sábado, 25 de febrero de 2012
miércoles, 15 de febrero de 2012
La soledad que produce la falta de Amor
Por Ingeniero Gabriel Salazar12:23:00 p.m.Amor, ayudar, emocional, Libertad, padres, pensar, problema, Temor, Vida, vivir
No hay comentarios.:
Todos en algún momento de nuestras vidas hemos
experimentado el dolor amargo de la soledad, a pesar de estar rodeados de
millones de personas en este planeta, pues la tecnología hoy en día nos permite
conectarnos de una forma que jamás llegamos a imaginar.
Sin embargo, este fenómeno de soledad se presenta no sólo
en solteros, sino también en personas casadas, que aunque tengan su pareja al
lado, sienten un absoluto abandono de la otra parte. Pero ¿por qué ocurre este
fenómeno mundial?
Para poder entenderlo, analicemos la forma en que iniciamos nuestras relaciones. El
escritor estadounidense Neale Donald Walsch, en su libro Conversaciones con
Dios, describe la forma disfuncional en que nosotros iniciamos nuestras relaciones al basarlas en el temor y no en el
Amor.
Allí se expresa que iniciamos sintiendo temor al decirle
a una persona “te amo”, pues pensamos inmediatamente si a cambio vamos a
recibir la misma expresión de “yo también te amo” y lo que es peor, cuando la
escuchamos de vuelta, sentimos un nuevo temor y es, por cuánto tiempo vamos a
conservar ese amor.
¿Qué clase de amor, puede ser uno basado en el temor?
Lamentablemente esta es la forma en que abordamos este
tema tan importante en nuestras vidas, pues ese sentimiento nos acompaña desde
nuestra concepción y nos acompañará hasta el último día que estemos en este
planeta, pues se ha podido comprobar que al final de sus días una persona no
está pensando en las cosas que adquirió, o donde viajó o cuantos títulos logró.
Está pensando en el Amor, en las personas que dejará y que están a su lado.
Son varios errores los que nos permiten seguir viviendo
de esta forma y reafirmando aun más la creencia en que el Amor es algo
doloroso. El primer error es pensar
que yo no me equivoco y que soy libre, pero libre para seguir siendo un pendejo(a),
y que me las sé ya todas en el amor. El segundo error es pensar que soy un adulto y que puedo perfectamente manejar
cualquier situación de forma madura.
Aquí tenemos un verdadero problema, pues nuestras decisiones
en cualquier tema de nuestras vidas, principalmente un tema emocional como el
Amor, no dependen de la lógica o la inteligencia, sino de lo que aprendimos
cuando éramos niños. En otras palabras son reacciones condicionadas por lo que
le aprendimos a nuestros padres, profesores, parientes y personas influyentes
en nuestra niñez.
Si nuestros padres, sufrieron por Amor, adivina quien
estará copiando su forma de vida. Y en
este punto hay que tener cuidado, pues inconscientemente es incorrecto ser mejor
que nuestros padres. Los amamos tanto que “superarlos” o vivir mejor que ellos,
podría llegar a ser una traición de nuestra parte.
Aquí alguien puede decir, “mi padre no tuvo automóvil a
mi edad, pero yo si lo tengo y eso prueba que lo superé”. Pero en realidad lo ¿superaste
emocionalmente? ¿Vives mejor que él como persona? ¿O también te has frenado al
igual que él a expresar todo el amor que sientes en tu interior? ¿Tratas a los
demás como él lo hacia contigo? Obsérvalo a tu edad y observarte, ¿se trata de
una continuación emocional?
En realidad la mente inmadura, es un remedo o copia de
sus padres. Y si estos sufrieron, pues ya entenderás por que la vida de una persona se basa en el
sufrimiento, el dolor y la desdicha.
Conociendo todo esto, ya sabemos que estamos jodidos en
esa área, pero entonces ¿cómo se puede cambiar todo esto? Como en todas las
recuperaciones, lo más importante es aceptar el daño. Si aceptamos que tenemos
un problema, es más fácil hacer algo por la situación. Seguido de esto debo
hacerme cargo de mi mismo. De mis emociones. Aquí muchos fallamos, pues nuestro
interior está lleno de tanto dolor que jamás entramos en contacto con nosotros
mismos.
Es por eso que le huimos a la soledad, al silencio a
través de la música disfuncional, la televisión, el entretenimiento (así sea de
baja calidad), pero que me permita distraer mis momentos de dolor. ¿Recuerdas
cuando eras un niño y te golpeabas? La madre (por lo general), intentaba
desviar tu atención del dolor mostrándote otras cosas o cantando. Así fuiste
aprendiendo a no sentirlo y expresarlo, sino a distraerlo. Y si observas, eso
has estado haciendo toda la vida. Distrayendo
el dolor o el miedo hacia otras cosas.
