Hace algunos días, hablando durante el almuerzo con una amiga, me hizo caer en cuenta de algo.
Ella no sabía cuál era el significado de la expresión “sanar emociones”.
El desconocimiento de esta información puede ser causal del poco interés que las personas sienten por sanar emocionalmente.
Muchos no tienen idea que las cosas que les ocurren, y que no les gustan, está directamente relacionadas con las emociones aprendidas desde la infancia.
La sanación emocional se refiere al proceso de reconocer, comprender y abordar heridas emocionales.
Como traumas, conflictos internos y otros problemas relacionados con las emociones.
Es un proceso terapéutico y de autodescubrimiento que tiene como objetivo promover la salud mental y el bienestar emocional.
Algunos de los conceptos clave asociados con la sanación emocional incluyen el reconocimiento.
El primer paso en la sanación emocional es reconocer y aceptar las emociones, traumas o heridas emocionales que puedan estar afectando tu bienestar.
Esto implica enfrentar y admitir las experiencias dolorosas o traumáticas.
Y aquí tenemos el primer problema debido a nuestro ego.
Recuerda que esa parte nuestra que nos impulsa a avanzar, también se le dificulta aceptar que la estamos embarrando.
Para nuestro ego, primero muertos, que equivocados.
Mira, hace años una amiga tenía un hermano en otro país.
Ella hablaba mucho con él y de un momento a otro el dejó de responderle.
Así pues, viajó hacia ese país y se dedicó a buscarlo.
Cuando lo encontró, su hermano estaba en la indigencia.
Su hermana entró en un llanto desconsolado al verlo en ese estado.
Y su hermano simplemente se limitó a sonreír a y decirle que no se preocupara que no pasaba nada.
¿Puedes ver como el ego no nos permite aceptar que algo en nosotros está mal?
Otra parte importante es comprender las causas subyacentes de tus emociones y heridas.
Esto implica explorar tus experiencias pasadas, creencias, patrones de pensamiento y comportamiento para identificar las fuentes de tus problemas emocionales.
Hacer esto puede ser muy doloroso, pues muchas personas no necesariamente la han pasado muy felices que digamos en su infancia.
Pero si no comprendemos que ya no podemos hacer nada por nuestro pasado, nos vamos a quedar allí esperando al angelito de traje y la maleta con el millón de dólares, para que nos solucione la vida.
La mayoría de los adultos en la actualidad, nos ganamos muchas veces fuertes o injustos castigos.
Respecto a eso, ya no podemos hacer nada, salvo soltarlo.
Anteriormente existía un dicho cuando nos castigaban que rezaba: “la pela pasa y el cuero queda”.
A menudo, la sanación emocional implica la expresión saludable de las emociones reprimidas.
Esto puede hacerse a través del habla, la escritura, el arte, la música u otras formas de creatividad.
Eso sí, no te recomiendo estar hablando de tu pasado con otras personas.
Lamentablemente en la actualidad no hay mucha gente con honor.
Así que pueden estar usando esa información para lastimarte.
La sanación emocional a menudo implica aprender habilidades de afrontamiento, técnicas de gestión del estrés y estrategias para lidiar con las emociones de manera saludable.
También es muy buena idea practicar el autocuidado para la sanación emocional.
Esto incluye mantener un estilo de vida saludable.
Hacer ejercicio, comer y dormir bien.
También ocuparte en leer sobre estudios de diferentes autores que hablan de este tema.
Cuando vas realizando estos procesos de forma continua es que sientes la necesidad de perdonar y soltar tu pasado.
Sobre todo, perdonarte a ti mismo por haber perdido tantos años de tu vida rumiando ese sufrimiento innecesario.
Sin embargo, esto no es tan fácil para la mayoría de las personas.
Aquí es donde entran los profesionales de la salud mental como terapeutas, psicólogos o psiquiatras.
Ellos con sus estudios y experiencia te pueden ayudar en un proceso de sanación de emociones en entorno seguro.
Lo importante es que no subestimes las emociones que ocultaste desde tu infancia para evitar el dolor.
Aunque no existe un conceso científico sobre la relación entre las enfermedades terminales y el resentimiento, si se han realizado algunos estudios.
Por ejemplo, a nivel personal, TODA persona que he conocido con alguna enfermedad terminal, me ha confesado que lleva cargando por muchos años algún resentimiento.
La verdad no es muy inteligente arriesgarnos a comprobar si el resentimiento nos puede afectar de esta manera o no.
Es mejor vivir libre de ataduras emocionales para disfrutar de este hermoso paseo llamado Vida.
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