Muchas veces nos hemos topado con personas que, al saludarlas, a duras penas responden levantando alguna ceja.
Es como si esta persona odiara al mundo y evitara por todos los medios tener interacción con los demás seres vivos.
Esto puede ser muy molesto, sobre todo si intentas ser amable con todos y llevarte bien con las demás personas al máximo.
Respecto a esto, hace muchos años conocí a una gran amiga que tenía una actitud pésima con los demás.
Parecía odiar a todo el mundo, menos a los animales.
Era una persona bastante dada a cuidar el medio ambiente, pero en sus relaciones personales era bastante grotesca.
Por alguna extraña razón le caí muy bien. Tal vez porque en aquella época yo era muy dado a importarme poco los demás.
Me daba lo mismo si la humanidad comía, sufría, gozaba, etc.
Tal vez por eso me llegó a contar muchas de sus intimidades y entre ellas me hablo sobre la relación con sus padres.
Estos estaban constantemente presentes en su vida, pero emocionalmente ausentes.
Según llegué a comprender, prácticamente lo único que hicieron sus padres fue llenarle sus necesidades materiales, pero no emocionales.
Años más tarde conocí a un joven que también era acusado de mala actitud por la gente que lo rodeaba.
Esto le hacía meterse en problemas a tal grado que prácticamente vive solo o rodeado de gente que le interesa sacar algo de él.
Con los años, el me comentó que sus padres no se hicieron cargo de él, sino que fue criado con su tía.
Y por no hacer más largo los ejemplos, tuve la oportunidad de tratar una chica bastante atractiva pero con mala actitud a todo el que se le acercaba.
Al principio llegué a pensar que se comportaba de esta manera porque al ser una mujer tan atractiva, estaba cansada del acoso de los hombres.
Sin embargo, fui notando que su comportamiento grotesco no solo era hacia hombres, sino también hacia otras mujeres.
¿Y adivina por qué esta mujer actuaba de esta forma?
Tristemente tuvo problemas en su infancia con su figura paterna.
Hay que aclarar que no en todos los casos esto tiene que ver directamente con los problemas mencionados anteriormente.
Muchas veces las personas aparentan tener una mala actitud, pero en realidad son tímidas y por eso son temerosas de saludar.
Dudan si deben hacerlo pues no quieren sentirse mal por no ser aceptadas.
Otros tienen un defecto físico como la miopía.
Por ejemplo, yo padecía de miopía cuando era joven.
No me gustaba usar mis lentes porque me daba vergüenza y esto hacia que no distinguiera más allá de la nariz.
Muchas veces tuve problemas con amigas por que me saludaban y no respondía.
También se puede dar el caso de encontrarte con gente bastante distraída.
¿No te ha pasado que alguna persona afirma que te vio en alguna parte y que no saludaste a pesar de tenerla casi en frente?
La diferencia entra una persona de mala actitud o una tímida o distraída está en la frecuencia de su comportamiento.
¿Vas notando la conexión entre el comportamiento de un adulto con los conflictos que paso en sus relaciones con sus figuras materna y paterna?
Es como si el rechazo de uno de los padres fuera creando una coraza emocional en el adulto.
Esta es la razón por la cual un niño debe tener no solo lo necesario para subsistir biológicamente, sino que debe tener un acompañamiento emocional.
Y esta es la parte que más pereza nos produce pues a la mayoría de seres humanos no les dieron esto.
Entonces ¿cómo vamos a transmitir a otros algo que nunca nos dieron?
Así que te animo mediante esta información a aprender a ser más tolerante con las personas que te rodean.
No te imaginas por todo lo que otros han tenido que pasar.
No se trata de permitir que nos maltraten o manipulen con sus acciones, pero si soltar con amor aquellas personas que consideras importantes para ti.
Las personas pueden hacer lo que quieran, pero es nuestro problema como nos sentimos con sus acciones.
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