Esta es una salida muy inteligente, pero enferma, pues al
final no soluciona nada, sino que cada vez
te hace más dependiente de las distracciones, provocando cada vez más vacío en tu interior produciéndote aburrimiento y más
dolor, y luego le reclamas a Dios, al Universo, la Vida o a cualquier Santo de tu devoción, por qué te está pasando
eso a ti… Suspiro.
Por eso muchas personas sufren de insomnio. En la noche,
como no pueden hacer ruido para distraerse, su cerebro comienza a generar voces
e imágenes mentales, más emociones que te acosan y no te dejan dormir. Entras en
modo “solucionar problemas” y por eso al otro día estás cansado(a) y por falta
de concentración haces las cosas mal y esos errores te llevan en un ciclo
infinito de desdicha.
Hacerse cargo de ti mismo significa aceptar tus
emociones, no escapar de ellas. Escribirlas para aprender a conocer que nos
dicen. Meditar en ellas y conocer su significado. Sentirlas y llorarlas y sobre
todo comenzar a decirte a ti mismo que a pesar de sentir todo eso y vivir cosas
que no te gustaron, te amas y te aceptas completa y profundamente a ti mismo. Y
que siempre te acompañarás tú mismo, pase lo que pase o sientas lo que sientas.
Esto es lo que se conoce como integración emocional.
Cuando comienzas a hacerte cargo de ti mismo, ocurre un
fenómeno asombroso que consiste en dejar
de meterte en la vida de los
demás, pues pasas a solucionar tu vida
y dejar de meterte en la vida de los demás a opinar, solucionar
e intermediar. Dice una frase popular
que el 90% de los problemas del ser humano son por meterse en lo que no le
importa. Este fenómeno produce una sensación de libertad, pues sientes que te
has quitado el peso de cargar con las emociones de otros que no te
corresponden, pues al fin y al cabo tu Creador no te envío aquí a cuidar a nadie,
salvo a ti mismo(a).
Después de esta libertad, viene lo que llamo punto de
peligro emocional, pues como ya te comienzas a sentir bien, quieres que todo el
mundo este bien y vuelves a pasar en convertirte en el solucionador oficial de
los problemas ajenos, lo cual te llevará nuevamente al malestar.
Mira, es muy noble ayudar a los demás y correcto. Pero meterse
en sus vidas no es ayudar. Es complicar. La mejor ayuda que le puedes dar a las
personas es mostrándoles con tu ejemplo que se puede vivir con calidad. Esto
hará que otros quieran seguir tu ejemplo y solitos buscarán el modo de vivir
bien. Es similar a dar limosna. La limosna a los pobres no les soluciona el
problema. Les ayuda unos minutos a calmar el hambre pero de allí no pasarán,
pues lo que aprendieron es que hay muchos pendejos que les dan y esto los lleva
a una zona cómoda donde se quedan esperando que les sigan dando. Si quieres
ayudar a los pobres, lo mejor que puedes hacer es convertirte en una persona
rica, pues esto les dará un modelo y un ejemplo a seguir. Y eso si es ayudar,
pues como dice la frase popular, es
mejor enseñar a pescar que dar un pescado.
Cuando uno sana emocionalmente sus heridas, todo
alrededor se transforma. Comienzas a ver el Amor de la vida por ti. Comienzas a sentirte enamorado de ti. De tu cuerpo, de
tu vida y comienzas a disfrutar de
los pequeños detalles de la vida,
comer, oler, escuchar, dormir, de los animales, del silencio, de la belleza, de
tu energía, del sexo y un sinfín de cosas que pasan por nuestros ojos y no las
vemos por estar ocupados sufriendo y metiéndonos en lo que no nos importa.
Y al final cuando das amor, ya no te da miedo que te
lastimen, pues te das cuenta que la única persona que puede lastimarte eres tú
misma(o), lo das sin reserva y sobre todo no permitirás las cosas que permites
hoy por temor al abandono, desprotección, que produce la dependencia emocional
de otro guey.
