu vida. Dirás, puedo vivir con miedo o enojo y seguir normal. Eso es tu problema, pero en la próxima entrada trataré el tema sobre la conciencia de la existencia y espero puedas conocer lo importante que es tomar acción aquí y ahora.
Comparte:

Comprar PBA

Compra BPA

Contáctame

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Donaciones

Acerca de mí

Mi foto
Ingeniero de Sistemas e Investigador del Pensamiento Humano y las emociones, y como estas influyen en las decisiones que tomamos cada segundo para tener éxito o fracaso.

Notificaciones Telegram

Telegram
Canal Ingeniero Gabriel Salazar / AUTOPODER Recupera tu Poder Interior

Para recibir el vídeo de cada lunes en tu Telegram:

Ingresa a:
t.me/autopoder1
t.me/IngenieroGabrielSalazar
Grupo Telegram:
t.me/+Z7ZMi8tw4WdjYTcx

Vídeo Bienvenida

YouTube

Copyright © Ritmo Positivo 2009 - 2024. Con tecnología de Blogger.