Lucha por tu libertad. No permitas que tu vida pase en vano. Vive de tal forma
que tu Creador se incline ante tu valor y amor por la vida. Te aseguro que la vida
vale la pena vivirla de esa forma. Te deseo lo mismo que yo deseo para mi y que
puedas rencontrarte con el amor de tu vida
que eres tu misma, tu mismo.
jueves, 2 de febrero de 2012
El origen de los celos
Por Ingeniero Gabriel Salazar2:11:00 p.m.Amor, Celos, complejo Edipo, complejo Electra, desilusión, Sexualidad, Sigmund Freud
No hay comentarios.:
El ser humano durante toda su experiencia física
experimenta una extraña sensación que se le ha denominado con la palabra celos. Existen de todo tipo, incluyendo
profesionales, familiares, amorosos,
pero en realidad siempre es el mismo sentimiento
maquillado por las circunstancias.
Según el RAE,
los celos son un sentimiento de
amenaza ante la perdida de algo importante para nosotros. En realidad el origen
de los celos está en la creencia de
la perdida del amor. Demos un retroceso a nuestra vida e intentemos recordar a través
de los niños, nuestra infancia.
Cuando llegamos a este mundo, desconocido para nosotros,
existen (en la gran mayoría de casos), dos “extraños” que se ocupan de
nosotros. Notamos, neuronalmente
hablando, que siempre que sentimos frio, calor, hambre, sueño, cansancio, etc.
ellos se ocupan de nosotros y comenzamos a formar un lazo afectivo con ellos
gracias a su atención, pues los niños y en general todo ser humano se apega a
las personas de las que piensa, recibe el amor.
Como vamos creciendo, nuestro pequeño cerebro va comprendiendo muchas cosas y
descubriendo este nuevo entorno, a tal grado que aprendemos a manifestar amor, tal como lo vemos de nuestros
padres. Por ejemplo si nuestros padres se besan o nos besan, con el tiempo
también vamos haciendo lo mismo, incluso los intentamos “sobornar” cuando
sabemos que hemos realizado algo “incorrecto”
para ellos.
Hasta aquí todo va perfecto. Pero cuando ingresa un nuevo
ser a nuestras vidas, ya sea un hermanito o un familiar o cualquier otro niño
que nos quite la atención que tenemos de nuestros padres (que simbolizan el amor), como decimos en mi país “aquí
comienza Cristo a padecer”.
Sentimos que nos están quitando algo que nos pertenece y
nuestras emociones se revuelven a
tal grado que intentamos separar al padre “infiel”
de la creatura que está recibiendo “nuestro” amor. Si esta situación es persistente, comenzamos a “atentar”
contra nuestro pequeño “rival” emocional
y como lógica consecuencia, recibimos regaños o castigos de nuestros padres que
nos hacen cuestionar el valor de
nuestra existencia y si merecemos
una mejor vida.
Estas emociones no son comprendidas por nuestro pequeño cerebro, ya que no poseemos experiencia
previa para comparar y saber como actuar. Y peor aún, en los adultos que nos
rodean, tampoco encontramos respuesta,
pues ellos no comprenden bien ese tipo de emociones,
pues siempre aprendieron a reprimirlas y jamás las solucionaron.
¿Adivina que aprenderemos nosotros también? ¡Correcto! De
igual forma reprimiremos este tipo de emociones.
Para comprender un poco lo que sigue, vamos a hacer un paréntesis y tocaremos
un tema en el cual también aprendemos a no solucionar emociones, para que posteriormente afloren y afecten nuestra vida
de adultos. Con esto me refiero a los complejos
de Edipo y Electra.
Este tipo de situación fue investigada por el denominado Padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. Edipo fue un personaje mítico que asesinó a su padre y terminó casándose
con su propia madre. El Dr. Freud
descubrió una teoría muy interesante, la cual consiste en que el niño se enamora
de la madre y piensa que ésta es para él. Este tipo de sentimiento se “acepta”
en la mente infantil aproximadamente a los 5 años de edad, y en otros niños
puede ser en la edad de los 3 años. Como vimos en la entrada anterior, en estas
edades se están intentando probar los límites
de la sociedad, razón por la cual
los niños son una “pesadilla” para sus padres y personas alrededor.
El niño, pasando esta etapa comprende que la madre no es
para él y por eso intenta imitar al padre, con el único fin de llegar a tener
una “compañera” similar a su imagen ideal materna. Es por eso que el niño se
coloca los zapatos del padre, sus corbatas, algunos hasta se lastiman con la
máquina de afeitar de sus padres, etc.
Quizás estés pensando en este momento que son teorías
demasiado “sexuales” para ser niños. Pero está demostrado científicamente
que el ser humano es sexual desde su
estancia en el vientre hasta la muerte. La sexualidad
no es un aprendizaje, no se intelectualiza. Es un instinto que llevamos, tal
como el instinto de respirar, comer, etc. propios de la conservación de la especie.
El complejo de
Electra, es el mismo de Edipo, pero desde el punto de vista de
la niña. Pero cuando se “acepta”, no termina todo. Aquí comienza lo interesante
del ser humano adulto. Como jamás resolvimos esta situación, solo la aceptamos,
siempre, escucha bien, SIEMPRE vamos a buscar nuestra pareja basada en las características físicas y emocionales de nuestra figura materna o
paterna, según nuestro género.
Vamos a comprobar si esto es cierto. Por favor toma papel
y lápiz y coloca una lista de las personas que han pasado por tu vida. Intenta recordar
sus características físicas en una parte y en la otra sus características
emocionales. Verás que las coincidencias son asombrosas. Por ejemplo si te
quejas del mal genio de tu pareja actual, recuerda como era el mal genio con tu
o tus parejas anteriores, celos o infidelidad. Compara esto con las características
de tu figura paterna o materna, según
sea tu caso.
Es asombroso, pero cuando hacemos este ejercicio con
honestidad hacia nosotros mismos, nos damos cuenta que hemos estado buscando el
mismo patrón emocional materno o paterno según nuestro caso. Y si te
estás preguntando en este momento que si por ejemplo te interesa una chica e
imitas la forma de ser o de vestir de su padre, comenzarás a llamar su
atención, estás en lo correcto. Te voy a ser muy honesto. Yo conocí esta teoría
hace más de 10 años. La aplicaba y ¡me hacía unos levantes! (Por si no entiendes
esa expresión me refiero a conquistas
o ligues).
Cerrando este paréntesis y volviendo a nuestro tema de
los celos, ya comprendemos que ocurre con nuestras situaciones emocionales no
resueltas. Siempre aparecerán en el futuro para chingarnos y en algunos casos
ayudarnos. Cuando somos adultos siempre vamos a sufrir del síndrome de los celos, ante compañeros de trabajo,
familiares, celos del éxito ajeno, celos de nuestra
pareja porque otro la mira, etc.
Aquí podemos ver como a pesar de ser “adultos” “maduros”
sentimos una reacción animal de “pelear” contra nuestros enemigos(as) por lo
que es “nuestro”. Mira, seamos sinceros. Si un guey o una guey ya no quiere
estar contigo sino con otro(a), ¿puedes obligarlo(a)? Por supuesto que no. No
existe una ley en ningún país que obligue a que te quieran. Y si
existiera, ¿se podría cumplir eso? Nuevamente la respuesta es NO.
Aquí es cuando encuentro en mis investigaciones el origen de los celos y es simplemente falta de amor por si mismo. Lamentablemente si
repasamos nuestra historia, nadie nos enseñó a amarnos a nosotros mismos. En cambio
nos enseñaron a ganar la aprobación de otros. Es por eso que
buscamos que otro u otra guey nos haga felices. Nos de lo que nosotros no somos
capaces de darnos, bienestar en nuestra propia compañía.
Por eso observas a mucha gente (para no decir el 100%)
que no son capaces de estar solos un momento. Se aburren, se deprimen, les da
miedo, pero jamás se quedan solos. Siempre “tiene que” prender el TV, poner
música a todo volumen, pero hacer algo con tal de no enfrentarse a sus propios
pensamientos. Pasa lo mismo con la escritura. Por eso a la gran mayoría no les
gusta escribir. Y si les toca, dicen “¿pero qué escribo?”… Suspiro
Mira ya no te puedes seguir engañando tu mismo(a). Muchas
veces pensamos que el amor es difícil y que nuestra vida es una larga
lista de desilusiones. Pero siendo
honestos, nosotros sufrimos por que nos gusta que otros sientan compasión por nuestra desgracia y peor aun, nos sentimos “bien”
cuando nos compadecemos de nosotros
mismos, al grado que les contamos a nuestros allegados, no solo una sino muchas
veces nuestras desilusiones. Dime si
eso no es ser pendejo.
La vida es una aventura maravillosa. Si no lo puedes
procesar o sentir es porque has estado acostumbrado toda una vida al sufrimiento. Pero cuando comienzas a
entrenar tu mente para vivir con calidad, vas a sentir tanto entusiasmo que
hasta realizarás cosas que no piensas en este momento. Si la vida no fuera para
gozar, jamás te hubieran dado un sistema
nervioso con el cual sientes placer,
alegría, amor, dulzura, libertad, perdón,
luz. Pero ¿cómo saber que es la luz sin la oscuridad? O ¿el amor sin el temor?
Cambia tus memorias que te llevan a vivir en malestar, y
tu vida llegará a ser un ejemplo de libertad y amor para los demás.